Mary Margaret Kreuper, una monja de 80 años, sabía que un juez la podía condenar a cuatro décadas de prisión, lo cual suponía una cadena perpetua por su avanzada edad, al declararse culpable de robar más de 835,000 dólares de la escuela católica en Los Ángeles, California, en la que fue directora.
Por: Univisión
Este lunes, sin embargo, un magistrado decidió que basta con que ella devuelva casi todo el dinero que tomó indebidamente y pasar 12 meses y un día tras las rejas para cerrar el caso. Aún está por definirse cómo es que Kreuper devolverá 825,338 dólares, pues ella afirmó que lo había gastado todo jugando en casinos y dándose la vida a costillas de las colegiaturas del instituto St. James Catholic School.
Esta monja anciana se encuentra libre porque pagó una fianza y se espera que el próximo 7 de junio se entregue en una prisión federal para empezar a cumplir su condena, dijo Ciaran McEvoy, vocero del Distrito Central de California de la Fiscalía federal, a Univision Noticias.
Si ella tiene un buen comportamiento en el penal saldría libre antes de junio de 2023, cuando tenga 81 años.
El juez que la sentenció este lunes expresó en julio de 2021, cuando ella se declaró culpable de fraude electrónico y lavado de dinero, que había sido criado como católico, que estudió en escuelas de esa iglesia donde monjas impartían clases y dijo que no las consideraba “personas comunes», de acuerdo con la agencia City News Service.
Sus abogados defensores señalaron en un comunicado que su clienta sufría «de una enfermedad mental que nubló su juicio y la obligó a hacer algo que de otro modo no habría hecho. Ella lamenta mucho cualquier daño ella ha causado”.
En este caso también fue señalada la monja Lana Chang, quien era subdirectora de la St. James y se jubiló hace unos años. Ella no ha sido acusada formalmente por la Fiscalía federal.
Kreuper reconoció que durante una década hasta septiembre de 2018 malversó 835,339 dólares de la St. James. Ella fue directora del plantel a lo largo de 28 años, hasta su jubilación. Una de sus responsabilidades era administrar las colegiaturas y donaciones, así como una cuenta de ahorros y otra establecida para pagar los gastos de manutención de las monjas que trabajaban en la escuela.
