Decían que el Titanic era un barco insumergible. Así lo creían: no había botes ni chalecos salvavidas para los más de 2.223 pasajeros que se subieron al viaje inaugural del transatlántico. Zarpó el 10 de abril desde Southampton con destino a Nueva York, cuatro días después chocó contra un iceberg. En dos horas y cuarenta minutos se hundió en el océano atlántico.
Por: Infobae
A las 12:15 del 10 de abril de 1912, el puerto de Southampton se convirtió en un festival de sonidos: el traqueteo de los motores del transatlántico, el alarido de quienes presenciaban un momento histórico, la orquesta que interpretaba piezas clásicas en cubierta. La sirena del RMS Titanic anunciaba que zarpaba. Había sido diseñado para que los ricos se sientan más ricos y que los pobres se sientan menos pobres
El Titanic probablemente sea el barco de mayor fama de la historia. Es, también, el arquetipo del desastre. Un desafío al destino. Crear una mole más grande de lo que la imaginación permitía, el barco indestructible, el que no podía hundirse. Pero el choque contra el iceberg mostró lo contrario
La noche del 14 de abril, en el restaurante A la Carte, con la presencia del capitán, los pasajeros más encumbrados comían ostras, caviar, filet mignon, langosta, salmón y postres deliciosos. Hasta que un estruendo los distrajo, un inesperado cimbronazo, el parpadeo de las luces. La gran mayoría siguió comiendo, brindando, celebrando. Nada malo les podía pasar a bordo de ese gigante indestructible
Viajaba con destino a Nueva York, Estados Unidos. Navegó durante cuatro días y medio hasta chocar contra un iceberg en medio del océano atlántico. Entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril, en un período de dos horas y cuarenta minutos, se hundió en las profundidades de aguas congeladas
Había sido diseñado para transportar a 3.511 pasajeros, además de la tripulación, pero solo tenía botes salvavidas para 962 personas. Pero en su primera travesía solo 2.223 personas fueron a bordo entre pasajeros y tripulación. No estaba lleno. La tripulación estaba integrada por 908 personas. Sólo 23 eran mujeres
El del Titanic sería el último viaje del capitán Edward Smith, de 62 años: un retiro glorioso al mando de un barco legendario. Al ser el más experimentado, y también el más popular (su trato con los pasajeros era muy amable, lo llamaban El Capitán de los Millonarios) de los capitanes de la compañía, la elección fue sencilla. Trabaja en la White Line desde hacía 32 años. Era el corolario perfecto para su trayectoria
Para los hombres había un gran salón para fumar. Pero las mujeres tenían el acceso vedado a ese sitio: por entonces estaba mal visto que las mujeres fumaran en público. En contrapartida, tenían el salón de lectura y de correspondencia; aunque estrictamente era mixto se consideraba que el de fumador lo utilizaban los varones y el otro las mujeres
Una imagen del 9 de julio de 1911. Lord Pirrie y el Capitán Edward Smith, capitán del Titanic, a bordo del transatlántico White Star Olympic en Southampton. Ese año, el Olympic chocó con un barco de guerra. El capitán del crucero era Edward Smith, quien moriría cumpliendo una ley del mar al conducir los destinos del Titanic
Era el buque de pasajeros más grande y majestuoso construido hasta entonces. Lo habían bautizado como el barco «insumergible». No había botes ni chalecos salvavidas para todos los pasajeros. Pero no importaba: el transatlántico era imposible de naufragar
El bote 6 del Titanic en una foto sacada por un pasajero del Carpathia
El viaje de dos botes salvavidas con sobrevivientes del Titanic dirigiéndose hacia el boque Carpathia
Morfema Press