Una ocelote albina pasa sus días cazando presas ficticias y trepando pequeños troncos en un centro de conservación de Medellín, donde científicos interpretan el inédito hallazgo como síntoma de la deforestación del hábitat natural de este felino en Colombia.
Otros ocelotes albinos pueden haber nacido pero no sobrevivido, debido al ambiente hostil.
Fue encontrado en pésimas condiciones en los bosques de Antioquía (Colombia). Ahora, en apenas un año, ha pasado de pesar 400 gramos a 13 kilos. Su pelaje blanco le hace ser una presa fácil y no poder camuflarse para cazar.
Los expertos analizan las causas de esta mutación genética que le han convertido en el único ocelote albino que se conoce hasta la fecha.
MSN, El Mundo