La Unión Europea (UE) ha presentado una hoja de ruta para mantener la competitividad de su industria en su intento de alcanzar a Estados Unidos y China, que ofrecen enormes subvenciones a las tecnologías ecológicas nacionales.

La Comisión Europea quiere utilizar su Plan Industrial Green Deal para impulsar el apoyo nacional a las empresas a través de ayudas a la inversión y créditos fiscales, al tiempo que aprovecha los fondos europeos comunes para suscribir importantes proyectos relacionados con sectores como el hidrógeno y la computación cuántica, según la propuesta presentada el miércoles.

El plan, que los 27 líderes de la UE debatirán la próxima semana, es una respuesta a la Ley de Reducción de la Inflación del Presidente de EE.UU., Joe Biden, que incluye unos 500.000 millones de dólares en nuevos gastos y desgravaciones fiscales a lo largo de una década.

«Somos competitivos. Necesitamos competencia. Lo que queremos es que haya igualdad de condiciones en la competencia mundial, así como en el mercado único», declaró la Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. «Esto es, para nosotros, muy importante».

El plan de la Comisión ha tenido una acogida desigual en el bloque, y algunos temen que las subvenciones sólo ayuden a países más ricos como Alemania, que tienen capacidad fiscal para invertir en empresas nacionales.

Competencia estadounidense

A los líderes europeos les preocupa que las subvenciones ofrecidas en el paquete verde estadounidense no sólo resten competitividad a las empresas europeas, sino que atraigan inversiones a Estados Unidos. A principios de mes, el Primer Ministro belga, Alexander De Croo, acusó a Estados Unidos de intentar atraer a las industrias ecológicas al otro lado del Atlántico.

«Están llamando a empresas belgas y alemanas de forma muy agresiva para decirles: ‘No invirtáis en Europa, tenemos algo mejor'», declaró.

En un movimiento que puede molestar a los países más pequeños, la Comisión, brazo ejecutivo de la UE, no planea recaudar nuevo financiamiento en el paquete, puesto que ya hay más de 380.000 millones de euros (414.000 millones de dólares) de fondos conjuntos comprometidos para la transición verde hasta 2030.

En su lugar, tratarán de simplificar la normativa, agilizar los permisos y centrarse en proyectos transfronterizos, según la propuesta. Además, el plan aboga por una mayor relajación de las normas sobre ayudas estatales, que limitan las subvenciones nacionales para mantener la igualdad de condiciones en el mercado interior de la UE.

El Ministro alemán de Economía, Robert Habeck, declaró el miércoles que es necesario acelerar los procedimientos de ayudas estatales. «No debería llevar dos o tres años; debe completarse en seis meses, como máximo«, declaró a la prensa, añadiendo que también es importante que los fondos puedan utilizarse para impulsar la producción de tecnología de energías limpias.

Mercado interno

Algunos Estados miembros, entre ellos Italia y España, han advertido contra la flexibilización de las normas sobre ayudas estatales, que en su opinión favorecería a países más grandes como Alemania y Francia. Estos dos países, las dos mayores economías de la UE, ya fueron los más beneficiados después de que la Comisión suavizara las normas vigentes para ayudar a las empresas a hacer frente a los altos costos de la energía.

«Debemos ser prudentes a la hora de relajar las normas sobre ayudas estatales», declaró el lunes en Roma la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni. «Debemos ayudar a las empresas, pero no podemos arriesgarnos a debilitar el mercado único: debemos garantizar la igualdad de condiciones».

Varios altos funcionarios de la UE, entre ellos la responsable comunitaria de Competencia, Margrethe Vestager, también han advertido de que un exceso de ayudas nacionales a las empresas podría perjudicar a los Estados miembros con menor capacidad fiscal.

«Cualquier retoque de las normas sobre ayudas estatales debe hacerse con sumo cuidado, centrándose en la eficiencia de los procesos, la simplificación y la previsibilidad», declaró el miércoles el Vicepresidente de la Comisión Valdis Dombrovskis. «Si no tenemos cuidado, corremos el riesgo de aumentar las divergencias económicas y sociales y las discrepancias regionales en toda la unión«.

Países como Países Bajos y Suecia han advertido del riesgo de fragmentación del mercado interior, carreras de subvenciones perjudiciales y un desarrollo regional más débil.

Otros puntos clave de la propuesta de la Comisión son:

  • Aumentar el umbral para notificar a la comisión ayudas en sectores como el hidrógeno o los vehículos limpios y simplificar el procedimiento de Proyectos Importantes de Interés Común Europeo. Se trata de iniciativas emprendidas por varios Estados miembros en campos punteros.
  • Una primera subasta para producir hidrógeno renovable. El ganador recibirá una prima fija por cada kilo del combustible que produzca durante un periodo de 10 años. La primera subasta contará con un presupuesto de 800 millones de euros. El impacto del sistema será similar al de la desgravación fiscal a la producción del paquete de medidas de tecnología limpia de Estados Unidos. La Comisión también intentará simplificar la compra de una bomba de calor para los consumidores proponiendo una etiqueta energética unificada para finales de año.
  • Un club de materias primas críticas que reúna a consumidores y países ricos en recursos para elaborar principios comunes. La UE también elaborará una estrategia de créditos a la exportación, mientras que la Comisión está dispuesta a utilizar sus instrumentos de defensa comercial y otras herramientas para combatir las prácticas desleales.

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