¡Sorpresa!
Los matemáticos han descubierto que no existe una fórmula exacta para el cuerpo femenino “perfecto”.
Un estudio publicado recientemente en Scientific Reports desafía suposiciones de larga data sobre la forma corporal femenina más atractiva, y puede que no se trate de la relación cintura-cadera (RCC).
Investigadores de la Universidad de Constanza, en Alemania, afirman haber descubierto que una forma de “S” pronunciada desde el pecho hasta los muslos —como Marilyn Monroe o Kim Kardashian— “es un mejor predictor del atractivo corporal de una mujer” que una proporción específica.
Esta forma, más que una medida exacta, parece ser algo que las mujeres deben tener en alta estima cuando se miran al espejo.
La nueva investigación cuestiona hallazgos anteriores que indicaban que una relación cintura-cadera de 0,7 (donde la cintura es aproximadamente un 30% más pequeña que las caderas) es el indicador ideal de la belleza femenina.
Si bien la relación cintura-cadera se ha asociado durante mucho tiempo con la fertilidad y la salud, los científicos argumentan que no se trata solo de tener proporciones “perfectas”.
De hecho, el estudio descubre que, para los tipos de cuerpo más grandes, la curvatura general es un factor más importante en el atractivo percibido que una medida específica de cintura.
¡Qué sorpresa! Puede que no exista una única fórmula.
Durante siglos, la relación cintura-cadera se ha considerado el factor más importante para determinar la forma femenina “perfecta”, mientras que
los cuerpos de papá pueden ser la forma más atractiva para los hombres .
Esta idea no se ha actualizado desde el Renacimiento y está vinculada a la psicología evolutiva, donde los científicos sugirieron que un WHR de 0,7 podría indicar una buena salud reproductiva porque se pensaba que las caderas más anchas y una mayor distribución de grasa en la parte inferior del cuerpo indicaban mejor salud y fertilidad.
Sin embargo, el estudio reciente confirmó que determinar el cuerpo femenino más atractivo (sí, algo que los científicos todavía están haciendo) puede no reducirse a una fórmula matemática.
Para comprobar esta teoría, el profesor Ronald Hübner y su equipo realizaron un experimento con dibujos lineales sencillos de torsos femeninos. Los dibujos se manipularon de forma que el WHR y el grado de curvatura estuvieran alineados.
A los participantes, un grupo de 80 hombres y mujeres, se les pidió que calificaran el atractivo de cada dibujo en una escala de uno a 100.
Como era de esperar, los dibujos con un WHR de 0,7 fueron calificados como los más atractivos. Un dibujo con un WHR de 0,7 recibió una puntuación media de atractivo de 74, mientras que un dibujo del mismo peso corporal pero con una figura más recta (una proporción de 1:1) recibió una puntuación de tan solo 54.
Eso confirmó una investigación anterior que vinculaba el WHR con el atractivo de los tipos de cuerpo más delgados, aunque se prefería un cuerpo en la categoría de peso medio a aquellos que parecían tener sobrepeso o bajo peso.
En un segundo experimento, los investigadores cambiaron las condiciones para aislar el efecto de la curvatura.
En este caso, la WHR y la curvatura ya no estaban perfectamente alineadas. Algunos dibujos fueron diseñados con curvaturas exageradas, como se ve en mujeres con corsés ajustados y curvas extremas, y otros eran casi rectos.
Luego se pidió a un grupo de 98 personas que calificaran las imágenes recién dibujadas.
El 0,7 WHR siguió siendo el más atractivo para los cuerpos más delgados, pero para los tipos de cuerpo más grandes, la curvatura emergió como el factor dominante en el atractivo percibido en lugar de una proporción exacta.
De hecho, cuando se mostró el cuerpo más grande, con un WHR de 0,7, recibió la calificación más baja, un mero 17 sobre 100. Los cuerpos más atractivos fueron los que tenían mayores curvas, independientemente de las medidas.
En conclusión, los investigadores de la Universidad de Constanza proponen un cambio en nuestra comprensión de la belleza femenina.
Si bien la relación cintura-cadera ha sido durante mucho tiempo un determinante clave del atractivo, la nueva investigación sugiere que determinar la belleza es más difícil de alcanzar de lo que se creía anteriormente.