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Es lo que es

DBuford

Por Omar López Montenegro en DDC

En Venezuela la correlación de fuerzas se inclinó por las fuerzas pro democracia. El chavismo perdió la batalla del imaginario popular, y Maduro perdió las elecciones y el poder mucho antes de ser pasado por las urnas.

Lo que está sucediendo en Venezuela es mucho más que la lógica y justificada reacción del pueblo ante el burdo fraude orquestado por el régimen de Nicolás Maduro. La gente se está manifestando de forma ordenada, de acuerdo a un plan, concebido y ejecutado por la oposición con una visión estratégica digna de encomio. Es evidente que todos los escenarios estaban previstos, incluido el que finalmente sucedió, por ser el más probable, de que la dictadura alterara los resultados para proclamar una falsa victoria en las urnas.

Las secuencias no mienten, si analizamos el desarrollo de los eventos a partir del momento en el que el CNE declaró la impostura de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones. Ni Edmundo González ni María Corina Machado perdieron la calma, y esperaron de forma prudencial para dar a conocer sus propios escrutinios a pie de urna, los cuales confirmaban la abrumadora victoria de la oposición. Acto seguido comenzó el despliegue de ciudadanos en todas partes del país, manifestándose para defender el voto. El derrumbe de estatuas de Hugo Chávez, la quema de afiches con la imagen de Maduro, la manifestación masiva frente al palacio de Miraflores, los jóvenes hablando a los policías y militares, las deserciones de integrantes de cuerpos armados. La gente sabe qué hacer, y cómo hacerlo, esto no es producto de la improvisación.

Entre todos los videos impactantes que han surgido de las protestas, destaca de forma particular el de una señora de 80 años rociada con gas lacrimógeno, que afirma continuará hasta el final, y agrega que está en la calle desde horas de la mañana, «defendiendo a Venezuela». La asociación de la nacionalidad en sentido opuesto al régimen, proveniente de un sector de la población supuestamente adormecido por la retórica gubernamental, es una muestra palpable de que el chavismo perdió la batalla del imaginario popular, uno de sus pilares de apoyo más sólidos en épocas anteriores. Es precisamente ahí donde se le infligió la primera y más significativa derrota. Maduro perdió las elecciones y en consecuencia el poder, mucho antes de ser pasado por las urnas.

Entonces, no se trataba en sí de pretender ingenuamente que el régimen concediera la victoria a la oposición en un gesto de convivencia democrática, sino de galvanizar todo el descontento popular y la voluntad de producir un cambio en torno a una visión del mañana, capaz de aglutinar la esperanza colectiva. Esos más de siete millones de venezolanos que votaron por Edmundo y María Corina son la base del poder en números que ha permitido pasar a la serie de demostraciones que hoy en día sacuden el país de un extremo a otro. Como bien dijo un joven manifestante en uno de los videos que circulan por todos los medios posibles: «ellos (los chavistas) dicen que obtuvieron cinco millones de votos. ¿Dónde están esos cinco millones de personas aquí en la calle contra nosotros?» Cuando un régimen solo puede movilizar a sus fuerzas represivas para reclamar una falsa legitimidad, ya se encuentra contra las cuerdas. Los números tampoco mienten, la correlación de fuerzas se inclinó definitivamente por las fuerzas pro democracia, y esto fue propiciado sin lugar a dudas por el terreno abierto por la opción electoral.

Nada de esto sucede de forma espontánea, mucho menos a nivel nacional, si no ha sido previamente concebido, articulado, y hasta ensayado de forma virtual como lo permiten hoy en día las tecnologías de comunicación. En vez de «tirar a la gente a la calle» como se suele decir en el argot popular, se les preparó para desarrollar un levantamiento masivo noviolento, lo que demuestra una visión proactiva y no reactiva por parte de la coalición opositora, que marca la diferencia entre los movimientos que obtienen éxitos temporales y los que alcanzan sus objetivos a corto, mediano y largo plazo.

¿Se pueden derrocar dictaduras por la vía electoral? Claro que sí, utilizando esta avenida como vehículo o medio propicio para conformar movimientos de amplia base popular, aprovechando las oportunidades que brinda el juego electoral, incluso aunque se espere de antemano que el oponente no juegue de acuerdo a las reglas. Milosevic no reconoció la victoria de la oposición, pero Otpor se había extendido a todo el territorio de Serbia al punto de ser capaz de generar el asalto final contra Belgrado, de forma noviolenta, que obligó a la dictadura más sangrienta de la era post guerra fría a reconocer su derrota y terminar con el carnicero de los Balcanes juzgado en el tribunal internacional de La Haya. Tras la serie de huelgas que convirtieron a Polonia en un país ingobernable para el general Jarulzewski y su política de mano dura, éste accedió a ir a unas elecciones donde Solidaridad barrió con el Partido Comunista. Al abrir el espacio electoral en virtud del plebiscito, Pinochet abrió la puerta al ejercicio masivo y abierto de la oposición en su contra que finalmente desembocó en el triunfo icónico de la campaña del «NO».

Muchos de estos imaginarios se observan ahora mismo en Venezuela, lo que apunta a la existencia de un conocimiento previo y de lecciones aprendidas por parte de la oposición. El eclipse de la pancarta de Maduro que va siendo tapada progresivamente por una tela negra es similar a una acción realizada en Serbia, las imágenes que proyectan el regreso y el reencuentro de las familias tras la desaparición del régimen siguen el patrón de las imágenes del futuro de paz y felicidad proyectadas por los promotores del NO en Chile. Los afiches de campaña de Justicieros con Edmundo asociaron la justicia con la victoria electoral de la oposición, similar al icónico afiche con la imagen de Gary Cooper vestido de sheriff con una insignia de Solidaridad en vez de la estrella, asociando el triunfo del sindicato anticomunista con la justicia. No se trata de imitar, pero sí de aprender, nutrirse y adaptar experiencias exitosas a los nuevos entornos.

Hay que ver los árboles, y también el bosque. Todo el camino recorrido hasta el domingo 28 de julio se pavimentó con la construcción de un modelo alternativo de país, de convivencia y nacionalidad, que rebasó de forma contundente la gastada retórica del chavismo. La imagen del joven golpeando con una mandarria la estatua de Hugo Chávez antes de ser derribada, es mucho más que un símbolo, es una prueba de la determinación del pueblo venezolano de echar atrás el pasado en pos de un nuevo y brillante futuro. Como dice María Corina, «esto no tiene vuelta atrás». Es cuestión de tiempo, y el del régimen está agotado en todos los sentidos.

En estos más de 25 años de lucha ininterrumpida por rescatar la democracia y la libertad en nuestra nación, hemos enfrentado los retos más difíciles y vivido las circunstancias más adversas. Nada de esto ha sido fácil, pero todo el esfuerzo ha valido la pena, Venezuela lo vale.

Comienza una nueva etapa en esta lucha histórica. Estoy convencida de que en unidad, con todas las fuerzas democráticas que rechazamos el régimen de la opresión, juntos lograremos el cambio político que la inmensa mayoría del país merece. La meta no es solo un anhelo; es una orden de la ciudadanía, conforme al mandato de la soberanía popular: reconstruir una Venezuela libre, justa y próspera. Contamos con @EdmundoGU, depositario del mandato popular expresado en las urnas electorales, contamos con @MariaCorinaYA quien ha demostrado valor y amor profundo por Venezuela, contamos con un liderazgo unido y comprometido en @unidadvenezuela. Venezuela, cuenta también conmigo. 

Mientras tanto, no podemos olvidar a quienes más sufren bajo el peso de esta dictadura. Miles de familias viven hoy en carne propia el drama de la persecución, la prisión arbitraria y la violación sistemática de los derechos humanos. Mi compromiso con cada uno ellos es irrenunciable: seguiré luchando, documentando y exigiendo justicia ante los organismos internacionales. Gracias al respaldo firme de la comunidad internacional, que ha acompañado nuestra causa en la defensa de los derechos humanos y la democracia, sabemos que no estamos solos en esta batalla. El mundo nos observa y respalda nuestra legítima aspiración de libertad.

Venezuela, como nación, enfrenta un régimen que no solo oprime, sino que ha sumido a nuestro pueblo en el hambre, el exilio y la desesperación. Este sistema ha intentado quebrar nuestra voluntad, pero no lo logrará. Somos más fuertes y estamos más unidos que nunca.

En ese sentido, convoco a todos los venezolanos dentro y fuera del país y a los ciudadanos de otras naciones tan generosos con nosotros,  a todos quienes confían y profesan los valores democráticos, a generar la mayor unidad posible en torno al propósito de liberar a Venezuela.

Con fe en Dios, con el respaldo de la comunidad internacional y con el compromiso firme de un liderazgo que tiene la obligación de enfrentar la adversidad en unidad, con seriedad y determinación, así estoy segura de que alcanzaremos el objetivo. Un país libre no es solo un sueño, es nuestra misión. Venezuela renacerá, porque no nos rendimos, porque sabemos que un futuro de esperanza, dignidad y libertad nos espera. Juntos, lo vamos a lograr.

¡Este no es el final!

En los primeros 11 días de enero, 75 civiles han sido detenidos en Venezuela por motivos políticos, denunció la ONG Foro Penal, que monitorea esta situación en el país.

El balance de la organización precisó que, del total, 13 son mujeres y hay un extranjero de nacionalidad francesa y un adolescente, y muchos de ellos siguen aún en sitios no informados. Asimismo, 19 fueron arrestados este viernes, en el marco de la investidura de Nicolás Maduro, en los estados de Zulia, Yaracuy, Carabobo, Monagas, Portuguesa, Lara, Trujillo, Cojedes, Aragua y el Distrito Capital.

Con ellos, el número total de presos políticos supera los 1.700, la cifra más alta en el siglo XXI, según la ONG.

En un balance publicado el 10 de enero, el organismo detalló que, del total de detenidos, 1.495 son hombres y 202 mujeres, entre los cuales hay 1.694 adultos y tres adolescentes de entre 14 y 17 años, la mayoría arrestados tras las presidenciales del 28 de julio, en contexto de protestas contra el resultado oficial que dio la reelección a Nicolás Maduro.

Asimismo, la ONG especificó que 1.535 son presos políticos civiles y 162 militares de distintos cuerpos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Por Benjamín Tripier en El Nacional

El escenario que finalmente se dio fue el que indicaba que Nicolás Maduro se juramentaba y Edmundo González no podía hacerlo, el cual tenía una probabilidad media-alta de ocurrencia, versus el escenario que parecía tener la más alta probabilidad, que era el que ambos se juramentaban al mismo tiempo, pero en diferentes lugares de Venezuela.

Las consecuencias inmediatas de lo que finalmente ocurrió, es que la Asamblea Nacional de 2015 debería declarar la acefalía, y dejar formalmente establecida la usurpación de funciones, para quitarle al chavismo que tomó el poder, las inmunidades que los protegían al ostentar la presidencia del país, y aumentar su vulnerabilidad, frente a las órdenes de captura y las recompensas aumentadas el 10 de enero. Porque ahora, cualquier acción de captura y extracción de los “buscados” se convierte en muy probable y también en muy posible.

En cuanto a las consecuencias para Edmundo González, su estatus jurídico de presidente electo que no puede asumir el cargo, impedido por un golpe de Estado, y razones de mucha fuerza mayor, no va a cambiar, y se mantendrá hasta que “las condiciones estén dadas” (María Corina dixit).

Claro que es difícil que las condiciones vayan a cambiar para mejor en el futuro cercano, por la conjunción del enfoque pacífico, democrático y diplomático que mantiene el grupo liderado por María Corina Machado y por Edmundo González, frente a la fuerza multidimensional aplicada desde el chavismo, de cierre de cielos y fronteras y de alerta permanente de los sistemas de defensa.

Lo cual lleva a pensar que la única manera en que las condiciones puedan darse, es contando con una fuerza mayor que supere el blindaje que aplicaron el 9 y el 10 de enero, y que no se ve que vayan a suavizar en el corto plazo, sino todo lo contrario, lo van a endurecer, y recomenzará una cacería inclemente de opositores. De los que participaron en el encuentro del 9 de enero, así como las alcabalas móviles buscando mensajes en los celulares… por lo cual, va a haber que cuidarse tal vez mucho más que antes.

Con lo del 9 y 10 de enero, parece quedar claro que por las buenas ya no puede ser…

Siempre dijimos que la permanencia del chavismo basada solo en la represión, no era viable ni sostenible en el tiempo, y mucho menos con la batería de sanciones que se vienen encima, no solo de los funcionarios, empresarios, políticos y analistas que favorecieron la permanencia sino también sobre las instituciones de gobierno representativas del chavismo. Además de ya no contar con el apoyo popular, ni con los ingresos petroleros, así como tampoco con la lealtad de las bases de los militares, desde coronel para abajo. Estas tres últimas son las bases en las que se sostenía el chavismo… y ya no las tiene.

Hay que decir que el hecho de basarse solo en la ley del terror no había sido parte de la práctica del chavismo, tal vez porque no lo necesitaron, por contar con el pueblo a su favor, y que hoy, al tenerlo en contra, se convierte en un enemigo al que hay que reprimir. Lo cierto es que están aprendiendo a ser represores, y, tristemente, lo están copiando bien de otros regímenes que también basaron su poder en el miedo y en el terror.

La postergación en la salida del chavismo va a hacer más difícil y retrasará el inicio del proceso de reconstrucción que necesariamente debe aplicarse para que Venezuela frene su desplome primero, alcance unos equilibrios mínimos después, para finalmente, a la vuelta de unos pocos años, pueda nuevamente comenzar a crecer. Porque no hay que perder de vista que la gigantesca masa de pobres que tiene Venezuela (entre 85% y 90%) le pone mayor urgencia a la necesidad del cambio.

La Vitrina Venezuela que publico en El Nacional los lunes, miércoles y viernes ya desde hace un tiempo viene delineando la estrategia y el plan de despegue para cuando la reconstrucción del país pueda comenzar, sin perder de vista el diseño y aplicación del equivalente a un Plan Marshall que debería acelerar nuestra recuperación.

Y solo como un benchmark de alcance limitado, deberíamos revisar en bases continuas el caso de Guyana y su proceso de inversión y desarrollo petrolero, y de diversificación de su economía… No digo copiar (porque son realidades diferentes) sino tomar lo bueno que nos sea útil de su experiencia, y tomar como referencia para evitar lo malo y lo que no nos aplica. En principio debería ser un buen socio de futuro, más que nada para no perder cercanía con nuestra genuina demanda sobre el Esequibo.

Uno de los factores que frenó y postergó la “sorpresa” que anunció el canciller panameño, seguramente fue el secuestro de María Corina Machado que mostró, por un lado, que el chavismo -ahora ilegalmente en el poder- tuvo la capacidad de hacer lo que hizo, y que sus mecanismos de supervivencia funcionaron pese a la profunda división interna que están viviendo, de avanzar en el secuestro por órdenes de Diosdado Cabello, y de liberarla antes de que entrara en el Dgcim, por contraorden de Maduro.

Si bien está claro que el control de la revolución lo tiene Cabello (los radicales), el ala de Maduro (los institucionales) tuvo la fuerza suficiente como para argumentar que encarcelar o lastimar a María Corina Machado les hubiera traído un terremoto que podría afectar sus planes de terror controlado, atrapando y soltando a sus presas, según sus necesidades. Esto de María Corina Machado hubiera acabado con todo casi inmediatamente… pero con un costo elevadísimo.

Porque el hecho de que la hubieran dejado ir no quita que la secuestraron, y que aún se está reponiendo de golpes en “diferentes partes del cuerpo” (María Corina dixit). No olviden que deben cuidarla mejor que lo que hicieron… no había motos de señuelo, y se la dejaron quitar con facilidad… Tienen que cuidarla más, porque lo que viene es peor que lo que se vivió hasta ahora.

Y pese a que es una mujer excepcional con una fuerza impresionante, en realidad no es de hierro (así lo parezca) sino de carne y hueso… Ojo que esta gente no da segundas oportunidades.

Y lo otro que dejó a la vista el secuestro, fue el gigantesco apoyo internacional a la causa de la libertad de Venezuela, representada por la toma de posesión de Edmundo González, lo cual seguramente ocurrirá en un tiempo relativamente corto.

Quiero compartir lo que dijo la vocera de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre, el viernes, 10 de enero de 2025:

“Maduro demostró una vez más su total desprecio por las normas democráticas y procedió con su investidura ilegítima como enfatizó el presidente Biden durante su reunión con el presidente electo Edmundo González Urrutia el lunes 6 de enero. Creemos que es esencial que se respete la voluntad del pueblo venezolano en coordinación con nuestros socios, le hemos dado a Maduro y sus representantes todas las oportunidades para restaurar la democracia, pero no lo han hecho. Por eso, hoy estamos intensificando medidas previas y tomando otras más importantes. Anunciamos nuevas sanciones contra funcionarios clave alineados con Maduro como parte de nuestros esfuerzos para hacerlos responsables, e impusimos más restricciones de visa a un total de casi 2.000 personas. También aumentamos el monto de la recompensa a 25 millones de dólares para Nicolás Maduro y su llamado ministro del Interior, Diosdado Cabello, como parte del programa de recompensas de narcóticos del Departamento de Estado. Es importante destacar que estamos tomando estas medidas junto con otras similares tomadas por Canadá, la Unión Europea y el Reino Unido, para enviar un mensaje de solidaridad al pueblo venezolano y aumentar aún más los esfuerzos internacionales a fin de mantener la presión sobre Maduro y sus representantes. Hoy, Maduro se encuentra más solo que nunca, con pocos amigos en la región y en todo el mundo…”

El despliegue militar defensivo, al mismo tiempo de un desfile militar como no se veía desde hace mucho tiempo, se constituyen en mensajes internos, pero la realidad es que las fuerzas militares se mantuvieron ocupadas estos días con el desfile, y al terror lo ejercieron los no militares…el tema de la Guardia Nacional, es un híbrido que más que militar parece un grupo de represión.

El aprendizaje para el chavismo es que lo que se viene para ellos no se parecerá en nada a lo vivido hasta ahora, así que hoy, más que nunca antes, deberían seriamente pensar en su salida… que no se vayan a creer ellos mismo que la puesta en escena de la AN 2020 y el desfile, les cambia el panorama. Hoy están mucho más vulnerables que ayer… y eso seguirá así hasta que se vayan, y el país pueda comenzar a surgir de las cenizas en las que nos colocaron.

Porque el paso que dieron de juramentarse por la fuerza, en realidad fue quemar la última oportunidad de cumplir con algún tipo de regla democrática. Y como ya no tienen vuelta atrás, pues deberían prepararse, cada uno personalmente, y como movimiento, para enfrentar consecuencias que les cambiarán la vida para siempre.

Recomendación de principio de año

  • Al gobierno: que use positivamente la ventana de tiempo que consiguió asumiendo la presidencia sin contar con el respaldo de los votos, y ajuste el marco jurídico del mercado laboral y cambiario, así como que impulse una liberalización de los flujos de comercio (porque no contarán con flujos de inversión) de forma tal de flexibilizar las condiciones para que el sector empresario pueda maniobrar con libertad en esta etapa de tsunami que se cernirá sobre Venezuela, con sanciones derivadas del accionar político del chavismo.
  • A la dirigencia opositora: que, frente al cambio en las condiciones de juramentación y asunción de la presidencia, revise los planes, ahora desde base cero, e incorpore al modelo de análisis los elementos que funcionaron como restricciones. Ya sea las que previeron y no se comportaron como se esperaba, y las que no vieron y se presentaron. Sea como sea, en esta etapa, de estar tan cerca de recuperar la libertad y la democracia, hay que replantearse la situación y poner en perspectiva lo que ya sabemos, que es que el pueblo saldrá a la calle cuando sea necesario, pero no se inmolará… y eso también lo sabe el chavismo.
  • A la dirigencia empresarial: que mida muy bien los siguientes movimientos, porque lo que se viene encima de los colaboracionistas será muy fuerte. De hecho, deberían revisar la lista de los dos mil sancionados con familiares, con activos congelados y restricciones de movimiento. El diablo siempre paga mal… y si no que lo digan los empresarios “amigos del chavismo” que ahora están presos o que no se animan a regresar de vacaciones.

El cambio es claro: comenzó después de la crisis de COVID.

Desde entonces, hemos visto menos períodos de volatilidad extrema. Atrás quedaron los días de oscilaciones bruscas de precios.

Los datos muestran una distribución más compacta ahora. Esto probablemente se deba a la conexión más fuerte de Bitcoin con los mercados financieros tradicionales.

Esto no significa que Bitcoin esté completamente controlado. Sigue siendo mucho más volátil que el oro, por ejemplo.

Pero el punto clave es que incluso con esta volatilidad, los rendimientos ajustados al riesgo de Bitcoin superan a la mayoría de los demás activos.

Por Enrique Meléndez

Fue una odisea muy exitosa la de González Urrutia; que arrancó con mucha tensión; puesto que el hombre había tenido que refugiarse en la embajada de España, luego de permanecer desde el 29 de julio en la de Holanda, y allí había sido coaccionado por los hermanos Rodríguez, para que firmara un disparate, que le trajeron de manos de Rodríguez Zapatero, donde reconocía los resultados, que había anunciado el CNE la noche del 28 de julio; que daban ganador a Nicolás Maduro; lo que, por supuesto, se  retribuyó en contra de los “hermanitos”; que quedaron, primero, como unos violadores del veto, que pesa sobre ellos, de pisar suelo europeo; segundo, como unos abusadores de poder. Llegó de España un avión expreso a buscarlo; lo que fue interpretado como una deportación, ordenada por Rodríguez Zapatero, que, por cierto, durante estos días Felipe González ha solicitado al gobierno de Pedro Sánchez, que le disponga ese avión, para su regreso a Venezuela. Además, dejaba a su hija con su familia, en calidad de rehén, y que se viene a demostrar en estos instantes, cuando ha sido secuestrado su yerno; mientras el hombre les ladra en la cueva, en lo que se refiere a su llegada a Venezuela, acompañado por jefes y ex jefes de Estado; habiendo arribado a República Dominicana, como se tenía previsto, que sería el final, en consecuencia, de una odisea, decía, muy exitosa.

Que fue lo que se dijo, una vez que Edmundo abandona el país, y deja el pelero, como se dice en criollo: accedió a firmar el documento, y viajó con el secreto guardado, y entonces esperó a que Jorge se fuera de bruces con su debelación; fue cuando se dijo, repito, que “el viejo” se los había vacilado; pues, en ese sentido, sacó su carta debajo de la manga, y con una audiencia internacional en expectativa sobre el caso Venezuela, hizo ver que aquel documento lo había firmado bajo coacción, y entonces comenzó a moverse en su elemento, que es la diplomacia. Fue recibido por las autoridades españolas, así como de otros países europeos, incluidos, parlamentos, salas de conferencias, figuras políticas; entrevistado por varios medios de comunicación; cuando los “hermanitos” pensaron que “el inmundo” se iba a echar en una poltrona en Madrid, convencido de que estos “malandros”, que nos gobiernan, no iban a soltar el poder, y que elevaba el optimismo entre los venezolanos; la fe en el entendido, de que uno se convencía, de que sí se iba a cumplir su propósito de plantarse en este suelo; habiendo recorrido en su recta final el continente americano de Sur a Norte, y donde también fue recibido por los presidentes de Argentina, Uruguay, EEUU, Panamá y República Dominicana; mientras el presidente de Paraguay lo reconocía como presidente electo, y que ocasionó una ruptura diplomática con el gobierno de Maduro. El presidente de Chile sólo retiraba su embajador, según se ha interpretado, pensando en la colonia de venezolanos residenciada en Chile, lo que implicaba también una ruptura diplomática virtual. De hecho, Edmundo tenía un encuentro previsto con Boric, sólo que el mandatario no estaba en Santiago en ese momento; pero éste, además, como representante de la izquierda, según su confesión, considera que el gobierno de Maduro es una dictadura.

Por lo demás, ni Lula Da Silva ni ningún otro presidente del vecindario asistieron a la toma de posesión del susodicho, como lo habían anunciado; que es la otra coyuntura, que estuvo presente en este momento; dado el empeño de este señor de imponerse a la brava; cuando la presidenta de México autorizó a su embajador, a que asistiera; que vino a ser también el caso de Gustavo Petro, que mandó a su embajador; lo mismo que el presidente de Bolivia, es decir, nada de sus respectivas personas pintándose por allí; sólo que, para curarse en salud, hablaron de 120 invitados,  aliados del Caricom, de algunos países africanos y, por supuesto, Díaz Canel y Daniel Ortega.

Por lo demás, como dice la canción, la “reina de la pachanga” ha sido María Corina Machado desde un escondite, que los sabuesos de Diosdado Cabello no han podido dar, y la mujer enfila los cañones por los medios de comunicación todos los días; sobre todo, mensajes muy contundentes, porque si algo ha aprendido esta mujer de la ciencia de la política, es a ver el bosque desde adentro y desde afuera. Conoce por donde va a reventar esta gente; sabe el momento apropiado, y se lanza a la calle, como este 9 de enero, que apareció con toda la temeridad del caso: sin chaleco antibalas, con ropa sencilla, como siempre; se ha montado sobre una camioneta, y con micrófono en mano, ha comenzado a disparar. ¡No contaban con mi astucia! Toda Venezuela ha salido a las calles, como lo hemos visto por las imágenes, que nos llegan; mientras el gobierno ha venido con un escenario truculento. Ha sacado a miles de milicianos armados; muchos de quienes, hay la sospecha, de que son cubanos e iraníes; pues, según se reporta, la deserción ha cundido en las fuerzas armadas; lo que se vio con el regreso a las actividades en los cuarteles, donde sólo se reportó el 10%. Ha armado, a la manera de los defensores de la revolución cubana, a trabajadores de la administración pública: fusil en mano. He allí un cuadro de miseria muy conmovedor. Lo más cómico ha sido el episodio del intento de secuestro de Machado. He allí el problema que ocasiona el actuar sobre la base de los instintos, y no con la razón: fue una acción desesperada, al parecer, de Cabello; soberbio, como siempre, porque la mujer hizo acto de presencia en Chacao (Caracas), como se tenía previsto, después de estar muchos meses en clandestinidad, y ya se conoce el desenlace de esta situación: fue perseguida por los agentes de Cabello, secuestrada; pero vuelta a liberar al cabo de unas horas; donde le hicieron filmar un video con una pose muy sifrina, como diría un caraqueño, diciendo que no había sido secuestrada. El hecho es que aquí se demuestra que esta Dama de Hierro es la del poder en Venezuela.

Por Víctor Salmerón en El Observador

En 1999, al llegar el chavismo al poder, Venezuela extraía diariamente 3,1 millones de barriles de petróleo. Ahora, apenas 876.000, un declive que sitúa la producción en niveles de 1945. Motivos del derrumbe y expectativas sobre qué hará Trump con Chevron.

En junio del año pasado, un eufórico Nicolás Maduroafirmó que la producción de petróleo de Venezuela había despegado: “Estamos en un millón de barriles y vamos para tres”, dijo, y añadió que la recuperación de la actividad, que aporta 85 de cada cien dólares que ingresan al país, se alcanzó “con trabajo propio, con tecnología propia”.

No obstante, las cifras indican que el aumento de la producción no ha tenido el impulso esperado y expertos consideran que tiene un techo bajo por un entorno de negocios poco atractivo, las limitaciones de un gobierno no reconocido y el riesgo de que Estados Unidos endurezca las sanciones.

En 1999, al llegar el chavismo al poder, Venezuela extraía diariamente 3,1 millones de barriles de petróleo y al cierre de noviembre del 2024, de acuerdo a las fuentes secundarias que utiliza la OPEP, solo 876.000, un declive que sitúa la producción en niveles de 1945.

Las cifras que el gobierno entregó a la OPEP afirman que en noviembre la producción fue de 960.000 barriles diarios, pero analistas le dan un peso importante al reporte basado en las fuentes secundarias como S&P Global, Rystad y Energy Intelligence.

Aparte del riesgo de que, de la mano de Donald Trump, Washington endurezca las sanciones, el país necesita reformas de fondo para recuperar la actividad que es fundamental para la marcha de la economía.

Derrumbe y módica resurrección del petróleo en Venezuela

La falta de inversión, la corrupción rampante y el despido de personal calificado creó un ciclón destructivo y en 2018 la producción se había reducido a un tercio de lo que era en 1999. Ese año Maduro fue reelegido por primera vez mediante unos comicios cuestionados y Estados Unidos impuso sanciones que limitaron la inversión y obligaron a vender barriles en el mercado negro a precios de descuento.

En noviembre de 2022, la administración de Joe Biden ablandó las sanciones y permitió a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela mediante una licencia especial. Luego, emitió licencias similares a Repsol, ENI y Maurel & Prom.

Gracias a este giro, principalmente a la actividad de Chevron, la producción que había seguido cayendo hasta medio millón de barriles al día comenzó a crecer, pero hay limitaciones de fondo y la incertidumbre de qué hará Trump respecto a las licencias: Estados Unidos, al igual que en 2018, consideró fraudulenta la reelección de Maduro en julio de 2024.

«Se necesita cuantiosas inversiones que no creo que se concreten»

“Si Maduro se perpetúa en el poder y Estados Unidos mantiene las cosas como están, no elimina las licencias, pero tampoco concede otras, lo más probable es que veamos una declinación lenta pero segura de la producción”, considera Luis Pacheco, miembro no residente del Instituto Baker en la Universidad de Rice, que se desempeñó como director de planificación en Pdvsa, la empresa petrolera del Estado venezolano.

“El aumento de la producción necesita cuantiosas inversiones que no creo que se concreten en medio de la ilegitimidad del régimen, no pienso que Chevron, por ejemplo, esté dispuesta a invertir grandes cantidades”, agrega.

El Plan País, una hoja de ruta para la recuperación diseñada por expertos en diversas áreas, estima que Venezuela necesitaría captar inversiones por 100.000 millones de dólares para aumentar la producción hasta tres millones de barriles diarios en ocho años.

“En el escenario de que Estados Unidos modifique las licencias y permita mantener los proyectos en marcha, pero sin permiso para nuevas inversiones, también estamos hablando de una producción que se estanca”, dice Pacheco.

Si Washington toma medidas drásticas podría prohibir a Chevron que exporte petróleo desde Venezuela y los 200.000 barriles diarios que está produciendo, asociada con Pdvsa en distintos proyectos, tendrían que venderse con descuento a través de intermediarios y en un mercado distinto al de Estados Unidos.

Barclays advierte en un informe enviado a sus clientes que el descuento supondría una pérdida de 1.500 millones de dólares en 2025 para el gobierno de Maduro, que podría ser mayor en caso de que no encuentre mercado para los barriles y Pdvsa tenga que disminuir la producción.

La pérdida potencial de 1.500 millones de dólares representa cerca de un tercio de la oferta de divisas que el Banco Central está colocando en el mercado cambiario. Si este dinero deja de entrar, indica Barclays, el tipo de cambio que actualmente es de 53 bolívares en el mercado oficial y de 65 bolívares en el mercado paralelo podría superar los 100 bolívares por dólar en el primer trimestre de este año.

Por qué es poco competitiva, pese a ser la mayor reserva del mundo

Los problemas no se limitan a lo que decida Donald Trump. “Si nos planteamos un escenario donde se desmontan todas las sanciones, no vas a tener un aumento relevante de la producción en el corto plazo porque hay temas como la falta de recurso humano, un marco regulatorio poco competitivo respecto a otros países y fallas en el sistema eléctrico”, destaca Pacheco.

Las estadísticas del gobierno indican que los venezolanos caminan sobre un océano de 304.000 millones de barriles de petróleo, lo que convierte a Venezuela en el país con las mayores reservas oficiales del mundo.

Si bien pueden existir dudas sobre estos números, lo cierto es que las reservas probadas son gigantescas y el país cuenta con campos desarrollados que permitirían aumentar la producción en tiempos relativamente cortos si se realizan las inversiones para recuperar la infraestructura y transportarlo.

Pero se requieren cambios urgentes. Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker, afirma, junto a Luisa Palacios y Cristopher de Luca, en el trabajo La industria petrolera de América Latina en la transición energética que Venezuela enfrenta retos importantes.

“La restricción de Venezuela no vendrá dada por su dotación de recursos ni, en los escenarios más graduales, por la caída de la demanda global de petróleo, sino por sus políticas e instituciones”, dice el informe.

Venezuela es poco competitiva cuando se analizan las condiciones para la inversión privada. Una disposición garantiza que el Estado perciba siempre al menos 50% de los ingresos totales obtenidos de los proyectos por la producción de crudo.

También el gobierno establece un impuesto a las ganancias “exorbitantes” que aplica cuando sube el precio del barril y si al mismo tiempo suben los costos, el impacto sobre la caja de las empresas es considerable.

El estudio Análisis del Marco Fiscal Petrolero de Venezuela, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, concluye que “el régimen fiscal existente en Venezuela desalienta severamente la inversión en exploración, desarrollo y operaciones de recobro mejorado”.

De acuerdo a la ley venezolana, las compañías internacionales solo pueden participar en la industria petrolera como accionistas minoritarios en empresas mixtas, asociándose con la alicaída Pdvsa.

El gobierno le ha otorgado a Chevron, Repsol y Maurel & Prom contratos donde les concede el control de la operación en las empresas en que están asociados con Pdvsa, pero esto no ha derivado en grandes inversiones.

El petróleo de Venezuela, en medio de la carrera entre EEUU y China

Analistas y políticos venezolanos consideran que Estados Unidos está interesado en que Venezuela aumente su producción petrolera para recuperarla como proveedor confiable y además tiene como objetivo evitar que China controle sus gigantescas reservas; por lo tanto, bajo esta óptica, la flexibilización de las sanciones no se revertirá.

Luis Pacheco se muestra cauto ante esta lectura y explica que “en este momento Venezuela no es un actor relevante en el mercado petrolero mundial y actualmente la OPEP tiene producción fuera del mercado para sostener los precios, por otro lado, China dejó de realizar inversiones importantes desde hace años”.

Según la Base de Datos de Financiación China-América Latina del Diálogo Interamericano, entre 2007 y 2015 Venezuela recibió créditos por 59.000 millones de dólares, un monto que supera a Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia en conjunto.

La idea era que Venezuela se convirtiera en un proveedor estratégico de petróleo para China, pero los planes del chavismo para aumentar la producción no se concretaron y China cerró el grifo del financiamiento, se concentró en cobrar la deuda y replegó las inversiones.

Por ahora, el apoyo financiero de China ha consistido en otorgar plazos más largos para el cobro de la deuda y en comprar petróleo, con un descuento importante en el precio, para que el gobierno de Maduro amortigüe el impacto de las sanciones de Estados Unidos.

Por Omar Lugo en The Objective

«¿Con qué vino la izquierda caviar europea acompañará ‘la fusión popular, militar y policial’ en la que se ha convertido el socialismo chavista?»

Eso de que a las palabras se las lleva el viento no es solo un refrán popular, sobre todo cuando se trata de entender regímenes políticos y su impacto en la vida diaria de millones de personas, o en la geopolítica mundial. Lo que ocurre hoy en la Venezuela dominada por el chavismo hace tiempo se venía venir, sin que sea necesario profesar el arte de los presagios.

Todo esto ya había sido anticipado desde hace años por las figuras más relevantes del movimiento político encabezado por el coronel de paracaidistas Hugo Chávez, aquel 4 de febrero de 1992, cuando se inició una pesadilla histórica que ahora entra en una nueva temporada.

A largo de estos años, todos los líderes del proceso, desde los más conocidos públicamente hasta los que han operado tras bastidores en los entramados del poder, han expresado públicamente que la llamada revolución bolivariana perseguía abolir por completo todas las estructuras del Estado venezolano, para que sean adaptadas a los designios de este régimen que se dice de izquierda, socialista, nacionalista, bolivariano y por supuesto chavista.

Esto ha incluido utilizar el sistema electoral de modo que los resultados se adapten a las órdenes previas, no al revés. El chavismo se ufana de haber llevado a cabo unas 40 elecciones en todos estos años y de haber perdido solo una o dos. Pero el caso es que hay pruebas históricas de que cuando ha perdido (y han sido más de dos veces) se las ha arreglado para que el votante no elija, o para que quien sea electo no tenga poder, no lo ejerza, o no le sea reconocido.

Cuando en diciembre de 2007 Chávez fue derrotado en un referendo para una reforma de 69 artículos de la Constitución, que entre otras cosas consagraría Venezuela como un estado socialista y establecía la reelección indefinida, en medio de la ira, el comandante dijo que esa era «una victoria de mierda» y de todos modos terminó imponiendo con los hechos sus designios. «No crean nuestros adversarios que estamos llorando […] Habrá que decirles, sobre todo al imperio norteamericano, que estamos más fuertes que nunca y seguiremos adelante construyendo el socialismo», dijo Chávez entonces.

La práctica de desconocer la fuerza de los resultados se hizo común. Ocurriría lo mismo con la elección de la Asamblea Nacional en 2015: cuando la oposición logró la mayoría absoluta en el legislativo, el chavismo simplemente lo abolió y le dio sus poderes absolutos al Tribunal Supremo de Justicia y a una Asamblea Constituyente que nunca redactó ni un solo artículo de nada. Maduro terminó gobernando por decreto y los partidos que ganaron ese legislativo fueron abolidos, confiscadas sus siglas y sedes por órdenes del Tribunal Supremo. Esos exdiputados fueron perseguidos, muchos hechos prisioneros o enviados al exilio o liquidados políticamente.

Ha ocurrido también con decenas de alcaldes de la oposición y con gobernadores: cuando ganaban simplemente les imponían un «protector», enviado por el gobierno central, y además los obligaban a «bailar pegado» con los jefes militares a cargo de cada región. «En Venezuela se vota, pero no se elige», resume una conseja entre académicos.

Siglo 21, una odisea política 

La elipsis nos lleva a los tiempos que corren. El llamado socialismo del siglo 21, promovido por Chávez como una supuesta unión cívico militar, ha mutado para convertirse en lo que Nicolás Maduro y sus más cercanos colaboradores definen hoy como «una fusión popular, militar y policial».

La palabra civil ha desaparecido no solo de la consigna, también en la vida diaria de un país donde no hay separación real de poderes, donde el ejecutivo da órdenes a los tribunales, donde las leyes no se obedecen, incluyendo a los más elementales derechos civiles consagrados en la propia Constitución, como la inviolabilidad del hogar y el derecho a las manifestaciones pacíficas, la presunción de inocencia, y a ser juzgados por jueces civiles, no militares, cuando venga el caso.

Testimonios de personas comunes o de familiares de presos políticos dan fe de esta realidad, mientras organizaciones como World Justice Project le ponen números: Venezuela aparece en el último lugar (142) entre 142 países del mundo evaluados en el Índice compuesto de Estado de derecho, con datos actualizados para 2024. Desde hace tres años nadie le disputa ese lugar.

Volviendo a los presagios que no son presagios, las migas de pan que han marcado la ruta hasta este destino las han ido soltando los líderes chavistas desde hace tiempo, y no para que se las coman los pájaros sino para que le queden dudas a quien quiera seguir las pistas en vez de mirar para otro lado:

«A los amargados de la política venezolana no volverán a gobernar este país. Ni por las buenas ni por las malas van a volver a gobernar este país», recalcó en abril de 2024, tres meses antes de las últimas elecciones presidenciales, el capitán Diosdado Cabello, el radical número dos del chavismo. Cabello, por cierto, dirigió este 10 de enero el descubierto vehículo de transporte militar en el que desfiló Maduro por el emblemático paseo de Los Próceres, una avenida llena de estatuas de los héroes de la Independencia en la zona militar de Caracas.

Las gradas de la avenida estaban copadas de funcionarios públicos llevados desde todo el país y obligados afirmar listas de asistencia, por voluntariosos y cansados milicianos, personas de la tercera edad vestidas con uniformes militares; y por representantes de organizaciones del complejo entramado de control social del chavismo.

Desde el vehículo de transporte táctico ligero Tiuna, de ensamblaje nacional, rodeado de una docena de guardaespaldas civiles, Maduro saludaba a la multitud.  Muy cerca, detrás del vehículo presidencial, se apiñaban unos 500 motociclistas, la mayoría integrantes de los llamados «colectivos», grupos de civiles armados parapoliciales del chavismo, encargados de ejecutar las acciones más desagradables de reprimir manifestantes y perseguirlos hasta sus casas, especialmente en barriadas populares. 

El desfile de Maduro desembocó en los patios de la Universidad Militar Bolivariana (antes Academia Militar) donde lo esperaba una colorida parada con cadetes en trajes de honor. Junto con el alto mando militar, presenció el desfile de soldados de todos los componentes de la Fuerza Armada.

«Estamos en victoria, fusión popular, militar, policial consolidada y avanzando. Vienen tiempos maravillosos (…) es una premonición de las bendiciones que están llegando a Venezuela», dijo Maduro al agradecer el acto de subordinación donde los generales le ratificaron su total y absoluta fidelidad.

Hay otras palabras que tienen suficiente peso como para que no se las lleven los vendavales, y que explican por qué el chavismo ha escalado su ola represiva, incluso cuando muchos analistas apostaban a que lo más importante para el régimen era relegitimarse y conseguir el reconocimiento internacional. 

En medio de estos días históricos como esta toma de posesión contra la marea de la oposición de dentro y fuera del país, sigue creciendo la lista de presos políticos, las amenazas, y el control policial y militar en un país donde se ha impuesto la Pax, que es como nos referimos a la paz cuando llega por la fuerza y no por la armonía.

«El Estado venezolano ha ejercido la legítima defensa frente a una conspiración mundial pública, evidente y comunicacional, del poder de los Estados Unidos y de sus satélites y esclavos en Latinoamérica Latina y el mundo», había afirmado Maduro poco antes en su discurso de toma de posesión en el Palacio Legislativo, donde sesiona la Asamblea Nacional, hoy totalmente chavista.

«Le decimos al gobierno Norteamericano saliente: Se la ganamos, no pudieron con nosotros. No es un hombre, es un pueblo, que se crece, porque somos ejemplo para el futuro», dijo Maduro, para quien toda oposición, toda aversión al chavismo, es producto «del imperio» y de sus «lacayos».

A todos los opositores o críticos internos los despachan indistintamente hoy con los calificativos (y acusaciones en tribunales antiterrorismo) de «traidores de la patria, fascistas y terroristas».  No dejan espacio a la duda, al cuestionamiento, no importa si la gente protesta por falta de gas para cocinar, de gasolina para llegar a un derruido hospital público, para denunciar corrupción y abusos de poder o para apoyar a algún legítimo político opositor.

«Hoy podemos decir que Venezuela está en paz y en pleno ejercicio de soberanía nacional, de su independencia. Hemos cumplido siempre con nuestra Constitución, porque la escribimos junto al pueblo», afirmó Maduro, a tono con un discurso que no deja margen a la crítica y según el cual el socialismo es un paraíso terrenal y todo lo malo por aquí en realidad es culpa de los otros.

Por Omar González Moreno

Quienes vieron el bochornoso espectáculo del 10 de enero en la Asamblea Nacional, afirman que allí Maduro legalizó su dictadura y su fin. 

Fueron testigos de ese despropósito sus colegas dictadores Diaz-Canel y Daniel Ortega de Cuba y Nicaragua, respectivamente.

Analistas macizos en sabiduría política,   como el expresidente del gobierno español, Felipe González, de inmediato pronosticaron que Nicolás Maduro acabará como el dictador de Siria, Bachar Al Assad, recientemente destituido y desterrado en Rusia.

Así de terribles son los pronósticos de lo que se le viene encima pronto al tirano de Venezuela por su abyecta decisión de desconocer los resultados de las elecciones presidenciales donde ganó de manera contundente  Edmundo González Urrutia.

La situación de Nicolás Maduro en Venezuela ha sido observada con atención a nivel mundial, especialmente por su similitud con el rumbo de otros dictadores, como Bashar Al Assad en Siria.

Ambos tuvieron que enfrentar el rechazo de su pueblo, protestas masivas y denuncias de corrupción, trafico de drogas y violaciones de derechos humanos mientras luchaban por mantenerse en el poder por la fuerza, en medio del colapso económico y político de sus respectivos países.

Bashar Al Assad, tras años de ferrea oposición, habia logrado permanecer en el poder por el respaldo de los militares y policías, así como el apoyo de Rusia, China e Irán. 

Su régimen, marcado por la represión y la militarización, había empleado tácticas brutales para sofocar la disidencia. 

A pesar de su esfuerzo en sostener el control, el costo fue devastador para Siria, con millones de desplazados y un país en ruinas. 

Igual que sucede en Venezuela, con millones de desplazados y un pais destruido y saqueado.

De manera similar, Maduro ha utilizado estrategias de represión, control militar y apoyo externo de aliados como Rusia, China e Irán para combatir las protestas y desacuerdos internos. 

Sin embargo, ambos dictadores comparten un mismo destino fatal: la cárcel, el destierro o situaciones peores. 

 Si la presión interna y externa sobre Maduro continúa, su futuro inexorable es el derrocamiento, tal como sucedió en Siria.

La historia demuestra que una resistencia y oposición prolongada, inteligente y valiente, como la que lideriza María Corina Machado, termina por imponerse y genera el cambio que tanto exige y necesita el pueblo venezolano.

 Así, el futuro de Maduro terminará reflejando las lecciones del régimen de Al Assad: una lucha agotadora e inutil por permanecer en el poder a costa de la integridad y el bienestar de su nación. 

La comunidad internacional observa con expectativa, preguntándose solo si la caída del régimen de Maduro es ahora o dentro de un poco más de tiempo. 

De lo que  si están seguros es que  finalmente, el pueblo venezolano encontrará el camino hacia la democracia.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, reiteró este viernes 10 de enero, el reconocimiento de Italia a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Meloni recordó que su país no reconoce la victoria electoral de Nicolás Maduro.

Asimismo, Meloni denunció el viernes que “las noticias que llegan de Venezuela son otro acto inaceptable de represión por parte del régimen de (Nicolás) Maduro”, después de que la líder opositora, María Corina Machado, fuera detenida durante unas horas el jueves, un día antes de la ceremonia de investidura presidencial.

“Las legítimas aspiraciones de libertad y democracia del pueblo venezolano deben hacerse finalmente realidad”, aseguró la primera ministra italiana en un mensaje publicado en su perfil de X.

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