Vía La Estrella

Más de 423 venezolanos están en un albergue temporal, ubicado en Viejo Veranillo, allí esperan que la Embajada de Venezuela en Panamá les coordine su regreso a Venezuela. El ticket cuesta $280, la otra semana salen tres vuelos, pero unos no tienen ni dinero ni papeles

Como si estuvieran presos, presos de sus sueños, sus anhelos. Uno al lado del otro, en la puerta del albergue temporal, se agolpanlos migrantes irregulares venezolanos que quedaron varados en Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras. La mayoría, a la espera del vuelo chárter humanitario que los regresará a su natal Venezuela.

Hasta horas del medio día de ayer, 22 de octubre, el albergue temporal —una bodega arrendada desde hace unos tres días por la Embajada de Venezuela en Panamá—, ubicada en el Viejo Veranillo, contaba con 423 personas, entre hombres, mujeres y niños y niñas, varios aún lactantes, procedentes de la Gran Terminal Nacional de Transporte, en Albrook y el Aeropuerto Internacional de Tocumen. La cifra varía debido a los vuelos y que cada vez llegan más venezolanos desde otros puntos.

Su meta es regresar a Venezuela, luego de que Estados Unidos, les cambió las medidas de ingreso por México.

Varios de los que están el albergue temporal, no tienen dinero ni papeles, ya que alegan fueron asaltados en Darién. El boleto de regreso por ConViasa, Estelar Latinoamérica y LASER Airlines cuesta $280, quien puede costearlo se suma a los 200 que partieron este sábado a la 1:00 p.m. y a las 4:00 p.m. en vuelos directos a Venezuela. La próxima semana saldrán tres vuelos, dos el martes y uno el miércoles, la capacidad del avión es de 150 asientos aproximadamente.

Hay varias familias con infantes lactantes.

MIGRANTES

Cifras del SNM hasta el 22/10/2022:

A Panamá han ingresado 203,763 migrantes, de los cuales 147,127 son venezolanos.

Solo en octubre, Panamá recibió 52,181 personas, de las cuales, unas 39,435 son de nacionalidad venezolana.

En los últimos días, tras el anuncio de Estados Unidos sobre los migrantes venezolanos, la cifra de irregulares ha disminuido.

Una vez en el refugio temporal, la embajada coordina la entrega de documentos, para aquellos que no cuenten ni con su cédula de identidad personal, así como el salvoconducto para la aerolínea.

Antes del albergue, la embajada costeo el alojamiento en hoteles.

En el sitio, protegidos de las lluvias, estas personas tienen todos los servicios básicos, además de comidas completas, agua y colchones. También un grupo de personas externas se han sumado a la causa llevando agua embotellada, alimentos, colchones y pañales desechables. En la bodega, la mayoría hombres, están pendientes de la llegada de las donaciones para colaborar.

En el refugio reciben todos los servicios básicos

El espacio está repleto de personas. Sin un sistema de ventilación, quienes están adentro se abanican con cualquier papel en mano. En el área techada de estacionamiento se han armado carpas de acampar; la rampa y todo el recinto está copado de colchonetas con gente acostada, con la mirada perdida, viendo cómo pasan las horas y cómo se trunca susueño de llegar a Estados Unidos.

Mientras los migrantes estaban agrupados para conocer la situación de su posible salida al recinto, llegaron tres buses de la Policía Nacional con más personas que bajaban de forma ordenada para formar una fila donde recibirían su plato de comida. En el menú predominó el espagueti.

Uno de ellos, Josmer Rojo, de 40 años de edad, antes de salir de Venezuela vendió todos sus enseres y mientras transitaba por la selva darienita fue asaltado por unos encapuchados armados; allí fue despojaron de su dinero y papeles. cuenta que con donaciones logró llegar hasta la ciudad de David, provincia de Chiriquí, cuando surgió la medida de Estados Unidos, viéndose otra vez en la necesidad de depender de las donaciones para regresar a ciudad de Panamá, donde ahora puede optar por la ayuda humanitaria que brindan en el albergue. De aquí regresará a Venezuela. De vuelta al inicio.