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Es lo que es

Marcos Hernández López

Por Marcos Hernández López

La campaña electoral que adelanta Nicolás Maduro y el PSUV para su segunda reelección es una campaña de «circo sin pan». El gobierno de Nicolás Maduro, que ha sido protagonista del desmontaje de conquistas y derechos históricos del pueblo venezolano y de la clase trabajadora, hoy quiere enfilar sus recursos de manera focalizada para poder ganarse el favor de la mayoría del país

La significación del diseño de las campañas electorales en la sociedad moderna, o mediática, es cada vez más relevante. De su resultado se deriva el futuro de una ciudad, de un país, o de una constitución sometida a referéndum. Es decir, no debe ser algo tomado a la ligera y menos improvisar. Las técnicas desarrolladas son cada vez más complejas, y la germinación específica de las mismas y de sus gentes requiere de gran dedicación. No siempre en su totalidad, pero los resultados electorales dependen en parte de una buena campaña electoral. Por tanto, debe prestarse atención a lo que se hace y dice en ella durante su desarrollo.

Recordemos que las campañas electorales se hacen para ganar. No siempre se consigue, pero se planifican para esto. Una cosa es tener claro que no vas a ganar y otra cosa es que te presentes para perder de forma voluntaria y consciente. Para aquellos que piensen en eso les recuerdo la siguiente frase de un político italiano muy valorado por su visión de estadista Giulio Andreotti: “El poder desgasta, sobre todo al que no lo tiene”.

Ciertamente, una campaña es un proceso que requiere dinamismo, muchas veces pragmatismo, rapidez en la toma de decisiones y complejidad en tener la iniciativa, capacidad de trasladar un mensaje, resistencia y fundamentalmente diálogo entre adversarios políticos y con los ciudadanos.

La campaña para las elecciones presidenciales en Venezuela arrancó oficialmente y se espera que culmine el 25 de julio, tres días antes de los comicios. Mientras Nicolás Maduro resaltó los logros de su gobierno, Edmundo González prometió la liberación de presos políticos y salarios justos.

A dos semanas de las elecciones presidenciales, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha ampliado el repertorio de invectivas destinadas a sus adversarios. Ya no se trata solo de alertar sobre el peligro del «fascismo» y de la «oligarquía». Su principal rival, Edmundo González, pasó a llamarse «el viejo decrépito del capitalismo salvaje». La dirigente de derechas María Corina Machado, su principal sostenedora en las calles de numerosas ciudades venezolanas, es, por su parte, una «vieja decrépita». Algunos analistas se preguntaron si los nuevos denuestos son un síntoma de preocupación personal de cara al 28 de julio.

Es relevante destacar en el contexto electoral, el partido de gobierno y sus líderes fundamentales ya no se preocupan por establecer un rumbo definido a largo plazo; no existe un proyecto de país, sino ideológico, se inquietan y ocupan solo de ganar elecciones apuntaladas en políticas improvisadas y populistas, resguardándose en un socialismo sostenido en el buen vivir, pero, no se debaten ideas, solo se habla de políticas públicas apuntadas en misiones.

Es evidente, el chavismo ya no es mayoría electoral, el proyecto socialista del siglo XXI no termino de inventarse, el protosocialismo siglo XXI cobrara su caída más relevante en las próximas elecciones presidenciales, según las encuestadoras más serias del país.

En este momento electoral, queda develado que el gobierno central rápidamente recurre continuamente a la miseria de la mentira por su desesperación ante los números que arrojan todas las encuestas nacionales, incluso la pro gobierno. Las mentiras y psicología inversa en la narrativa oficialista solo buscan influir en las emociones de los votantes chavistas que ya no creen en la revolución, el populismo del gobierno de Maduro apunta solo a la captación de votos sin importarle sus efectos primarios y secundarios que puedan causarles al país.

Marcos Hernández López presidente de Hercon Consultores
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Por Marcos Hernández López

En el contexto de la política, el gran teórico de la mentira institucionalizada fue el doctor Goebbels, ministro de propaganda del gobierno Nazi, quien sustentaba en su teoría que toda mentira repetida mil veces termina por convertirse en una verdad. Pero, en un mundo globalizado por la era de Internet y de las redes sociales, las mentiras cada día tienen poco espacio, se desmontan por su propio peso y sustancia, derivándose poca efectividad en su perversa intencionalidad. 

El chavismo, como todo gobierno autoritario, desprecia a la Justicia desde sus orígenes, y toma una anti postura en la comprensión para que haya una democracia plena tiene que haber también legitimidad de ejercicio, que significa gobernar con ciertos límites, respetando la multiplicidad de opiniones que existen en una sociedad.

La revolución bolivariana liderada por Maduro, gravita sobre el desgobierno, la corrupción, violencia selectiva, ineficiencia, la revolución bolivariana aquella que nació hace 25 años a caballo del caudillismo Hugo Chávez Frías, fracaso, el agotamiento de un gobierno que ilusiono a los pobres, la mayoría en el padrón electoral, ya no creen en discursos redentores y menos en sanciones económicas. Maduro se mueve en su ajedrez político electoral con pocos logros en la captación de apoyos electorales, solo le queda imponer una institucionalidad sectaria, menospreciando la significación de las libertades y el pluralismo político. Es una verdad verdadera, Nicolas, no quiere escuchar y menos mirar la crisis económica y existencial de los millones ciudadanos venezolanos.

Estamos en un momento histórico electoral, las palabras de Savater tienen vigencia extraordinaria en estos tiempos, “una vez que un pueblo toma la decisión de cambiar, no existe fuerza que lo pueda parar”. Todos los estudios de opinión pública reflejan que la mayoría de los venezolanos quieren cambios, realidad que se conecta con una intención de voto 74,2% y según la lógica esa motivación no se articula con una visión de refrendar un proyecto político que da muestra de un agotamiento en todos sus niveles.

El camino hacia las elecciones presidenciales 28 de Julio, no será fácil. Revelado por adelantado con las diversas acciones de CNE ante las inhabilitaciones de algunos aspirantes a la presidencia de la república, caso concreto la formula Maria Corina Machado Edmundo González, es la favorita para ganar los comicios. La impopularidad de Maduro y su gobierno inventan dificultades para sabotear unos elecciones transparentes y competitivas. 

La popularidad del gobierno de Nicolás Maduro continúa bajando y sin paracaídas, según nuestras últimas encuestas revelan que más de un 90,0 % de los venezolanos consideran que la situación del país va por mal camino, una amplia mayoría ya no tiene confianza en que el actual gobernante pueda resolver los complejos problemas por los que transita Venezuela. 

No obstante, el 29 de Julio es todo un desafío para la democracia venezolana, pero el futuro del país se moverá según diálogos, posturas, alianzas, estrategias, tácticas… política.

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Por Marcos Hernández López

La era chavista es, sin duda, un período altamente polémico para el análisis académico, tanto sociohistórico como político. La imposición de la información, la toma de posiciones políticas e ideológicas, impide con frecuencia tener una visión imparcial de los hechos reales que ocurren en Venezuela. Desde 1999, este país ingresó a un nuevo capítulo de su historia: Durante el primer gobierno de Chávez se creó una atmósfera de optimismo, particularmente en los estratos sociales D y E, pero también entre clases medias.

Con Maduro, el chavismo dejó de ser un movimiento de masas. El desarrollo de la gestión oficial disminuyó mucho sus espacios e influencia social. Como movimiento perdió mucho de su tejido y su empaque político con la marcha de su líder Chávez. Todos los programas bandera oficialistas, los que fundamentaban su prestigio en las zonas populares, conocieron un grave declive desde 2013.

La era de Chávez y ahora de Maduro, fueron dándose políticas públicas que desembocaron en la crisis profunda y general que hoy padece la sociedad venezolana. El chavismo ni propuso ni desarrolló un modelo económico alternativo que resolviera los problemas causados por la economía de tipo rentístico. Por el contrario, los gobiernos Chávez / Maduro se centraron primordialmente en la distribución del ingreso fiscal petrolero a sectores pobres y excluidos, sin diseñar una estrategia de economía productiva.

Para nadie es un secreto, Nicolas Maduro y su círculo de colaboradores directos desmantelan progresivamente la democracia venezolana, al tiempo que dilapidan los recursos naturales del país para enriquecerse. Se sigue agudizando la devastadora crisis económica, política y social. Lo grave para Venezuela, el gobierno no tiene estímulos suficientes de concretar una negociación real y preferirá mantener el poder antes de ceder espacios a la oposición, aun cuando la economía se siga deteriorando y la crisis social y política se profundice. 

Este país, continúa el deterioro de los servicios sociales básicos. La crisis humanitaria, algunos ejemplos: Más de 10,3 millones de venezolanos sufren de inseguridad alimentaria de moderada a grave: un tercio de la población. De acuerdo a las Naciones Unidas, 7 millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria urgente. Más de 7.7 millones de venezolanos han huido del país. 

El desafío post electoral presidencial será encontrar una ruta que baje la confrontación y la violencia, supere la economía rentística y recomponga las bases de una convivencia en paz y con democracia sólo será posible reconociendo, por parte de ambos polos políticos: ganador y perdedor. 

Estudios de opinión revelan que 9 de cada 10 ciudadanos piensa que Venezuela está estancada o en retroceso. No obstante, 79,8% de los venezolanos asegura que este gobierno va a caer… motivos para votar sobran y todo apunta hacia el cambio de gobierno, el 28 de julio será el día D… democracia. 

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Por Marcos Hernández López

Para algunos analistas políticos, la situación país los lleva a una primera síntesis “algo se torció malamente en Venezuela y debe corregirse o el país caerá en un callejón sin salida que podría conducirlo a una guerra civil una vez no exista posibilidad alguna de una salida institucional y una vez se haya colapsado irremediablemente la posibilidad de diálogo y conciliación. Otra posibilidad nefasta es que Venezuela se retrotraiga al subdesarrollo más básico o al fracaso del Estado y se convierta en un Estado fallido si el gobierno y la oposición no optan por buscar la racionalidad, la conciliación y la solución institucional a los conflictos”. Es evidente, Maduro y su círculo de colaboradores directos desmantelan progresivamente la democracia venezolana, al tiempo que dilapidan los recursos naturales del país para enriquecerse. Se sigue agudizando la devastadora crisis económica, política y social.

La crisis económica de Venezuela, tal vez la más estrepitosa del mundo, es tanto ilógica como lógica. Es ilógica porque nadie se hubiese imaginado que uno de los países más ricos del mundo, un país petrolero como muy pocos, con las reservas de petróleo más extensas del mundo, iba a terminar en semejante hoyo económico. 

La economía de Venezuela acumula años continuos de desplome. Es una crisis inédita que no solo reta a las teorías escritas en libros y enciclopedias, sino que lapida sin pausa las condiciones de vida de 28 millones de ciudadanos e impulsa una ola migratoria jamás vista en la historia reciente de la región, según advierten analistas e investigadores. La crisis económica que viven los venezolanos es compleja hasta humillante cuando toca hacer cola para preservar la existencia humana, la agudeza de la crisis es un indicador que manifiesta de manera fáctica o científica que la revolución fracaso necesita de una urgente revisión o refundación si quiere seguir democráticamente en el escenario político – electoral. 

En el contexto electoral, la tendencia histórica refleja cómo se mueve el voto chavista / madurista Vs el voto opositor, revelando una oposición cada vez más fortalecida y hasta favorita para alcanzar cualquier triunfo electoral presidencial, regional o municipal, entendiendo elecciones competitivas, con un nuevo CNE, depurado registro electoral nacional, asegurar el voto en el extranjero con supervisión del mundo democrático y aliados de Maduro.

Es relevante enfocar para el análisis Abril 2013, Nicolás Maduro uno de los delfines del comandante Chávez, asume la candidatura por muerte del máximo líder de la revolución, logra resultados que se conectan con la tendencia de la decadencia del voto chavista en Venezuela. Luego en el año 2018 Maduro es reelecto presidente bajo un ambiente de fraude electoral.

Tendencia histórica de la decadencia del voto Chavista: Presidenciales 1998: Chavismo: 3.673.685 // Oposición: 2.863.619. Constituyente abril 1999: Chavismo: 3.630.666 // Oposición: 300.233. Constituyente Diciembre 1999: Chavismo: 3.301.475 //  Oposición: 1.298.105 Presidenciales 2000: Chavismo: 3.757.773 // Oposición: 2.530.805. Revocatorio 2004: Chavismo: 5.800.629 // Oposición: 3.989.008. Parlamentarias 2005: Chavismo: 1.871.419 // Oposición: no participó. Presidenciales 2006: Chavismo: 7.309.080 // Oposición: 4.292.466. Reforma 2007: Chavismo: 4.404.626 // Oposición: 4.521.494. Regionales 2008: Chavismo: 5.541.942 // Oposición: 4.712.621. Enmienda 2009: Chavismo: 6.310.482 // Oposición 5.193.839. Parlamentarias 2010: Chavismo: 5.423.324 // Oposición 5.674.343. Elecciones presidenciales 2012: Chavismo 8.191.132 // Oposición: 6.591.304 // Elecciones regionales 2012/ Chavismo 4.853.494 // Oposición 3.883.037Elecciones presidenciales 2013: Chavismo 7.505.338 // Oposición: 7.270.403 Elecciones Municipales 2013. Chavismo // 5.216.522// Oposición 4.373.910. Fuente CNE. Elecciones parlamentarias 2015 // Chavismo: 5, 625,248 // Oposición: 7, 728,025… Elecciones 2017 Regionales y Municipales cuestionadas por la parcialidad cínica del árbitro electoral. Elecciones presidenciales Mayo 2018 consideradas fraudulentas por no ser competitivas. Presidenciales 2018: Chavismo / Madurismo: 6.245 862 // “Oposición”: 2.943.805.

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