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¿Cómo debemos actuar si los frenos del carro no responden?

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Vía La Razón

No existe tal cosa como un fallo repentino en los frenos. La degradación de los frenos siempre es progresiva y siempre da señales de que va a fallar.

El pedal de freno es el más sensible de los tres. Los fabricantes siempre recomiendan pisarlo de forma suave y progresiva. Sin embargo, debemos estar preparados para situaciones de emergencia en las que tengamos que pisar bruscamente el pedal y detener las ruedas de inmediato, evitando así cualquier pérdida de tiempo innecesaria y minimizando al máximo el riesgo de colisión o atropello.

Señales de que algo no marcha como debe

La importancia del correcto funcionamiento del sistema de frenos durante una emergencia es innegable. Sin embargo, sorprende conocer hasta qué punto el mal funcionamiento de los frenos es un problema común. De acuerdo con los datos recogidos por los talleres de la Inspección Técnica de Vehículos o ITV, hasta un 15,5% de los defectos graves que encuentran en los coches se corresponden con problemas del sistema de frenado.

Con el paso del tiempo y según el tipo de conducción y vehículo que tengas, los discos y las pastillas de freno se van a ir desgastando poco a poco. Por lo tanto, es necesario que lo revisemos con relativa frecuencia y que nos aseguremos de que todo funciona como debe. Lo que recomiendan los expertos es revisar los frenos en un taller de confianza cada 15.000 kilómetros, más o menos.

No obstante, también aparecerán algunos síntomas que nos alertarán de que el sistema de frenado podría estar en mal estado: Una de las cosas a las que deberíamos estar más atentos es a la «textura» del pedal, porque puede delatar uno de los fallos más comunes. El pedal de freno es bastante duro y tiene poco recorrido. Así que, si notamos cierta esponjosidad o laxitud, convendría que buscásemos una fuga en el sistema hidráulico que pudiera explicarlo.

También es importante que prestemos atención a los chirridos y a los ruidos extraños, así como a los “saltitos” durante el frenado. Estos son síntomas frecuentes de que tenemos que echar un vistazo al problema. Y es importante hacerlo, porque no existe tal cosa como un fallo repentino en los frenos. La degradación de los frenos siempre es progresiva y siempre da señales de que va a fallar.

No obstante, hay personas que pasan por alto este tipo de advertencias y acaban en una situación francamente complicada, en la que tratan de pisar el freno, pero este no responde. Si quieres saber cómo debes actuar en una situación como esta:

¿Cómo actuar si los frenos no responden?

Circular con un vehículo a gran velocidad y que los frenos dejen de funcionar es una de las situaciones más peligrosas y estresantes en la que podemos vernos envueltos. Pero si queremos salir ilesos de este aprieto, es necesario que mantengamos la calma y tratemos de pensar con claridad. Recuerda poner las luces de emergencia para señalizar al resto de usuarios de la vía que estás experimentando problemas con tu vehículo y presta atención a la carretera en todo momento, controlando el volante para evitar colisiones a alta velocidad o salirnos de la carretera.

Nada más sentir que algo no marcha bien con los frenos -automáticamente y por instinto– pisarás el freno lo más fuerte que puedas. Es lo natural. Sin embargo, si después de haberlo intentado dos o tres veces, no has conseguido que el coche se detenga, debes cambiar de plan y recurrir al freno motor. O sea, reduce las marchas hasta que el coche se detenga.

Frenar el coche de esta manera puede ser bastante lento, por lo que es recomendable pensar en una «vía de escape». Para ello, puedes conducir por dentro de la calzada, aunque manteniéndote en el lateral. De esta manera podrás salir de forma rápida y circular por el arcén por unos metros, en caso de que sea necesario. Hay dos fallos muy comunes que suelen darse en este tipo de situaciones y que debes evitar a toda costa:

El primero de ellos es apagar el motor. Esto es una soberana tontería, sobre todo porque si apagamos el vehículo también apagamos el sistema hidráulico y, con él, cualquier posibilidad de que al freno le dé por funcionar. Pero no sólo eso. El sistema hidráulico también suele estar conectado con la dirección y, si lo apagamos, lo más seguro es que perdamos el control del vehículo.

Lo segundo que también debemos evitar hacer es utilizar el freno de mano. Esta opción es un recurso de emergencia… y es muy peligroso cuando viajamos a gran velocidad. Si te ves en la necesidad de hacerlo, recuerda que es un último recurso. Tira de la palanca de forma lenta y progresiva, manteniendo el volante en línea recta.

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