Por Daniel Lozano en El Mundo
«A este régimen no le vamos a dar una excusa, nosotros no nos vamos a salir de la ruta electoral», dijo la candidata
María Corina Machado jugó hasta el último minuto al gato y al ratón con la revolución bolivariana para acudir ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) antes de que acabara el plazo impuesto por el régimen. Y no lo hizo tal y como había diseñado el chavismo, sino que optó por una audaz vía intermedia.
«Fuimos al TSJ a desafiar a Maduro. Hemos presentado una demanda de reclamación, porque hay un hecho público (su inhabilitación) pero no hay un acta. Y también hemos presentado un amparo cautelar», explicó la líder opositora, quien también reveló que «estamos en medio de una negociación nacional e internacional compleja y difícil. El tablero se está moviendo, están pasando cosas. En los días por venir hay tareas por hacer».
Machado dejó claro que finalmente no recurrió su inhabilitación, forzada por el Palacio de Miraflores a través de la Contraloría, tal y como quería el régimen. Machado considera que al no haber recibido la notificación de esta inhabilitación, impuesta de forma ilegal e inconstitucional en junio, no podía recurrir el procedimiento abierto en el marco de los acuerdos de Barbados entre gobierno y oposición, con el auspicio de Estados Unidos.
Así lo adelantó la coordinadora de Vente Venezuela en entrevista con EL MUNDO, al advertir que se estaban viviendo «horas cruciales» para el acuerdo de Barbados: «El plazo de caducidad para los procedimientos judiciales está en la ley, no los impone el régimen. Ni siquiera he podido empezar, porque a mí no me han notificado nada de mi caso, ni hay delito ni procedimiento. ¡Ni un papelito!».
«A este régimen no le vamos a dar una excusa, nosotros no nos vamos a salir de la ruta electoral. Hoy les sorprendimos, no lo esperaban. Lo que ha ocurrido es un paso en la dirección para derrotar a Maduro en las elecciones de 2024″, insistió la candidata, que aseguró haber recibido garantías e incentivos para realizar este acto.
Fue precisamente la Embajada de EEUU quien antes de que acabara el plazo, y cuando nada se sabía, «aplaudió» a Machado «por su valentía y disposición a apelar su inhabilitación. Ahora corresponde a los representantes de Maduro demostrar su compromiso con unas elecciones competitivas e inclusivas». Machado también insistió en que la pelota estaba ahora en la cancha del régimen.
«Hubiese preferido haberlo hecho yo», aseguró Machado al ser preguntada sobre el «adelanto» realizado por el embajador estadounidense.
Desde el oficialismo, el primero en reaccionar fue Diosdado Cabello, número dos de la revolución, quien se despachó con una sonrisa («jiji») y una sentencia: «Seré breve, ¡nosotros venceremos!».
Minutos después intervino Jorge Rodríguez, jefe de la delegación chavista en Barbados, visiblemente molesto: «Persiste (EEUU) en sus veleidades colonialistas que si no fuera tan trágicas y ridículas serían cómicas. Venezuela no acepta directrices de nadie».
La legación diplomática estadounidense, que trata los temas venezolanos desde Bogotá, volvió a insistir en la libertad de los presos estadounidenses y de los venezolanos, entre los que incluyó al último, Roberto Abdul. El presidente de la organización electoral Súmate, cercano a Machado, sufrió una detención ilegal la semana pasada. Desde entonces se le mantiene incomunicado y sin derechos.
«Esta decisión además de sorpresiva es una acción que cuenta con el respaldo de EEUU, entre otras razones, porque son ellos los primeros que informan y de manera categórica de dicha acción, pero además reciben de inmediato un serio cuestionamiento por parte de Rodríguez. Hoy Machado ha demostrado categóricamente que es más que un discurso eso de que voy a hacer todo lo que deba hacer para mantenernos en la ruta electoral», explicó a EL MUNDO el experto electoral Jesús Castellanos.