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Es lo que es

DBuford

China exigió a Apple que elimine una serie de aplicaciones de la App Store, incluidas las de mensajería instantánea WhatsApp, Telegram, Signal, Line y Threads. La empresa se comprometió a cumplir con este requisito.

La Administración del Ciberespacio de China ha pedido a Apple que elimine WhatsApp y Threads porque los mensajeros contienen contenido político, incluidas referencias «dudosas» al líder de la República Popular China, escribe The Wall Street Journal citando una fuente. Un portavoz de Apple dijo que ese no era el motivo.

«Debemos seguir las leyes de los países en los que operamos, incluso si no estamos de acuerdo con ellas», dijo un portavoz de Apple.

Bloomberg señala que la eliminación de aplicaciones se produce en el contexto de que el gobierno de Estados Unidos está tomando medidas para prohibir la red social TikTok en el país.

Bloomberg también señala que Beijing ha restringido durante muchos años el uso de mensajería instantánea y redes sociales extranjeras en el país, lo que ha ayudado a que aplicaciones locales, como WeChat, dominen el mercado. Sin embargo, los usuarios chinos aún pueden utilizar aplicaciones extranjeras mediante una VPN.

Un portavoz de Meta, propietaria de WhatsApp, remitió a Bloomberg a los comentarios de Apple. Los representantes de Telegram y Signal no hicieron comentarios sobre la eliminación de aplicaciones de la tienda.

En el verano de 2023, las autoridades chinas publicaron un decreto que exige a los desarrolladores registrar aplicaciones móviles ante el organismo regulador antes de marzo de 2024. Las aplicaciones no registradas deben eliminarse de las tiendas. El decreto tenía como objetivo combatir el fraude en línea, pero los expertos señalaron que afectaría a la mayoría de las solicitudes.

En marzo, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que prohibiría el uso de la red social TikTok en el país a menos que sea una escisión de la empresa china ByteDance, propietaria de la misma. Los legisladores dicen que TikTok representa una amenaza a la seguridad nacional porque el gobierno chino podría obligar a ByteDance a entregar datos de los usuarios estadounidenses de la aplicación.

Por Víctor Salmerón en Gerentesis

El anuncio del fin de la flexibilización amenaza con reducir el ingreso del gobierno pero no es un cambio drástico en las perspectivas. Factores estructurales y el riesgo de una elección presidencial cuestionada alejan la posibilidad de una recuperación robusta.

El acuerdo entre Estados Unidos y la administración de Nicolás Maduro, que consistió en flexibilización de sanciones a cambio de mejores condiciones en las próximas elecciones presidenciales, fracasó: hoy la elección está lejos de ser creíble e inclusiva y las sanciones retornan, pero con matices.

Si bien esto supone un problema extra no representa un golpe de grandes dimensiones que cambie por completo el entorno: consultoras coinciden en que habrá una reducción de ingresos pero la economía crecerá este año y la inflación seguirá desacelerándose.

No obstante, sin una elección que sea el punto de partida de un gobierno reconocido, capaz de obtener financiamiento de los multilaterales, renegociar la deuda externa, captar inversión masiva para relanzar al sector petrolero y reconstruir las instituciones, entre otras tareas, la economía luce incapaz de una recuperación sostenida y robusta.

Washington anunció que no renovará la licencia 44 emitida hace seis meses, el instrumento que le permitió al gobierno de Maduro vender petróleo sin recurrir a intermediarios que exigen un descuento para colocarlo en Asia.

Las compañías afectadas por la cancelación de esta licencia tendrán hasta el 31 de mayo para apagar las operaciones en curso, un lapso con el que la administración Biden espera no generar “efectos indeseados”.

El fin de la medida no afectará a las licencias particulares que Washington otorga, caso por caso, a empresas que solicitan efectuar transacciones con el petróleo de Venezuela. Los permisos individuales podrán seguirse solicitando.

Desde que se flexibilizaron las sanciones el primer comprador de petróleo venezolano ha sido India a través de la empresa Reliance y, en segundo orden de magnitud, mediante Indian Oil Corporation y HPCL-Mittal Energy.

De acuerdo con datos de Kpler en enero de este año India compró a Venezuela un promedio de 255 mil barriles diarios, una cantidad que equivale a la mitad de las exportaciones de petróleo.

La consultora Síntesis Financiera calcula que por la no renovación de la licencia 44 este año dejarían de ingresar a las arcas del gobierno unos 2 mil 800 millones de dólares y Ecoanalítica estima tres mil millones de dólares.

No obstante, si Estados Unidos emite una nueva licencia para no entorpecer las exportaciones a India y a otros compradores importantes el impacto sobre los ingresos sería menor.

Un aspecto a considerar es que el fin de la flexibilización de las sanciones afectará las importaciones de diluyentes desde Estados Unidos, un componente esencial para procesar el petróleo pesado de la Faja del Orinoco.

Daños colaterales

La reducción de ingresos significaría menos recursos para vender dólares en el mercado cambiario y mantener el anclaje del tipo de cambio, la medida que junto a la precariedad del consumo y el recorte del gasto público, ha permitido desacelerar la inflación que en 2023 cerró en 189% y este año se espera que finalice por debajo de 100%.

Ecoanalítica proyectó que de mantenerse la flexibilización de las sanciones la inflación de este año estaría en torno a 70% y su director, Asdrúbal Oliveros, explicó a Unión Radio que ahora podría esperarse un resultado “en torno a 90%”.

A principios de año se esperaba un crecimiento de la economía sustentado en que el gobierno aumentaría el gasto público de manera importante antes de las elecciones presidenciales, la posibilidad de un acuerdo político, la flexibilización de las sanciones y más consumo, pero el primer trimestre redujo el entusiasmo.

La campaña electoral será muy corta porque las elecciones serán en julio, el consumo continúa con poco impulso y el retorno de las sanciones debilita las expectativas. Ecoanalítica, que esperaba un crecimiento de 10%, ahora proyecta 5% y el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) 4,5%.

La producción

En noviembre de 2022 Estados Unidos permitió a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela con la licencia 41, gracias a la cual la producción ha aumentado lentamente desde entonces hasta 800 mil barriles diarios y esta facilidad se mantiene.

Asimismo hay acuerdos que permiten operaciones de Repsol, ENI y Maurel & Prom. Sin embargo las perspectivas son limitadas por la inestabilidad política.

Las casas matrices de estas empresas, al igual que Chevron, no quieren aumentar el riesgo en Venezuela de manera significativa y las inversiones son reducidas.

Juan Szabo, quien asesora a empresas petroleras, considera que la producción en el escenario de una elección presidencial cuestionada tiene un alto riesgo de mantenerse por debajo del millón de barriles diarios en lo que resta de este año y el próximo.

Estabilización en el fondo

El colapso del socialismo del siglo XXI generó una larga recesión y un ciclón hiperinflacionario que pulverizó el PIB a la cuarta parte y convirtió a la economía venezolana en una enana respecto a países como Colombia o Perú.

Expertos coinciden en que el país necesita crecer a una tasa de al menos 7% por más de veinte años para regresar al PIB que tenía en 2013 y para ello es vital la inversión masiva en petróleo a fin de elevar la producción y financiamiento de los multilaterales, para remediar, entre otras cosas, la crisis del sector eléctrico.

La administración de Maduro entre 2018-2024 evidencia que un gobierno surgido de elecciones cuestionadas aleja la posibilidad de que Venezuela cuente con estas dos condiciones que servirían de palanca para una recuperación vigorosa.

Al llegar el chavismo al poder Venezuela producía 3,1 millones de barriles diarios de petróleo. La falta de inversión y la pésima gerencia tuvieron consecuencias y no solo no se cumplieron los planes de aumento de la producción sino que en 2018 se había reducido a un tercio.

El descenso se agravó con las sanciones y tras un lento incremento, principalmente por la licencia otorgada a Chevron, hoy se ubica en un nivel similar al de 1945.

El Plan País, una hoja de ruta para la recuperación diseñada por expertos en diversas áreas para la oposición venezolana, considera que Venezuela necesitaría captar inversiones por 100 mil millones de dólares para aumentar la producción hasta tres millones de barriles diarios en ocho años.

Venezuela tiene una serie de debilidades que alejan la posibilidad de captar una inversión masiva en petróleo. Al entorno político se añade que el marco fiscal es poco atractivo, las empresas extranjeras están obligadas a ser socias minoritarias en proyectos con el Estado y las fallas eléctricas son constantes.

En el estudio elaborado para el Banco Interamericano de Desarrollo, Análisis del Marco Fiscal Petrolero de Venezuela James Smith, concluye que “el régimen fiscal existente en Venezuela desalienta severamente la inversión en exploración, desarrollo y operaciones de recobro mejorado”.

El trabajo La industria Petrolera de América Latina en la Transición Energética: un cambio de paradigma, elaborado por Francisco Monaldi, Luisa Palacios y Cristopher de Luca afirma que “la restricción de Venezuela no vendrá dada por su dotación de recursos ni, en los escenarios más graduales, por la caída de la demanda global de petróleo, sino por sus políticas e instituciones”.

A las limitaciones para desarrollar el sector petrolero se añade que la continuidad de Maduro a través de unas elecciones poco creíbles será un escollo extra para renegociar la deuda externa, en default desde 2017 y para que el país acceda a programas de financiamiento del Fondo Monetario Internacional.

De acuerdo con la Instituto de Investigaciones Económicas de la UCAB si este año Venezuela crece en torno a 5% “el tamaño de la economía sería similar a la que ya había alcanzado en 1969”.

No obstante Nicolás Maduro derrocha optimismo. Ante el anuncio del fin de la flexibilización de las sanciones afirmó que “no hay sanción, no hay amenaza que hoy le haga daño al esfuerzo de construir un nuevo modelo económico productivo, porque hoy no dependemos de nadie en este mundo, solo dependemos de nuestro esfuerzo”.

Vía The Economist Espresso

En octubre, Estados Unidos levantó temporalmente algunas de sus sanciones contra Venezuela, que se centraban principalmente en la industria petrolera del país. Estaba previsto que el indulto finalizara el jueves. Justo antes de la fecha límite, la administración Biden dijo que la mayoría de las compañías petroleras que operan en Venezuela tienen hasta finales de mayo para cerrar sus negocios o solicitar una nueva licencia.

En otras palabras: se avecina un nuevo régimen de sanciones.

El indulto inicial estuvo condicionado a que Nicolás Maduro aceptara celebrar elecciones presidenciales algo más libres, previstas para el 28 de julio.

Desde entonces, Maduro ha roto el espíritu de ese acuerdo: la ganadora absoluta de las primarias de la oposición, María Corina Machado , sigue inhabilitada para ocupar cargos políticos y miembros de su partido han sido encarcelados. Al sustituto que ella nominó, una académica de 80 años, también se le impidió participar en las elecciones.

La administración Biden nunca se ha mostrado entusiasmada con la idea de imponer sanciones contra Venezuela. Todavía no lo está.

Pero Maduro le está forzando la mano.

Vía Statista

Cristiano Ronaldo es la persona con más followers en Instagram, detrás de la cuenta oficial de la propia plataforma. El astro luso acumula 627 millones de followers, pese a sólo seguir a 587 perfiles, y tiene 3.660 publicaciones compartidas. Con semejante cifra de seguidores, no es de extrañar que el deportista sea, además, el que más gana por post patrocinado en la red social, con una media de 3,23 millones de dólares por publicación.

El tercer puesto en el ranking de cuentas más seguidas lo ocupa Lionel Messi, que tiene 502 millones de seguidores. De hecho, personalidades destacadas del mundo del deporte y de la música, además de celebrities, son las que más followers acumulan en la popular red social. El top 8 lo completan cuatro mujeres y un hombre: Selena Gomez (429 millones de seguidores), Kylie Jenner (400 millones de seguidores), Dwayne Johnson —conocido popularmente como La Roca​ o The Rock— (398), Ariana Grande (380) y Kim Kardashian (364).

Sobre el comunicado promovido por Luis Vicente León, y personas vinculadas al Foro Cívico (FC), la primera precisión que deseamos hacer es que consideramos como demócratas honestos y convencidos a todos y todas sus promotoras, no obstante, con una teoría de cambio de la que diferimos. Y como las personas deben respetarse, escrupulosamente, pero sus ideas deben ser discutidas con pasión, a continuación haremos algunos comentarios sobre dicho texto.

Uno agradece que ante la infantilización del debate político en la Venezuela actual un grupo de personas se animen a colocar sus ideas sobre un papel. Eso estimula el debate de un campo democrático que debe estar caracterizado por su diversidad y el intercambio permanente. Los primeros párrafos del documento, titulado «A la opinión pública», son impecables y con los que cualquier venezolano de buena voluntad pudiera suscribir: La defensa de los derechos humanos como base del desarrollo, la reivindicación del Acuerdo de Barbados como marco para el proceso electoral y el reconocimiento al hecho político derivado de las elecciones primarias de la oposición.

Luego de esa introducción aparecen lo que consideramos las ideas-fuerza de una teoría de cambio que hemos calificado como «dialoguista», que creemos parte de un diagnóstico errado, y por lo tanto promueve tácticas contraproducentes para la estrategia de lograr una transición a la democracia. Llama la atención que el término «transición» se omite en la extensión del escrito.

Todos y todas estamos de acuerdo: la recuperación pacífica de la democracia necesita el diálogo y negociación con la contraparte. Esto es una cosa. Otra diferente, la centralidad estratégica dada por los dialoguistas al «acuerdo político». Ellos consideran que los «acuerdos», por si solos, crean mágicamente realidades políticas, independientemente que en el camino a esos convenios se debiliten los mecanismos de construcción de consensos en el liderazgo partidista opositor, se erosione la confianza de la base democrática y se envíen señales contradictorias a la comunidad internacional.

Para el dialoguismo la acción más importante sería hacer todo lo que sea necesario para mantener los canales de comunicación abiertos con las autoridades, que finalmente hagan posible la materialización de un contrato político entre dos actores, el gobierno y la oposición, pares e igualados en actos y responsabilidades.

El detalle de esta lógica es que realiza un diagnóstico sobre lo qué nos estamos enfrentando que no es el correcto. En el comunicado se afirma que la «reinstitucionalización» y «el reencuentro nacional» deseado para Venezuela se alcanzaría con «la edificación de un Acuerdo Integral de Convivencia Política y Social». Un nuevo pacto, más ambicioso que el suscrito en Bridgetown, se pide cuando el chavismo realmente existente experimenta una deriva totalitaria, de cara a un proceso comicial en el que, por primera vez en su historia, asiste con una amplia impopularidad, caracterizada por la rebelión de la antigua base electoral oficialista.

¿Cuáles son los signos de esa vocación totalitaria? Sólo nombraremos dos: La tríada de leyes, de carácter retroactivo, que incluyen la normativa del fascismo y las evidencias (el asesinato del Teniente Ojeda), que desde Miraflores se ordenan trabajos de inteligencia y violaciones de derechos humanos fuera de las fronteras venezolanas.

La ausencia de mecanismos de monitoreo, verificación y presión de lo pactado convierten a los acuerdos en un fetiche para el dialoguismo. Lo importante no es su cumplimiento, especialmente de quien tiene la mayor responsabilidad de hacerlo, sino el acuerdo en si mismo. Y el espacio político y estatus que brinda ser su promotor. De otra manera no se entiende como en el contrato anterior, Barbados, se desechan las consecuencias del incumplimiento de una de las partes, algo que atenta contra la propia lógica de los acuerdos: Se pone en riesgo en caso de inobservancia por una de las partes. A pesar de las evidencias sobre la voluntad política del oficialismo en honrar la palabra empeñada, la solución ofrecida por el dialoguismo es sustituirlo por un acuerdo más ambicioso.

Por otra parte el dialoguismo está convencido que el mejor trato a convenir con las autoridades es el que mayor incentivos le ofrezca para suscribirlo. La teoría académica de la transición por negociación. Por ello la insistencia en imponer la candidatura de Manuel Rosales, pues sería quien estaría dispuesto a ofrecer los mayores y mejores estímulos para que quienes hoy están en el poder lo abandonen.

Según su narrativa si la oposición es «responsable» y escoge al candidato «que pueda efectivamente participar en la elección planteada», el problema estaría resuelto. La carga de la transición se ubica en la oposición, no en quien controla y modifica las normas a conveniencia. Esto respondería a la pregunta ¿El PSUV se encuentra hoy dispuesto a entregar el poder? Aunque todas las evidencias digan lo contrario, para el dialoguismo la respuesta es positiva: Maduro necesita escoger «el candidato contra quien perder», que ofrezca las mayores garantías de impunidad e intocabilidad de los bienes al liderazgo chavista. Lo que coloquialmente se intenta deslizar en la opinión pública como «los sapos a tragar». Esa sería el fondo de la «potabilidad» de la candidatura del gobernador del Zulia para el poder, ser el «hombre de las concesiones».

El propio texto del comunicado, empero, pone en duda si efectivamente el dialoguismo cree genuinamente en una transición a corto plazo o su escenario real es el de seis años más con Maduro en el poder. Esto lo refleja la frase del comunicado: «Las señales que debe enviar la comunidad internacional deben ir en la dirección de apoyar a Venezuela a reintegrarse a sus circuitos económicos y geográficos naturales, reinstitucionalizar las relaciones diplomáticas y destrabar el diálogo político y social con todos los sectores del país». Esto sería la consecuencia normal y natural de una transición a la democracia. Pero por el sentido de la frase sugiere que es una petición a los gobiernos de otros países independientemente que la elección del 28 de julio sea la peor posible e imaginable. La acusación de ser promotores de la «normalización» no es fortuita: tiene asidero.

Una tercera frase, de escándalo para un defensor de DDHH, es cuando se pide un proceso electoral «pacífico y participativo», como queremos todos y todas, pero «sin injerencias externas». ¿Esto qué significa? ¿Sin misiones técnicas e independientes de observación internacional? ¿Sin la mediación de países como Brasil y Colombia para el respeto de las garantías electorales? ¿Sin el monitoreo y actuación de los organismos internacionales de protección a los derechos humanos? En ocasiones anteriores personalidades del dialoguismo, de manera pública y privada, han solicitado el fin de la actuación de la Corte Penal Internacional o la Misión Independiente de Determinación de Hechos de la ONU porque su actuación ponía en riesgo sus canales de comunicación con Miraflores.

El pasado 29 de marzo una de las académicas promotoras del comunicado expresaba a través de su cuenta X (twitter), luego del impedimento de la inscripción de Corina Yolis: «Es increíble que se crea que unos comunicados son «presión» para el madurismo». Si este tipo de pronunciamientos no tienen el objetivo de incidir en la conducta de las autoridades, ¿para qué se realizan? Dos hipótesis: Para influir en los otros actores. Y dos, como salvoconducto ante las represalias de las autoridades frente a la posible reimposición de sanciones.

El dialoguismo nos muestra, luego de meses de eufemismos y subterfugios, cuál es el sabor de los sapos.

Adivinar que hará en las próximas horas el régimen, la plataforma unitaria, Estados Unidos, Petro, Lula e incluso María Corina y su equipo es imposible para mí. Esas decisiones tendrán impacto en lo que ocurra en el corto plazo y posiblemente más allá. Así que trataré de plantear algunas conclusiones generales y analizar el comportamiento de los principales actores. Me preocupan esos líderes políticos de «oposición» que lo único que vociferan es que hay que votar bajo cualquier condición, aun cuando ello signifique la legitimación de Maduro.  Ellos deberían saber que en los próximos años todos viviremos peor y tendremos cada vez menos electricidad, agua y gas.  Parece que poco les importa, ya que imagino que eso ello lo deben tener resuelto. Los temas de la semana son “Qué nos puede deparar el futuro”, “Los partidos y líderes de oposición que se niegan a enfrentar la realidad”, “La posición de Estados Unidos” y “El régimen apunta al 28J”.

Qué nos puede deparar el futuro

Pueden ocurrir hechos inesperados y positivos que cambiarán todo, pero prefiero partir de la presunción que el régimen logra realizar las elecciones del 28J bajo sus condiciones y que Maduro triunfa. Más allá de todo el ruido electoral, existen realidades: (a) El régimen está en su mayor punto de debilidad desde el año 2002; (b) La población ya sabe que el régimen no tiene la capacidad de mejorar su vida a futuro; (c) El descontento crecerá y el país se hará más mucho más difícil de controlar.  (d) No disponiendo de recursos económicos, el arma principal del régimen será la represión; (e) María Corina es y será el principal dolor de cabeza político del régimen; (f) la victoria de Maduro en las elecciones del 28J aislará al régimen en lo internacional y además empeorará su situación política nacional; (g) la derrota de los candidatos “opositores” debería llevar a una oposición más consistente; (h) María Corina deberá encontrar las formas de mantenerse vigente y presente.

Los partidos y líderes de oposición que se niegan a enfrentar la realidad

La oposición ha demostrado ser el componente más inconsistente y menos predecible de los que participan en la política venezolana. Su propia dinámica y las acciones e intervención del régimen los ha atomizado y desviado totalmente de la realidad del país.  El pasado 22O, casi tres millones de opositores contrarrestando la presión del régimen, votaron en la primaria de la oposición. De manera abrumadora (92%) lo hicieron por María Corina, rechazando de manera absoluta el anterior liderazgo opositor.  Ahora un grupo de esos derrotados lideres de la oposición, pretenden representarlos en las elecciones presidenciales. El único apoyo de dichos líderes es el del régimen, a través del mecanismo que ahora se denomina “potabilidad”.  “Gente sin gente presionando a la gente con gente para que traicionen a la gente. Lo demás es grama” lo define claramente Julio Coco. 

A espaldas de todos, hacen negociaciones con el régimen y Rosales, pasó el examen de “potabilidad” y es inscrito como candidato a última hora. ¡Supuestamente para salvar el voto! Rosales le propuso una reunión a María Corina para definir las próximas acciones de la oposición y ella la aceptó bajo las condiciones de su realización en forma conjunta con la Plataforma Unitaria. Hasta la persona menos informada sabe que el rechazo de Rosales en el electorado es tan grande como el de Maduro. Maduro sacará los votos que su maquinaria le garantice.  Rosales logrará un récord de abstención para intentar legitimar internacionalmente la “victoria” de Maduro. Pero, ya se sabe que ni siquiera eso legitimará a Maduro.

UNT y AD impidieron que la Plataforma Unitaria emitiera un documento describiendo las acciones que el régimen ha realizado para impedir elecciones libres.  Hubiera resultado en una crítica mucho más blanda que la planteada por todos los organismos internacionales y por los países democráticos. Parece increíble, pero estos “opositores” no han hecho ni siquiera ese esfuerzo para que se respete la candidatura de María Corina ni la de Corina Lloris. Pienso que si finalmente, Rosales es el candidato de la “oposición”, al igual que muchos otros terminaré absteniéndome en una forma de protesta contra el régimen y contra estos partidos opositores.  

La posición de Estados Unidos

Para los que estén interesados y tengan la paciencia, en https://tinyurl.com/2h4jae2h hay una excelente entrevista de Vladimir Villegas con Francisco Palmieri, jefe de misión diplomática que dirige la Embajada de Venezuela desde Colombia:

  • Vladimir Villegas, extraordinario expositor de muchas equivocadas actitudes de la situación local, planteó todas las “brillantes” posiciones de los políticos de la oposición. 
  • El embajador Palmieri fue un magnífico ejemplo del manejo del lenguaje diplomático para claramente definir la posición de Estados Unidos con respecto a la situación venezolana:
    • Manifestó el apoyo irrestricto de Estados Unidos a la candidatura María Corina, por ser la persona elegida por los votantes de la primaria.
    • El incumplimiento de los pasos acordados para la democratización de Venezuela en Barbados llevará a la restitución de las sanciones.
    • Los incentivos aparentemente no han sido suficientes para el régimen.

El régimen apunta al 28J

El régimen trabaja para ganar las elecciones presidenciales del 28J bajo cualquier circunstancia. Ha decidido que correrá los riesgos de la reinstalación de las sanciones al petróleo, del desconocimiento internacional de las elecciones, del resquebrajamiento del apoyo de sus aliados latinoamericanos, de la potencial reacción futura de la población.  El régimen es consistente con su forma de actuar este último cuarto de siglo: asume un riesgo inmenso, conserva el poder un día más y después verá que puede ocurrir que les permita sobrevivir. Ha movido todo su arsenal de acciones:

  • Salieron los escuadrones de obreros, con uniformes nuevos, para pintar autopistas y hacer algunos arreglos. No se resuelve nada estructural.
  • Alimenta la abstención desde múltiples ángulos.
  • Logró dividir a los opositores (reales o no), representados ahora por una docena de candidaturas inefectivas. 
  • Ha apartado a las Corinas como candidatas.
  • Restringe la inscripción de potenciales votantes en Venezuela y el exterior.
  • Facilita el camino a Rosales, como su candidato “opositor potable y preferido”.
  • Mantiene estable la tasa de cambio hasta las elecciones, manipulando sus limitados recursos. La explosión del dólar vendrá después.
  • La represión es aplicada en forma continua. Una semana afecta al equipo de María Corina, en otra semana le toca a un periodista, la siguiente será a otro. 

Por Nikolaus von Twickel en The Moscow Times

La invasión rusa a gran escala de Ucrania el 24 de febrero de 2022 merece un lugar en los libros de historia por ser más esperada en Washington que en Moscú, o incluso en Kiev. 

En las semanas previas a ese fatídico jueves, los funcionarios estadounidenses, basándose en sus propias fuentes de inteligencia, predijeron con confianza que Rusia iba a atacar a Ucrania. Por el contrario, los altos funcionarios del Kremlin parecieron tomados por sorpresa, a juzgar por sus rostros, durante la reunión del Consejo de Seguridad del 21 de febrero de 2022, cuando Vladimir Putin rompió los acuerdos de Minsk al reconocer a las llamadas Repúblicas Populares de Donbas como independientes, allanando el camino para camino para una guerra total. 

Al parecer, Putin sólo había compartido sus planes con unas pocas personas de confianza, como el Ministro de Defensa Sergei Shoigu y el Secretario del Consejo de Seguridad Nikolai Patrushev. Sin embargo, Estados Unidos tampoco compartió ampliamente detalles de su inteligencia con sus aliados. Una buena prueba de ello es que el jefe del servicio de inteligencia exterior de Alemania, Bruno Kahl, se encontraba el 24 de febrero en Kiev para mantener conversaciones y tuvo que ser evacuado apresuradamente en coche.

La mala inteligencia es una cosa. Lo que es mucho más grave es que tanto Ucrania como sus amigos en Occidente fracasaron sistemáticamente en anticipar una guerra a gran escala. Esto tiene mucho que ver con el hecho de que tal escenario parecía demasiado irracional. 

Incluso a principios de 2022, cuando Rusia había desplegado más de 100.000 soldados a lo largo de la frontera con Ucrania, muchos expertos argumentaron que esta fuerza era demasiado pequeña para tomar grandes ciudades como Kiev y Járkov sin pérdidas masivas. El 24 de enero, un mes antes de la invasión, un grupo de expertos militares ucranianos argumentó que una invasión a gran escala para capturar la mayor parte o la totalidad de Ucrania sería “ una aventura sin posibilidades de éxito”. 

Se demostró que tenían razón: la fuerza de invasión inicial fracasó estrepitosamente. Pero lo más importante es que el Kremlin no pareció darse cuenta de que se estaba preparando para el fracaso. Hoy en día, podemos asumir con seguridad que Putin, rodeado de aduladores, simplemente creía que los ucranianos recibirían a sus tropas con flores. Pocas personas adivinaron el nivel de desinformación e ingenuidad que debió guiar las decisiones del Kremlin.

El otro argumento convincente contra una nueva invasión rusa fue la perspectiva de que Occidente respondiera con sanciones mucho más duras que en 2014. En el libro de 2020 “ Más allá del conflicto congelado ” (con Thomas de Waal), sostuve que ambas partes se vieron disuadidas de romper la tregua mediante una “disuasión mutua asimétrica”. Mientras las fuerzas armadas de Ucrania se enfrentaban a un adversario cuatro veces mayor, Rusia se enfrentaba a la probabilidad de sanciones mucho más duras.  

Si bien las sanciones llegaron, las expectativas iniciales de que las medidas paralizarían o destruirían la economía rusa no se han hecho realidad hasta ahora. Si esto fue anticipado o no en el Kremlin puede parecer poco importante. El riesgo ciertamente no desanimó a Putin.

Una vez más, la lección aquí es que Putin y sus compinches hacen cálculos de costo-beneficio diferentes a los de muchas democracias occidentales, si es que los hacen. Esto también se aplica a los costos de gestión de los territorios ocupados. Este fue otro aspecto que llevó a muchos observadores –incluyéndome a mí– a creer que Rusia no rompería el status quo vigente desde 2015, cuando se firmó en la capital bielorrusa el “ Paquete de Medidas ”, comúnmente conocido como “Minsk 2”. .

La experiencia extremadamente complicada y potencialmente costosa de controlar el Donbass debería haber disuadido a Putin. Entre 2014 y 2018, numerosos comandantes de campo fueron asesinados en la región después de haber resistido a las administraciones instaladas por Moscú. Por ejemplo, en 2017, Donetsk envió tropas a Luhansk para ayudar a deponer al hombre fuerte local Igor Plotnitsky. Un año después, el rival de Plotnitsky en Donetsk, Alexander Zakharchenko, murió en la explosión de una bomba que tenía las características de un trabajo interno. 

Estos violentos disturbios hicieron que los observadores especularan sobre luchas internas en Moscú por las repúblicas, lo que dio lugar a titulares sobre las luchas internas entre facciones del Kremlin. Sin embargo, los ocho años en los que las Repúblicas Populares del Donbás existieron como agujeros negros anárquicos patrocinados por Rusia en el flanco de Ucrania demostraron que Moscú no estaba en absoluto dispuesto a permitirles regresar a Ucrania, en contradicción tanto con el espíritu como con la letra de los acuerdos de Minsk. A partir de 2014, cualquier sentimiento proucraniano dentro de estas regiones fue aplastado por los Ministerios de Seguridad del Estado locales. Su cruel historial de detención y tortura de disidentes no tiene rival en ninguna parte de Rusia, salvo en la Chechenia de Ramzan Kadyrov.

Con el paso de los años, las Repúblicas Populares se hicieron cada vez más infames como puestos de avanzada neoestalinistas de las ambiciones imperiales de Moscú. Si bien estaba claro que a Putin sólo le interesaba el potencial que tenían para impedir la integración de Ucrania a Occidente, pocos predijeron que estas pequeñas dictaduras militares serían el modelo para una nueva y brutal dictadura rusa que encarcela a la oposición y sofoca la disidencia en todas partes. 

¿Se podría haber evitado todo esto en 2014? Por supuesto, un mayor apoyo occidental habría fortalecido a Ucrania, y sanciones más duras habrían debilitado a Rusia. Es discutible si esto podría haber evitado la invasión de 2022. 

Como sostuve anteriormente, hay muchos indicadores de que Moscú no se veía en el camino hacia la guerra a lo largo de los años. Hasta donde sabemos, Putin no es un estratega. Más bien, es un estratega que decide a menudo con vacilación y sin pensar a largo plazo. Estoy bastante seguro de que su (loco) plan para conquistar Kiev sólo se materializó durante su autoaislamiento inducido por el Covid, cuando debió haber leído demasiados libros de historia malos y hablado con pocas y demasiado dudosas personas.

Esto no significa negar que las políticas occidentales estuvieron impulsadas en su mayoría por esperanzas en gran medida ingenuas. Nunca se implementó realmente ni un solo punto de los acuerdos de Minsk, y finalmente se demostró que la creencia –popular en Alemania– de que unos vínculos económicos más estrechos fomentarían la democracia en Rusia era falsa. Pero en 2014 y 2015, era simplemente más atractivo esperar un retorno a la situación habitual con Putin en lugar de declarar un punto de inflexión para contener y disuadir las ambiciones imperiales de Rusia. El hecho de que más de dos años después, la famosa declaración Zeitenwende del Canciller Olaf Scholz todavía esté lejos de implementarse sólo demuestra lo difícil que es cambiar la mentalidad impulsada por la complacencia y la ignorancia de los europeos, especialmente los del oeste del continente.

En lugar de debatir quién tenía razón y quién no, Europa ahora necesita aprender de sus errores. Necesita aprender rápida y enérgicamente porque hay mucho en juego. Nuestra mayor esperanza para Rusia ahora depende de la derrota de los ejércitos de Putin en los campos de batalla de Ucrania. 


Nikolaus von Twickel es un analista radicado en Berlín que se centra en el este de Ucrania y editor del Centro para la Modernidad Liberal. En 2015-2016 trabajó para la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en Donetsk, Ucrania.

Por Nora Gámez y Antoni María Delgado en The Miami Herald

Estados Unidos podría decidir en algún momento de esta semana si vuelve a imponer sanciones petroleras a Venezuela después de que el hombre fuerte Nicolás Maduro violara los términos de un acuerdo firmado en Barbados el año pasado para permitir que los candidatos de la oposición se presentaran en las próximas elecciones presidenciales.

Pero la política interna estadounidense está complicando la decisión.

La administración Biden le dio a Maduro seis meses, que vencen el jueves, para demostrar que cumpliría el acuerdo, que fue negociado con el apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses están luchando por tomar una decisión porque les preocupa que la inmigración y los precios internos del petróleo puedan verse afectados a medida que Estados Unidos se acerca a las elecciones presidenciales de noviembre.

Fuentes con conocimiento de las discusiones de la administración dijeron que hay debates en curso entre funcionarios estadounidenses. Algunos apoyan la reimposición de sanciones, otros están preocupados de que el impacto de las sanciones en la economía del país sudamericano pueda impulsar una mayor migración a Estados Unidos, y otros más temen el aumento de los precios del petróleo durante un año electoral.

“El contexto interno de Estados Unidos es de vital importancia”, dijo Eric Farnsworth, vicepresidente de Americas Society y Council of the Americas. “Hay un año electoral y preocupaciones sobre el aumento de los precios del gas y cuestiones migratorias, que son muy relevantes en el contexto de la política de Venezuela. Pero, en primer lugar, no deberíamos estar en esta posición porque levantamos las sanciones prematuramente, basándonos en promesas que realmente el régimen venezolano nunca iba a cumplir”.

Venezuela, que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, ha sido un dolor de cabeza tanto para las administraciones republicanas como para las demócratas, ya que Maduro y sus aliados han empujado al otrora rico país a una creciente crisis humanitaria, provocando la mayor migración en el hemisferio occidental en los últimos años. historia.

La administración Trump buscó abiertamente un cambio de régimen a través de una “campaña de máxima presión”, imponiendo sanciones en 2017 al petróleo venezolano y a los principales líderes del régimen. La administración Biden ha utilizado esa influencia para atraer a Maduro a sentarse con la oposición para negociar un camino hacia elecciones libres y justas a pesar del escepticismo generalizado.

Esos temores se han materializado plenamente y la presión para volver a imponer las sanciones petroleras está aumentando.

Maduro prohibió a la popular candidata de la oposición María Corina Machado postularse para la presidencia después de que obtuvo más del 92% de los votos durante las primarias de la oposición en octubre. También ha tomado medidas para bloquear otras elecciones de la principal alianza política de la oposición, la Plataforma Unitaria, para poder controlar quién se postula, todo ello en violación del acuerdo firmado en Barbados en octubre con la oposición y las bendiciones de Estados Unidos.

Está previsto que Maduro se presente nuevamente a la presidencia en las elecciones del 28 de julio, compitiendo sólo contra un pequeño número de oponentes poco conocidos. A pesar de que Maduro tiene una popularidad de sólo el 9%, según las encuestas, los conocedores del régimen creen que puede ganar fácilmente, dado que el voto de la oposición se dividiría entre los demás contendientes.

Desde el principio, el gobierno de Estados Unidos advirtió a Maduro que no renovaría las licencias que aliviaban las sanciones petroleras a PDVSA, la compañía petrolera estatal venezolana, si violaba el acuerdo de Barbados. El alivio de las sanciones ha proporcionado al régimen hasta 3.000 millones de dólares en nuevos ingresos, según expertos petroleros de la oposición venezolana. Maduro también ha aprovechado el alivio para negociar acuerdos con compañías petroleras extranjeras en un intento de impulsar la producción del país.

Sin embargo, la administración ha estado telegrafiando que está considerando otras opciones. Según una propuesta sobre la mesa, según la cual informó el Washington Post, el Departamento del Tesoro impondría un nuevo régimen de sanciones que permitiría a Venezuela continuar vendiendo crudo a clientes internacionales, pero en la moneda del país, el bolívar, y no en monedas fuertes.

El régimen de Maduro no merece “ningún tipo de extensión” de la licencia general otorgada en octubre que permitió temporalmente transacciones que involucran a los sectores de petróleo y gas venezolanos, dijo Ryan Berg, director del Programa de las Américas y jefe de la Iniciativa Futuro de Venezuela en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

“Está muy claro que han violado casi todos los puntos del acuerdo de Barbados y la poca credibilidad que nos queda quedaría completamente destruida si simplemente extendiéramos esa licencia sin ninguna consecuencia para Maduro”, dijo.

Los observadores venezolanos dijeron al Herald que los tres años y medio de políticas de la administración Biden han ganado poco para Estados Unidos o la oposición venezolana.

“¿Qué hemos obtenido de todo esto? Bueno, creo que los hechos sobre el terreno hablan por sí solos; No creo que Maduro haya avanzado ni un ápice hacia elecciones libres y justas”, dijo Farnsworth.

Algunos expertos sostienen que Maduro, de hecho, ha superado a la administración al obtener concesiones y ceder poco a cambio. La administración pudo asegurar la liberación de varios ciudadanos estadounidenses que consideraba que habían sido arrestados injustamente en Venezuela a cambio de la liberación de dos de los sobrinos de Maduro que cumplían una larga condena en Nueva York por tráfico de drogas y la liberación de Alex Saab, un socio comercial clave del gobernante que enfrentó cargos de lavado de dinero en Miami.

De lo contrario, el régimen venezolano ha retrocedido en casi todos los demás términos que acordó, aumentando el número de personas detenidas como prisioneros políticos y tomando medidas para fabricar una victoria electoral artificial en julio, dicen los analistas.

“Nicolás Maduro ha logrado sus principales prioridades: el regreso de los narco-sobrinos, las licencias petroleras y el regreso de Alex Saab a Venezuela”, dijo Eddy Acevedo, asesor principal del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson. “Maduro no permitirá que María Corina Machado [se presente] y esta farsa de elecciones no será libre y justa, por lo que se deben imponer sanciones que Maduro teme y sabe que en realidad afectarán. De lo contrario, Estados Unidos corre el riesgo de perder credibilidad”.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo al Herald que Estados Unidos “sigue comprometido a apoyar la voluntad del pueblo y su deseo de un gobierno democrático en Venezuela”.

«Seguimos instando a Maduro y sus representantes a que permitan que todos los candidatos se presenten en elecciones inclusivas y competitivas», dijo el portavoz. “Hemos dejado claro que estamos dispuestos a mantener el alivio de las sanciones si Maduro y sus representantes cumplen con sus compromisos. No tenemos nada que anunciar”.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo a Reuters el lunes el mismo mensaje, aunque en términos más contundentes, poniendo énfasis en volver a imponer sanciones si no se logran avances.

«Lo creo cuando lo veo», dijo Berg.

Berg cree que los cálculos de los funcionarios de Biden para estabilizar la economía de Venezuela y frenar la migración son equivocados, citando datos que muestran que, en los primeros tres meses de este año, más migrantes venezolanos viajaron a través de la brecha del Darién, un peligroso tramo de selva en las fronteras. de Colombia y Panamá son más populares entre los inmigrantes que se dirigen a la frontera entre Estados Unidos y México, que durante el mismo período del año pasado.

En una entrevista con el columnista del Miami Herald, Andrés Oppenheimer, Machado advirtió que la victoria de Maduro en julio significaría que millones más de venezolanos intentarían salir del país.

Una encuesta publicada la semana pasada por la firma venezolana Meganálisis mostró que el 40% de los venezolanos dicen que considerarían abandonar el país si Maduro es declarado ganador en las elecciones de julio.

“También se trata del tipo de régimen; se trata de represión en casa”, dijo Berg. “La gente está saliendo de las condiciones represivas. No se trata sólo de tener un poco de dinero extra del petróleo o de que un par de barrios más en Caracas reciban algunas renovaciones. Las cifras no han demostrado que seis meses de alivio de las sanciones mantengan a los venezolanos en su lugar”.

Al centrarse en la cuestión de la inmigración, los expertos sostienen que la administración le ha dado a Maduro más influencia. En declaraciones a una estación de televisión española en Miami, el senador republicano de Florida Marco Rubio dijo la semana pasada que la administración Biden “nos ha puesto en una posición extremadamente difícil porque ahora Venezuela, a través de Maduro, está chantajeando a Estados Unidos” al negarse a aceptar vuelos de deportación desde los Estados Unidos.

En una carta de enero, Rubio, junto con el senador republicano de Florida Rick Scott y el senador republicano de Luisiana Bill Cassidy, le dijeron a Biden: “Ahora es el momento de actuar” para volver a imponer sanciones a Maduro por violar el acuerdo de Barbados. Pero cada vez más, los llamados a reimponer sanciones provienen de ambas partes. El senador demócrata de Maryland Ben Cardin emitió una declaración conjunta con Rubio y Cassidy la semana pasada pidiendo la imposición de sanciones selectivas a los funcionarios venezolanos responsables de la represión contra los candidatos de la oposición y el personal de campaña.

Si bien los funcionarios de Biden se han resistido a tales llamados, los expertos creen que, de no haber un cambio de comportamiento por parte de Maduro, las sanciones renovadas podrían al menos contener su mal comportamiento en Venezuela y la región.

“Si el propósito de las sanciones es negar recursos, aumentar los costos de la opresión, deslegitimar el régimen ante los ojos no sólo de la comunidad global sino también de la comunidad financiera, reducir su capacidad para conducir sus asuntos y participar en la corrupción, identificar a personas que son involucrados en actividades ilegales y con fuerza de ley, las sanciones han funcionado”, dijo Farnsworth. “Si las sanciones no tuvieron ningún impacto, ¿por qué al régimen de Maduro le importaría tanto levantarlas?”

En última instancia, si Estados Unidos no toma ninguna medida en este momento, Farnsworth preguntó: «¿Quién va a creer todo lo que digamos?».

El ministro para Asuntos de la Diáspora y para combatir el Antisemitismo ha criticado la posición del presidente español sobre la guerra en Gaza.

El ministro de Israel para Asuntos de la Diáspora y para Combatir el Antisemitismo, Amichai Chikli, calificó este miércoles al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de «líder extremadamente débil» sin «una brújula moral» por sus posiciones en relación con la guerra en Gaza y el reciente ataque iraní.

«Sé que Sánchez no tiene una brújula moral» y que es un «líder extremadamente débil», dijo Chikli en una conferencia de prensa organizada en la sede de la Asociación de la Prensa Israel Europa en Bruselas.

En la misma charla, el ministro israelí celebró que todos los lideres de la UE «salvo Sánchez» hayan condenado «alto y claro» a Irán y llamó a los Veintisiete, que se reúnen hoy y mañana en una cumbre en Bruselas, a acordar «duras sanciones» contra Irán de forma que no haya ni «diplomacia» ni «negocios» con Teherán. Sánchez sí condenó el ataque de Irán el domingo en un mensaje en redes sociales, aunque en sus primeras palabras tras la ofensiva iraní sólo expresó su «preocupación».

En respuesta al reciente bombardeo israelí de una edificio anexo a la delegación diplomática de Irán de Damasco en el que murieron trece personas, entre ellos siete miembros de la Guardia Revolucionaria, Irán lanzó 110 misiles balísticos, 38 misiles crucero y 200 drones, de los que 7 misiles balísticos tocaron territorio israelí, señaló.

«Había intención de destruir algunas de nuestras bases aéreas, esa era la intención, y los iraníes fracasaron (…). No fue un ataque pequeño, fue grande y muy serio (…)», dijo Chikli, quien llamó a responder «como si cada misil hubiera impactado» y agregó que la amenaza iraní ha resultado «positiva porque se han caído las caretas».

Consideró que «esto no es sólo una guerra de Israel e Irán, sino de la civilización occidental contra un régimen bárbaro».

«Estamos muy orgullosos de luchar una guerra contra Irán, no tenemos miedo (…). Irán es la bestia, no das de comer a la bestia. Si le das de comer, pide más. La bestia debe ser eliminada», declaró.

EFE

Vía La Tercera

La CEO del grupo Engie afirmó que Chile es un país prioritario para la compañía, por lo que destinarán el 15% de la inversión total de la compañía en el mundo a nuestro territorio. Esto equivale a US$1,2 mil millones, según manifestaron desde la empresa

Este martes Engie inauguró el proyecto de almacenamiento energético Bess Coya, en la comuna de María Elena, en la región de Antofagasta. Este es el parque de baterías más grande en Latinoamérica, según detallaron desde la compañía, contando con una capacidad de almacenamiento de 638 MWh, y con 232 contenedores que se reparten uniformemente en los 58 inversores del Parque Fotovoltaico PV Coya.

La CEO de Engie Group, Catherine MacGregor, enfatizó en que Chile es un país prioritario para la compañía, por lo que la firma está enfocada en impulsar el rol protagónico de Chile en la transición ecológica a través de inversiones “masivas” en gereración energética renovable.

MacGregor detalló que Engie tiene una cartera de inversión a nivel global entre los US$13 y US$14 mil millones. De este monto, se destinará el 15% a Chile, equivalente a US$1,2 mil millones. Ante esto, la CEO señaló que “necesitamos el apoyo del Gobierno”, con el fin de acelerar el plan de inversión en nuestro país.

Por su parte, la CEO en Chile de Engie, Rosaline Corinthien destacó que la empresa ha desarrollado un “contundente portafolio de proyectos” en Chile, donde destacan 2 proyectos de baterías en parques solares, también ubicados en Antofagasta, que ya se encuentran en construcción. Asimismo, afirmaron que, para diversificar la presencia de Engie en Chile, construirán nuevos proyectos en la zona centro sur.

En esta línea valoró el proyecto de estabilización de tarifas eléctricas, y esperan una implementación rápida y efectiva de la iniciativa ya aprobada “de manera de poder acceder a estas inversiones en el corto plazo”, declaró.

El Presidente de la República, Gabriel Boric, quien asistió a la inauguración del parque, manifestó su orgullo por el hito, declarando que es “una prueba del liderazgo de Chile en la transición (…) Hoy celebro esta inauguración, la colaboración público privada, la interculturalidad del espacio”, dijo.

Además, declaró a Engie “cuenten con nosotros para salir adelante en esta misma línea”.

Finalmente, respecto a la ley transición energética, Boric hizo un llamado al parlamento a actuar con “unidad y determinación en algo que estamos orgullosos: hacer de la energía una política de Estado, que no está sometida a los vaivenes diarios de la trinchera política, sino que se piensa en el largo plazo”, sostuvo.

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