En la isla de Tanna, Vanuatu, la tribu John Frum practica una de las religiones más peculiares del mundo: veneran aviones de la Segunda Guerra Mundial como símbolos divinos.
Este fenómeno, conocido como «culto al cargo», surgió en la década de 1940, cuando la llegada de suministros militares estadounidenses transformó la vida de los indígenas. Según un artículo de National Geographic, publicado el 22 de agosto de 2019, los nativos interpretaron los aviones como mensajeros de abundancia, dando origen a un movimiento que aún persiste.
La tribu cree que John Frum, una figura mítica que algunos asocian con un soldado estadounidense, regresará trayendo riqueza material. Construyen réplicas de aviones con madera y realizan rituales que imitan operaciones militares, como marchas con rifles de bambú. Esta práctica refleja una mezcla de esperanza y resistencia cultural frente a la colonización, según explica el antropólogo Mark Plotkin en BBC News Mundo, en un artículo del 25 de noviembre de 2018. Para los habitantes de Tanna, los aviones no son solo máquinas, sino símbolos de un futuro próspero.
El culto al cargo no es exclusivo de Tanna, pero la tribu John Frum es una de las más conocidas. Su aislamiento geográfico ha permitido que esta tradición perdure, aunque la modernidad comienza a filtrarse. Algunos miembros ya usan teléfonos móviles, según un reporte de BBC News Mundo del 26 de mayo de 2018, lo que plantea preguntas sobre cuánto tiempo mantendrán su fe intacta. La tala de bosques y el cambio climático también amenazan su modo de vida, como señala National Geographic.
Este culto es un fascinante ejemplo de cómo las culturas reinterpretan la tecnología foránea. Lejos de ser un simple anacronismo, la tribu John Frum nos invita a reflexionar sobre la fe, la identidad y el impacto del contacto con el mundo exterior. Mientras desfilan bajo sus aviones de madera, los habitantes de Tanna mantienen viva una historia que desafía nuestra comprensión del progreso.