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Debates modernos sobre emprendimiento

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Después de una travesía pedagógica de 22 años que nos ha permitido formar en Emprendimiento a casi 60.000 Latinoamericanos de distintos niveles en 8 países, hemos podido sistematizar algunas de las discusiones modernas que observamos en este campo. Identificando estos debates queremos compartir reflexiones ante la profunda preocupación que nos despiertan recientes prácticas que juzgamos improvisadas, cuando menos.

Vladimir Petit Medina, PhD

Comencemos.

1. ¿Startups o emprendimientos populares? Cada visión es necesaria aunque responde a objetivos diferentes: por ejemplo, si una economía está en crisis y quiere generar una explosión de empleo popular, lo lógico es que haga énfasis en el emprendimiento popular y apunte, a su vez, hacia un capitalismo popular expansivo. Si una economía ya está estabilizada y en crecimiento, lo lógico es que haga énfasis en ambas visiones para así dar oportunidades de crecimiento y empleabilidad a los más humildes y a la clase media con deseos de ascenso a la vez. Y si una economía ya estabilizada quiere provocar un crecimiento 2X, es congruente privilegiar convertirse en terreno fértil para mútliples startups. Ahora bien, ni siquiera en los países del primer mundo es lógico abandonar el campo del emprendimiento popular, el cual siempre tendrá demanda. Una muestra: el banco de Yunus (banco del pueblo) abrió sucursal en USA y allí genera la mayor rentabilidad del sistema. Además, hacer énfasis en una u otra visión, genera requerimientos colaterales. Lo interesante es que siempre es una decisión que está pegada al arreglo de un problema socioeconómico. Ahora veamos.

-Si se quiere incentivar el surgimiento de startups, hay que pensar en ecosistemas de soporte y por ende, en incubadoras, fomentar la mayor innovación posible y dar estímulo a la banca comercial para que pueda ayudar. En el plano formativo, el énfasis debe hacerse en enseñar una nueva forma de pensar y actuar inspirada en design thinking, mapas mentales y resolución de problemas. Una reflexión especial en cuanto a las incubadoras. Aunque en líneas generales éstas pueden llegar a tener excelente desempeño como en Chile, jamás tendrán la misma capacidad de las propias empresas actuando como incubadoras ni la misma exigencia ni el mismo éxito. El mejor ejemplo es Rappi, el delivery service colombiano ahora presente en varios países. Hoy es, en strictu sensu, la mayor incubadora de LATAM ya que tiene más de 100 exitosas startups financiadas por la misma organización, normalmente con extrabajadores suyos al frente e impulsadas para hacer más eficiente la prestación de su servicio. Si LATAM es la región de más rápido crecimiento en términos de startups, entonces Rappi es el ejemplo más eficiente a seguir.

-Si nos orientamos hacia el emprendimiento popular, hay que pensar en pulmones financieros que impulsen las iniciativas. Esas fuentes de financiamiento en manos del Estado han demostrado ineficiencia. Por eso lo mejor es el sistema de banca especializada. Para la banca comercial es cuesta arriba analizar y financiar proyectos sencillos y humildes, a menos que se cree una organización con esta orientación dentro del propio banco comercial, como fue Banca Comunitaria Banesco, por ejemplo. Sin embargo, en caso de crisis económica, el banco comercial tenderá lógicamente a preservar su actividad esencial. Lo cierto es que donde el sistema está hecho a la medida para que con espíritu bancario y manos privadas se haga banca popular, resulta exitoso. Hoy en día también hay que revisar el financiamiento de capital semilla ya que por allí se ha ido muchísimo dinero. Quizás con flexibilizar su concepto es suficiente para asumir que el capital semilla popular, en el cual se puede invertir, es aquel que puede acelerar el crecimiento y ampliación de un negocio que aunque informal, ya tenga más de un año de funcionamiento. A todo evento, en este plano formativo, el énfasis se hace en estudios que culminen con la elaboración del plan de negocios ya que es la herramienta mìnima exigible para obtener respaldo financiero. Modernamente, también se ha querido involucrar a la empresa privada en el incentivo de los emprendimientos populares y en el mismo sentido que Rappi pero con manifestaciones diferentes. Así, hay organismos que han intentado fomentar el estilo back-to-back invitando a grandes empresas a ayudar en el emprendimiento popular por vía de que cada $ que ellas inviertan provenientes de sus propias arcas es complementado por otro $ que viene de donors internacionales. Genial alternativa. Esto tiene repercusiones interesantes tales como obligar al emprendedor popular a que como contrapartida, quede comprometido a colaborar con la sostenibilidad de estos programas de formación de emprendedores que le tuvo antes como beneficiario. Es decir, un camino virtuoso: el emprendimiento como ESG y los beneficiarios comprometidos a hacerla sostenible.

En ambas visiones hay exigencia de habilidades esenciales comunes tales como herramientas de comunicación que permitan a cada tipo de emprendedor vender su idea, vender la dirección y espíritu de su negocio a propios y extraños así como herramientas de administración de negocios.

Finalmente, vale preguntarse: startups o emprendimiento popular…cuál es mejor? Depende del objetivo como lo dijimos antes y del impacto logrado por su buena implementación. Hay algo innegable: una startup exitosa puede generar un huracán de puestos de trabajo…pero cuántas startups exitosas conocemos y se destacan anualmente? Mientras, centenares de miles de emprendimientos populares medianamente exitosos, generan muchos empleos en físico o virtuales, directos e indirectos, que al menos sirven para la subsistencia a través de una maraña de soporte social. La mejor evidencia es salir a caminar por cualquier calle Latinoamericana y apreciar dónde trabaja la mayor parte de la gente o para quién lo hace desde casa.

2. ¿Dirigido a mujeres, hombres…diversidad de género? Una prueba ácida para comprobar si la convocatoria a un programa de formación en emprendimiento popular estuvo bien hecha o no: si menos del 60% de los asistentes es femenino…algo se hizo mal. Y es que el emprendimiento popular latinoamericano y mundial tiene cara de mujer, esfuerzo de mujer y protagonismo de mujer. Sin focalizar mucho…cada convocatoria popular en LATAM es protagonizada en un 70% o 80% por mujeres. Por el contratio, el emprendimiento tipo startups normalmente convoca mayoritariamente hombres. ¿Por qué? Por un lado resabios de un machismo aún latente y que en su momento fue inculcado a las mujeres por igual y, por otro, cierto problema de autoestima subyacente. Las otras identidades de género comienzan a aproximarse al emprendimiento no sin cierta timidez. Algo curioso es que estos últimos normalmente tienden a plantearse emprendimientos relacionados con su propio mundo…a manera de protección. Entonces, la inclusión y la diversidad de género tienen en los estudios de emprendimiento un campo de batalla por ganar: en el mundo de las startups hay que incentivar a las distintas identidades de género a participar para acabar con la preeminencia de hombres en ese segmento.

3. ¿Emprendimiento en físico o virtual? Actualmente es clara la secuencia que apunta a un comercio móvil y al trabajo en remoto o híbrido cuando menos. El emprendimiento popular tiene mayor fijación espacial y menos pretensiones virtuales que las startups, lo cual es lógico pero ineficiente. Así, depender de un pequeño mercado acotado por quienes pasan por el frente del negocio y acaban por ver el cartel y terminan visitando el local, cede ante la potencialidad de inmensos mercados compuestos por gente que navega por internet y usa las RRSS. Por ello, cada vez más iniciativas populares tratan de hacer una actividad híbrida, aprovechando ambos mundos. Hemos encontrado en pueblos latinoamericamos excelentes ejemplos. En Panamá, por ejemplo, en el interior de una humilde zona, Changuinola, conseguimos a un emprendedor con una humilde heladería. Vendía bien pero no todo el pueblo pasaba por frente de su local. Comenzó a ofrecer helado en su cooler recorriendo el pueblo en bicicleta. Luego inició por RRSS y entonces ya la bici se convirtió en delivery service y así comenzó a atender pedidos en todo el pueblo y cercanías. Al final, cerró la tienda física y todo se convirtió en una operación a través de RRSS. En un pueblito¡ Hacia allá se mueve todo…hacia el social commerce¡ Hacia el mercadeo digital¡ Tan es una tendencia general que ante la saturación de los posicionamientos en SEO, ya se migra a canales de mercadeo que aún tienen cupo e impacto, tales como el e-mail y el WhatsApp, especialmente el WhatsApp Business, acaso la red social fundamental para el emprendedor popular.

Este espíritu virtual ya se registra hasta en las modalidades de empleo que cada vez más acuden a la contratación freelance o GIG.

4. ¿Innovación o imitación? Al emprendimiento originalmente se le etiquetó como una actividad que iba de la mano de la innovación. Pero la realidad fue cediendo a los retos de la masificación y la necesidad. Por eso, en estos días más bien se diferencia:

-las startups implican innovación;

-los emprendimientos populares más bien tienden a la imitación.

En el primer caso, la innovación y la creatividad hacen la diferencia. En el segundo caso, la imitación de lo tradicional y comprobado es lógica. Pero sin embargo, hoy en día se acepta que aún con imitación…hay que privilegiar la diferenciación¡¡¡¡ Es lo que se manifiesta en detalles que se hacen de manera diferente aunque el negocio popular sea muy tradicional. Lo dicho además repercute en las culturas organizacionales independientemente de que se trate de una refinada o de otra incipiente. En todo caso, la cultura organizacional de la cual se trate es escalable con el negocio y más aún hoy que los emprendedores con cada vez más jóvenes. Hemos visto de todo, pero a nivel popular cada vez es más evidente el esfuerzo de los emprendedores por homogeneizar la apariencia, servicio y procesos de sus negocios replicados en algún otro lado. En El Salvador conocimos a un señor que ya tenía 3 negocios de comida rápida en distintas ciudades del país pero con idéntica apariencia, menú, procesos y cultura. Eran todos de su propiedad…pero adivinen qué?…la última vez lo conseguimos manualizando todo para comenzar a franquiciar su negocio. Le preguntamos de dónde había sacado esa idea. Nos dijo que la había aprendido estudiando la historia de MacDonald´s…e imitándolos. Este hecho, por cierto, genera impulso para el crecimiento y la escalabilidad…ya que imitativamente es lo que se observa gracias a la globalización.

5. ¿Formación especializada en emprendimiento y ya? No.Los países que como India han logrado una explosión emprendedora que repercute decisivamente en su PIB, asumen el espíritu emprendedor como un eje transversal en su formación. Así, incentivan el ánimo a asumir riesgos, autoemplearse así como soñar con la grandeza gerencial a todo nivel. Desde los niños hasta los mayores. Esto reitera algo que todos aceptamos: en el fondo, el sabio venezolano Luis Alberto Machado tenía razón plena al afirmar que la inteligencia se desarrollaba y que por eso debía sistematizarse un programa de estímulo para ello a lo largo de todo el proceso formativo. Dentro de esta inteligencia…el espíritu emprendedor, el ánimo de resolver problemas y crear cosas, debe ser un cometido del estado y un eje presente a lo largo de la formación de todos los latinoamericanos.

El BID, CAF, OCDE y Banco Mundial han proclamado la importancia del emprendimiento para el resurgimiento ecònomico mundial postpandemia. El asunto es hacerlo bien si se tiene claro el propósito, el objetivo, el momento economico en el cual se encuentra el país de turno y las características. Para ello es muy útil asumir posición en cada uno de los debates que hemos tratado antes y tomar decisiones congruentes.

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