Hoy se celebra el Día Internacional del Cine, una fiesta profesional de los cinematógrafos de todo el mundo.
Por: Morfema Press / Wikipedia
El 28 de diciembre de 1895 tuvo lugar la primera exhibición con público del cinematógrafo Lumière en el Salon indien del Grand Café, en el número 14 del Bulevar de los Capuchinos de París.
El 13 de febrero de 1895, Auguste y Louis Lumière presentaron su patente “cinématographe”. Este término ya había estado patentado anteriormente por Léon Bouly en el año 1892 para describir una máquina de toma de imagen en movimiento.
Aun así, por mucha falta de pago de la anualidad aproximadamente en el año 1894, el nombre quedó libre de nuevo y fue retomado por los hermanos Lumière.
El programa constaba de diez películas de 15 a 20 metros cada una. Estas películas estaban realizadas por Louis Lumière e interpretadas por sus familiares y amigos. La duración total fue de 20 minutos y el precio de las entradas fue de 1 franco.
Las películas proyectadas fueron:
- La Salida de los Obreros de la Fábrica Lumière (La Sortie de l’usine Lumière à Lyon)
- Riña de Niños (Querelle de Bébés)
- La Fuente de las Tullerías (Le Bassin des Tuileries)
- La Llegada de Un Tren (L’arrivée d’un Train à La Ciotat)
- El Regimiento (Le Régiment)
- El Herrero (Le Maréchal-Ferrant)
- La Partida de Naipes (Partie d’écarté)
- Destrucción de las Malas Hierbas (Mauvaises Herbes)
- Derribo de Un Muro (Le Mur)
- El Mar (La Mer)
Las primeras proyecciones tuvieron unos ingresos bastante mediocres. En la primera, concretamente, se consiguieron un total de 35 francos. No obstante, esos primeros 35 espectadores propagaron por toda la ciudad la noticia de aquello de lo que habían sido testigos.
Esta publicidad de boca/oreja suplió de forma eficaz la falta de prensa y pronto multitudes se congregaban para acceder a las proyecciones. Después de la inauguración, se fijó el precio de 1 franco. Las proyecciones duraban 25 minutos y se sucedían de media hora en media hora. Cada película duraba aproximadamente un minuto.
Clément Maurice, un antiguo empleado de los establecimientos Lumière, fue el encargado de organizar las primeras proyecciones. Según el mismo, “Aquellos que se decidían a entrar salían sorprendidos y a menudo les veíamos volver trayendo a todas las personas que conocían que habían podido encontrar por la avenida”.5
Para renovar los programas, que en los primeros días de enero de 1896 habían incorporado El regador regado (L’arroseur arrousé), primer filme narrativo y cómico de la historia del cine, los hermanos Lumière debieron reclutar operadores a los que les era confiada la realización y la proyección de películas.
El funcionamiento de la máquina a base de oxígeno y éter provocó un incendio en el Bazar de la Charité de 1897 que causó 126 víctimas mortales, lo que muchos interpretaron como el fin del cinematógrafo.
Pese a esto, después del triunfo en París, se abren en 1897 y 1898 cuatro salas de proyección nuevas en la capital francesa, además de una en la ciudad de Lyon.
En el momento de la invención, el cine se consideraba una atracción, una «fotografía en movimiento»; tomó prestado mucho de la literatura y el teatro.