Vía InSight Crime

La figura del pran en Venezuela está lejos de desaparecer. Mientras continúe el vacío institucional, los individuos que han consolidado su poderío dentro de las cárceles harán todo lo que esté en sus manos para no perder el manejo de las rentas criminales.

En los primeros días de agosto el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) informó que más de la mitad de las cárceles venezolanas están controladas por los pranes, o pandillas carcelarias, según reseñó RunRun.es.

El OVP obtuvo esta estadística luego de investigar 31 de las 52 cárceles que hay en Venezuela. Según la organización, de las prisiones analizadas, ocho están bajo el control de las pandillas carcelarias, ocho son controladas por el Estado, y las otras 15 están bajo un control mixto, donde hay pranes y cierta autoridad del Estado. Los datos contradicen los avances señalados por las autoridades venezolanas acerca del alcance del denominado “nuevo régimen penitenciario”, que fue creado con el objetivo de transformar el sistema carcelario venezolano, y que supuestamente está en la mayoría de las cárceles del país.

Sobre las cárceles dominadas por las pandillas criminales, Carolina Girón, directora del OVP, dijo a InSight Crime que los más afectados terminan siendo los internos que pagan condena en esos recintos, debido a que “tienen que pagar por todo para sobrevivir”.

Girón detalló que los reclusos deben pagarle semanal o mensualmente al pran una cuota para asegurar su integridad, conocida como “causa”.  Además, los presos deben pagarle al líder de la cárcel por el agua que toman, por la comida, cuando tienen traslados a tribunales o son cambiados de celda; también deben cancelar un monto para que les permitan recibir visitas conyugales, de sus hijos, y otros familiares.

Estas cárceles dominadas por pranes coinciden con fuertes actores criminales monitoreados por InSight Crime, cuyo poder no solo se queda dentro de los muros, sino que han logrado someter a la población que reside cerca de las cárceles que comandan, incluso, han expandido sus tentáculos a otros países de la región. Aquí, InSight Crime explora algunos de ellos.

Alias «Niño Guerrero» – Prisión de Tocorón, Aragua

Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño” Guerrero, es el pran de la cárcel Tocorón, ubicada en el estado Aragua. Niño Guerrero es el principal pran carcelario del país y, desde el centro de reclusión lleva las riendas la megabanda más poderosa de Venezuela: el Tren de Aragua.

El Guerrero Flores hizo crecer su imperio con el cobro de la “causa”, un monto que a comienzos del 2022 estaba fijado en 8 dólares semanales, según informó a InSight Crime una investigadora local que pidió reservar su nombre por motivos de seguridad. Si se multiplica ese monto por la última cifra de presos de la que se tiene registro de 2021, que es más de 2.700, el pran recibe un promedio de US$160.000 mensuales (US$1.920.000 anual) por esta cuota que pagan los internos de Tocorón solo por su seguridad.

La investigadora destacó que además de pagar la “causa”, el pran ordena a los reos trabajar como si se tratara de su empresa personal. A unos les asigna labores de limpieza, a otros les encarga alimentar a los animales del zoológico y de la gallera que hay en el centro penitenciario; a otros los pone a trabajar como parte de su equipo de seguridad. Por su parte, si llega a la prisión detenidos con conocimientos de finanzas, o que saben de informática, el pran les encarga el manejo de la contabilidad de sus rentas criminales y les pide que enseñe a los demás reos métodos para realizar extorsiones a través de plataformas y redes sociales, como le dijo InSight Crime un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC).

Guerrero no solo lidera Tocorón sino que también lleva el manejo de economías criminales en al menos siete estados de Venezuela, según investigaciones de InSight Crime. Algunas de estas son extorsiones a comerciantes, secuestros, tráfico de drogas. Recientemente, con la migración de venezolanos que se ha extendido a otros países de la región como Colombia, Perú, Bolivia, y Chile, participa en la trata de personas y el tráfico de migrantes.

Alias «Richardi» – Prisión de Tocuyito, Carabobo

Néstor Richardi Sequera Campos, alias “Richardi”, es el pran de la cárcel de Tocuyito, estado Carabobo. Este líder pandillero, aunque no lleva las riendas de una organización como la del Tren de Aragua, ha sabido como obtener rentas que le permitan vivir de lo mejor mientras paga su condena.

Al igual que el Niño Guerrero, “Richardi” vive de la “causa” que les cobra a los internos y de las extorsiones que hace a los comerciantes que residen en Tocuyito y en otras zonas del estado Carabobo, como indicó un miembro del gremio de comerciantes a InSight Crime. El pran también es dueño de charcuterías y ha incursionado en la minería legal.

De acuerdo con una investigación de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) junto con Connectas, el pran es un fanático del béisbol y la autoridad que ejerce en el recinto carcelario le ha permitido organizar en los últimos años “caimaneras” o juegos informales, a los que han asistido figuras destacadas de ese deporte.

El poder de Richardi no se queda solo en Carabobo pues, según RunRun.es, también es considerado un “capo” en el estado Cojedes.

Alias «Pedro Rapidito» – La Pica, Monagas

Alias “Pedro Rapidito” sería uno de los pranes que manda en el Centro Penitenciario de Oriente, mejor conocido como cárcel de La Pica.

Una de las novedades del modo de operar de este líder criminal es que ha sabido conectarse con organismos del Estado venezolano para obtener rentas. De acuerdo con el periodista de sucesos, Eligio Rojas, el pran les vende a los internos de La Pica alimentos provenientes de misiones sociales como Mercal y Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (PDVAL) . En marzo de este año, el fiscal general de Venezuela ordenó la detención del exdirector de la prisión por su relación con la venta de alimentos.

Aunque no se tiene confirmación si Pedro Rapidito forma parte del Tren de Oriente, una organización delictiva formada en la cárcel de La Pica y que se dio a conocer en la campaña a las elecciones regionales de 2021 cuando algunos de sus miembros difundieron un video en apoyo a políticos chavistas como la exgobernadora Yelitze Santaella, quien en ese momento competía para ser la candidata del Partido Socialista de Venezuela (PSUV) por el estado Monagas, y hacia Ernesto Luna que competía por ser el alcalde de Maturín, la capital de esa entidad.

Aunque por decisiones del partido chavista el candidato a la gobernación de Monagas terminó siendo Ernesto Luna, quien ganó los comicios, una investigadora local le dijo a InSight Crime que pareciera que la relación entre el Tren de Oriente y la gobernación de Monagas iba más allá de Yelitze Santaella, no obstante InSight Crime no pudo reconfirmar la información.