Por Roderick Navarro

El chavismo intentó inhabilitar a María Corina para dividir a la oposición internamente. Lo hizo con sus agentes falsos-opositores para sabotear la primaria con el poder judicial

La acción para liberar a Leopoldo López representó un momento crítico en el que pudimos percibir que comenzaba una debacle de la iniciativa conocida como gobierno interino. El chavismo viendo que la amenaza dejaba de ser verdadera intentó comenzar un proceso de normalización para concentrar aún más, y sin problemas, el poder y limpiar de sus adentros a aquellas fuerzas que pudieran significar una amenaza.

Pero para llegar a este punto, el chavismo por muchos años financió y protegió los principales procesos de desestabilización del país instaurando un régimen de mal vivir para todos los venezolanos. No solo destruyó la economía y los servicios públicos, pero también financió el crecimiento de las bandas criminales, la corrupción dentro del alto mando de la Fuerza Armada, protegió el crecimiento de la guerrilla colombiana en nuestro territorio y la minería ilegal que destruye nuestro medio ambiente y esclaviza venezolanos.

Ahora en el proceso revolucionario, el chavismo necesita normalizar al país, esto es, acabar con todo lo que le signifique desestabilización para su proyecto, desde su terreno. Los más peligrosos son los mismos chavistas que desestabilizaron al país, por eso no es casual lasituación relacionada a Tareck el Aissami, a los pranes o a la masacre de Yapacana. Hay muchos más ejemplos, pero quedémonos con esos tres.

Sin embargo, es muy diferente enfrentar a sus propios monstros que a una verdadera oposición política. Ante el poder comunicacional que tienen para posicionar sus narrativas, los casos anteriores pueden ser percibidos como parte de la lucha contra la corrupción, la criminalidad o la minería ilegal. Pero la lucha democrática no la pueden acabar a fuego tan evidentemente. Es por ello que desde que la primaria comenzó a tomar cuerpo y la
candidatura de María Corina Machado se disparó como la más popular, el chavismo tiene una nueva amenaza real que puede desestabilizar su agenda revolucionaria. Recordemos que la revolución bolivariana se propone la destrucción de la nación venezolana.

En este sentido, el chavismo intentó inhabilitar a María Corina para dividir a la oposición internamente. Intentó con sus agentes falsos-opositores sabotear la primaria con el poder judicial y perseguir a Machado para meterla en prisión. Bloquean la posibilidad de que Machado recorra el país en avión, y también bloquean las carreteras y caminos con la Guardia Nacional para que no pueda trasladarse por el territorio. Asimismo, el chavismo intentó amedrentar la campaña de Machado destruyendo varios centros de campaña en el interior del país, hasta el punto en que el gobernador chavista de Trujillo ordenó agredir a María Corina físicamente si llega a su territorio. Todo esto no ha detenido el impulso de la candidata y mucho menos la subida de su popularidad.

Dentro de la oposición tradicional, sectores han realizado alianzas para enfrentarla y otros hacen presión para llegar a un consenso y determinar un mecanismo de sucesión que les permita escoger otro candidato sin pasar por la voluntad de los electores. Todo esto para sacar a Machado del camino.

¿Pero por qué tantos esfuerzos para destruir a esta mujer? Porque representa un proceso de recomposición política de la oposición fuera del alcance de los sectores opositores que tradicionalmente han sido colaboradores del régimen. Esto implica la implementación de una agenda popular que presione al chavismo para que acepte una negociación que permita su salida en la que participe la comunidad internacional. Este nuevo momento de la oposición, el de la verdadera oposición que se enfrenta al socialismo, representa para el chavismo una amenaza real y cambia por completo los tiempos de su proceso revolucionario: de pasar a la normalización, los empuja a retroceder en el momento anterior de crisis.

Ahora el CNE, con el nuevo presidente comunista Elvis Amoroso, anunció el respaldo técnico a la elección primaria de la oposición, lo que podría significar que el proceso no sería realizado el 22 de octubre y no contaría con la confianza mayoritaria de la población. La cuestión de la confianza es por una razón: no se respeta el principio de la publicidad del sufragio, o en otras palabras, el conteo de los votos no es un proceso público y comprensible para los votantes, por lo que se tendría que aceptar cualquier resultado que emitan las máquinas del CNE.

En cualquier caso, la Comisión Nacional de Primaria debe pronunciarse al respecto sobre si acepta esta acción del CNE o por el contrario, confirma la elección para el 22 de octubre. De hacer esto último, sería una derrota muy importante para el chavismo y ya sería también una derrota importante para los sectores colaboracionistas de la oposición.

Por otra parte queda la postura de la candidata Machado ante esta situación. ¿Participará con el CNE en las primarias, participará directamente en el proceso de 2024 o la decisión será una diferente? Esto puede definir el rumbo político del país, en cuanto a su deseo de poner fin a la revolución, y la salida del chavismo y su futuro. La decisión está en sus manos.