La peculiarísima película sobre el multiverso Todo a la vez en todas partes ha triunfado en la 95ª edición de los Oscar con siete premios: mejor filme, actriz protagonista para Michelle Yeoh, dirección para Daniel Kwan y Daniel Scheinert, montaje, guion original y Jamie Lee Curtis y Ke Huy Quan como intérpretes de reparto.
Brendan Fraser ha sido elegido mejor actor protagonista por La ballena. El guion adaptado ha reconocido a Sarah Polley por Ellas hablan. El filme alemán Sin novedad en el frente, de Edward Berger, se ha llevado el Oscar a la mejor película internacional, categoría donde competía Argentina, 1985, de Santiago Mitre, y se quedó con cuatro estatuillas. Pinocho, del mexicano Guillermo del Toro, ha ganado como mejor película de animación.
Unos Oscar que han premiado la originalidad, la ciencia ficción y el éxito de taquilla con siete estatuillas (los mismos que Lawrence de Arabia o La lista de Schindler) para Todo a la vez en todas partes, llevándose tres Oscars interpretativos, Mejor dirección y, por supuesto película. Ha sido una noche en la que solo ha dejado espacio a Sin novedad en el frente (4 premios) y La ballena, con regresos de actores muy queridos por la audiencia.
Una ceremonia sin gracia, que acaba con el triunfo de ‘Todo a la vez en todas partes’
En una ceremonia de tres horas y 35 minutos, larga, sin gracia, Todo a la vez en todas partes, que sería lo opuesto a esta gala, se lleva los principales premios: película, dirección, tres de interpretación, guion original y montaje. Sin novedad en el frente, ha obtenido cuatro (entre ellos, película internacional), y La ballena, dos estatuillas (mejor actor y maquillaje y peluquería).
Alguna curiosidad: Michelle Yeoh es la segunda actriz no blanca en ganar el premio de interpretación femenina protagonista, y ha recibido el premio de la primera, Halle Berry. Ambas además fueron chicas bond con Pierce Brosnan. Y la misma Yeoh y Brendan Fraser fueron actores de la saga La momia. Puede que la Academia haya preferido una gala así, ordenada, gris, sin el escándalo del bofetón, pero eso ha provocado un programa aburrido. Aunque Will Smith, al menos su agresión, ha salido mencionado en diversos chistes de Kimmel.
Todo a la vez en todas partes es una ditirámbica comedia de acción ambientada en el, a estas alturas, casi cotidiano multiverso, gran éxito de público y de crítica en Estados Unidos, con la que vuelven a epatar al personal. Una historia delirante, escatológica, descerebrada y procaz, que pretende una vez más, como en Swiss Army Man, equilibrar lo cómico y lo sentimental, lo humano y lo sobrenatural, en un trabajo excesivamente alargado en su metraje que, aunque discurra a velocidad de vértigo, acaba resultando de una dispersión a prueba de paciencias.
