Morfema Press

Es lo que es

María Corina Machado

La líder opositora María Corina Machado reaccionó este domingo a la canonización del doctor José Gregorio Hernández y la religiosa Carmen Rendiles, los primeros santos de Venezuela, y aseguró que el país recibe este acontecimiento como un aliento espiritual en medio de su clamor por libertad y dignidad.

“Venezuela hoy amanece bendecida con sus dos santos, José Gregorio y la Madre Carmen. Son los santos de todos los venezolanos y sabemos que sus milagros seguirán siendo en beneficio de un pueblo que quiere vivir unido, en paz, con libertad y dignidad”, expresó Machado en sus redes sociales.

La ceremonia fue presidida por el papa León XIV en la plaza de San Pedro, donde, según autoridades locales, más de 55.000 personas se congregaron para presenciar el histórico momento. Banderas venezolanas y camisetas con la imagen de los nuevos santos llenaron el lugar, marcando una visible presencia de la diáspora.

Mientras tanto, en Venezuela, miles de fieles se reunieron en plazas y templos de distintas ciudades para seguir la transmisión y celebrar lo que muchos describen como un acto de esperanza nacional.

Por Simón Armas

En política, los símbolos se forjan tanto por la acción como por la reacción que generan. Desde enero de 2025, el régimen de Nicolás Maduro ha desplegado contra María Corina Machado un operativo sostenido de persecución y propaganda, diseñado para acallarla y desgastar su liderazgo. Sin embargo, el resultado parece ser el opuesto: la dirigente se ha convertido, incluso para sectores no militantes, en un mito de resistencia.

El aparato oficialista ha cometido un error clásico en la guerra política: demonizar a su adversario hasta transformarlo en héroe. Las palabras de Diosdado Cabello —asegurando tener “información muy clara” sobre su paradero y describiéndola como “protegida”— no solo intentan sembrar miedo, sino que certifican su relevancia. En el imaginario popular, el régimen no despliega semejante aparato de vigilancia contra dirigentes inofensivos.

Cada alocución en su contra, cada rumor sobre su clandestinidad, cada acusación de “terrorista” proyecta a Machado como el enemigo político más temido por el chavismo. Y, en un país donde la narrativa de David contra Goliat resuena profundamente, esa imagen se traduce en capital simbólico: una mujer desarmada enfrentando a un Estado que la quiere silenciar.

Esta dinámica no es nueva. La historia venezolana y latinoamericana muestra múltiples casos donde la represión termina alimentando el mito. Lo que parece un golpe de fuerza contra el adversario se convierte en un certificado de su peligrosidad para el poder y, por tanto, en una validación de su liderazgo.

Y es ahí donde el chavismo comete su error más grave: al intentar borrar a Machado del tablero, la está grabando a fuego en la memoria colectiva. En su afán por destruirla, podrían estar escribiendo, sin saberlo, el primer capítulo de la crónica de su propia derrota.

*Sociólogo

Vía La Gran Aldea

María Corina Machado, desde la clandestinidad, analiza el rumbo político de Venezuela tras el 28J, la resistencia ciudadana, el quiebre del régimen y el camino hacia una transición democrática.

A un año del histórico 28 de julio de 2024, conversamos con María Corina Machado sobre el significado real de la victoria, el poder de la organización ciudadana, la naturaleza criminal (y terrorista) del régimen de Nicolás Maduro y los próximos pasos de una transición necesaria pero hoy difusa. Esta entrevista es un testimonio político y humano imprescindible para entender el presente y el futuro de Venezuela.

–Tras un año del 28J, ¿cómo se resignifica la palabra «victoria» en un proceso político donde se gana en las urnas pero todavía no se ha logrado lo más importante, que es conquistar el poder?

–Y esa es la clave, entender que el propósito es lograr no sólo la liberación de Venezuela, sino la reconstrucción de una nación próspera, segura, sólida y obviamente libre. O sea, no es nada más sacar a Maduro. La victoria es cuando logremos eso.

Ahora, al final, hemos entrado en una lógica que es durísima de asimilar, porque nosotros somos demócratas; pero nos declararon la guerra, y debemos entender que esa es la dinámica que estamos viviendo, por duro que sea. Entonces, una guerra tiene muchas batallas, y las vas ganando, y cuando vas ganando batallas vas conquistando terreno, posiciones estratégicas, cimas. A veces pierdes batallas, puedes dar un paso atrás o tienes que rodear una colina. Pero esta no es una guerra convencional: es una guerra complejísima, híbrida, que se lucha en múltiples planos.

Había que empezar por unir a un país para tener fuerza interna. Eso nos tomó tiempo, nos tomó años, y finalmente yo siento que el 22 de octubre, el día de las primarias, esa victoria unió al país. Eso fue una victoria monumental, que trasciende la salida del régimen. Va a tener consecuencias por décadas, porque tiene implicaciones incluso antropológicas en la sociedad venezolana, buenísimas a futuro.

Después venía otra victoria, que algunos pensaban que era en el campo electoral. Era mucho más que eso. El campo electoral era la fachada que nos permitió hacer cosas, pero estábamos dando una batalla muchísimo más compleja y asimétrica: sin plata, sin medios de comunicación, sin apoyos internacionales. Y el régimen lo tenía todo, todo. Y se lo creyeron. Por eso los pudimos sorprender el 28 de julio.

Si esto hubiese sido una batalla electoral solamente, con 60.000 personas organizadas como testigos, ganamos. Pero ya sabíamos que estábamos en una fase de guerra, aunque no públicamente asumida. Por eso levantamos un millón de personas. Y lo logramos. Después venía una siguiente batalla: estos 365 días. Una lucha durísima, en la cual teníamos que lograr, primero, que se reconociera nuestra legitimidad, y que Maduro estaba perdido electoralmente. Y se logró. Costó muchísimo, porque había antiguos aliados ideológicos que estaban siempre a tirito de reconocer a Maduro, porque la plata que hay detrás de esto es monumental. Pero se logró.

Se logró algo aún más crítico: el reconocimiento formal y explícito de que enfrentamos una estructura criminal. Esto no es solo una dictadura, es una estructura criminal. El 28 de julio de 2024 fue un quiebre, un hito que divide la historia de Venezuela en términos ciudadanos y en términos de legitimidad. Pero el 25 de julio de 2025 es un hito en términos de la naturaleza del régimen que enfrentamos, y de la disposición de la justicia internacional a actuar desmantelando este sistema. Obviamente me refiero a la designación de Maduro como jefe del Cártel de los Soles, y al Cártel como grupo terrorista global por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Ese es el plano donde estamos hoy.

–¿Cómo se reconstruye —y sobre todo se sostiene— una esperanza colectiva cuando el régimen ha demostrado estar dispuesto a cruzar todos los límites éticos, morales, económicos y políticos?

–Cuando uno ve todos estos análisis, estos “sesudos analistas”, “expertos geopolíticos”, que hacen escenarios con 50.000 variables, siempre hay una que no está: la gente. Para ellos la gente simplemente no importa, y resulta que es la fuerza fundamental, la que ha cambiado la historia de la humanidad.

Evidentemente, la gente es vulnerable al ataque violento y físico, y eso implica que hemos tenido pérdidas, como en toda guerra. Pero lo racional, lo que ha ocurrido, es que nuestra gente se ha adaptado a esa realidad, se protege, se cuida, se defiende unos a otros, y se reorganiza en esta dinámica.

Entonces, uno: el régimen no tiene a la gente. Si uno compara lo que fue la campaña hacia el 28 de julio, yo no tuve una sola entrevista en televisión nacional. ¿Qué hicieron para el 25 de mayo y el 27 de julio? Una cosa loca. Todo el aparato comunicacional del régimen dándole plataforma a unos pseudos opositores, todos repitiendo lo mismo, amenazando a los empleados públicos, a la gente con el CLAP… ¿Y qué ocurrió? El pueblo clarísimo de que estos son escenarios para desobedecer, para rebelarse.

La gente está allí, y está clara. Cuando me vienen con el cuento de que la gente se desmoraliza, que pierde la esperanza, digo: no. Aquí todo el mundo sabe que lo que está en juego es la vida de nuestros hijos. Esto no tiene límite de tiempo, pero sí tiene urgencia. No estamos esperando que las cosas pasen. Estamos haciendo que las cosas pasen. Pero todo el mundo tiene que trabajar. No depende de mí, ni de Edmundo, ni de un partido. Depende de los 30 millones de venezolanos.

Además, el régimen no tiene legitimidad. Cada día tiene menos respaldos externos. ¿Quiénes eran los grandes apoyos del régimen? Siria, ¿dónde está al-Ásad? Rusia, ¿cómo está Putin? Irán, dime tú. Cuba, pasando aceite. Sus aliados están en el peor momento de su historia. Y aquellos que le servían un poco para la cara en foros internacionales ya dicen: “Este tipo es tóxico”.

Y ahora, con ese sello de terrorista… Nunca antes en la historia del hemisferio se había designado como grupo terrorista internacional a un cártel diciendo explícitamente que el jefe de ese cártel usurpa la jefatura del Estado. Esto tiene implicaciones jurídicas y financieras inmensas. Y te aseguro que donde sí se está entendiendo esto es en los cuarteles venezolanos.

–Es cierto que la sociedad venezolana sabe mucho, que se reorganiza. Pero el chavismo también se adapta, aprende de sus errores. La verdad es que las tiranías y dictaduras en los últimos tiempos son más resilientes que nunca. Siendo así, ¿cómo organizamos a la sociedad venezolana para actuar de forma clandestina? Que es una palabra que además ya ha usado. Exactamente, ¿qué significa eso? ¿cómo lo puede entender la gente? Y sobre todo, además, ¿cómo podemos ayudar quienes estamos afuera para esta nueva etapa? o sea, ¿cómo podemos ayudar a que se dé esa organización? Entendiendo lo que es clandestino, porque obviamente hay gente ahora que quiere banalizar esto, o burlarse de esto, sin entender que de alguna manera es cuidarse mucho más sobre esta nueva etapa de un régimen al que ya no le quedan capas, que quedó su forma más barbárica.

–Absolutamente. Y creo que esa es una forma muy buena de ponerlo: se le han ido quitando todas las capas, y ha quedado expuesto en su esencia.

A los que banalizan el mal, sabemos lo que les espera en la historia. Están quebrados espiritualmente, y su forma de sentir que tienen relevancia es tratar de quebrar al país y arrastrarlo a su derrota. Pero ya sabemos lo que el país les ha dicho, dónde los ha puesto. Y la historia va a ser implacable. Como ya la gente está siendo implacable hoy, como lo vimos el domingo 27 de julio. Entonces, a estos individuos no nos pueden desviar. Focalicémonos en lo nuestro.

–¿Y cómo se organiza esa lucha en clave de clandestinidad?

–Si algo hemos logrado los venezolanos es ser realmente creativos e innovar. Porque si tú dices que estos son sistemas complejos y adaptativos, nosotros también. Hemos enfrentado la ingeniería electoral con inteligencia electoral. Y los derrotamos. Estos tipos no tienen escrúpulos, son capaces de disparar, de perseguir, de torturar, de mostrar toda su crueldad porque se sienten intocables e impunes. Pero nosotros también aprendemos a cómo no solamente enfrentarlos, sino derrotarlos en distintos ámbitos.

La Operación Guacamaya, por ejemplo. No exagero cuando te digo que [la Embajada de Argentina en Caracas] es el segundo edificio más vigilado de Venezuela después de Miraflores. Y bajo sus narices. Los tipos no tienen hoy la más remota idea. Eso demuestra que a lo interno las fracturas son reales.

Así como nos hemos organizado para eso, hay que organizarse para la lucha cotidiana. Ellos han buscado, primero, el control de los medios de comunicación, para que no pudiéramos comunicarnos públicamente. Luego, imponer campañas de propaganda brutal, con toda la plata del mundo, que la están botando porque nadie los oye ni les cree. Ahora buscan interrumpir, infiltrar y negar las redes sociales. Bueno, hay nuevas formas de comunicación, tanto tecnológicas como convencionales. Y hay que usarlas todas. Los instrumentos los hemos ido construyendo y están allí. Hay un gentío que los utiliza. Pero es responsabilidad de todos informarse. Y creo que eso es algo que ustedes, desde afuera, pueden hacer: decir cosas que, estando adentro, implican un riesgo altísimo.

Claro que esta es una nueva clandestinidad. No es la de los 60 o los 70, ni la de otros países. Esta es la clandestinidad de Venezuela 2025. Donde sabemos que el 90% del país quiere lo mismo que nosotros, incluyendo policías y militares. Y donde tenemos herramientas tecnológicas y muchos apoyos externos para que esas herramientas sean seguras.

Y esto va a emerger en el momento preciso. ¿Cuándo llega? Cuando llegue. Lo estamos construyendo. Obviamente no se va a decir ni anticipar, porque parte de lo que hemos logrado ha sido porque los hemos sorprendido una vez tras otra.

¿Y cuánto tiempo durará? Lo que haga falta. Pero no vamos a dejar de hacer nuestro trabajo. No solo hasta que salga Maduro. Maduro va a salir. Ese no es el final. El final es construir un país con instituciones y pilares éticos, republicanos, liberales, democráticos, tan sólidos que sirvan para defender a esta Venezuela y hacerla crecer y ser la envidia del planeta en los próximos cien años. Ese es el propósito.

–¿Cómo debe reconfigurarse hoy la estrategia internacional en medio de todos los cambios globales?

–Ese es un punto apasionante, porque no tiene respuesta fácil. Porque es un mundo contradictorio, con incertidumbres, con incoherencias, y hay que saber utilizarlas a favor nuestro.

Hay actores que nunca imaginamos que serían grandes aliados y resultaron ser muy favorables a la causa. Te pongo un ejemplo: Gabriel Boric. ¿Quién ha presentado la denuncia más dura sobre los vínculos del alto nivel del régimen con el Tren de Aragua en Santiago de Chile? El gobierno de Boric, un gobierno de izquierda. Y esto aplica para múltiples otros actores, tanto gubernamentales como de ONG.

Aquí hay fuerzas que se han desplegado, algunas con intereses oscuros para convertir a Venezuela en un santuario de desestabilización del hemisferio. Carteles de la droga, guerrilla colombiana, redes de tráfico de oro, prostitución infantil, terrorismo islámico, intereses de Rusia, Irán, todo. Pero ahora eso se ha hecho explícito, público, y refrendado. Estamos en otra fase.

Muchos actores empiezan a entender que esto va mucho más allá de una lucha convencional entre izquierda y derecha. Esto los supera.

Desde luego que yo tengo mis posiciones doctrinarias clarísimas. Soy amiga de Javier Milei, amiga de Giorgia Meloni. Y estoy orgullosa de ello. Pero esto nos pone en otro nivel, donde incluso puedes tener aliados con quienes tienes diferencias ideológicas.

–En un escenario sin garantías, sin árbitros y con la fuerza bruta como único lenguaje del régimen, ¿cómo se puede pensar la transición sin caer en el dilema entre parálisis o violencia?

–Yo sí les puedo decir una cosa: nunca en mi vida he trabajado tanto como ahora. No sé lo que es un sábado, un domingo, un día de Navidad. No hay hora. Y te aseguro que somos miles y miles en el mundo entero, no solamente en Venezuela, que estamos así, fajados.

Y claro que a veces las cosas no van a la velocidad que quisiéramos, y por supuesto que hemos cometido errores. Hemos subestimado alguna fuerza. Pero esto está avanzando en la dirección correcta. Aquí hay que ver la película grande, el juego grande, y ver el mapa: las posiciones que hemos conquistado, cómo hemos defendido ese territorio y no nos han hecho retroceder. Nosotros sí les hemos hecho retroceder a ellos.

Y como bien dicen, a estos criminales lo único que les queda son sus armas y su terror. Eso es lo único. Entonces, ¿cómo se desmonta una estructura criminal? Con lo que en inglés llaman law enforcement, la aplicación de la ley, que tiene múltiples capas. Y eso implica acciones que, obviamente, los venezolanos desde adentro no estamos en capacidad de hacer. Nosotros no podemos interceptar envíos de droga, no podemos bloquear cuentas con transacciones por oro de sangre. Eso lo tiene que hacer la justicia internacional. Y está ocurriendo. No a la velocidad que queremos, pero ocurre.

Si me preguntas un área donde falta lograr más —y me genera frustración no haberlo hecho con mayor velocidad— es elevar el costo de la represión. Que los perpetradores de crímenes sepan: “Vas a ser responsable. Piénsatelo dos veces”. Eso implica que cada crimen debe tener consecuencias. Y la justicia internacional tiene la información: se la hemos proveído. Y están las víctimas, sus familiares, las organizaciones de derechos humanos, que son valientes. Y muchas de esas víctimas no se sienten víctimas: son héroes.

Eso es muy importante. Esto no hay que verlo desde la lástima, aunque nos parta el alma, sino desde la valentía y la admiración. Yo les aseguro que nuestros presos políticos están de pie, no entregados, orgullosos. Te dicen: “Esto vale la pena. Lo volvería a hacer”. Es impresionante. Ese es el espíritu. No estamos en un plan de víctimas. Estamos a la ofensiva con los instrumentos que tenemos.

La comunidad internacional puede hacer mucho más para elevar el costo de la represión, y también para cerrar los flujos con los que se financia el aparato de terror. Y sí les digo: lo que está ocurriendo es que los actores que hoy soportan al régimen entienden que esto pasó ya a una etapa resolutiva. Después del 25 de julio, estamos en otra etapa.

–¿Crees que la Corte Penal Internacional va tarde? Porque una forma de elevar ese costo de represión es que ya empiece a identificar a los perpetradores de crímenes de lesa humanidad. Tiene los datos suficientes.

–Absolutamente sí. Muy tarde. Imperdonablemente tarde. Porque lo ha hecho con gran celeridad en otros casos, y el caso venezolano está excesivamente documentado. Eso lo sabemos.

Y lo que esperamos es que también lo haga público. Porque no basta con tomar decisiones: el mundo —y sobre todo los perpetradores— deben saber que esto va en serio. Y eso sí tiene un efecto disuasorio. Eso está avanzando. No tengo ninguna duda.

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Nos persiguen porque nos temen. Porque ellos sí saben lo que somos, lo que hemos construido y de lo que somos capaces

añana se cumple un año de una de las gestas más grandes de este siglo, en lo que respecta a la lucha entre demócratas y autócratas. La protagonizó el pueblo venezolano el 28 de julio de 2024, cuando derrotó abrumadoramente en las urnas a una de las tiranías más abyectas y criminales de nuestro tiempo. Contra todo pronóstico, los venezolanos nos organizamos con máximo sigilo para superar cada una de las trampas y atropellos que el régimen de Nicolás Maduro preparó con la finalidad de ejecutar un nuevo fraude electoral. Los venezolanos logramos construir una inmensa unidad en torno a la candidatura de Edmundo González frente a un sistema criminal que pretendía impedir la participación de cualquier candidato opositor con posibilidad de derrotarlos. Además, y gracias al trabajo organizado de más de un millón de ciudadanos que asumieron tareas específicas y concatenadas, logramos un hecho inédito: en pocas horas recabamos el 85 por ciento de las actas oficiales, las digitalizamos y las publicamos, y el mundo entero puedo comprobar nuestra victoria.

Ante su derrota, Maduro y compañía sólo tenían dos opciones: negociar una transición (opción que se les ofreció) o atrincherarse y reprimir a mansalva. Optaron por lo segundo. Más de 2.500 personas han sido apresadas durante los últimos doce meses: niños, jóvenes, mujeres. Decenas continúan desaparecidos, muchos han sido torturados, incluso abusados sexualmente. Han arremetido contra todos: periodistas, testigos electorales, sacerdotes, sindicalistas, defensores de derechos humanos, líderes comunitarios y políticos. También han ido contra las familias: si no encuentran a un dirigente que buscan apresar, se llevan a su madre, a su hijo o su pareja, para que se entregue. Miles de valientes venezolanos están hoy escondidos, escapados y refugiados en distintos países, incluyendo a nuestro presidente electo, quien ha sido perseguido y amenazado, con su yerno también preso por la tiranía. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha calificado las prácticas de Maduro como terrorismo de Estado, y el alto comisionado para los Derechos Humanos y la Misión de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas como crímenes de lesa humanidad.

Mientras escribo estas palabras, recibo la noticia de que dos jóvenes líderes del Estado Carabobo acaban de ser secuestrados. En la última semana, son más de 35 personas. Mientras los esbirros del régimen irrumpen de madrugada en los hogares, armados hasta los dientes y vestidos de negro, para llevarse a inocentes, Maduro ‘excarcela’ a otros pocos inocentes gracias a las gestiones que atribuye al señor Rodríguez Zapatero. Tratan a seres humanos como fichas de canje; los usan para lavarse mutuamente las caras.

Nos persiguen porque nos temen. Porque ellos sí saben lo que somos, lo que hemos construido y de lo que somos capaces. Y nosotros también lo sabemos. Maduro se aferra al poder a través del terror, el cual se financia con toda la gama de actividades criminales imaginables: narcotráfico, contrabando de oro, crimen organizado, extorsión, prostitución. Nos han declarado la guerra a los venezolanos. El 28 de julio, con sus propias armas, los derrotamos y quedaron expuestos. Desde ese día hemos avanzado en el campo de batalla, y ahora entramos a otra fase. Dura, peligrosa y definitiva.

Durante estos 365 días la determinación del pueblo venezolano a luchar por nuestra libertad se ha mantenido intacta. Hemos transformado la organización electoral en estructuras subterráneas y las comunicaciones ya no son públicas. Hemos logrado que el mundo democrático reconozca nuestra victoria y que Maduro esté cada día más aislado, dentro y fuera de Venezuela. Maduro pretende imponer una cortina de acero para esconder la realidad: un país que está en efervescencia y también cuidándonos unos a otros. Preparándonos para el momento preciso. Decididos a hacer lo que sea necesario, los días que sean necesarios. Haga lo que haga Maduro, esto no tiene vuelta atrás, y muchos en su entorno lo saben. Por eso, las fisuras, las deserciones y las traiciones dentro del sistema criminal seguirán aumentando.

No iniciamos esta guerra, pero estamos obligados a librarla y a ganarla. Se trata de nuestras vidas, de nuestros hijos y de nuestro país; por la libertad, la democracia y la dignidad de la nación. Es una lucha existencial que nos obliga a alcanzar la victoria final; a conquistar ese momento en el que las familias venezolanas puedan reencontrarse nuevamente, los demócratas podamos reconstruir juntos nuestro país y Venezuela sea, otra vez y para siempre, el hogar de todos nuestros compatriotas.

Es esa certeza profunda, esa convicción inquebrantable, la que no sólo nos garantiza que el pueblo de Venezuela va a prevalecer en esta lucha existencial; es también la que nos ha hecho llegar hasta el punto en el que estamos ahora. Un punto en el que, contra lo que puedan creer algunos ajenos al drama nacional, los demócratas estamos ganando. Y por eso, cuando nos mantenemos enfocados y unidos, y cuando examinamos la travesía transitada, comprendemos esto, que esta confrontación la estamos ganando. Porque así es esta lucha desigual entre un puñado de criminales que usurpan el Estado y millones de ciudadanos de bien: hasta el último momento, hasta ese punto crucial en el que sobreviene la victoria, todo parece indicar que los demócratas están perdiendo. Y de repente, súbitamente, del mismo modo en el que se desploma un edificio carcomido por dentro, el sistema entero se derrumba.

La victoria del 28 de julio fue posible porque en Venezuela ha emergido un gran movimiento ciudadano por la libertad. Un movimiento que reconcilió y unió al país; que impuso la verdad sobre la mentira; que articuló a millones de ciudadanos para materializar un mandato popular y soberano que está vigente y va a ser cumplido; que ha dejado al desnudo los vínculos perversos entre agentes de otros países y el régimen criminal de Maduro; que ha impulsado el ‘law enforcement’ internacional sobre tales criminales, y que propicia las fracturas internas dentro del régimen para facilitar el tránsito a la democracia.

Este proceso es irreversible. Venezuela entera, incluyendo a quienes todavía la oprimen, tiene la certeza de que esto va a pasar.

La líder opositora venezolana, María Corina Machado, publicó este sábado una contundente columna de opinión en La Nación titulada “Vamos ganando 4 a 0: Maduro está contra las cuerdas”, en la que hace un balance político tras la masiva abstención del pueblo venezolano frente a las “elecciones” regionales y parlamentarias convocadas por el régimen el pasado 25 de mayo.

En el artículo, Machado califica el evento como “una farsa electoral” destinada a blanquear la derrota sufrida por Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Señala que más del 85% de los venezolanos desobedecieron activamente la convocatoria del régimen, desafiando amenazas, chantajes y represalias: “Fue uno de los actos de desobediencia masiva más grandes de nuestra historia”, afirmó.

La jefa opositora argumenta que lo ocurrido representa una reafirmación del mandato soberano expresado en julio del año pasado, cuando, según la oposición, Maduro fue derrotado por una abrumadora mayoría. “En un país donde el gobierno elige a los candidatos, persigue a los opositores y falsifica los resultados, ningún líder legítimo puede convalidar semejante engaño”, enfatizó.

Machado también denunció la continuidad de una feroz represión política, incluyendo más de 2.000 desapariciones forzadas, torturas y asesinatos selectivos, así como el exilio forzado del presidente electo Edmundo González. Criticó al Consejo Nacional Electoral por no publicar resultados ni actas, manteniendo fuera de servicio su página web desde julio pasado.

En la columna, la dirigente opositora enumera las cuatro grandes victorias populares que, a su juicio, han arrinconado al régimen:

  1. Las primarias democráticas del 22 de octubre de 2023
  2. La victoria presidencial del 28 de julio de 2024
  3. La exitosa Operación Guacamaya, que rescató a dirigentes refugiados en la embajada argentina
  4. La desobediencia masiva del 25 de mayo de 2025

“Hoy a Maduro solo le queda la violencia”, advierte Machado, quien agradece el respaldo internacional, en particular de Estados Unidos, por cerrar el grifo financiero del régimen y avanzar en la aplicación de justicia internacional.

Concluye con un mensaje firme y esperanzador: “Vamos 4 a 0, y esto es hasta el final”, reafirmando el compromiso con una transición democrática pacífica y la defensa del voto como expresión suprema de la soberanía popular.

Vía Gaceta

La líder opositora venezolana María Corina Machado ha enviado un mensaje a la CPAC, organizada por el partido del primer ministro húngaro Viktor Orbán. En un vídeo difundido durante el evento, Machado ha denunciado que «bajo los regímenes de Chávez y Maduro, nuestro pueblo ha sufrido tortura, exilio, hambre y una represión indescriptible. Nuestra prensa ha sido silenciada, nuestras elecciones, robadas, y nuestros hijos se han visto obligados a dispersarse por todo el continente en la mayor crisis migratoria en la historia de las Américas».

En ese marco, ha afirmado que «existe hoy un sólido alineamiento estratégico entre las fuerzas democráticas de Venezuela y el Gobierno de los Estados Unidos, enfocado en defender la seguridad democrática, liberar el potencial económico sin precedentes de nuestro país y erradicar todas las dictaduras y el comunismo en el hemisferio». En este sentido, ha instado a Europa a seguir el ejemplo de la Administración Trump y aumentar la presión sobre el régimen de Maduro.

Machado también ha destacado que una «Venezuela libre ofrecerá una oportunidad económica única, con las mayores reservas de petróleo del mundo, vastos campos de gas sin explotar, minerales estratégicos y una ubicación geográfica privilegiada en el corazón del continente americano». Añade también que el país está listo para convertirse en un socio energético y comercial clave bajo un nuevo marco democrático, basado en el Estado de Derecho, la transparencia y el liderazgo del sector privado.

Por último, ha agradecido a Europa el apoyo brindado a la causa venezolana, «especialmente el reconocimiento expresado a través del premio Sájarov del Parlamento Europeo». Finalmente, ha asegurado que «cada acto de solidaridad es un respaldo al pueblo venezolano, que continúa firme en su lucha por la libertad. Somos un pueblo listo para culminar lo que comenzamos»

La líder nacional María Corina Machado publicó en su cuenta X (15.02.25) un mensaje comentado los avances internacionales que se están logrando para la divulgación de la situación de Venezuela y obtención de apoyos para la causa democrática.

A continuación el mensaje íntegro:

Queridos venezolanos,

Hoy ha sido un día especialmente productivo.

Seguimos tejiendo sin pausa las alianzas necesarias para alcanzar nuestra meta final, y quiero compartirles algunos avances muy significativos para nuestra causa.

En la 61ª Conferencia de Seguridad de Múnich 2025, el foro más importante a nivel mundial para debatir los desafíos de seguridad internacional, Edmundo González, nuestro Presidente Electo, sentó un precedente al ser el único líder latinoamericano en presentar una conferencia. En ella, participó junto a Roberta Metsola, Presidenta del Parlamento Europeo, y expuso ante la comunidad internacional cómo el régimen de Maduro representa un factor de desestabilización para toda la región.

Las reuniones realizadas en el marco de la conferencia fueron estratégicas y muy prometedoras.

Primero, el encuentro de Edmundo con el fiscal de la Corte Penal Internacional fue particularmente significativo para alzar la voz de todos los venezolanos y exigir justicia por los crímenes del régimen tipificados en el Estatuto de Roma.

Posteriormente, hubo el encuentro con el canciller de Israel, Gideon Saar, continuando el diálogo que ya habíamos iniciado hace un par de semanas. Esta reunión nos permitió profundizar sobre las preocupaciones compartidas respecto a las amenazas comunes para nuestros respectivos países. La comprensión del riesgo que representa el régimen de Maduro para la seguridad hemisférica es un hecho.

El ministro Saar regresó hoy mismo a Israel para recibir al Secretario de Estado Marco Rubio, con quien nos reunimos recién juramentado.

Adicionalmente, el jueves pasado, el Almirante Alvin Holsey, Comandante del Comando Sur, presentó un testimonio histórico ante el Comité de Servicios Armados del Senado estadounidense, donde expuso claramente las preocupaciones sobre la creciente influencia de Irán y Hezbollah en Venezuela.

Unan ustedes los puntos…

Venezolanos, no permitan que los desmoralizadores que promueven la inacción los desalienten.
Nuestra diversidad táctica es nuestra fortaleza. Cada uno de estos encuentros y conversaciones contribuye a nuestro objetivo final: desalojar al régimen y transformar a Venezuela en un aliado fundamental de la Libertad y la Democracia en el hemisferio occidental.

Los líderes y cancilleres con quienes nos hemos reunido, y nos seguiremos reuniendo, comprenden plenamente la importancia de nuestra causa y nos apoyan firmemente. Enfrentamos un desafío complejo que requiere soluciones igualmente complejas, y por eso seguimos tejiendo esta red de apoyo sin pausa.

Mantengan la fuerza y la esperanza. El mundo está cambiando y nuestro adorado país también!!!

https://twitter.com/MariaCorinaYA/status/1890910457596182998?t=WHP9USGLEwPIz0R-32J9oQ&s=19

La Fiscalía venezolana anunció este viernes la apertura de una investigación contra la líder opositora María Corina Machado por -aseguró- apoyar el proyecto de ley aprobado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos que prohíbe a instituciones del Gobierno estadounidense contratar a personas o empresas que tengan lazos comerciales con el Ejecutivo chavista.

A través de un comunicado publicado en Instagram, el Ministerio Público (MP, Fiscalía) sostuvo que decidió iniciar esta investigación contra Machado para “ser imputada por su promoción y apoyo a dicho adefesio jurídico que patrocina terribles actos delincuenciales contra el pueblo venezolano”.

El delito por el que investiga la Fiscalía a Machado es “traición a la patria”

La institución sostuvo que los pronunciamientos que ha hecho Machado a favor de este proyecto de ley constituyen la comisión de los delitos de “traición a la patria”, conspiración con países extranjeros, así como asociación para delinquir.

El miércoles, Machado auguró consecuencias para el Gobierno de Nicolás Maduro por este proyecto de ley.

“La ley Bolívar (oficialmente Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo de Venezuela) envía un mensaje claro al régimen: la represión y las actividades criminales tienen consecuencias y nadie podrá normalizarlas”, afirmó Machado a través de X, aunque la norma debe aprobarse por el Senado para que se haga efectiva.

Entretanto, el presidente Nicolás Maduro calificó de “basura” la norma, al tiempo que advirtió que aquellos opositores que apoyen este proyecto de ley estarán cometiendo delitos, por lo que deberán atenerse a “las consecuencias” judiciales, sin precisar cuáles serían.

Inhabilitación perpetua

El jueves, el Parlamento -controlado por el chavismo- aprobó la discusión de una ley orgánica que busca inhabilitar políticamente a quienes soliciten a países, “grupos o asociaciones terroristas”, que impongan sanciones económicas contra la nación caribeña.

El proyecto de ley se aprobó por unanimidad en la plenaria, en la que el presidente de la Cámara, el chavista Jorge Rodríguez, insistió en que la inhabilitación política deberá ser perpetua.

El proyecto de ley Bolívar lo presentaron los representantes de Florida Mike Waltz, republicano, y Debbie Wasserman Schultz, demócrata, quienes consideran, en palabras del primero, que Estados Unidos debe “mantener las sanciones existentes contra el régimen y buscar ampliarlas para minimizar los recursos de Maduro para abusar de las libertades y la prosperidad del pueblo venezolano”.

EFE

Hoy se cumple un año de un acontecimiento cívico que marcó un antes y un después en nuestra lucha por la libertad y la democracia en Venezuela: la elección  primaria del 22 de octubre de 2023. Ese día los ciudadanos entendimos el enorme poder con el que contábamos y el tamaño de nuestra capacidad organizativa y movilizadora. Recuperamos la confianza unos en otros y nos dimos el mandato de luchar sin descanso para derrotar a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024. Este día abrió las compuertas para la rotunda victoria de Edmundo González Urrutia el pasado 28 de julio.

Ha sido una travesía llena de obstáculos, trampas y ataques. Las experiencias previas hicieron que muchos afirmaran que era una tarea imposible de lograr. Los años anteriores estuvieron marcados por la peor hiperinflación de la historia, una brutal represión y un éxodo masivo. La pandemia de la covid-19 le sirvió al régimen para suprimir manifestaciones públicas. Además, múltiples elecciones anteriores habían sido  suspendidas o adulteradas, dada la total supresión de la división de poderes y del régimen de libertades en Venezuela.

El régimen potenciaba la desmoralización mediante un vasto aparato de propaganda que mantenía alineados, dentro y fuera de Venezuela, a centenares de periodistas, analistas, académicos, lobistas y políticos sumisos, supuestamente opositores. Un coro de voces derrotadas, esforzadas día y noche en pulverizar la fe de los venezolanos en nuestra propia capacidad para conquistar el cambio.

El primer paso para cambiar el rumbo era imponer la verdad sobre la mentira. La oportunidad llegó cuando las fuerzas democráticas debimos afrontar la elección presidencial de 2024. Había consenso en torno a la necesidad de elegir un candidato unitario, pero no acerca de cómo elegirlo. Poco a poco se impuso la tesis más transparente y poderosa: ¡que decidiera la gente! Y la gente exigió que ocurriera la elección primaria.

La Plataforma Unitaria designó entonces una Comisión Nacional de Primarias (CNP) , integrada por ciudadanos honorables que tuvieron que enfrentar enormes retos éticos y operativos, así como los intentos de la tiranía para viciar el proceso. Un dilema fue el voto de los venezolanos en el exterior. Esa posibilidad era tan justa como compleja, ya que un cuarto de la población ha debido emigrar. La justicia prevaleció sobre las dificultades operativas, y se logró el voto exterior.

Otro dilema fue la intromisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo público absolutamente controlado por la tiranía. De nuevo, justicia frente a dificultades logísticas. Prevaleció otorgarle credibilidad al proceso electoral, y se impuso la tesis de que la CNP debía garantizar la independencia de la primaria.

Asimismo, la írrita inhabilitación en mi contra no hizo más que impulsar la primaria. Arraigó cada vez más entre los ciudadanos un espíritu rebelde, decidido a retar al sistema autocrático que, entre tanto, le apostaba al fracaso del proceso electoral e intentaba guardar las formas. Para ello, cinco días antes de la votación, sus representantes firmaron los Acuerdos de Barbados junto a los delegados de la Plataforma Unitaria. No tardarían mucho en violentar todos los puntos allí acordados.

Finalmente, llegó el 22 de octubre. Nadie sabía cuál sería el resultado de aquel proceso, una vez llegada la hora de la verdad. Confieso que las mejores expectativas eran superar un millón de electores. Pero el pueblo venezolano nos dio una nueva lección: ¡casi tres millones de personas salieron a votar!

Ese día llovió torrencialmente en todo el país. Nada detuvo a millones de personas que de forma cívica, entusiasta y tenaz acudieron a los centros de votación, muchos ubicados en los sitios más humildes que podamos imaginar. En algunos casos la gente votó sobre sus mesas de planchar… una imagen ya icónica para la historia. Cada uno de los valientes votantes, miembros de mesa, testigos y personas de apoyo que participó en el proceso contribuyó a organizar y financiar la realización de los comicios.

Ninguna de las barreras impuestas por el régimen logró impedir que la gente ejerciera su derecho a elegir. Al cierre del proceso, la gente se quedó en los centros de votación para hacer con inmensa emoción lo que no había podido durante 20 años (debido al voto electrónico que impuso el chavismo) : contar en público cada voto, ¡“papelito por papelito”!

Con increíble esfuerzo, humildad y transparencia, la primaria coronó su objetivo fundamental: derrotar la mentira totalitaria, recuperar la confianza en el voto y levantar nuevamente la esperanza en el cambio. Desde entonces, el movimiento cívico que hoy abarca y une a toda Venezuela crece sin parar.

Ese 22 de octubre fue el primer paso para la resonante victoria que tendría lugar nueve meses más adelante. La demostración de nuestra victoria,  con actas en mano  y digitalizadas 24 horas después de la elección, fue el segundo paso. Ahora nos toca hacer valer la soberanía popular, para liberar a Venezuela y traer a nuestros hijos de vuelta a casa.

Por eso, hoy rindo homenaje a todos los héroes que han hecho posible lo que se creía imposible.

En un mensaje en la red social X, la líder opositora pidió al pueblo de Venezuela “serenidad, coraje y firmeza», porque en el chavismo «cada día están más débiles y cada día estamos más fuertes nosotros”.

La líder opositora de Venezuela María Corina Machado aseguró este sábado (21.09.2024) que cada día el Gobierno de Nicolás Maduro se debita más y queda aislado al no ser reconocido su triunfo por numerosos países, mientras que la oposición se fortalece y está más «cerca de liberar a Venezuela.

Aseguró que la lucha del antichavismo mayoritario, que denunció fraude en las elecciones del 28 de julio, se «está acelerando en diversos planos», al tiempo que consideró que el presidente Nicolás Maduro se debilita en el terreno político conforme avanzan los días.

«Estamos viviendo días de enorme intensidad y las cosas se están moviendo mucho y acelerando en diversos planos», expresó la liberal en un video que compartió a través de X, en el que repitió que el Gobierno chavista, que defiende la victoria de Maduro en los comicios, «cada día está más solo y aislado».

Remarcó que el controvertido triunfo de Maduro no ha sido reconocido por numerosos países y que esa proclamación por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), cuestionada dentro y fuera del país, hizo que el líder chavista perdiera «muchísimo» respaldo internacional.

«A Maduro (solo) lo reconocen las tiranías del mundo», subrayó.

«Una estrategia robusta»

Machado, que se ha mantenido bajo resguardo en las últimas semanas, reiteró que la principal coalición opositora -Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- cuenta con «una estrategia robusta» para hacer valer la victoria que, aseguran, obtuvo su abanderado, Edmundo González Urrutia, en las presidenciales.

«Hemos tenido una disciplina rigurosa para cumplirla y, porque hemos mantenido confianza en la dirección política, no nos han podido infiltrar. Nos hemos mantenido unidos, por eso les pido foco en la meta, vamos a hacer valer la soberanía popular expresada el 28 de julio y eso es lo que va a pasar», insistió.

Destacó también que «cada día hay más presión sobre» el Ejecutivo, que cuenta con el apoyo de todas las instituciones del Estado, incluyendo la Fuerza Armada.

«Cada día están más débiles y cada día estamos más fuertes nosotros, cada día estamos más cerca de liberar a Venezuela y de traer a nuestros hijos de vuelta a casa, así que serenidad, coraje y firmeza», concluyó.

EFE, AFP

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