Resistimos un año 2022 ahíto de mentiras y medias verdades, repleto de traiciones, ambiciones e ingratitudes; repleto de humillaciones, vergüenzas y rendiciones, en medio de usurpaciones y representaciones indebidas. Deterioro del poder adquisitivo y calidad de vida. Inseguridad personal e incertidumbre jurídica; quebrantamientos a la libertad de expresión y opinión, violación a los Derechos Humanos.

Y, por si fuera poco, carencia de medicinas y ausencia de tratamientos para enfermedades.

En fin, un año para dejar en el olvido.

Quisiéramos ser optimistas y predecir un mejor 2023. Lamentablemente no logramos visualizarlo. Sera un año tormentoso, oscuro, en el cual la crisis mundial hará estragos y la tranquilidad se verá afectada por conflagraciones.

La fragilidad de la economía global se evidenciará y se debilitarán las instituciones por la arremetida saqueadora e inescrupulosa del socialismo.

La falsedad propagandística de la “Venezuela está mejorando”, surgirá, el flujo migratorio se prolongará y los aprietos continuaran sin pausa ni reposo. La primaria opositora será objeto de atención y sus integrantes de vigilancia, su comportamiento ético y respetabilidad deberá imponerse ante la posibilidad manoseada del anticipo de una elección presidencial acordada entre espurios e ilegítimos, para justificar la burla de un consenso indecoroso.

El año 2023 no luce prometedor. No obstante, ningún apremio, circunstancia o dificultad puede desviarnos de la necesidad esperanzadora para desear a Venezuela y su ciudadanía, un feliz, próspero y venturoso año 2023 pleno de salud.

Equipo editorial de Morfema.press