Las Fuerzas Armadas de Ucrania llevaron a cabo en la tarde de hoy una operación sin precedentes de alcance profundo contra tres importantes bases aéreas de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas, en lo que ya se considera su ataque aéreo más exitoso desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
El ataque coordinado, denominado «Operación Telaraña», alcanzó las bases de Olenya (región de Múrmansk), Dyagilevo (Riazán) y Belaya (Irkutsk, Siberia), destruyendo o dañando al menos 40 aeronaves militares rusas, incluidas plataformas estratégicas irremplazables como los bombarderos Tu-95MS, Tu-22M3 y sistemas de alerta temprana A-50 AEW&C.

La operación fue posible gracias al despliegue encubierto de drones lanzados desde camiones en territorio ruso, según fuentes de inteligencia ucranianas y occidentales. Estos drones, ocultos bajo techos de madera en cabinas móviles, fueron activados remotamente y ejecutaron ataques precisos sobre componentes clave de los bombarderos, como los pilones subalares que alojan combustible y misiles de crucero.

Entre las pérdidas más significativas confirmadas se cuentan al menos cuatro bombarderos Tu-95MS y varios A-50 AEW&C, considerados entre los activos más costosos y estratégicamente valiosos de la aviación rusa. El impacto fue particularmente notorio en la base de Belaya, situada a más de 4.000 kilómetros de la frontera ucraniana, sede del 200.º Regimiento de Bombarderos Pesados de la Guardia.
Horas después del ataque, el canal estatal Rusia 1 anunció una inminente reunión del presidente Vladimir Putin con miembros del Gobierno y del Consejo de Seguridad.
Contexto y precedentes
La operación «Telaraña» habría estado en preparación durante más de 18 meses y representa una escalada significativa en la capacidad ofensiva de Ucrania dentro del territorio ruso.
El ataque coincide con el estancamiento de las negociaciones entre Kyiv, Moscú y Washington, y se produce en medio de intensas pérdidas en el frente de batalla. Además, ocurrió poco después de otras operaciones de sabotaje, como la destrucción de un puente y el descarrilamiento de un tren en la región rusa de Briansk.
Esta no es la primera vez que Ucrania logra penetrar profundamente en territorio ruso. En enero de 2025, un ataque ucraniano destruyó depósitos de combustible especializados en las cercanías de la Base Aérea Engels. En marzo, drones alcanzaron directamente dicha base, centro neurálgico de los bombarderos estratégicos Tu-160.
Implicaciones estratégicas
Las bases atacadas forman parte de la tríada nuclear rusa, lo que convierte estos golpes en un asunto de máxima sensibilidad para la doctrina militar de Moscú, que contempla represalias nucleares si considera que su capacidad de disuasión estratégica ha sido amenazada.
Adicionalmente, Ucrania ha atacado anteriormente instalaciones de radar de alerta temprana, como el sistema Voronezh-DM en Armavir (mayo de 2024), subrayando una estrategia sostenida de degradación de las capacidades de detección y respuesta de largo alcance de Rusia.
La respuesta de Moscú a esta operación sin precedentes aún no ha sido anunciada oficialmente, pero se anticipa una intensificación de los ataques rusos en territorio ucraniano, así como una revisión a fondo de los protocolos de seguridad interna en instalaciones militares clave.
Con informacion de Military Watch Magazine , Kanal 13y The Telegraph