En plena temporada navideña, las calles y hogares de muchos países hispanohablantes se llenan de melodías festivas que evocan el nacimiento de Jesús, las parrandas y la alegría decembrina. Dos términos que a menudo se usan indistintamente son villancico y aguinaldo, pero aunque comparten raíces comunes y celebran la Navidad, existen diferencias notables en su origen, temática y uso regional.
El villancico tiene su origen en la España medieval y renacentista. Proviene de «villano» (habitante de villa o campo), y originalmente era una canción popular profana que evolucionó hacia formas religiosas en los siglos XV y XVI. Hoy, según la Real Academia Española, se define como una «canción popular, principalmente de asunto religioso, que se canta en Navidad».
Clásicos como «Noche de Paz», «Los peces en el río» o «Campana sobre campana» son ejemplos universales: su contenido es eminentemente sagrado, centrado en el nacimiento del Niño Jesús, la Virgen María, los pastores o los Reyes Magos.
Por su parte, el aguinaldo musical es una evolución latinoamericana del villancico europeo, adaptada al folclore criollo. El término «aguinaldo» también significa regalo o propina navideña (de ahí que grupos de cantores pidieran «el aguinaldo» al visitar casas), y la canción se convirtió en el medio para solicitarlo.
En países como Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y otros de Centroamérica, el aguinaldo es un género folclórico típico de diciembre.
La principal diferencia radica en la temática: mientras el villancico es estrictamente religioso, el aguinaldo mezcla lo sagrado con lo profano. Incluye referencias a las fiestas, la comida (hallacas, lechón), las bebidas, las parrandas y hasta el amor erótico, reflejando la alegría popular y cotidiana de la Navidad. En Venezuela, por ejemplo, se divide en aguinaldos religiosos y de parranda, acompañados de instrumentos como el cuatro, el furruco, maracas y tambores.
Expertos como el compositor dominicano Julio Alberto Hernández han señalado: «El villancico es una canción del folklore tradicional inspirado en el espíritu religioso popular de las navidades», mientras que «cuando abarca temas profanos se llama aguinaldo».
En Puerto Rico, el aguinaldo es más rural y estructurado (con décimas hexasílabas y sin coro fijo), frente al villancico más urbano y flexible. Canciones como «Mi burrito sabanero» (de Hugo Blanco) son consideradas aguinaldos en Venezuela, pero a menudo se clasifican como villancicos en otros contextos.
Aunque en España y algunos países se usa solo «villancico» para toda música navideña, en Latinoamérica el aguinaldo representa esa fusión cultural única: la devoción cristiana con el espíritu festivo y comunitario de las parrandas puerta a puerta.
Esta Navidad, ya sea cantando un villancico en la iglesia o un aguinaldo en una parranda, lo importante es que estas melodías unen generaciones y mantienen viva la tradición. ¡Felices fiestas!


