El aumento de las tensiones entre China y Estados Unidos es uno de los temas de la Conferencia de Seguridad de Múnich este viernes a la que asisten, entre otros, los presidentes Zelensky, Scholz y Macron. RFI entrevistó a Evan Ellis, profesor en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, especialista en China.
RFI. ¿Qué tanto han afectado las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China el incidente del globo?
Las relaciones ya estaban tensas. Recuerde que Pekín dio una respuesta muy agresiva a la visita a Taiwán de Nancy Pelosi, cuando ella era presidenta de la Cámara de representantes (agosto de 2022). Los presidentes Biden y Xi Jinping tenían la intención de restablecer los canales de comunicación y disminuir esas tensiones. Blinken había sido enviado con ese fin (pero la reunión fue anulada). Por eso considero que la acción china del globo es no solo desafortunada sino, obviamente, deliberada. En realidad, lo único que hace es posponer la resolución de la crisis.

RFI. ¿Qué puede ocurrir?
Lo que se viene es incierto. La protesta que hizo el gobierno chino me pareció ingenua. Pero, al mismo tiempo, abre una opción estratégica para Pekín. En este sentido: si los aviones de vigilancia de Estados Unidos sobrevuelan un territorio en disputa, por ejemplo, el espacio aéreo muy reclamado en el mar de China meridional o en el mar de China oriental, y China decide derribar esos aviones que transitan por ese espacio aéreo neutral, Pekín podría afirmar que se reserva el derecho de hacerlo porque Estados Unidos derribó su globo. Podrían decir que Estados Unidos ya cometió una violación. Por eso no descarto la posibilidad de una escalada.
RFI. Pero, ¿cuáles pueden ser las intenciones de Pekín?
Es muy difícil entender esta acción china. Podría interpretarse como un intento, en el marco de una campaña más amplia de Pekín para aumentar la presión obre Washington, de poner a prueba ciertas respuestas de Estados Unidos en una escalada preliminar y, de este modo, encaminarse a forzar una solución que vaya en el sentido de arrebatarle su soberanía a Taiwán.
Pero, más allá de su carácter inexplicable, lo que me preocupa es la posibilidad de que la provocación china, sumada al giro hacia un posible acuerdo de alianza diplomática entre Rusia y China, sumado a otras acciones, por ejemplo, el inexplicable despliegue por parte de los iraníes de buques de guerra inusualmente vulnerables en las proximidades del Canal de Panamá, lo que me preocupa, digo, es que todo eso pueda representar una serie de acciones coordinadas cuyo propósito sea distraer a Estados Unidos o complicarle la toma de decisiones.
Estamos en el terreno de las especulaciones, pero la situación es muy tensa. Xi Jinping ha expresado abiertamente su deseo de resolver la independencia de Taiwán antes de que finalice su tercer mandato. Entonces, en lugar de ser una continuación temporal de las hostilidades o desafortunadas fricciones diplomáticas, no hay que descartar que podamos estar ante algo de mayor envergadura. Pero esto está por verse. Pienso que se aclarará en las próximas semanas.
RFI