Vía Gaceta
El dictador Nicolás Maduro acusó el martes a la formación Vente Venezuela, el partido de la líder opositora María Corina Machado, de ser un grupo «terrorista»; una aseveración sustentada en las supuestas conspiraciones develadas recientemente por el Ministerio Público chavista que apuntan a la existencia de planes para atentar contra la vida del primer mandatario venezolano.
A comienzos de semana fueron detenidas dos personas durante una concentración organizada por el oficialismo en el centro de Caracas para respaldar la inscripción de Maduro como candidato presidencial. Posteriormente el Ministerio Público aseveró que se trata de un par de presuntos militantes del partido de Machado que pretendían ejecutar un atentado contra el líder chavista utilizando un arma de fuego.
«Me persiguen para tratar de atentar contra mi vida, como se demostró ayer con la captura de dos individuos del movimiento terrorista llamado Vente Venezuela, será Vente terrorista. Y callan los gobiernos de derecha, callan…la izquierda cobarde. No son capaces de condenar los golpes y los intentos contra la revolución y la paz», aseveró Maduro en una alocución televisada.
Esto último podría entenderse como un jalón de orejas a aliados de Maduro en la región, como es el caso de los presidentes izquierdistas Gustavo Petro (Colombia) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), quienes en las últimas horas han decidido trasladar su preocupación por la escalada represiva en Venezuela, en el marco del bloqueo del órgano electoral del país a cualquier candidatura presidencial respaldada por Machado.
El chavismo se aísla, incluso de la izquierda regional
«Colombia expresa su preocupación por los recientes acontecimientos acaecidos en ocasión de la inscripción de algunas candidaturas presidenciales», señala un documento de la Cancillería colombiana sobre la situación actual en Venezuela que fue difundido el lunes.
Por su parte, el Ejecutivo encabezado por Lula da Silva apuntó el martes que «el gobierno brasileño acompaña con expectativa y preocupación el desarrollo del proceso electoral (venezolano)». Oficialmente Brasilia ha fungido hasta ahora como «mediador» entre la oposición y el régimen chavista en medio de la crisis política existente en el país.
Otros gobiernos de izquierda en la región, como el de Bernardo Arévalo en Guatemala, también han intentado marcar distancia de las actuaciones de Caracas. «El bloqueo constante a la candidatura unitaria de la oposición ante el acoso y la persecución del oficialismo consolida un sistema antidemocrático», aseveró el primer mandatario guatemalteco.
Previamente el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, reprendió las declaraciones de Bruselas sobre la escalada represiva que afronta el país sudamericano, afirmando que «Venezuela tomará decisiones importantes respecto a su relación con Unión Europea, y no permitirá que el desprestigiado bloque siga intentando recurrir a sus fracasadas acciones neocoloniales en contra de un país soberano».