Por Koldo Salazar en El Debate
Se enfrentó al urbanita y poderoso clero de Amón en Tebas y refundó espiritualmente Egipto estableciendo el primer monoteísmo estricto, adelantándose cientos de años a Moisés, mil trescientos años a Jesús de Nazaret y más de dos mil años a Mahoma
Neferjeperura Amenhotep, Amenhotep IV, Amenofis IV, más conocido como Akenatón, fue el mayor revolucionario de la historia de Egipto y uno de los más importantes de la historia universal. Se enfrentó al urbanita y poderoso clero de Amón en Tebas y refundó espiritualmente Egipto estableciendo el primer monoteísmo estricto, adelantándose cientos de años a Moisés, mil trescientos años a Jesús de Nazaret y más de dos mil años a Mahoma.
Curiosamente estos monoteísmos históricos (judaísmo, cristianismo en islam) lograron triunfar y sobreponerse a las costumbres y religiones en su época y sus sociedades lo cual contrasta con el rotundo fracaso de este experimento, puede que se haya debido a varias causas sociales:
- Primer lugar: Estamos en el periodo de máxima expansión y riqueza de la historia del Egipto faraónico, por lo tanto, en una época de bonanza y estabilidad;
- Segundo lugar: La sociedad egipcia de la época faraónica era bastante conservadora y piadosa dominada por una religión oficial dependiente del clero y el templo y otra religión popular derivada de la primera y de práctica doméstica y social;
- Tercer lugar: Nos encontramos con un cambio muy abrupto en el cambio de creencias, Akenatón estableció de repente un monoteísmo estricto y prohibió el culto a los dioses tradicionales de Egipto;
- Cuarto lugar: Este corte tan radical en las creencias religiosas le enemistó con toda la administración religiosa, que tenía un gran ascendente sobre la sociedad civil y militar y por ende eran los que mantenían a la sociedad estable pero también con las grandes masas sociales del imperio;
- Quinto lugar: Akenatón se negó a usar la fuerza para imponer la nueva religión ni defenestró con propaganda las anteriores estructuras ni ideas.
Curiosamente en el periodo de Amarna, que duró muy poco tiempo, el faraón Akenatón dejó de ser un dios para ser el intermediario (figura parecida al Patesi de los sumerios/mesopotámicos) entre los adoradores y el dios Atón (el sol) fundando una religión sencilla, de salvación universal, sin clero y abstracta. Esto daba al faraón una posición privilegiada, ya que no existía el poder terrenal (político) del Rey y el poder religioso en el sumo sacerdote de Amón.
Con esta nueva religión se creaba un Cesaropapismo en el cual el faraón (que ya no era un dios), se convertía en el sumo sacerdote de Atón (lo que le enfrentaba directamente al sumo sacerdote de Amón) y se declaraba único intermediario entre hombres y el dios sol quedando todo el poder, espiritual y político, en las manos de un solo sujeto. Probablemente el hecho de que las sociedades semíticas de Mesopotamia, con los cuales Egipto mantenía relaciones diplomáticas, inspiraran el modelo de intermediario frente al modelo de dios viviente egipcio.
Esta nueva creencia se sustentó sin fisuras desde las altas esferas del poder y la estrategia de Akenatón tuvo éxito al principio debido a interesantes movimientos político-sociales. En movimiento más inteligente fue abandonar Tebas, la ciudad de Amón que representaba el antiguo orden y fundar, a modo de refundación de Egipto, una nueva capital llamada Amarna en la cual el faraón pudiera crear una corte y establecer unos súbditos leales que reforzaran su poder y alejar de estas esferas a potenciales enemigos.
El problema de esta religión nueva, que sería una religión de Estado, es que no respondía a las necesidades espirituales ni terrenales de los egipcios. Debemos entender que las poblaciones egipcias eran en gran mayoría campesinos y pescadores. Si nos sumergimos en la religión politeísta egipcia, los dioses responden a las necesidades de una sociedad de trabajadores de la tierra, pescadores y comerciantes y los dioses se preocupaban de la fecundidad de la tierra, de la inundación del Nilo, de la tutela de la familia y de los negocios, es una religión de orden natural derivada de las creencias previas neolíticas de los pobladores de la cuenca del Nilo donde los dioses están presentes, comen diariamente en el sanctasantórum las ofrendas que les dan los sacerdotes y están presentes en la vida diaria para cualquier cosa, de hecho viven en la tierra…el temido dios Set vivía en el desierto occidental (donde fue desterrado por Horus), etc…
Al mismo tiempo la religión de Atón era una religión más culta y abstracta, al servicio del estado y por tanto de las élites. Debido a conceptos universalistas y menos concretos, la sociedad del Egipto faraónico no vio en esta religión ningún motivo para abandonar a los viejos dioses ya que estos seguían estimulando y representando aquello que los egipcios necesitaban y, por tanto, debían de proteger y venerar.
Curiosamente el conservadurismo de la sociedad egipcia y sus dioses llevó a que el arte apenas sufriera ningún cambio en toda la larga época del Egipto antiguo (el Egipto Faraónico se cuenta desde la reunificación del Rey Narmer hasta la conquista romana de Augusto y la muerte de Cleopatra VII), sólo durante la era amarniense se tuvo una época en la cual el arte representaba lo transitorio y el realismo. Si nos fijamos en las escenas de Akenatón y Nefertiti con sus hijos son esculturas y bajo relieves realistas, con cierta idealización, y contrastan profundamente con la rigidez e impenetrabilidad de las antiguas esculturas.
Tal vez el proyecto fracasó por un cúmulo de circunstancias que van desde la división política entre los grupos de poder de Egipto, polarizados en Amarna y Tebas, así como por el enfrentamiento entre el clero de Amón con el nuevo faraón Cesaropapista amarniense de Atón, a la incapacidad del pueblo de asimilar una creencia que desplazaba por completo a los dioses que daban sentido a la realidad en la que vivían porque, curiosamente, en Egipto la religión venía desde las capas populares hasta las capas superiores salvo en este caso en la cual se diseñó una religión de laboratorio desde lo más alto de la sociedad (el faraón), que servía a sus intereses y no a las necesidades populares del país del Nilo.
Esta incapacidad de dar respuestas a las inquietudes espirituales fue lo que hizo fracasar a Akenatón. Moisés, Jesús, Mahoma y muchos otros fundadores de religiones que aún hoy existen y se expanden triunfaron porque supieron comunicar a las capas populares de sus sociedades un mensaje satisfactorio que reconfortaba y daba respuestas ante la incertidumbre de la vida y del más allá y les motiva para generar cambios sociales a nivel popular de la mano del desarrollo de las nuevas teologías que sustentarán la religión que nace. El atonismo no logró nada de esto y cayó tan pronto como los gobernantes atonistas cayeron, de hecho ni Tutankamón, el siguiente gran faraón mantendrá el culto.