Los científicos han desarrollado un robot humanoide que cambia de forma y que puede licuarse y reformarse a sí mismo. El robot, creado por un equipo de la Universidad de California, Berkeley, está hecho de un material que puede cambiar de forma cuando se expone a un campo magnético.
Los robots están hechos de un tipo de metal llamado ferrofluido; un tipo de líquido que contiene pequeñas partículas magnéticas. Cuando se aplica un campo magnético, las partículas se alinean y hacen que el líquido tome una forma específica. Al controlar la fuerza y la dirección del campo magnético, los investigadores pudieron hacer que el robot se moviera y cambiara de forma.
El equipo pudo hacer que el robot caminara, gateara e incluso escalara una pared. También demostraron que puede reformarse en diferentes formas, como una pelota o una serpiente.
Una de las principales ventajas de esta tecnología es su capacidad para adaptarse a diferentes entornos. El robot puede cambiar su forma para pasar por aberturas estrechas o para agarrar diferentes objetos. Además, el robot puede recuperarse del daño reformando su forma.
El equipo planea continuar desarrollando la tecnología, con el objetivo de crear robots que puedan adaptarse a entornos cambiantes y realizar una amplia gama de tareas. Esto podría tener aplicaciones en campos como búsqueda y rescate, exploración y diversas formas de entretenimiento.
Esta investigación es un nuevo paso en el campo de la robótica blanda, que utiliza materiales flexibles y compatibles para crear robots que puedan adaptarse a su entorno. Los robots basados en ferrofluidos podrían tener una amplia gama de aplicaciones, desde búsqueda y rescate hasta entretenimiento.