Vía DW
El régimen de Vladimir Putin parece haber llegado a un punto de inflexión. El impacto de una Rusia en caos, afectaría seriamente a países como Venezuela, Cuba y Nicaragua. Los demás exigen respeto a su neutralidad.
En la mayor parte de América Latina los reportes de que un grupo de mercenarios se dirigiría en tanques de guerra hacia Moscú solo parecen haber generado sorpresa y confusión, más no estupor.
«En América Latina hubo muchas especulaciones por dos razones: en primer lugar, porque, en términos generales, la posición de los Estados, con excepción de Cuba, Venezuela y Nicaragua, ha sido la de la neutralidad. Y segundo: hay mucha expectativa, pero muy poca información confiable. En su lugar, circulan muchas noticias falsas o imprecisas”, narra a DW Mauricio Jaramillo, profesor de Ciencias Políticas la Universidad del Rosario de Colombia.
«El problema con los medios en América Latina es que tienen una línea internacional muy débil”, dice Jaramillo, y agrega que «muchos en el momento de la crisis publican mucha noticia de manera prolífica, y una vez detenida, dejan de informar”.
Las crisis y problemas de cada país copan los titulares, y el público a menudo se queda sin el seguimiento y el trasfondo de los hechos, acota Jaramillo.
América Latina exige a Europa respeto a su neutralidad
En cuanto a la guerra en Ucrania, el profesor Jaramillo critica que algunos medios en América Latina desconozcan olímpicamente el principio de neutralidad que ha regido por décadas en la región. Algunos parecen haber olvidado la lección de la Guerra Fría en la que los países latinoamericanos eran tratados como «fichas” de un juego geopolítico ajeno. Esta es la razón por la que Gustavo Petro se habría negado a entregar material bélico a Estados Unidos destinado a Ucrania. «Una reacción que fue respetada por el Gobierno de Joe Biden y que no dañó en absoluto las relaciones”, agrega el doctor Mauricio Jaramillo.
Por otra parte, los regímenes en Caracas, La Habana y Managua fueron los únicos en salir a respaldar a Putin, en Twitter. Yvan Gil, canciller de Venezuela, lanzó un comunicado rechazando «la insurrección armada, a través de métodos terroristas”. Miguel Díaz-Canel, por su lado, expresó tener la convicción de que en Rusia «prevalecerá el orden constitucional”. Y desde Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, expresaron su solidaridad «ante el desafío a la sabiduría y fortalezas de Rusia”.
Venezuela y Rusia contra la invasión del «Imperio» que nunca llegó
Caracas fue el primero en apresurarse a respaldar a Moscú. Siendo Venezuela un país con armamento ruso, ¿qué tanto depende hoy Caracas de Rusia? «Chávez y Maduro cambiaron el patrón estratégico de la Fuerza Armada Venezolana, cuya misión fundamental era la defensa de la soberanía nacional y del territorio. Ese cambio del planteamiento estratégico se dirigió a un posible enfrentamiento con el ‘Imperio’, es decir, Estados Unidos, y a defenderse de esa eventual incursión militar que se realizaría a través de Colombia”, explica a DW Carlos Blanco, ex presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado de Venezuela.
Venezuela es considerada el mayor comprador de armamento ruso en América Latina. Rusia ha entregado al país más de 100.000 Kalashnikov AK-103, así como tanques, aviones de combate, helicópteros militares y sistemas de defensa antiaérea. El alcance financiero de la cooperación técnico-militar se estimaba ya en 2019 en 11.000 millones de dólares estadounidenses. Rusia ha concedido préstamos con este fin, reportó en su momento el diario alemán Wirtschaftswoche.
Caracas firmó además, el 30 de marzo de 2021 doce acuerdos en materia financiera, energética, comercial, militar, alimentaria y salud durante visita a Caracas del vice primer ministro ruso, Yuri Borísov. Y según documentación obtenida por el diario NIUS, las cuentas tanto del Ejecutivo venezolano como de PDVSA, se encontrarían en el banco ruso Evrofinance Mosnarbank.
«Lo que está ocurriendo en Rusia, a partir de la invasión a Ucrania y los procesos de descontento ciudadanos y militares, es evidente”, apunta el profesor Blanco, también consultor de la Unión Europea, para quien, en su opinión, «estas olas de desasosiego y de inestabilidad en Rusia son preocupantes para un régimen como el de Maduro, que se sostiene básicamente por esas alianzas internacionales”. Pero lo que antes aplicaba para Estados Unidos, aplica hoy para Rusia, dice Blanco: «Cualquier estornudo ruso puede ocasionar un fuerte catarro en el gobierno venezolano”.
Por último y en cuanto al resto de América Latina, Mauricio Jaramillo, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Toulouse, insiste en que «por no sumarse a la OTAN los países de América Latina no pueden ser clasificados de prorrusos”.