Vía Derecha Diario
La economía sudafricana mantiene una de las tasas de desempleo más altas en todo el mundo, atraviesa un proceso de deterioro generalizado de ingresos desde la crisis de 2008, y la huida de capitales y de personas es cada vez mayor.
Tras casi 30 años de dominio político ininterrumpido del Congreso Nacional Africano, un partido de tendencia socialista y nacionalista-negra, la economía de Sudáfrica se encuentra completamente devastada.
El PBI per cápita no creció absolutamente nada en los últimos 15 años, y de hecho sufrió una caída sustancial de hasta el 1,8% entre el segundo trimestre de 2008 y los primeros tres meses de este año. El país sigue atascado en niveles de riqueza por habitante similares a los que tenía en el año 1981, antes de sufrir un profundo declive hasta mediados de los años 90s.

La falta de reformas estructurales es especialmente dramática para la legislación y el mercado laboral, plagado de rigideces de todo tipo. La tasa de desocupación de Sudáfrica volvió a aumentar y escaló al 32,9% en el primer trimestre del año. Es una de las más altas del planeta, solo superada esporádicamente por otros países como Nigeria (que en 2022 llegó al 33%).
El Congreso Nacional Africano boicoteó cualquier tipo de reforma estructural para flexibilizar la legislación laboral, abrir la economía a la competencia y asentar la garantía de los derechos de propiedad en el país. La precariedad laboral alcanza a más del 60% de la población activa se considera también el subempleo y el trabajo no registrado.
La falta de seguridad jurídica e incluso de integridad física debido a la persecución de ciudadanos blancos (en su mayoría granjeros) en todo el país, provocó una oleada de emigración y fuga de capitales en las últimas décadas. Este proceso contribuyó a la descapitalización del país y a la falta de mano de obra calificada, paradójicamente a la par de las elevadísimas tasas de desocupación.
Se estima que la huída de capitales de Sudáfrica totalizó hasta 185.500 millones de dólares (a valores constantes del año 2018) desde 1995. Paralelamente, cerca de 850.000 personas de origen étnico europeo se vieron obligadas a emigrar del país ante la creciente escalada de la violencia, entre ellos el empresario y magnate Elon Musk.
El presidente Cyril Ramaphosa considera una reforma tributaria para aplicar un impuesto extraordinario al patrimonio. De aprobarse la iniciativa, esto no hará más que profundizar aún más el éxodo de sudafricanos calificados, el éxodo de capitales y la descapitalización generalizada.
Como si todo esto no fuera suficiente, la economía del país africano sigue sufriendo una tasa de inflación superior al 7% interanual, y no logra converger hacia estándares internacionales en esta materia desde la década de 1960.