Por morfema.press
Las discusiones sobre la relevancia y la viabilidad de las energías renovables a menudo se limitan a la solar y la eólica, dos tipos de fuentes de energía que han cobrado importancia desde el cambio de siglo.
La energía hidroeléctrica y su papel en la generación de electricidad de ciertos países a menudo se pasan por alto , a pesar de que incluso las llamadas naciones desarrolladas como Noruega, Austria y Canadá generan una parte considerable de su electricidad a través de plantas hidroeléctricas.
Sin embargo, como muestra Florian Zandt de Statista en la siguiente infografía, basada en datos de BP y Ember recopilados por Our World in Data , África y América Latina y el Caribe, en particular, dependen en gran medida de la energía hidráulica.

Por ejemplo, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Lesotho o Etiopía generaron casi el 100 % de su electricidad con energía hidroeléctrica en 2020. Este último comenzó la construcción de la Gran Represa del Renacimiento Etíope en 2011, un proyecto que se espera que produzca 5,15 gigavatios. una vez terminada, convirtiéndola en la presa más grande del continente.
En la mitad sur de las Américas, la combinación de electricidad de Venezuela consistía en un 82 por ciento de energía hidráulica debida en gran parte a la represa Guri con su capacidad instalada de 10,2 gigavatios.
Ecuador, Guinea, Costa Rica y Panamá también dependen principalmente de la energía hidroeléctrica para generar electricidad con participaciones del 78, 71 y 66 por ciento, respectivamente.
Al observar la combinación energética total, la energía hidroeléctrica queda relegada a un segundo plano frente a los combustibles fósiles con muchas emisiones . En 2019, ascendió a una participación de solo el siete por ciento en todo el mundo, según Our World in Data.
Debido a la gran dependencia del petróleo y el gas para la calefacción y el transporte, es poco probable que esta fuente de energía centenaria se convierta en un competidor en la generación de energía primaria.
La generación de energía a través de métodos como las represas hidroeléctricas también tiene otros inconvenientes. La canalización de los ríos hacia los embalses puede afectar los hábitats de algunas especies acuáticas y alterar el equilibrio de los ecosistemas fluviales, además de requerir la reubicación de los residentes que dependen de dichos ríos.