Vía Gaceta

Mosab Hassan Yousef, hijo de uno de los fundadores de Hamás, Sheikh Hassan Yousef, pasó a formar parte de los Servicios de Inteligencia de Israel. Se le conoce como El Príncipe Verde y denuncia que Hamás es una organización terrorista y sacrifica a su propio pueblo por intereses políticos y económicos.

En esta entrevista concedida a LA GACETA en su visita al Parlamento Europeo, afirma que la identidad palestina ha sido una construcción artificial utilizada por líderes «corruptos» como Yasser Arafat «para perpetuar su poder y mantener a las masas en un ciclo de odio y violencia contra Israel», y asevera que «Palestina nunca ha existido como nación» y que su causa es «un pretexto para fomentar el conflicto continuo».

En este sentido, recuerda que muchos en Occidente han sido «engañados» y financian en nombre de la «causa palestina» a grupos que «sólo buscan la destrucción». Y añade que el islamismo amenaza a Israel y a todo Occidente «infiltrándose en las democracias», lo que «pone en peligro las libertades europeas».

¿Cómo describe el proceso de transformación que le llevó a distanciarse de Hamás y a convertirse al cristianismo?

Este fue un viaje de vida y no comienza con Hamás ni termina con el cristianismo. Sólo se trata de dos destinos. Estoy viviendo la experiencia y tomé decisiones basadas en mi inteligencia, en mi brújula moral. No tiene nada que ver con la religión ni con nada más que mi verdad… y aquí es donde estoy.

¿Qué factores influyeron más en su decisión de trabajar con el Servicio de Inteligencia de Israel?

Sólo mi instinto natural contra la violencia; mi responsabilidad moral. Y mi objeción ante quienes querían secuestrar nuestras vidas, obligarme y obligar a otros a someterse a su beneficio político. Es una forma de esclavitud y creo que desde temprana edad me di cuenta de que muchos líderes de esa región intentaron convertirme en una herramienta para servir a sus agendas. Dentro de mí está el rebelde que no quiso obedecer a tales autoridades. A medida que fui creciendo se fueron desarrollando etapas que me convirtieron en el rebelde que soy hoy… y es sólo parte de mi personalidad.

¿Qué elementos de Hamás les hacen peligrosos?

Su objetivo de establecer un Estado islámico global, un khilafah, sobre todas las civilizaciones, no sólo sobre Israel. Esta ideología nazi es muy ambiciosa y muy peligrosa. No cree en la diversidad. No cree en la democracia. No cree en los derechos de las mujeres. No cree en los derechos humanos. Y esa ideología conducirá a la destrucción. No necesitamos que se manifieste a nivel global para darnos cuenta del peligro de tal ideología. Incluso aquellos que la defienden, como mi padre, cuando escribieron la Carta de Hamás en 1986 no imaginaron la atrocidad que eventualmente manifestarían. Al principio redactar la Carta de Hamás puede sonar romántico. Del río al mar sonaba romántico. Pero cuando llegaron a manifestarlo causaron derramamiento de sangre, sufrimiento y destrucción para todos.

Europa ha experimentado un aumento de ataques yihadistas en los últimos años. ¿Qué cree que deberían hacer los gobiernos europeos para contrarrestar la radicalización islámica?

Los países europeos deben darse cuenta de que validar y justificar la violencia de Hamás y Palestina en Medio Oriente invitará a la violencia y al terrorismo en sus propios patios traseros. No pueden recompensar a los palestinos por sus atrocidades, por sus crímenes… Al empoderar a Hamás en Oriente, Medio automáticamente se someten a todos los yihadistas en Europa; están validando la violencia en sus países de origen.

¿Cree que hay un aumento de la radicalización islamista en Europa debido a la inmigración ilegal?

Sí, la inmigración ilegal es una forma de invasión. Yo mismo soy un inmigrante, pero cuando vine a Estados Unidos declaré quién era, mi identidad, mi pasado… todo con sinceridad al país anfitrión. Y creo que todo el mundo debería hacer lo mismo. Y si son bienvenidos, que sean bienvenidos. No creo que todos los países tengan la capacidad de acoger una determinada cantidad de inmigrantes en ese momento porque se necesitarían generaciones para que se integren en el sistema sin destruir el tejido social. No se puede recibir a todos a la vez porque esto conduciría al colapso de la sociedad. Cuando millones de personas vienen a la vez con altas expectativas van a debilitar el sistema, y especialmente cuando no son capaces de integrarse y adaptarse a los valores y principios culturales.

Lo que estamos experimentando ahora es que, en lugar de que ellos se adapten a un sistema más integrado y más desarrollado, están trayendo sus creencias, la mentalidad del siglo VII, y tratando de obligar a la sociedad a aceptarla. Creo que la puerta debería estar abierta para aquellos que vengan con la intención correcta, revelando quiénes son y por qué están aquí, y teniendo la capacidad de adaptarse, de aceptar la flexibilidad; de lo contrario sólo estamos convirtiendo a Europa en un nuevo Oriente Medio. ¿Qué sentido tiene convertir una de las regiones más avanzadas en un territorio del siglo VII?

¿Qué le diría a la sociedad occidental y a todos esos personajes públicos que levantan la bandera de Palestina y piden una «Palestina libre»?

Al mirar la bandera palestina sé que es un símbolo de odio. Es un símbolo de terrorismo, de caos global. Es un símbolo de violencia y destrucción. Las personas en Occidente que piensan que es un símbolo de libertad están totalmente equivocadas. No entienden lo que realmente representa esta bandera.

A mí no me importa la bandera palestina. No me importa ni siquiera un Estado palestino siempre y cuando los palestinos no abandonen por completo la violencia y reconozcan a Israel como un Estado y un pueblo legítimo.