Por Enrique Meléndez

Según Nicolás Maduro, el pronunciamiento que llevó a cabo la Unión Europea, condenando la inhabilitación política, que le han impuesto a María Corina Machado, se trata de una confabulación, que ha comenzado a urdirse en el mundo entero; para que Venezuela pase de nuevo a manos de EEUU, y resulta que a escondidas está negociando con Joe Biden, a propósito de las actividades de explotación petrolera, que realiza en el país la Chevrón, y que van más allá de la extracción de petróleo; lo que resulta una doble hipocresía, no sólo con respecto a los EEUU; sino también con respecto a su abyección a Vladimir Putin, principal cabecilla de la transnacional del crimen; donde entran también el Irán de Ebrahin Raisi, la Siria de Bashar al-Asad, la Corea de King Jong-Il, la China de Xi-Jimping, la Cuba de los Castro y la Nicaragua de Daniel Ortega; cuyos regímenes de gobierno se basan en el totalitarismo, ejerciendo implacables tiranías.

Putin asesina a sus contrincantes, cuando los ve que se han convertido en amenazas potenciales, para derrotarlo en una posible elección; cuando no los lleva a prisión; como King Jong-Il maquinó el asesinato de un hermano suyo en un aeropuerto de Malasia, que también representaba una amenaza igual; mientras que Ortega procede, como ha hecho Nicolás Maduro, que es inhabilitando a la señora Machado; que, por lo demás, se trataba de una inhabilitación anunciada, sólo a la espera de que se realizara la inscripción de su precandidatura a las primarias de la oposición, por parte del régimen; que hubiera podido esperar a que se realizara dicho proceso, y ella resultara ganadora; por lo que se ve que la intención del régimen es infiltrarse allí a través de un candidato negociado, y que le convenga a Nicolás Maduro. He aquí lo que le responde la señora Machado: tú no vas a imponerle un candidato a la oposición.

El hecho es que este caso, según lo demuestran los juristas, que han opinado al respecto, se lleva por delante todos los procedimientos judiciales: mediante un oficio de una decisión administrativa elaborado sin formalidad alguna, sin procedimiento alguno, sin audiencia y sin derecho a la defensa, es decir, pasos que es necesario cumplir, para que se pueda llegar a esta medida; lo que deja de ser un caso judicial, para transformarse en un adefesio burocrático. Precisamente, a los regímenes soviéticos se les consideraba de carácter burocráticos, y de lo cual no anda lejos este de Maduro, al igual que el de Putin y del resto, de los que arriba nombramos, (la transnacional del crimen) y donde priva el centralismo, la verticalidad y el extractivismo. Si la señora Machado no se hubiera convertido en ese fantasma, que hasta entonces venía recorriendo Venezuela, y levantando un entusiasmo inusitado, no sólo por lo que respecta a la atracción que ejerce su liderazgo sobre las masas venezolanas; digamos de paso, sino porque ha despertado la fe en el voto, como forma de quitarse de encima esta narcodictadura; lo que explica la ventaja considerable, que tiene esta señora a nivel de las encuestas sobre los demás candidatos; si la señora, repito, no le ladrara en la cueva al régimen, en ese sentido, no se hubiera preocupado en lo más mínimo de llevar a cabo tal inhabilitación, y lo hizo a todo riesgo, ya que se trata de una de las medidas más impolíticas, que puede adoptar un gobierno que, como se vio, lo primero que hizo fue unificar a toda la oposición, que tenía recelos con respecto a la figura de la señora Machado, en torno a su liderazgo: todo el mundo asumió su defensa, sobre todo, porque representa una insurrección pacífica, al estilo de Gandhi y, lo segundo, indisponer al campo internacional, al punto de incitar a la UE a realizar dicho pronunciamiento, que condujo a Maduro a manifestar semejante hipocresía, se repite, en un momento en que negocia, directamente, con Biden la presencia de la empresa Chevron en Venezuela y la que, en efecto, ha logrado aumentar la producción de petróleo. 

Obsérvese que hasta al propio Lula Da Silva la oposición a su gobierno en Brasil le está pidiendo, que condene tal conducta de Maduro; un hombre que hace poco trató de lavarle la cara; cuando habló de una narrativa mal construida sobre una supuesta “dictadura” suya; por lo que lo deja muy mal parado en esta circunstancia: una clara vulneración de los derechos políticos de una ciudadana, que cuenta con un capital electoral y una maquinaria que la respalda, y que se ha venido consolidando a nivel nacional; que sí que se lo objetó de inmediato Gustavo Petro; quien, precisamente, en Colombia atravesó por este mismo proceso.

Por supuesto, la mejor decisión de la señora Machado fue no dar desmayo; no echarse a morir en el desierto, porque se ha acabado el agua: ayúdate, que yo te ayudaré, dice de Dios La Biblia, en ese sentido: ¿qué sucedió? Que pasó a que su liderazgo se transformara en un fenómeno indiscutible; que hasta el último sectario de la oposición tuvo que admitirlo y, a ese respecto, la señora Machado, repito, se transforma en la cabeza de una insurrección pacífica; que sólo la puede detener el cinismo de la mafia, que nos gobierna; como esa de decir Nicolás Maduro, que detrás de esta condena internacional, que ha merecido este exabrupto político, que ha cometido su gobierno, a través de una Contraloría, que los periodistas calificamos de ilegítima, no se oculta sino la mano del “imperialismo” yanqui; además de la implacable represión, si es que el pueblo se levanta por tal motivo; como a uno le resulta un tanto hipócrita la conducta de EEUU de solicitar desde una torre de marfil la realización en nuestro país de un proceso electoral limpio y transparente; además de descalificar dicha medida de inhabilitación; cuando envía emisarios a dialogar con Nicolás Maduro; que lo dejó ver el bocazas de Trump, cuando dijo que, mientras Biden le mendiga el petróleo a Maduro; si hubiera querido, su gobierno se hubiera podido apoderar del mismo sin mayores esfuerzos, y sin embargo no lo hizo; aparte de la fanfarronada: he allí la máscara de Biden.