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El parón universitario en Cuba demuestra que ‘los mitos de invencibilidad del sistema se siguen desplomando’

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Vía DDC

¿Qué alternativas tiene el régimen para salir de la crisis provocada por el tarifazo de ETECSA? Tres expertos comparten sus hipótesis.

La incapacidad del régimen de Cuba para reaccionar ante el parón universitario generado a raíz del tarifazo de ETECSA demuestra que no previó una consecuencia de este calibre. Tampoco esperó que los estudiantes fueran quienes encabezaran la oposición a la medida, ni que los históricos mecanismos represivos de esos colectivos (FEU y UJC sobre todo) fallaran.

¿Qué puede hacer el régimen de Cuba ante esta crisis? ¿Cómo se resolverá la pulseada entre los universitarios y las autoridades? Tres expertos cubanos se arriesgaron a hacer pronósticos.

Desde la perspectiva de José Manuel González Rubines, codirector del Laboratorio de Pensamiento Cívico CubaXCuba, investigador político y periodista, aún es temprano para sugerir una salida a la crisis. Pero, considera, «cualquier manera en la que se resuelva es perder-perder para el Gobierno».

«El Gobierno mañana —y digo Gobierno, no ETECSA, porque al final sabemos que ETECSA es el Gobierno— dice: ‘vamos a echar atrás todo esto que ha sucedido, las tarifas nuevas, y volvemos a la posición inicial’. Por mucho que ellos disfracen su discurso de que han escuchado a las masas, esa solución implicaría que la protesta funciona y que han tenido que ceder ante ella».

Pero el escenario opuesto no es mejor para el régimen. «En caso contrario, el Gobierno reprime a los universitarios, se lleva a algunos presos, los expulsa de la universidad… esto lo dejaría aún más descaracterizado ante los estudiantes. Y eso por lo general siempre genera efectos muy negativos».

Advierte González Rubines que la masa estudiantil universitaria «es un potencial factor explosivo por su historia, por su juventud. No actúa del mismo modo una persona de 50 años que un joven. El joven por lo general es más irreflexivo, y no lo digo en el mal sentido. La persona de 50 años está pensando en todos los riesgos que pueda correr; el joven no, es apasionado, esa es la esencia de la juventud». 

Por ello, dar marcha atrás al tarifazo «demuestra a la gente que protestando se logran cosas». De ahí que González Rubines dé por mucho más probable que el régimen opte por una salida intermedia, que tampoco supondría una victoria.

«Es decir: ‘mira, le vamos a regalar unos megas a los estudiantes, le vamos a poner wifi en las facultades, le vamos a dar unos megas a los médicos’, o a otros grupos. Eso puede ser una medida intermedia, lo cual también hace perder al Gobierno, porque deja a una gran masa de personas desprotegidas y demuestra una vez más que el cubano es un sistema que privilegia a unos sobre otros. O sea, esto sigue erosionando su discurso de que ‘aquí todo el mundo es igual'».

Para el analista, ya en el punto actual, de cualquier manera en que se resuelva la crisis «va a generar un efecto negativo para el Gobierno».

El historiador y líder opositor Manuel Cuesta Morúa considera que la mejor alternativa que tiene el régimen cubano es «darle marcha atrás a su política neoliberal en el ámbito de la comunicación en una sociedad digitalizada como es la cubana. La infraestructura digital del Estado casi no funciona, pero la infraestructura digital de la comunicación social está intacta. Y por necesidades de renta del Estado y sus empresas, al Gobierno se le ocurrió montar un esquema de privilegios, desigualdad y discriminación en el único campo en el que se puede hablar de igualdad universal para todos los seres humanos: el del acceso a internet». 

«En la mayoría de los países existe tarifa plana; en África, continente desigual donde los haya, se está llevando internet gratis a zonas remotas; en todos los lugares las compañías compiten para abaratar y atraer clientes, y el Gobierno cubano se aventura a seguir fracturando a la sociedad en el único punto en el que todos los cubanos podríamos decir que existe igualdad: el acceso a internet desde nuestros móviles», señala.

Por ello, enfatiza Cuesta Morúa, «la solución inmediata para el Gobierno es retirarse gradualmente a la posición anterior, moderar su soberbia y romper de una buena vez con el monopolio de ETECSA, que cuando estaban los accionistas italianos más o menos funcionaba, pero que comenzó a desvanecerse desde el momento en que su accionariado es un conglomerado nacional con mentalidad extractivista. Y esto no solo por temas de justicia social, sino para no continuar transitando por el camino del retardo económico, tecnológico, de conocimiento y subdesarrollo deliberadamente elegido por el Gobierno».

Omar López Montenegro, activista fundador del Movimiento Pro Derechos Humanos en Cuba y actual director de programas del Centro Latinoamericano para la No Violencia (CELANV), considera que «el margen de maniobra del régimen es bien escaso, puesto que la única solución definitiva, la eliminación de los problemas que motivan el descontento popular, no está en sus manos, pues son resultado no solo de la ineficiencia, sino peor aún, de la falta de voluntad por parte del sistema para resolverlos». 

«La deriva del neocastrismo hacia un capitalismo de Estado feroz ha agudizado y hecho más evidentes las desigualdades que siempre han existido en la sociedad cubana, lo que ha dejado a la población en un estado de miseria por decreto que resulta inaceptable», recuerda. 

A juicio de López Montenegro, «está claro que el régimen entiende que la represión directa a las manifestaciones podría tener un efecto altamente contraproducente, y su patrón ha sido la represión selectiva y los intentos de manipulación propagandística. En la medida en que más sectores de la población transiten de la zona de indiferencia a la de descontento, y de ahí a la de manifestación, como ha estado sucediendo, se hace más difícil evadir o silenciar el clamor de la gente«.

En cuanto a los escenarios posibles, el activista es cauto: «Lo que sí se vislumbra, puesto que ha estado sucediendo de forma sostenida, es el incremento de las acciones de protesta y manifestación de descontento. El Observatorio Cubano de Conflictos compiló en mayo de 2025 una cifra récord de 851 eventos, entre protestas, denuncias y acciones cívicas. El carácter del pueblo cubano cambió: ya no se consideran la injusticia y la arbitrariedad como hechos consumados e irreversibles. La gente ha pasado a la ofensiva en busca de soluciones como resultado de acciones propias». 

«El régimen conoce al alto potencial del reto estudiantil e intentará, como ha hecho en otras oportunidades ante casos similares, manipular una negociación y, de forma paralela, singularizar y reprimir de forma selectiva a quienes perciba como líderes u organizadores», advierte.

Pero, sugiere López Montenegro, «si los estudiantes mantienen la identidad horizontal, cooperativa, sin máximos líderes, no violenta y no politizada, que han mostrado hasta ahora, el tiempo está de su lado. De hecho, ya se anotaron una victoria con el intento de ETECSA de crear un paquete exclusivo para ellos, lo que evidenció su fuerza y la vulnerabilidad del sistema. Cualquier otra concesión que resulte de estos acontecimientos se sumará a la victoria ya obtenida. Los mitos de invencibilidad del sistema se siguen desplomando», finaliza.

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