La cueva de Utroba, también conocida como cueva del útero, es un santuario prehistórico de cuevas en la provincia de Kardzhali, Bulgaria.
Con forma perfecta del canal vaginal y del útero humano, data del período tracio y los historiadores creen que alguna vez se usó como un santuario de fertilidad.
Fue redescubierta en las montañas Ródope Oriental en el año 2001 y a su forma natural que alguna vez tuvo 16 metros de profundidad, se le realizó una más profunda excavación hace unos 3000 años.
Tiene ahora 22 metros de profundidad y en el fondo de la cueva hay un altar hecho por el hombre, lo que significa que la cueva se usó como templo.
A mediodía, la luz entra en la cueva a través de una abertura en el techo, proyectando la imagen de un falo en el suelo.
Una vez al año, en el solsticio de invierno, la sombra del falo crece lo suficiente como para llegar al altar. ¿Penetración simbólica de la madre tierra por el padre sol?, pues sí
La cueva está ubicada en el área llena de templos tracios excavados en la roca.
Los tracios eran un pueblo antiguo indoeuropeo del sudeste de Europa y partes del noroeste de Anatolia cuyos miembros compartían un conjunto de creencias, un modo de vida y hablaban la misma lengua con variaciones y dialectos.
Su civilización, aún menos conocida, se desarrolló desde el iii milenio a. C. hasta el siglo iii d. C. Su cultura, oral, hecha de leyendas y de mitos se diferencia de la de otros pueblos de esta época por la creencia en la inmortalidad (el «orfismo tracio» relatado por Heródoto).
Se extendieron a lo largo de la historia por los territorios de los siguientes países actuales: Bulgaria (región central para los tracios), sudeste de Rumania y Moldavia, probablemente hasta Ucrania, noroeste de Grecia, noreste de Turquía (parte europea).
