Hoy se conmemoran 15 años del hundimiento de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, un evento que marcó un antes y un después en la historia de la exploración petrolera. El 20 de abril de 2010, esta estructura semisumergible, operada por BP en el Golfo de México, explotó a 66 kilómetros de la costa de Luisiana, en el yacimiento Macondo, desencadenando uno de los mayores desastres ambientales registrados.
Construida en 2001 por Hyundai Heavy Industries, Deepwater Horizon era capaz de perforar a profundidades de hasta 35,000 pies. La explosión, que ocurrió durante operaciones a 5,000 pies bajo el nivel del mar, cobró la vida de 11 trabajadores y dejó 17 heridos. El incendio subsiguiente, imposible de controlar, llevó al colapso y hundimiento de la plataforma dos días después, el 22 de abril de 2010.
El desastre liberó aproximadamente 4.9 millones de barriles de petróleo durante 87 días, hasta que el pozo fue sellado el 19 de septiembre de 2010. El derrame afectó más de 1,700 kilómetros de costas en estados como Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, dañando ecosistemas marinos y terrestres, incluyendo poblaciones de aves, tortugas marinas y delfines. La industria pesquera y turística del Golfo sufrió pérdidas estimadas en miles de millones de dólares.
Las investigaciones oficiales, lideradas por la Guardia Costera de EE.UU. y la Agencia de Protección Ambiental, identificaron fallos en el sistema de prevención de reventones, decisiones operativas inadecuadas y deficiencias en los protocolos de seguridad como causas principales. BP, la operadora principal, enfrentó multas de 20,800 millones de dólares y acordó pagos de compensación por 65,000 millones para mitigar los daños.
Quince años después, el hundimiento de Deepwater Horizon permanece como un evento clave en la historia de la industria petrolera, recordado por su impacto económico, ambiental y humano en la región del Golfo de México.