La felación o sexo oral es una de las prácticas más comúnmente realizadas durante el sexo. Sin embargo, la misma no es una que le agrade practicar a todas las personas, coincidieron expertos entrevistados.
Según el Informe Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos, el 86.2% de las mujeres y 87.4% de los hombres han tenido relaciones sexuales orales. Sin embargo, siguen existiendo aspectos culturales como la religión, crianza, educación sexual, mitos, entre otros, que pueden influir la percepción y el interés de una persona hacia este acto sexual.
Cuando surge una experiencia particular o negativa, también es probable que una persona se niegue a ejercer o recibir sexo oral. Mientras, la higiene también puede ser un factor que influye en el sexo oral. Hay personas a quienes les gusta el olor corporal, sin embargo, a la mayoría de las personas les gusta que la genitalia esté lo más limpia posible.
Aunque es una práctica que produce intimidad y placer, destaca que no a todas las personas les gusta el sexo oral. Por otro lado, los hallazgos de un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH por sus siglas en inglés) sugieren que el uso del sexo oral para complementar el sexo peneano-vaginal o para revivir una relación asexual está vinculado a un mayor bienestar y felicidad de los adultos mayores.
Esta misma investigación señaló al sexo oral como una forma alternativa de mantener una vida sexual activa, una relación de alta calidad y vitalidad psicológica. Los proveedores de atención médica pueden sugerir el sexo oral a sus pacientes mayores, particularmente aquellos que experimentan algunas disfunciones sexuales, como una forma de lograr una mejor calidad de vida.
Hay personas que lo hacen por compromiso y otras porque les gusta. Lamentablemente, muchas personas reciben educación a través de la pornografía, contenido que expone mucho sexo oral, lo que trae la recurrencia de la práctica. Es cuestión de gustos y preferencias.
La sexóloga Tatiana Aponte destaca que el sexo oral no es una práctica que le agrade a toda persona. Puede tratarse de una mala experiencia, inseguridades o porque la persona piensa que no lo sabe hacer ‘bien’ o como le gusta a su pareja, porque no lo considera importante o porque nunca se le ha pedido, mencionó.
No obstante, señaló que, si el sexo oral es una práctica importante para una de las dos partes y su pareja no lo hace, es un punto a considerar, pues en algún momento va a generar dificultades en la relación.
Es indispensable hablar con la pareja sobre los puntos eróticos, el grado de presión que pueden usar para tocar o apretar, los besos o caricias que les gustan, entre otros detalles.
Se deben de tener negociaciones y acuerdos previos. De igual forma, respetar que “no” siempre es “no”. Una persona puede incurrir en una práctica por complacer a su pareja o experimentar, pero en el momento en el que una parte se siente incómoda o quiere parar, se debe respetar. Las relaciones sexuales no se deben de hacer por compromiso, sino porque ambas partes tienen interés y van a tener el mismo nivel de satisfacción.
Asimismo, comentó que si la persona no se conoce a sí misma sexualmente no puede explicárselo a su pareja. “Hay que hacer un mapeo sexual de nosotros mismos, conocer los puntos que más nos satisfacen para comunicárselo a la pareja”, sugirió al indicar que esta es una exploración que se debe hacer tanto a nivel individual como a nivel de pareja.
Aponte recomendó que lo primero es asumir que hay un problema, que ambas o una de las partes está insatisfecha y hay interés de hacer algo al respecto. Apuntó que la conversación no se debe iniciar desde el reproche, sino que con tranquilidad. “Este tema para mí es importante y creo que está afectando a la pareja. ¿Por qué no te apetece?”, fue una de las premisas iniciales que sugirió la experta.
La doctora destacó que a veces hablarlo no es suficiente, por lo que es importante buscar la ayuda profesional que aborde el tema desde el origen.
“Nosotros nos complicamos el sexo, pero puede ser más sencillo de lo que pensamos. Tener una vida sexual plena con nuestra pareja es muy posible”, dijo Aponte.