La casa más solitaria del mundo, situada en la ladera de una remota cadena montañosa, había permanecido vacía durante 100 años, pero su misterio continúa.
Sube 2.800 metros sobre el nivel del mar, a través de las caras rocosas de las montañas Dolomitas de Italia, y encontrarás Buffa di Perrero.
Lo que no encontrarás es una explicación de cómo esta casa extrañamente ubicada llegó allí.
Durante décadas la gente se ha preguntado cómo los trabajadores de remoción de tierra pudieron acceder a la casa, que se cree que fue construida hace más de 100 años durante la Primera Guerra Mundial.
La perpleja historia de Buffa di Perrero
Cuenta la leyenda que los soldados italianos construyeron el refugio oculto para poder esconderse de los elementos y descansar de los combatientes austrohúngaros.
Tiene paredes de ladrillo, un techo inclinado, cuatro ventanas enmarcadas y un juego de sillas de camping, lo que deja a mucha gente perpleja sobre cómo los materiales y objetos de construcción fueron llevados a la estructura de difícil acceso en primer lugar.
La Vía Ferrata, o ‘Camino de Hierro’ en español, tiene escaleras de acero y cables añadidos para las partes especialmente peligrosas del sendero hasta la mini estructura.
Se cree que la cabaña fue construida por primera vez hace más de un siglo por soldados italianos durante la Primera Guerra Mundial, quienes crearon el lugar para descansar, almacenar artículos y obtener ventaja estratégica sobre las fuerzas que se acercaban al Imperio austrohúngaro.
En el frente italiano del conflicto global se construyeron numerosos vivacs como el Buffa di Perrero, mientras los dos ejércitos se enfrentaban a pie y disparaban artillería pesada contra las montañas.
Esto provocó una serie de avalanchas y un incidente conocido como «Viernes Blanco» en el Monte Marmolada en diciembre de 1916 acabó matando a 270 soldados austrohúngaros.
Los daños provocados por las condiciones climáticas siguen siendo un peligro en la zona y el periódico local Il Dolomiti informó que, lamentablemente, el refugio quedó «inutilizable» para los escaladores después de que el techo cediera.
Cómo se hizo famoso
Si logras utilizar las escaleras de acero, los peldaños y los cables sujetos a las empinadas caras de las montañas de la Vía Ferrata (que en Italia significa ‘camino de hierro’), podrás echar un vistazo al interior de la misteriosa casa.
Pero no te decepciones por el monótono interior de madera, que incluye algunas sillas de madera blanca y poco más.
La estrecha habitación revestida de madera está extrañamente repleta de varias sillas blancas de madera, lo que sugiere que los soldados o los aventureros modernos simplemente aprovecharon la oportunidad para descansar. Esto tiene sentido, ya que algunos senderos de los Dolomitas pueden llevar hasta una semana de recorrido.
La sección Auronzo del Club Alpino Italiano, un grupo que supervisa las rutas de senderismo en la zona, parece haberse inspirado en la inusual plataforma, ya que construyeron un refugio contemporáneo para rivalizar con este histórico.
Se ha encargado un nuevo y moderno refugio para excursionistas cansados, situado junto al paso Forcella Marmarole, y que puede albergar hasta 12 personas.
Su carcasa fue colocada espectacularmente mediante un helicóptero mientras que su posicionamiento proporciona la ilusión de que realmente está cayendo por la vasta cordillera.
Los exploradores pueden tomar un telesilla hasta parte del recorrido antes de embarcarse en una agotadora caminata de cinco horas hasta el impresionante refugio.
Como cualquier cosa famosa, Buffa di Perrero ha inspirado imitadores.
La sección de Auronzo del Club Alpino Italiano (CAI), que se encarga de los senderos de la zona, ha construido un moderno refugio que fue trasladado en helicóptero hasta el paso de Forcella Marmarole.
No apto para cardíacos, la ubicación del alojamiento lo hace parecer como si descendiera por la cordillera y requiere una agotadora caminata de cinco horas para llegar. Quienes llegan a este recóndito lugar pueden echar un vistazo al misterioso alojamiento.
Pero aparte de admirar la estructura y las vistas panorámicas desde una altura que revuelve el estómago, hay poco que ver.
