Una mujer francesa de 85 años fue brutalmente violada por un inmigrante ilegal procedente de Guinea durante un robo en su vivienda en La Penne-sur-Huveaune, cerca de Marsella. El agresor, Mamadi Cissé, de unos 35 años, ha sido condenado a 12 años de prisión por el Tribunal Penal del departamento de Bouches-du-Rhône.
El ataque ocurrió el 17 de febrero de 2024, alrededor de las dos de la tarde. La víctima, identificada como Odette, escuchó ruidos en su casa y al acercarse encontró a un hombre «de apariencia africana» que vestía una chaqueta naranja y un gorro negro. El intruso exigió dinero; cuando la anciana respondió que no tenía, él replicó fríamente: «Ya sabes lo que va a pasar».
A continuación, la agredió sexualmente y huyó con algunos objetos de valor. Vecinos la encontraron desorientada en la calle y fue trasladada al hospital La Conception de Marsella, donde los médicos confirmaron lesiones compatibles con violación. Los análisis forenses hallaron ADN del acusado en la ropa de la víctima.
El agresor fue arrestado al día siguiente. En su alojamiento, los agentes recuperaron un llavero con forma de búho perteneciente a Odette. Cissé fue identificado sin dudas por la víctima en una rueda fotográfica.
Durante el juicio, el acusado admitió el robo pero negó la violación, limitándose a responder «no recuerdo» o «no hice nada» a las preguntas del tribunal. Su historial revela un largo recorrido migratorio a través de Mali, Argelia, Libia e Italia, hasta llegar a Francia, donde vivía en situación ilegalmente. Un mes antes de la agresión, había recibido una orden de expulsión (OQTF) que ignoró.
Según los informes psiquiátricos, sufría trastornos psicóticos y delirios y había sido ingresado en un hospital psiquiátrico poco antes del ataque. Sus abogados alegaron problemas mentales y un intento de suicidio previo.
Odette, acompañada en la audiencia por sus hijas y nietos, describió la experiencia como «atroz y humillante«. Entre lágrimas, declaró: «Tengo 85 años. Fue insoportable. Ha manchado la memoria de mi marido, que murió hace dos meses». El tribunal consideró probada la violación y dictó 12 años de prisión, subrayando la gravedad del crimen y la vulnerabilidad de la víctima.
