Por primera vez, SpaceX ha cumplido todos los objetivos que se había planteado para un vuelo de prueba de su Starship. Aunque los tres ensayos anteriores la compañía aeroespacial de Elon Musk ya los había calificado de éxitos, pues el cohete siempre había despegado y se recopilaron valiosos datos de vuelo, todas esas misiones habían acabado con el propulsor y la nave explotando. Esta vez, ambos elementos de la gigantesca lanzadera espacial cumplieron con la trayectoria prevista y acabaron amerizando en el océano, aunque con ciertos problemas. Estos logros de hoy son avances cruciales en el desarrollo de Starship, que está destinada a convertirse en la nave en la que la primera mujer aterrice en la Luna. El éxito de hoy acerca a la NASA y a SpaceX a lograr ese sueño en los próximos años.
El cuarto vuelo de prueba del megacohete Starship comenzó esta tarde, a las 14:50 hora peninsular española en la base de SpaceX en Boca Chica (Texas, EE UU). Cumplió el horario previsto y casi de manera impecable, pues uno de los 33 motores Raptor no se encendió para el despegue. Los dos componentes principales, el gran cohete propulsor —Super Heavy Booster— y la nave superior —denominada también Starship, o simplemente Ship—, forman un imponente conjunto de 121 metros de altura, que equivale a un edificio de 30 pisos: es la nave más alta y potente de la historia y, esta vez, ha funcionado a la perfección en el lanzamiento.
A los tres minutos de vuelo, el enorme propulsor inferior apagó los motores y la nave superior encendió los suyos, realizándose sin problemas aparentes la separación de los dos módulos del megacohete. Fue la primera gran mejora con respecto al parcialmente exitoso tercer vuelo de prueba. A continuación, el propulsor logró realizar un descenso controlado y, siete minutos después del despegue, sus motores se encendieron de nuevo para realizar un amerizaje suave sobre el golfo de México, no muy lejos del lugar de lanzamiento.
Tras este hito en el desarrollo de Starship, en próximos ensayos esta fase irá evolucionando hacia una de las características que hacen única a esta lanzadera espacial de carga superpesada: su propulsor principal podrá posarse suavemente de vuelta en la base de lanzamiento y será atrapado por una gigantesca pinza. Eso permitirá reutilizar el cohete en múltiples ocasiones. SpaceX ya ha conseguido reutilizar sus cohetes Falcon, mucho menores, pero nadie lo ha logrado hasta ahora con un cohete del tamaño de Starship o los también gigantescos SLS y Saturno 5 fabricados por la NASA para las misiones a la Luna.
En el cuarto vuelo de prueba, tras cumplir a la perfección los tres primeros objetivos de hoy —despegue, separación de los dos módulos y amerizaje controlado del propulsor— la nave superior alcanzó la trayectoria suborbital deseada y apagó sus motores, poco después de los ocho minutos de vuelo. Tras media hora con la nave en el espacio y sin ofrecer novedades, SpaceX ha retomado la imagen para afrontar la fase crucial de la misión de este ensayo: la reentrada de la nave en la atmósfera terrestre.
En el tercer vuelo de prueba, el pasado mes de marzo, Starship había logrado alcanzar el vuelo orbital, pero luego perdió el control y explotó durante su descenso de regreso a la Tierra. Desde entonces, SpaceX ha concentrado sus mejoras en perfeccionar la fase de reentrada en la atmósfera de la nave, destinada a transportar carga y astronautas en un futuro. Elon Musk había comentado, en los días previos a este lanzamiento, que “existen muchos problemas difíciles por resolver, pero el mayor de los restantes es crear un escudo térmico reutilizable para el retorno orbital, lo cual nunca se ha hecho antes”.
Escasos minutos antes de la prueba de hoy, portavoces de la compañía aeroespacial del magnate estadounidense han recordado que en estas pruebas cabe esperar “fallos espectaculares antes de que aprendamos a hacer las cosas bien”. Es la filosofía que ha llevado a SpaceX a liderar el sector del transporte espacial en los últimos años y que mantenía el suspense con respecto a la parte final de esta misión de prueba. Como dicen desde SpaceX en cada prueba de Starship, “la emoción está garantizada”.