En los últimos tres meses de 1989, todos los países comunistas de la órbita soviética cayeron sin disparar un tiro.
Ni soldados ni policías se atrevieron a disparar contra sus compatriotas que pacíficamente exigían un cambio.
Sólo en Rumania, su presidente Nicolae Ceausecu, ordenó disparar y resultó fusilado.
En 1991 la propia URSS, la segunda potencia militar del mundo, también cayó sin disparar un tiro.
En este programa de José Toro Hardy josetorohardytv en su canal YouTube, el economista establece un paralelismo con lo que podría ocurrir en Venezuela.
