Vía El Economista
Ucrania está golpeando a Rusia donde más le duele. Han tenido que pasar más de dos años para que las fuerzas del país gobernado por Volodímir Zelenski hayan encontrado el punto débil de Moscú. Los ataques masivos con drones a las grandes refinerías de Rusia están reduciendo la capacidad del Kremlin para generar ingresos por la venta de refinados como diésel o queroseno. Esto, sin duda, es buena noticia para los intereses geopolíticos de Occidente y, sobre todo, para la propia Ucrania. Sin embargo, esta estrategia oculta un riesgo para el mercado de materias primas: el petróleo y los refinados rusos podrían comenzar a sufrir un golpe de verdad, presionando al alza el precio de los hidrocarburos en los mercados.
Las sanciones sobre el crudo y los refinados rusos habían provocado, hasta la fecha, una reconfiguración global de los flujos de hidrocarburos, pero la oferta global y, por tanto, el precio no se habían visto afectados de forma seria (los típicos vaivenes de los precios del crudo y los refinados). En un mercado global e interconectado no resulta fácil aislar a un país por completo y menos si este es Rusia, que cuenta con aliados de la talla de China. Pero los últimos ataques de Ucrania están golpeando de forma directa en el corazón petrolero de Rusia. Por primera vez, los hidrocarburos rusos van a sufrir una caída real de su producción y de sus exportaciones. El mensaje es claro, Rusia va a sufrir, pero también los consumidores a nivel global.
«Se estima que los ataques con aviones no tripulados ucranianos a las refinerías rusas han eliminado entre 600.000 barriles diarios (b/d) y 900.000 b/d de la capacidad de refino rusa. Como resultado de la reducción de la capacidad de refino y el consiguiente aumento de los precios internos de los destilados (por ejemplo, diésel y combustible para aviones), Rusia probablemente limitará las exportaciones, de manera similar a la prohibición de gasolina de seis meses que implementó para evitar que los precios internos del combustible aumenten», aseguran los expertos de BCA Research.
Al menos nueve refinerías importantes rusas han sido atacadas con éxito este año, lo que actualmente ha dejado fuera de servicio el 11% de la capacidad total del país, según algunas estimaciones recogidas por Bloomberg. A mediados de febrero, ataques con drones habían dañado cinco refinerías rusas. Inmediatamente después, Rusia prohibió las exportaciones de gasolina desde el 1 de marzo hasta el 31 de agosto para garantizar un suministro interno suficiente antes de un repunte estacional de la demanda.
Estos ataques pueden prender la mecha de un mercado de petróleo que se ha ido ajustando poco a poco contra todo pronóstico. Si los ataques ucranianos continúan, el crudo podría subir por encima de los 100 dólares, explican desde BCA Research. Si los ataques no siguen, habrá que esperar unos meses hasta que Rusia repare las refinerías y que vuelve la normalidad.
Los analistas de BCA Research «esperan que las reparaciones lleven uno o dos meses para que estas unidades vuelvan a estar en funcionamiento. Aunque no hemos ajustado por completo la producción de petróleo crudo rusa proyectada en los balances de este mes (en caso de que continúen los ataques a las refinerías ucranianas), esperamos que la producción nacional de crudo disminuya debido a la menor demanda interna de las refinerías y al limitado almacenamiento interno de Rusia de unos 250 millones de barriles«. Rusia no puede acumular crudo eternamente (tiene límites a las exportaciones, por las sanciones y por las cuotas de la OPEP+).
La principal exportación de productos refinados de Rusia es el diésel. Desde que empezó la guerra, los principales destinos del gasóleo ruso son Turquía, Brasil y Arabia Saudí. También (cada vez más) países africanos: Marruecos, Libia, Togo, Túnez, Ghana. Rusia es el segundo exportador mundial de gasóleo (el primero es EEUU y el tercero Arabia Saudí).
Ole Hansen, estratega de SaxoBank, explica que «la combinación de los continuos ataques de drones ucranianos contra las refinerías rusas, el aumento de los precios de la gasolina y el diésel, y los planes iraquíes de reducir las exportaciones de petróleo en los próximos meses para compensar la reciente sobreproducción en relación con los límites de la OPEP+, está impulsando de nuevo el petróleo». Los ataques ucranianos son un peligro para el precio del crudo y los refinados en un mercado que sufre ahora mismo un ligero déficit (hay más demanda de crudo que oferta), según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
¿Qué mueve ahora el petróleo?
«El mayor impulsor de las últimas subidas de precio ha sido sin duda la interrupción real del suministro en Rusia después de que varios ataques recientes drones a las refinerías de petróleo añadieran hayan presionado al alza a los mercados de combustible, elevando la demanda de crudo como protección», asegura el experto de SaxoBank. La evolución de los ataques y de la vuelta a la normalidad de las refinerías rusas puede poner en jaque el mercado de petróleo.
«Estos ataques también están añadiendo una prima de riesgo a los precios del Brent, que supera ya los 85 dólares el barril. Esto ha contribuido al último aumento de los precios del Brent que comenzó la semana pasada cuando se conoció la noticia de los ataques», aseguran los analistas BCA Research. Teniendo en cuenta todos los factores, «el Brent parece estar preparándose para el asalto de los 100 o incluso 110 dólares», sentencian.
«Los líderes de Ucrania parecen sentir que, incluso si permanecen a la defensiva, necesitan poder seguir infligiendo dolor a Rusia«, explica Peter Schroeder, ex analista senior sobre Rusia en la CIA. «Lo que comenzó como un esfuerzo en gran medida simbólico, en particular el ataque con drones contra el Kremlin el año pasado, se ha convertido en una campaña concertada para infligir daño a un objetivo estratégico».
‘Destruir la gasolinera rusa’
«Rusia es una gasolinera con un ejército, y tenemos la intención de destruir esa gasolinera», ha reconocido en una entrevista Francisco Serra-Martins, cofundador y director ejecutivo del fabricante de drones Terminal Autonomy, una empresa estadounidense con instalaciones de producción en Ucrania que fue fundada el año pasado. «Vamos a centrarnos en lo que más afecta: los recursos financieros».
De momento, el mercado no ha sucumbido y los analistas calibran los riesgos. Uno de los mayores que está sobre la mesa es que los drones ucranianos logren dejar fuera de combate a la refinería de Kirishi, eliminando potencialmente alrededor de 150.000 barriles por día de producción de diésel destinado principalmente a la exportación. Asimismo, los mercados del crudo podrían experimentar más nerviosismo si Kiev comenzara a apuntar a las principales terminales de exportación de petróleo de Rusia en el Mar Báltico o Negro.
«Si Ucrania quisiera aumentar su presión sobre los ingresos del refinado de petróleo ruso, apuntaría a la infraestructura terminal de exportación de productos clave en los puertos de Primorsk o Novorossiysk», detalla Mark Williams, director de investigación de la consultora Wood Mackenzie. «Sin embargo, eso presionaría aún más la relación con sus aliados occidentales, ya que el impacto en los precios mundiales del petróleo y los productos refinados sería sustancial».
La última oleada de ataques ha provocado una subida de los precios de la gasolina y el gasóleo en la Bolsa Mercantil Internacional de San Petersburgo, aunque el coste del combustible en el surtidor dentro de Rusia apenas experimentó variación. Es posible que el país tenga que desviar más crudo a la exportación por el impacto en sus tasas de refinado, ha informado la agencia rusa Tass citando al viceministro primero de Energía, Pavel Sorokin.
La energía es el nuevo objetivo
Carsten Fritsch, estratega de materias primas de Commerzbank, reconoce que el impacto en el suministro de petróleo no está claro. Por un lado, señala, estos ataques indican riesgos en el suministro. Pero por otro, aclara, «Rusia también podría exportar más crudo si se puede procesar menos en el país debido a las interrupciones en las refinerías». Al revés lo plantea Kieran Tompkins, de Capital Economics: «Aunque, aisladamente, los ataques ucranianos podrían aumentar la disponibilidad de crudo, los precios probablemente subieron porque las infraestructuras energéticas se han convertido claramente en un objetivo de la guerra».
«La capacidad rusa de almacenamiento de petróleo es limitada, por lo que si las refinerías dejan de funcionar por averías, lo lógico es aumentar las exportaciones de crudo. Y ahí es donde la cosa se pone interesante», sostiene Edward Finley-Richardson, reputado inversor y especulador del transporte marítimo. El estratega recuerda que estos acontecimientos se producen en un momento en que, en solidaridad con la OPEP -«por ejemplo, Arabia Saudí», apunta-, Rusia se ha comprometido a reducir la producción de crudo en 400.000 barriles diarios. También se producen en un momento, añade, en el que la India, uno de los mayores importadores de crudo ruso, se muestra reticente a violar las sanciones estadounidenses.