Donald Trump fue blanco el domingo de un aparente segundo intento de asesinato en dos meses.
Por: Miranda Devine – The New York Post
Según se informa, un agente del Servicio Secreto con ojo de águila vio el cañón de una pistola entre unos arbustos a unos cientos de metros de donde el ex presidente estaba jugando al golf y disparó al posible asesino, que luego fue arrestado.
Es un hecho alarmante que pone de relieve la imprudencia de la retórica de odio dirigida constantemente contra Trump por sus oponentes políticos, incluso después de que le dispararan en un mitin en Pensilvania en julio.
La semana pasada, Kamala Harris acusó falsamente a Trump de llamar a los nazis “buena gente”, prometer un “baño de sangre” y ser responsable del “peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil”.
Ella, Joe Biden y sus representantes exageran constantemente el motín del Capitolio del 6 de enero y lo utilizan para incriminar a Trump como una “amenaza a la democracia”.
Biden ha calificado a Trump y a los “republicanos MAGA” de “semifascistas” y terroristas internos.
Tim Walz calificó a Trump de “fascista” y de “amenaza para la democracia” que “pondrá en peligro la vida de las personas”.
El sábado, el senador Chris Murphy (demócrata de Connecticut) describió a Trump como “un candidato que explícitamente hace campaña con la promesa de violencia política”.
Al estilo orwelliano, acusan a Trump y a sus partidarios de fomentar la violencia, cuando la evidencia indica casi exactamente lo contrario.
Convenientemente, cada vez que los demócratas sienten la presión sobre un tema perjudicial, siempre hay amenazas de bomba o folletos racistas de apariencia falsa para distraer a los medios y obtener la máxima publicidad.
En Springfield, Ohio, donde el comentario de Trump de “se están comiendo a las mascotas” y miles de memes centraron la atención en la difícil situación de los lugareños abrumados por un aumento repentino del 30 por ciento en su población debido a los miles de inmigrantes haitianos introducidos por el “zar de la frontera” Harris y Biden.
Después de haber ignorado la crisis fronteriza durante tres años, los medios ahora están demonizando a los sufridos ciudadanos de Springfield y retratando a cualquiera que destaque su difícil situación como un intolerante violento.
El presentador de CNN, Dana Bash, incluso acusó el domingo al compañero de fórmula de Trump, JD Vance, de “hacer que los hospitales, las escuelas y los edificios gubernamentales fueran evacuados debido a amenazas de bomba” en Springfield.
¿Qué hará falta para que estos partisanos dementes bajen la temperatura?
