Independientemente del estado financiero y las opciones de estilo de vida.
Un nuevo estudio basado en datos de encuestas de Brasil descubrió que los vegetarianos tienen el doble de episodios depresivos que los que comen carne.
Aunque el estudio se ajusta a investigaciones previas, que encontraron que las tasas de depresión son más altas entre las personas que excluyen la carne de sus dietas, se diferencia de ellas al sugerir que este vínculo es independiente de la ingesta nutricional.
En la investigación actual se tuvo en cuenta una amplia gama de parámetros nutricionales, como el consumo total de calorías, la ingesta de proteínas, la ingesta de micronutrientes y el grado de procesamiento de los alimentos.
Un tercer factor
Según el estudio, la ingesta nutricional de las dietas vegetarianas no es la razón de las tasas más altas de depresión. Por el contrario, la depresión podría ser una de las razones que lleven a hacerse vegetariano, ya que entre sus síntomas se puede incluir una mayor propensión a pensamientos negativos como sentimientos de culpa.
Aunque la depresión se asocia comúnmente con pensamientos demasiado pesimistas, la investigación sugiere que las personas con depresión leve a moderada hacen predicciones más realistas sobre los resultados de situaciones inciertas y evalúan con mayor precisión su papel y potencial.
En este caso, es más probable que los vegetarianos descubran que el trato cruel de los animales en la producción de carne es causado por la demanda de carne barata por parte de los consumidores.
Aunque seguir una dieta vegetariana puede hacer que las personas se sientan alegres, es posible que dejar la carne provoque infelicidad debido a otros factores. Por ejemplo, ser vegetariano puede afectar la relación de una persona con su entorno y las actividades sociales en las que puede participar. También puede dar lugar a burlas u otros tipos de exclusión social en algunos casos.