El líder norcoreano Kim Jong Un ha hecho su más fuerte respaldo a la guerra de Moscú en Ucrania desde que comenzó su cumbre en Rusia, diciendo a Vladimir Putin que «Rusia saldrá victoriosa en la lucha para castigar a las fuerzas del mal».
Kim dijo antes de un brindis en una cena de Estado con Putin que está «seguro de que el pueblo ruso y su Ejército saldrán victoriosos en la lucha para castigar a las fuerzas del mal que persiguen ambiciosamente la hegemonía y la expansión».
No nombró a Ucrania, pero se refirió a la «operación militar» de Rusia, la expresión eufemística que Moscú utiliza para describir su invasión ilegal de Ucrania.
Kim dijo que «el Ejército ruso y su pueblo heredarán la brillante tradición de la victoria» y demostrarán su reputación en la primera línea de la «operación militar».
El líder norcoreano añadió que mantuvo con Putin una «discusión en profundidad» sobre el «panorama político y militar de la península coreana y Europa».
Kim prometió establecer «una nueva era de amistad centenaria» entre ambos países, y propuso un brindis por «la nueva victoria de la gran Rusia» y la salud de Putin.
Los países occidentales han advertido de que Putin buscará un acuerdo armamentístico con Kim para reforzar su guerra, que se ha prolongado durante 18 meses y ha dejado al Ejército de Moscú escaso de suministros y mano de obra.
El apoyo a ultranza de Kim a la guerra en la cena no hará sino reforzar esos temores. Corea del Norte, que se enfrenta desde hace años a sanciones internacionales por su programa de armas nucleares, carece entretanto de todo tipo de recursos, desde dinero en efectivo y alimentos hasta tecnología de misiles.