Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), una de cada ocho mujeres en España tendrá cáncer de mama en algún momento de su vida. Así, esta patología es el segundo tumor más diagnosticado en España, sólo por detrás de los de colon y recto.
Por suerte, la mortalidad ha descendido mucho en los últimos años, en buena parte gracias a innovaciones tecnológicas como el revolucionario guante que quiere conquistar a Dyson o el pecho sintético que ya ha ayudado a detectar una decena de casos.
La revisión periódica a través de mamografías es clave a la hora de detectar de forma precoz los tumores, pero no siempre es posible y en algunos casos la aparición del tumor sucede entre una prueba y otra —lo que se conoce como cáncer de intervalo—. Para remediarlo, científicos del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una pionera tecnología de ultrasonidos para la exploración y la obtención de imágenes del tejido mamario. Se trata de un método no invasivo que permite seguir en tiempo real los cambios dinámicos de los tejidos blandos.
La investigación, publicada en Science Advances, aporta una novedosa aproximación que puede ser decisiva, sobre todo para las mujeres que más riesgo tienen de sufrir cáncer de mama por motivos genéticos. El dispositivo resultante, todavía en fase de prototipo, es «un parche flexible que puede fijarse a un sujetador para permitir a la usuaria mover un rastreador de ultrasonidos a lo largo del parche y obtener imágenes del tejido mamario desde distintos ángulos», según el estudio. Los resultados son claros: permite obtener imágenes con una resolución comparable a la de las sondas de ultrasonidos utilizadas en los centros médicos de diagnóstico por imagen.
Diagnóstico precoz
Las herramientas más efectivas en la lucha contra el cáncer de mama, además de la constante mejora en los tratamientos, siguen siendo los programas de cribado que se realizan a toda la población femenina a partir de los 40 años. Y es que, cuando este tipo de tumores se diagnostican en las fases más tempranas, la tasa de supervivencia es de casi el 100%, una cifra que desciende a sólo un 25% en el caso de los tumores detectados en estadios más avanzados.
El objetivo de Canan Dagdeviren, profesora asociada del Media Lab del MIT y autora principal del estudio, es precisamente mejorar la tasa global de supervivencia de las pacientes con cáncer de mama. También quiere desarrollar una alternativa no invasiva a las clásicas mamografías, que en ocasiones pueden ser molestas o dolorosas. Quienes más se pueden beneficiar de ello son sin duda las pacientes con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama, que podrán estar más tranquilas entre una prueba y otra si tienen acceso a este dispositivo.
«Hemos cambiado el factor de forma de la tecnología de ultrasonidos para que se pueda utilizar en casa. Es portátil y fácil de usar, y permite monitorizar el tejido mamario en tiempo real y de forma sencilla», señala Dagdeviren en declaraciones recogidas por el propio MIT.
La inspiración detrás del invento provino de una familiar cercana de la propia investigadora, a la que diagnosticaron un cáncer de mama en fase avanzada a los 49 años. Las revisiones periódicas no fueron capaces de detectarlo a tiempo y eso llevó a esta científica turca, experta en Ciencia de Materiales, a hacer un primer diseño de un dispositivo de diagnóstico que pudiera integrarse en el sujetador para hacer más sencillo un cribado frecuente.
Dagdeviren y su equipo, que ya han trabajado en otros wearables que se adaptan al cuerpo para ofrecer información sobre la salud de su portador, tenían claro desde el principio que querían centrarse en las personas con más probabilidades de desarrollar cáncer de intervalo. «Con cribados más frecuentes, nuestro objetivo es aumentar la tasa de supervivencia hasta el 98%». En España, esa cifra a 5 años es del 82,8% de forma global.