Por Rafael Gallegos

Está claro que privatizar significa pasar una propiedad desde lo público hasta lo privado. En el caso de nuestra empresa petrolera estatal, la potencialidad de los ingresos, la complejidad de las operaciones y el componente político de los hidrocarburos, hace que el “Qué”- privatizar-, no sea suficiente como palabra. Cobra relevancia el “Cómo” se hará para incorporar capitales en la industria petrolera venezolana.

Hay que aclarar que la incorporación de capitales privados a la industria petrolera venezolana no es un fundamento ideológico, sino una necesidad. De ninguna manera el estado venezolano dispone de recursos para inyectarlos a las operaciones petroleras. Y si dispusiera de ese capital, lo lógico sería que, ante el cuadro de desnutrición y carencias sociales, inyectara esos recursos en la calidad de vida de la inmensa población tan necesitada del país.

Algunos podrían argüir que la Pdvsa nacionalizada fue muy eficiente y tienen razón. Pero hay que tomar en cuenta que las circunstancias son radicalmente diferentes. En 1976, los venezolanos heredamos de las transnacionales una industria petrolera productiva, e inicialmente lo que se hizo fue cambiar los conductores en un vehículo que rodaba perfectamente. Hoy la situación es opuesta, a pesar de ciertas mejoras operacionales de la Pdvsa “roja” en los últimos meses, ésta continúa seriamente averiada y retornarla a la Pdvsa “azul” sería tan inútil como reparar un carro pérdida total.

Es la hora de diseñar una nueva industria petrolera, basada en inversiones privadas, control de los venezolanos, competitividad, y sobre todo, que realmente pueda servir de pivote para la prosperidad del país.

FORMAS DE INCORPORAR CAPITAL PRIVADO

1.   Con las leyes actuales… Es lo que intenta hacer el gobierno sin mucho éxito. Porque hay un factor sin el que los capitales se restringen: la confianza.

Prueba de ello es la escasez de inversiones en la industria del gas, a pesar que la Ley Orgánica respectiva permite inversiones 100% privadas a lo largo de toda su cadena de valor. Nadie va a traer dinero si no está seguro de poder retornarlo. Las divisas aterrizan donde sea más seguro y rentable. Si no vislumbran seguridad se quedan en otros sitios. Léase Brasil, Guyana, Argentina…

La LOH actual permite inversiones privadas petroleras en empresas mixtas (hasta un 49 %), si estas se hicieran masivas, serían insuficiente para llevar al país a desarrollar su potencial de más de tres millones de barriles diarios. Además, sería de una forma desenfocada, es decir sin tomar en cuenta aspectos estratégicos que debería contener una nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos.

Y sin echarle la culpa a las sanciones, que hoy pueden influir en algo en cuanto a las operaciones, pero distan de ser la causa del fracaso de Pdvsa. Las causas radican – no lo olvide- en la injusta exclusión de los 23.000 trabajadores de la empresa hoy agrupados dignamente en Gente del Petróleo y Unapetrol. También en la politización de la industria, y en que desvirtuó su misión al ritmo de Rafael Ramírez: Pdvsa es rojita todo se lo debemos a Chávez y al que no le guste lo vamos a sacar a carajazos.

No lo dude, el fracaso de Pdvsa es consecuencia de esta “revolución”. Nada que ver con las sanciones.

2.   Con una nueva LOH… Para refundar la industria petrolera venezolana es necesaria una nueva LOH que permita incorporación de capital privado nacional e internacional. Que contemple la creación de una Agencia Nacional de Hidrocarburos autónoma, que seleccione los paquetes a ofertar y realice las subastas de esos paquetes en Rondas de Licitación, teniendo mucha flexibilidad en cuanto a ISRL y regalías.

Leyes similares se han desarrollado Brasil, que con los yacimientos del Océano Atlántico se enrumba a los 4 millones de barriles diarios, o en Argentina que crece vertiginosamente con su Vaca Muerta.

México con una ley similar a la que planteamos, llegó a despertar expectativas por cerca de 200.000 millones de dólares de inversión, que AMLO … mandó a parar. Hoy la producción de petróleo de México está en descenso, sin visos de recuperación.

La visión de esta nueva industria venezolana debe contemplar empresas petroleras privadas compitiendo entre sí, y con una Pdvsa de menores dimensiones en igualdad de condiciones.

El ministerio del ramo se encargaría de las políticas y de su seguimiento, así como de las relaciones internacionales como por ejemplo la Opep. Y claro, del manejo de Citgo, en caso que los venezolanos logremos salvarla.