Una tragedia sacudió la ciudad de Jacksonville este sábado cuando un atacante disparó y mató a tres personas en una tienda Dollar General y luego se disparó a sí mismo. Las autoridades han declarado que el ataque tuvo motivaciones raciales y revelaron que el tirador había manifestado antes pensamientos de odio racial en documentos escritos. 

Un  nuevo tiroteo, otro más en EE.UU. y de nuevo, el horror de  un balance de muertos. Esta vez ha sido protagonizado por un hombre que era perseguido en Jacksonville, al norte de Florida (EE. UU.) y ha dejado al menos cuatro muertos en las inmediaciones de un conocido comercio de la ciudad, incluyendo el autor de los disparos, según señalan varios medios locales. El sospechoso, que llevaba un chaleco antibalas, se escondió detrás de la biblioteca de la citada universidad, y aunque la seguridad del campus lo intentó atrapar, el hombre pudo huir de allí.

Según informes oficiales, el sheriff de Jacksonville, T.K. Waters, declaró en una conferencia de prensa que el «tiroteo fue motivado por el odio racial y su objetivo eran las personas negras». Waters también compartió que el tirador, un joven blanco de aproximadamente 20 años, se habría suicidado después del ataque. Dejó atrás tres manifiestos en los que expresaba una ideología de odio.

​Las tres personas fallecidas eran de ascendencia afroamericana. El tiroteo comenzó alrededor de la 1 p.m. (hora local), cerca de la Universidad Edward Waters, una institución educativa históricamente afroamericana. Los estudiantes que residen en el campus fueron aconsejados por las autoridades para mantenerse en sus residencias.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien se encontraba fuera del estado al momento del tiroteo, condenó la acción del tirador, calificándolo de «despreciable» y denunciando su motivación racial.

Florida Governor Ron DeSantis on Jacksonville shooting: «The scumbag who did this was racially motivated, he was targeting people based on their race» pic.twitter.com/roGMt2jnAQ— BNO News (@BNONews) August 26, 2023

El atacante residía en un condado al sur de Jacksonville, con sus padres. Antes del tiroteo, había enviado un mensaje de texto a su padre instándole a «revisar su computadora». El padre encontró los manifiestos escritos por el joven y alertó a las autoridades, pero lamentablemente el ataque ya había comenzado.

El desgarrador incidente movilizó a las autoridades federales, con el FBI abriendo una investigación sobre el caso como un crimen de odio. Sherri Onks, agente especial a cargo de la oficina del FBI en Jacksonville, enfatizó la importancia de luchar contra los crímenes de odio y aseguró que el FBI empleará todos sus recursos para llevar justicia a las familias de las víctimas inocentes. 

Este acto coincidió con el quinto aniversario de otro tiroteo en Jacksonville durante un torneo de videojuegos, en el que dos personas murieron antes de que el tirador se quitara la vida. 

RFI