Un siglo después de la fundación de su república, una Turquía profundamente dividida acude este domingo a las urnas para elegir a su nuevo presidente y renovar su parlamento. Los centros de votación abrieron según lo previsto a las 08h00 (0500 GMT) en Estambul y Ankara. Las encuestas otorgan al centroizquierdista Kiliçdaroglu una ligera ventaja aunque la mayoría prevé una segunda ronda en dos semanas.
El país está polarizado entre los dos principales candidatos, el presidente islamoconservador Recep Tayyip Erdogan, de 69 años, en el poder desde hace veinte, y su oponente Kemal Kiliçdaroglu, de 74, jefe de un partido socialdemócrata laico, el CHP. Para conseguir la victoria en la primera vuelta se necesitan al menos el 50% de los votos más uno.
En este país de 85 millones de habitantes, que tiene tradición de votar con índices de participación superiores al 80% los 64 millones de electores también elegirán a su parlamento.
Las últimas encuestas anticipan una carrera muy reñida entre los dos principales candidatos y otorgan una ligera ventaja al el líder de la oposición, que por primera vez se presenta con un frente unido. El tercero en disputa es Sinan Ogan, a quién los sondeos atribuyen apenas unos puntos.
Kiliçdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP) de Mustafa Kemal Atatürk, fundador de la Turquía moderna, lidera una coalición de seis partidos que abarca desde la derecha nacionalista hasta la centro-izquierda liberal. Cuenta además con el apoyo del partido prokurdo HDP, tercera fuerza política del país.
En 2018, en las últimas elecciones presidenciales, el jefe de Estado ganó en primera vuelta con más del 52,5% de los votos. Si esta vez tuviera que disputar una segunda vuelta, el próximo 28 de mayo, ya sería un revés para él.
Erdogan prometió respetar el resultado en las urnas, que será monitoreado por cientos de miles de observadores electorales de ambos bandos, en los que siempre ha basado su legitimidad.
Hoy Erdogan llega a la votación en un país golpeado por una crisis económica, con una moneda devaluada a la mitad en dos años y una inflación que superó el 85% en otoño. El terremoto del 6 de febrero, que derrumbó decenas de miles de edificios y causó la muerte de al menos 50.000 personas y más de tres millones de desplazados, puso en tela de juicio la omnipotencia de un megapresidente que centraliza todos los poderes.
Erdogan ha señalado como uno de sus grandes logros la modernización de Turquía a través de la construcción, en la que basó su éxito durante su primera década en el poder, desde que era primer ministro. Sin embargo el terremoto evidenció la corrupción de contratistas y autoridades, que otorgaron permisos de construcción que no cumplían las normas antisísmicas.
Su rival, Kemal Kiliçdaroglu, apuesta por el apaciguamiento y promete restaurar el estado de derecho y respetar las instituciones, afectadas en los últimos diez años por la deriva autocrática de Erdogan.
Según las encuestas, sus discursos breves y tranquilos, en contraste con los de Erdogan, conquistaron a la mayoría de los 5,2 millones de jóvenes turcos que vota por primera vez.
Turquía, país miembro de la OTAN, goza de una posición privilegiada entre Europa y Oriente Medio y es un actor diplomático importante.
Los centros de votación cerrarán a las 17h00 (14h00 GMT) y se espera que las primeras estimaciones oficiales se conozcan unas cuatro horas mas tarde.
AFP