Vía Xataka
La estación espacial Starlab se lanzará de una pieza en una misión de Starship. Solo el cohete de SpaceX tiene el músculo necesario para poner en órbita la estación comercial de ocho metros de diámetro, lo que permite a sus impulsores ahorrar el coste y la complejidad de ensamblarla en el espacio.
Starlab es una colaboración entre la empresa estadounidense Voyager Space y la europea Airbus. Fabricada en acero inoxidable, no solo es un proyecto ambicioso, sino también la primera estación espacial privada que recogerá el testigo de la Estación Espacial Internacional cuando se jubile en 2030.
De hecho, el lanzamiento de Starlab está previsto para 2028, lo que evita que Estados Unidos y Europa se queden sin acceso a la órbita baja terrestre después de desorbitar la Estación Espacial Internacional. Algo que, con la estación espacial china permanentemente habitada, no es deseable para la NASA ni para la ESA.
Starlab es una estación orbital de 340 metros cúbicos formada por un espacio hinchable con capacidad para cuatro tripulantes y un nodo para acoplar laboratorios de microgravedad. Cuenta con un gran brazo robótico y cuatro paneles solares que generarán aproximadamente 60 kW de potencia.
La selección de Starship para el lanzamiento de una pieza permite que la estación privada entre en funcionamiento inmediatamente después de su puesta en órbita. Además de Voyager y Airbus como líderes del proyecto, colaboran con Starlab la NASA, la ESA, los hoteles Hilton, la Universidad Estatal de Ohio y Northrop Grumman en sustitución de Lockheed Martin, que se retiró del proyecto.
Northrop Grumman suministrará vuelos de reabastecimiento a Starlab con sus naves de carga Cygnus, como hace hoy con la Estación Espacial Internacional.