Morfema Press

Es lo que es

DBuford

La coordinadora nacional de Vente Venezuela y candidata a la primaria del 22 de octubre, María Corina Machado, manifestó este sábado su solidaridad con Israel tras registrarse un ataque sorpresivo por parte del grupo islamista Hamás.

Machado rechazó los «ataques terroristas» de Hamas y dijo que se une al llamado que hacen muchos países en el mundo contra el terrorismo, «el cual debe ser derrotado, sea cual sea su expresión».

En pleno shabat, el día de descanso judío, las milicias palestinas de Hamas asestaron un fuerte golpe a Israel con un ataque sorpresa nunca visto en las últimas décadas que ha puesto contra las cuerdas al país.

«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No en una operación o en rondas de combates, en una guerra», indicó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un video difundido en sus redes sociales.

Ver también:

No hizo falta convocar un congreso, ni una convención nacional, ni otra romería blanca, pero los adecos que aún quedan en el país (aunque sea en un número más bien cabalístico) se han reunificado para apoyar la candidatura de María Corina Machado a las elecciones primarias y, consecuentemente, a la presidenciales.

En otras palabras que, un acontecimiento más taumatúrgico que político que tiene sin habla ni posibilidad de gestos polisémicos al ambiguo, Henry Ramos Allup y que en lo que se refiere a la retrovanguardia de analistas, politólogos y comunicadores emblemáticos del Interinato, si no los ha forzado a guarecerse en el silencio, si los tiene dando vueltas por la guerra rusa-ukraniana, por los enigmáticos acercamientos entre Maduro y Petro y sucesos que traen nuevas cargas sísmicas para la región como la posible elección del neoliberal, Javier Milei, como presidente de Argentina en las presidenciales del 22 de octubre próximo.

Pero en lo que se refiere a conmociones propiamente nacionales, a sacudones que ya deberían estar encabezando la recuperación de tanto tiempo perdido tras de Leopoldo López, Juan Guaidó y el Interinato; de las movilizaciones que desde comienzos de año vienen apoyando a María Corina Machado para las elecciones primarias, de esas… NADA, como si se tratara de un enigma que precisara de mucho tiempo para auscultar las razones que atraen a casi el 70 por ciento del electorado nacional hacia una candidata que jamás las preferencias nacionales, en circunstancias parecidas, permitieron que traspara el tercer lugar.

Algo muy rompe olas y parte ciclos sucede entonces en la política venezolana, que en muchos sentidos se aleja del dictum socialdemócrata que arrancó el 23 de enero de 1958, se alargó por largos 40 años y fue pulverizado por Chávez cuando asaltó el poder el 4 de febrero de 1999 y durante el cuarto de siglo siguiente ha enfrentado a herederos de la también llamada democracia puntofijista, con una narcopandilla de militares y civiles que, a través de un modelo híbrido que combina socialismo con capitalismo, democracia con militarismo y balas con votos, ha desalojado del país a 7 milones de ciudadanos y a su territorio de autoridades y fuerzas militares que los defiendan.
Anotemos que María Corina Machado no es un sujeto inadvertido, ni una presencia llegada por azar a esta lucha, sino que el 2004 aparece entre los fundadores de “SÚMATE”, una ONG especializada en hacer seguimientos a procesos electorales dotados de tecnología digital y que, en el “caso venezolano”, llega a establecer que la empresa “Smarmatic” -a la cual el gobierno chavista concede el contrato para realizar el proceso electoral y dar los resultados-, es financiada por la dictadura chavista y recibe todo el soporte para proverse de equipos y técnicos que al final deciden quien gana o quien pierde elecciones.

Es, entonces, desde SÚMATE que María Corina empieza a “politizarse”, a descubrir y denunciar que la “democracia” chavista no es otra cosa que una “dictadura electoralista” y se hace necesario, urgente, denunciarla nacional e internacionalmente para iniciar una batalla que concluya derrocándola.

Tras esta idea María Corina se separa de SÚMATE en el 2009 y en el 2010 funda un partido, una organización política, “Vente Venezuela”, con el cual recorre hoy toda Venezuela, la tiene secundándola en su guerra y la mantiene encabezando las encuestas para ser la candidata unitaria de la oposición en las elecciones presidenciales del 2024.
En otras palabras que, un primer punto de llegada en una carrera de largos 13 años que le han permitido ser diputada, encabezar junto con lo Leopoldo López y Antonio Ledezma la movilización nacional que se llamó “La Salida”, evaluar lo que el régimen conoce “por diálogos”, la confusión que, progresivamente, va colocando a la oposición en una situación de desgate que la llevará al día en que no podrá reconstruirse y, lo que es más importante, al hecho de que si es la dictadura la que impone la agenda de los encuentros y desencuentros, entonces llegará el día en que la oposición no será necesaría.

Y esta Venezuela empezó a enseñar su rostro a partir del 2018, cuando Maduro se autoelige para un segundo período, las calles son barridas de manifestaciones opositores y, tanto dentro, como fuera del país, cunde el sentimiento de que la dictadura de inspiración narcocastrista y hermanada al “Crimen Organizado Internacional”, llegó para quedarse.

Hay un respiro en esta marcha dolorosa por la “Calle de la Amargura” y es el 5 de enero del 2019, cuando la fracción de “Voluntad Popular”, a la cual le tocaba presidir durante el año que comenzaba la AN, decide que el presidente electo, Juan Guaidó, llame al país a aceptar el Poder Legislativo como el otro brazo de la Constitucionalidad que puede pedirle cuentas al Ejecutivo y obligarlo a respetar la Carta Magna, convirtiéndose de hecho en un gobierno paralelo, lanza una carta que el país acepta y por la cual lucha por lo menos durante año y medio respirando el fin, o el comienzo del fin, de la más monstruosa dictadura que conocido Venezuela.

Pero al final el “Interinato” (que así empezó a llamarse el gobierno de Guaidó) no resultó otra cosa que los diálogos y negociaciones frustradas de siempre, dos intentos frustrados de golpe de Estado, un intento de invasión y un despilfarro de unos 5 mil millones de dólares que le tocaron administrar a sus altos funcionarios como representantes de una administración constitucional que se preparaba a gobernar todo el país.

Cuesta escribirlo, pero no hay dudas que nos encontramos ante una suerte de crucifixión de la oposición que, heredera o sucesora de la de los 40 años, o puntofijista, revela, después de varios intentos, que no puede derrotar el castrochavismo, que no puede evitar y revertir la destrucción de Venezuela y debe pasarle el mando o la batuta a otros líderes que sean los que asumen el desafío de derrotar a Maduro y llevarlo a la cárcel, el exilio o el cementario.
Afortunadamente, María Corina Machado, que ha hecho parte de esa oposición pero bajo la protesta y rechazo de Henry Ramos, Henrique Capriles y Julio Borges que la descalifican como “oligarca, neoliberal, ficha del imperilismo yanqui y enemiga del pueblo” está disponible, sin hacerse cómplice de políticas opositoras confusas y corruptas, y, reconocida, estimada y respetada por los hombres y mujeres que no abandonan Venezuela y la saludan, bien en sus actos públicos, en los mercados o, sencillamente, en la calle.

Es un rostro y una voz con una sola obsesión: sacar de Miraflores a la pandilla de malvivientes cuya única preocupación es repartir las riquezas del país entre sus compinches (Díaz Canel, Daniel Ortega, los guerrilleros disidentes de las FARC y el ELN, los malandros que se preparan a suceder a Correa en Ecuador, al cocalero Evo Morales, o lo que pueda tirarle a Lula y a Cristina Kirchner que se prepara a dejar el poder en Argentina inmensamente rica.

Sabe María Corina -y lo demuestra- que el pasado no sirve sino para no repetirlo y así, haciendo “tábula rasa” con los 40 años, los 24 y los que espera no vuelvan a suceder, habla de una Venezuela recién reconstruída, recién lanzada a la reconquista de su libertad y su democracia para dirigirse a una cita que la está esperando: con el siglo XXI.

Tampoco merodean por sus discursos Henry Ramos, Capriles, Borges, López, Rosales y demás congéneres.

Pero sí el pueblo adeco, los hombres y mujeres que no olvidan que vienen de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Leonardo Ruiz Pineda, Carnevali, Pinto Salinas y están llamados -más que ningunos otros venezolanos-, a darle su apoyo, a acompañarla en esta zaga que no tiene paralelos en el país, pero que triunfará, como triunfaron los jóvenes del 28, los del 45, los que lucharon contra la dictadura de Pérez Jiménez y plantaron las banderas de la democracia.

Están por aquí Paulina Gamus, Héctor Alonzo López, Alfredo Coronil Hartmann, Luís José Oropeza y tantos otros que el tiempo ni el fragor de una batalla que no puede perderse, no permite mencionar.

¿María Corina adeca o los adecos transformados en militantes de “Vente Venezuela”?

Una o las dos cosas, pero lo cierto es que los odios de la dictadura castrochavista se están apagando.

Por Dayana Cristina Duzoglou

“La historia del capitalismo es una historia de superación y crecimiento constante. Hoy, con la tecnología como nuestra aliada, estamos ante el umbral de una era dorada que transformará la vida de millones. El capitalismo es como un semillero de sueños, donde las ideas se convierten en realidades que mejoran nuestras vidas”.

En el vibrante escenario económico de los siglos XX y XXI, el capitalismo emerge como un poderoso motor de logros trascendentales que han dado forma a nuestro mundo de maneras verdaderamente asombrosas. Es un sistema que, con su dinamismo, ha demostrado ser eficaz en la generación de crecimiento, innovación y la crucial reducción de la pobreza a una escala global.

China es un ejemplo que resalta la asombrosa capacidad del capitalismo para transformar naciones enteras. A través de reformas pro-mercado implementadas desde 1978, una China sumergida en pobreza y caos gracias al comunismo, logró un crecimiento económico sin igual, reduciendo su tasa de pobreza desde un inimaginable 88% hasta un sorprendente 0,7% en tan solo 4 décadas.

El capitalismo se ha convertido en un hervidero de innovación tecnológica, impulsando avances extraordinarios en campos como la inteligencia artificial, la tecnología blockchain y la biotecnología. Gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Alibaba son paradigmas de las posibilidades de un capitalismo marcado por la revolución tecnológica. Visionarios como Elon Musk, Jack Ma y Jeff Bezos encarnan el espíritu emprendedor que, en un sistema capitalista, incuba innovaciones que benefician a la humanidad con costos asequibles para todos.

El producto interno bruto (PIB) mundial es testigo del inmenso crecimiento impulsado por el capitalismo, al pasar de $11,2 billones en 1980 a una impresionante cifra de $84,7 billones en 2020.

El capitalismo no solo ha generado riqueza, sino que también ha desempeñado un papel crucial en la creación de empleo en diversos sectores, contribuyendo así al bienestar de la sociedad. Un ejemplo destacado es la industria automotriz en Alemania, que emplea a más de 800.000 personas y es un pilar esencial de la economía del país.

El capitalismo también ha contribuido significativamente al aumento de la esperanza de vida en todo el mundo a través de avances médicos y una mejor calidad de vida. Japón es un ejemplo claro, con la esperanza de vida aumentando de 68 años en 1950 a 84 años en 2020.

Asimismo, el capitalismo ha abierto las puertas a la expansión de la educación y el acceso a la información, mejorando la calidad de vida de las personas. Corea del Sur es un ejemplo inspirador, con su tasa de alfabetización de adultos aumentando del 22% en 1945 al impresionante 97,9% en 2020 gracias a inversiones en educación.

La construcción de infraestructuras clave, como el Canal de Panamá inaugurado en 1914, fue impulsada por el capitalismo, mejorando la movilidad y la calidad de vida en todo el mundo al facilitar el transporte marítimo.

Estos pocos logros que expongo brevemente, demuestran cómo el capitalismo ha sido un agente de cambio indiscutible en nuestro mundo contemporáneo. A medida que exploramos cada uno de estos hitos, podemos vislumbrar con optimismo que la era dorada del capitalismo aún está por llegar, prometiendo un futuro más próspero, equitativo y lleno de posibilidades gracias a tecnologías que tenderán a acelerar la prosperidad general.

El capitalismo, un motor contra la pobreza y la desigualdad

El capitalismo y el libre mercado han demostrado ser los sistemas económicos más efectivos para sacar a las personas de la pobreza. A diferencia de otros sistemas basados en la coerción y el control estatal, el capitalismo incentiva la creatividad, la productividad y el espíritu emprendedor de las personas.

Esto ha permitido un crecimiento económico sin precedentes en los últimos 200 años. El PIB per cápita mundial se ha multiplicado por 8 desde 1900 y la pobreza extrema ha disminuido drásticamente.

Países como los Emiratos Árabes, Corea del Sur y Japón, entre otros, han logrado un desarrollo económico espectacular en pocas décadas gracias a la adopción de políticas favorables al libre mercado y al capitalismo.

Este progreso ha transformado radicalmente la vida de las personas. Hace 300 o 400 años, había una gran brecha entre los nobles y los plebeyos en términos de vivienda y calidad de vida. Hoy, en las economías de mercado, la mayoría de los hogares tienen automóviles, electrodomésticos y acceso a Internet. Viajar es común y miles de millones de personas vuelan en aviones comerciales anualmente. La disponibilidad de alimentos y productos es más amplia y accesible que nunca.

Si bien el capitalismo no resuelve todos los problemas, es el sistema que ha permitido el mayor progreso material en la historia de la humanidad. Promueve la libertad económica y brinda oportunidades para que cada persona utilice sus talentos y mejore su situación. A medida que avanzamos hacia el futuro, el capitalismo sigue siendo un aliado fundamental en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, ofreciendo un camino hacia un mundo más próspero y equitativo.

Hacia la era dorada del capitalismo: el rol pivotal de la tecnología

La era capitalista, que abarcó desde 1945 hasta 1975, presenció un asombroso crecimiento económico respaldado por avances tecnológicos y aumentos en los salarios reales. Sin embargo, la creencia en que lo mejor del capitalismo aún está por venir se cimienta en la sólida premisa de que la tecnología y la innovación seguirán impulsando el crecimiento económico y el bienestar a una escala aún mayor.

La innovación tecnológica ha sido el motor fundamental detrás del crecimiento económico en el contexto del capitalismo. Por ejemplo, el lanzamiento del iPhone de Apple supuso una revolución en la industria de los teléfonos móviles, redefiniendo cómo nos comunicamos y accedemos a la información. Además, empresas como Amazon, Microsoft o Google, se han convertido en gigantes tecnológicos, generando riqueza y empleo. La economía digital, que ahora representa el 15.5% del PIB mundial, ha experimentado un crecimiento dos veces y medio más rápido que el PIB global durante los últimos 15 años, según datos del Banco Mundial.

Tecnología y transformación del sistema de salud

La tecnología está transformando de manera integral el sistema de salud. Avances como el reconocimiento de voz, blockchain y la inteligencia artificial están revolucionando la manera en que se almacenan, procesan y analizan los datos de salud. Estas tecnologías permiten examinar grandes volúmenes de información médica, lo que puede llevar a la identificación temprana de trastornos y enfermedades.

Ciudades inteligentes y un futuro prometedor

Las ciudades inteligentes son un ejemplo paradigmático de cómo la tecnología puede impulsar el capitalismo y fomentar el bienestar a gran escala. Estas urbes emplean tecnología para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y optimizar la eficiencia de los servicios urbanos. Un caso ejemplar es Santiago de Chile, que está trabajando en su transformación hacia una ciudad inteligente mediante iniciativas que abarcan áreas como la movilidad y la inversión tecnológica en infraestructura social y urbana.

Reflexiones finales

Afortunadamente, la mano invisible de Adam Smith seguirá moviendo la cuna generando bienestar y avances necesarios para la humanidad a medida que nos adentramos en la era dorada del capitalismo global. Esto nos permitirá, en menos de 20 años, presenciar la electrificación de los viajes, con la completa ausencia del motor de combustión, un mundo impulsado por energías renovables y la fusión cada vez más profunda entre la tecnología y los seres humanos. Además, la inteligencia artificial continuará avanzando, transformando nuestras vidas de maneras que no podemos imaginar, y veremos, muy pronto, el fin de la impresión de libros, periódicos, facturas, etc.

El capitalismo ha demostrado ser el mejor sistema para liberar la creatividad y la iniciativa individual en pos del progreso colectivo. Y combinado con la revolución tecnológica, su potencial para expandir la prosperidad es infinito.

Si bien subsisten desafíos por superar, el camino hacia adelante está lleno de posibilidades. La difusión de los valores de libertad, emprendimiento y apertura, junto con innovaciones como la banca móvil y la educación en línea que se torna gratuita gracias a miles de iniciativas y plataformas como YouTube, llevará los beneficios del capitalismo a todos los rincones del planeta.

En las últimas tres décadas, más de 1,2 mil millones de personas en todo el mundo han salido de la pobreza extrema. Este logro muestra que el capitalismo, cuando se combina con la innovación tecnológica, puede ser una fuerza transformadora que trasciende las divisiones económicas y geográficas, ofreciendo oportunidades y esperanza a personas de todas las condiciones. Este es un recordatorio poderoso de que, a medida que avanzamos hacia la era dorada del capitalismo, nadie debe quedar atrás, y es totalmente viable construir un futuro próspero y equitativo para toda la humanidad.

Si no es el capitalismo, ¿qué?

Twitter X: dduzoglou

Vía La Tercera

La publicación científica Clarivate Analytics, que año a año hace sus predicciones sobre los laureados en distintas áreas, publicó los nombres con los que apuesta para el Nobel de Economía que se entrega este lunes 9 y ve tres áreas posibles a ser premiadas: el análisis de la desigualdad, la economía en las ciudades y las políticas que aumentan la movilidad social. El economista francés Thomas Piketty es uno de los que suena.

Desde 2002, el sitio web dedicado a las ciencias, Clarivate Analytics. ha conseguido predecir exitosamente 71 ganadores del premio Nobel en distintas categorías y ya publicó los candidatos que podrían llevarse el de Economía en 2022 y que se anuncia el próximo lunes 9 de octubre.

Tal como en la versión 2022, en esta ocasión la publicación solo tiene a hombres entre sus candidatos con más posibilidades de quedarse con el premio, cinco en total, divididos en 3 grupos por temática, que el año pasado recibieron el expresidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke; el académico de la Universidad de Chicago, Douglas Diamond; y el profesor de la Washington University de Saint Louis, Philip H. Dybvig, “por su investigación sobre bancos y crisis financieras”.

Emmanuel Thiveaud, el vicepresidente Senior de Investigación y Análisis, Academia y Gobierno en Clarivate dice en la publicación que “Clarivate utiliza datos cuantitativos de citas de la Web of Science, junto con un análisis cualitativo sin precedentes para identificar con éxito a las personas que pasan a ser reconocidas por la Asamblea Nobel”.

Los tres temas que podrían ser premiados son el del análisis de la desigualdad, la economía en las ciudades y las políticas que aumentan la movilidad social.

Desigualdad

El primero grupo incluye a nombres famosos por sus investigaciones sobre la desigualdad de ingresos y riqueza y sus consecuencias. El grupo está encabezado por el economista francés Thomas Piketty e incluye a otros dos economistas del mismo país y que han trabajado con él.

Thomas Piketty. Edad: 52 años. Nacionalidad: Francés y estadounidense

Desde el 2000 es director de estudios en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales. Actualmente es profesor asociado de la Escuela de Economía de París. Entre otros libros, es autor de “El capital en el siglo XXI”, que vendió más de 2,5 millones de copias alrededor del mundo. Es además director del World Inequality Lab, entidad que estudio temas de desigualdad en el mundo.

Emmanuel Saez. Edad 50 años. Nacionalidad: Francés

Saez es profesor de Economía en la Universidad de California- Berkeley. Es coautor con Thomas Piketty en investigaciones sobre desigualdad y también participa del World Inequality Lab. Es doctor en Economía del MIT. En 2009 recibió la Medalla John Bates Clark de la American Economic Association, otorgada “al economista estadounidense menor de cuarenta años que se considera que ha hecho la contribución más significativa al pensamiento y al conocimiento económico”.

Gabriel Zucman. Edad: 36 años. Nacionalidad: Francés

Zucman es profesor de Economía en la Escuela de Economía de París y Ecole Normale Supérieure – PSL y profesor asociado de Economía en la Universidad de California-Berkeley. El economista es el más joven de este grupo y también es coautor de investigaciones con Piketty y Saez. Además, Piketty fue su profesor guía en el doctorado en la Escuela de Economía de París. En 2018 recibió el premio al mejor economista joven de Francia. Mucha de la investigación de Zucman se centra en los paraísos fiscales.

Movilidad social

Raj Chetty. Edad: 44 años. Nacionalidad: Indio y estadounidense

Chetty es profesor de Economía y director de Opportunity Insights en la Universidad de Harvard. El economista se doctoró en la Universidad de Harvard en 2003 y es uno de los profesores titulares más jóvenes de la historia de Harvard. Antes de incorporarse al cuerpo docente de Harvard, fue profesor en la Universidad de California-Berkeley y en la Universidad de Stanford. Chetty ha recibido numerosos premios por sus investigaciones, entre ellos una beca MacArthur “Genius” y la medalla John Bates Clark, concedida al economista menor de 40 años cuyo trabajo se considera que ha hecho la contribución más significativa al campo.

En el centro Opportunity Insights, Chetty utiliza “big data” para entender cómo podemos dar a los niños de entornos desfavorecidos mejores oportunidades de éxito. La investigación de Chetty combina pruebas empíricas y teoría económica para ayudar a diseñar políticas gubernamentales más eficaces. Su trabajo sobre temas que van desde la política fiscal y el seguro de desempleo a la educación y la vivienda asequible ha sido ampliamente citado en el mundo académico, los medios de comunicación y los testimonios del Congreso.

Su campo de estudio se centra en comprender los determinantes de las oportunidades económicas e identificar políticas que aumenten la movilidad social.

Economía urbana

Edward L. Glaeser. Edad: 56 años. Nacionalidad: Estadounidense

Glaser es profesor de Economía y Presidente del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard. Además, es el director del Research Programme at the International Growth Centre. Es doctor en Economía de la Universidad de Chicago y ha publicado docenas de artículos sobre crecimiento económico, derecho y economía de las ciudades. En particular, su trabajo se ha centrado en los determinantes del crecimiento urbano y el papel de las ciudades como centros de transmisión de ideas. Entre sus libros destacan “Cities, Agglomeration, and Spatial Equilibrium” y “Triumph of the City”.

De acuerdo a Clarivate, es un candidato al Nobel de este año “por sus penetrantes análisis y reflexiones sobre la economía urbana y la ciudad como motor de crecimiento”

En un artículo publicado en Council on Foreign Relations, Elliot Abrams señala que la administración Biden ha anunciado que el régimen de Maduro aceptará en adelante el regreso de los venezolanos deportados de Estados Unidos. Y se pregunta ¿Se producirá pronto un alivio de las sanciones?

Elliot Abrams ocupó el cargo de Enviado Especial de Estados Unidos para Venezuela durante la administración del presidente Donald Trump

A continuación su artículo

Las noticias de hoy trajeron dos historias sobre Venezuela que no pueden dejar de estar relacionadas, y apuesto a que también habrá una tercera historia aún no anunciada.

La primera historia es, como lo expresó The New York Times , que

La administración Biden comenzará a deportar a los venezolanos que cruzaron al país ilegalmente, dijeron funcionarios el jueves… Anteriormente, la administración Biden había dicho que no podía deportar a los venezolanos debido a la ausencia de relaciones diplomáticas con Caracas. El comunicado del jueves decía que las autoridades venezolanas habían decidido aceptar el regreso de sus nacionales.

Obviamente este acuerdo es producto de largas negociaciones entre la administración Biden y el régimen de Maduro.

La segunda historia trata sobre una acción del régimen de Maduro el mismo día:

Las autoridades venezolanas dijeron el jueves que buscaban el arresto de Juan Guaidó, el ex líder de la oposición que se encuentra exiliado en los Estados Unidos… El Ministerio Público de Venezuela dijo en un comunicado el jueves que se habían designado fiscales para emitir la orden de arresto contra el Sr. Guaidó y que el gobierno pediría a Interpol que emitiera una “notificación roja” a los gobiernos de todo el mundo pidiendo que sea detenido.

El régimen de Maduro podría haber arrestado a Guaidó cuando estaba en Venezuela, o podría haber buscado su arresto el día que llegó a un lugar seguro en Estados Unidos. ¿Porqué ahora? Supongo que su nueva relación con la administración Biden los ha convencido de que ahora puede tomar medidas que antes se consideraban extremas.

Me desempeñé como Representante Especial para Venezuela de enero de 2019 a 2021, cuando el Sr. Guaidó era presidente interino de Venezuela. Durante ese período, la suma total de fondos que le dimos al Sr. Guaidó fue cero. La acusación del régimen de que “el Sr. Guaidó había utilizado los recursos de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela para su propio beneficio” es un disparate. Es completamente falso. Al Gobierno Interino se le permitió gastar fondos de las cuentas del gobierno venezolano en Estados Unidos, pero sólo bajo la atenta mirada de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro. Ninguno de los fondos fue para Guaidó; todo lo gastado se trasladaba desde esas cuentas a través del Banco de la Reserva Federal de Nueva York hasta el destinatario final.

Pero hay más en estas historias. ¿Por qué el régimen accedió ahora a aceptar de regreso a los inmigrantes venezolanos? ¿Cuáles fueron los incentivos? Después de todo, a primera vista la acción no aporta ningún beneficio al régimen. Lo que la administración Biden aún no ha anunciado pero que seguirá, estoy tristemente seguro, es una mayor relajación de las sanciones estadounidenses. Si estoy en lo cierto, básicamente se está pagando al régimen para que acepte de regreso a los inmigrantes. Es una política fea, que sería innecesaria si tuviéramos el control de nuestra propia frontera. Nosotros no, por lo que los venezolanos desesperados lo arriesgan todo para venir aquí y ahora serán enviados de regreso a casa. Y el cruel régimen de Maduro recibirá dinero para que los tome.

Espero estar equivocado, y lo sabremos pronto en lo que queda de 2023. Pero apuesto a que veremos –anunciada o no– un mayor debilitamiento de las sanciones petroleras estadounidenses para que el régimen pueda ganar más dinero. Estados Unidos no pagará per cápita al dictador venezolano por cada venezolano devuelto, pero lo que creo que hará pronto la administración Biden no está muy lejos de eso.

Por Thays Peñalver

¿Habrá elecciones libres y democráticas en Venezuela en 2024? No. En absoluto. Entonces, ¿por qué sostengo que las primarias son tan importantes, si no las más importantes de su historia? ¿No es acaso, una gigantesca contradicción?

Pido al lector venezolano paciencia infinita, con la finalidad de explicarle al lector español y europeo lo que sucede y viene a continuación. Cuando Hugo Chávezcomo buen antidemócrata, dio la orden de colocar en el poder y a dedo a su sucesor, Nicolás Maduro, el asunto no fue bien recibido por el Partido Socialista Unido. Competían por el liderazgo más de seis facciones altamente divididas. 

El problema no fue otro que Chávez escogió al más impopular entre su gente y para que pudiera gobernar echó mano de un convenio entre las cuatro facciones más fuertes del partido, que rápidamente se convirtió en un triunvirato, al ser purgado el chavismo ortodoxo, tras enviar a sus cuarteles de invierno a todos los viejos apoyos y principales exministros del caudillo. Así se quedaron las alas de jóvenes comunistas, militaristas y económicas cogobernando temporalmente con el nuevo presidente.

Y así se llegó la primera elección sin Chávez, en abril de 2013. Por primera vez y desde 1998, el Partido Socialista Unido había perdido contra la unidad opositora. Y por primera vez en la Historia, con el populismo de la petrochequera aún a tope, con todas las trampas, abusos y chantajes, vieron cómo un millón de sus votantes habían migrado a la oposición. Ganaron finalmente por la mínima gracias a un puñado de votos de pequeños partidos. Así que todos en el chavismo se vieron las caras, cuando su nuevo líder demostró que era tan impopular adentro como afuera.

Y allí ocurrió lo inevitable, la burbuja financiera explota y ese fue el caso del petróleo que, de cien dólares por barril en 2013, terminó apenas rozando los 30 en la elección de 2015. En apenas dos años se le había acabado todo el apoyo a la revolución bolivariana, Chávez, o la imagen de abundancia, era recordado por todos, pero ya casi no había chavistas en la administración, llevando la impopularidad del sucesor a cerca del 80% de los votantes (Datanálisis).

La sorpresa de 2015

Vista la gigantesca impopularidad interna, el sucesor se dedicó a purgar a diestra y siniestra, hasta que finalmente terminaría desterrando e incluso enviando a la cárcel a no pocas de sus figuras máximas. Y así llegó a las elecciones parlamentarias de 2015, donde apenas un tercio de los votantes se decantó por el Partido Socialista Unido y la oposición conquistó la abrumadora mayoría de la Asamblea Nacional.

Puertas adentro, lo que quedaba del chavismo acusó el castigo como nunca antes y, de acuerdo a lo descrito por las investigaciones del propio régimen, bajo el alegato de estar destruyendo el legado de Chávez, comenzaron a conspirar internamente de forma masiva para sacar al sucesor. Así que al régimen no le quedó más remedio que desconocer los resultados electorales, cortarle el presupuesto y la electricidad a la democracia y al Parlamento y crear otro alternativo mediante una Constituyente a la que la propia Smarmatic, la empresa contratada que suministraba los equipos de votación, acusó de fraude y de mentir en los resultados.

Ya con los chavistas originarios en sus casas, oponiéndose abiertamente al nuevo orden ficticio, con prácticamente el triunvirato desmantelado, a los que también envió al plan pijama, al exilio y a la cárcel, para la inmensa mayoría del chavismo y llegado el 2018, el legado de Chávez había muerto y estaba tan enterrado como su líder.

Para que el lector europeo comprenda el desastre, para las elecciones de diciembre de 2018, Donald Trump aún no había movido un dedo para sancionar a Venezuela ya que el planeta esperaba el resultado electoral, no existía Juan Guaidó ni había un solo embajador que no acudiera a las tertulias de la cancillería, pero Venezuela había perdido ya el 72% de su economía. Antes de de que se firmaran las sanciones o se reconociera a Guaidó, la industria petrolera había dejado de producir dos tercios de los barriles, mientras que la industria pesada había colapsado en un 90%, la FAO, que había reconocido a Chávez por la alimentación, ahora reconocía que un cuarto de los habitantes padecía anemia o desnutrición.

Antes de la imposición de las sanciones, Venezuela había perdido toda capacidad crediticia, incluida la de China

Para la votación de 2018, habían cerrado casi el 80% de las industrias y las que quedaban, se encontraban trabajando a un cuarto de su capacidad instalada. Lo mismo había ocurrido con el comercio, mientras que el turismo internacional, simplemente había desaparecido. Esto es necesario repetirlo hasta el cansancio, antes de la imposición de las sanciones Venezuela había perdido toda capacidad crediticia, incluida la de China, negada por completo a financiar el régimen y al momento de depositar el voto, la inflación había llegado a más de 130.000 por ciento y el venezolano empezó a escarbar en las basuras en busca de alimento.

Entonces, ¿cuál fue el resultado de arrasar con más de dos tercios de los ingresos económicos y exportaciones? La Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU explicaba que «más del 50% de los venezolanos presentan condiciones de pobreza extrema» explicando que la cifra de pobres alcanzaba cerca del 80%. A esto se aunaba que las cifras de desempleo alcanzaron al 35% de la población convirtiendo a Venezuela en el país con más desempleo del planeta y para los que conseguían algún medio de sustento, el país presentaba los ingresos más bajos a tal punto, que un cubano ganaba tres veces más que un venezolano.

El resultado en el Índice de Desarrollo Humano fue tan demoledor, que fuimos el único país en descender más de 30 puestos en toda la historia y además perder dos años de esperanza de vida.

Pero a partir de 2016 y con una disidencia interna como nunca antes, el régimen había comenzado abiertamente a emigrar hacia su lado más oscuro, uno que culminaría con la Corte Penal Internacional y la Comisión de Derechos Humanos de la ONU con grandes informes y oficinas en Caracas. En la medida en la que el estado se debilitaba, apelaba más a la violencia y así surgió una enorme máquina de violaciones a los Derechos Humanos creada para apagar toda forma de disidencia, interna y externa. Y con ello, a mayor represión, mayor impopularidad. 

En 2018 ya no había ninguna oportunidad de que la democracia pudiera generar un cambio

Para colmo de males, a todos los partidos que apoyaban en coalición al régimen les ocurrió lo mismo que a los opositores. De tal manera que en 2018 ya no había ninguna oportunidad para que la democracia pudiera generar un cambio. El 80% de la población habría votado en contra del impopular régimen y eso incluía, por primera vez en la historia al chavismo originario dispuesto a apoyar, con su respectivo pañuelo en la nariz, nada menos que a la oposición.

De esta manera el régimen descartó unas elecciones, encarceló y expatrió a muchos opositores, mientras inhabilitaba a todo aquel que representara una competencia real. Gracias a su inmensa maquinaria judicial eliminó a todos los partidos opositores, incluidos los de su coalición y colocó en la cabeza a sus acólitos, creando un parapeto escandaloso y dispuesto a alzarle la mano. 

El régimen, cada vez más impopular

Entonces vayamos al comienzo de este artículo. ¿Ha cambiado la situación? No. De hecho, ha empeorado, el régimen es hoy más impopular que ayer, «la oposición es claramente mayoría» (Datanálisis). Más del 85% quiere «un cambio de gobierno» (Delphos). La imagen del régimen en el exterior es repudiada por el 95% de los encuestados (Ipsos) e internamente acaban de encarcelar a una importante tendencia interna, encabezada nuevamente por un ministro de Petróleo por lo que la disidencia y desunión interna es mucho mayor a la que suponemos. Todos los partidos que antes apoyaban al régimen, incluido el comunista han sido prohibidos.

Los venezolanos son más pobres, hay tanta hambre como ayer y el sueldo -para los pocos que tienen uno- sigue siendo de cuatro dólares. Las familias están más rotas y la rabia contenida es mucho mayor. Son más de ocho millones los que se han marchado y Venezuela sigue cayendo en puestos en el Índice de Desarrollo Humano. Hoy, frente a unas elecciones medianamente libres, el 80% de los votos irían para la oposición.

¿Va el régimen a efectuar unas elecciones con mínimos de credibilidad? La respuesta también es no. Y aquí hay que comprender la lógica del régimen y no la de algunos opositores, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU nos acaba de explicar hace menos de un mes que en vez de reducirse: «Se han intensificado los ataques sobre el espacio cívico y democrático» y que hay claros indicios de «una misma línea de conducta calificada previamente por la misión como crímenes de lesa humanidad». Mientras la ONU está en lo suyo, la Corte Penal Internacional ha dado la orden de reiniciar el proceso de investigaciones.

Esto es todo menos una tontería. Como tampoco lo es que varios generales chavistas, como el Pollo Carvajal o Alcalá Cordones junto a otros, tengan recompensas millonarias por su captura, se encuentren entre los más buscados, o estén siendo juzgados por graves delitos en Estados Unidos, o colaboren con la justicia estadounidense. En fin, que en algunas lógicas torcidas de dudosos opositores, estos están dispuestos a despojarse de todos sus poderes, riqueza, abandonar a sus familias a su suerte, e irse a entregar voluntariamente a sus captores o enfrentar los juicios de lesa humanidad, por no hablar de pasar el resto de su vida en una cárcel estadounidense.

Así que no. La lógica del que está metido en semejantes problemas -únicos por cierto en la historia de las naciones-, es más bien la contraria, sostenerse en el poder y esperar tiempos mejores o que ese poder lleve a una negociación futura, que hoy, no está siquiera planteada. No porque alguno no sueñe con esta negociación, sino porque como colectivo metido en distintos y gravísimos problemas, les es imposible plantearlas.

¿Qué ha hecho el régimen? La respuesta es simple: ganar tiempo y tratar de evitar las primarias opositoras a toda costa. Como hizo con la Comisión de Derechos Humanos de la ONU o la Corte Penal Internacional, ha comprado tiempo vital y lo mismo hizo abriendo unas negociaciones internacionales con la oposición a las que nunca asistió, mientras comenzó a eliminar a todos sus potenciales rivales de cara al 2024.

Por primera vez el régimen tiene graves conflictos internos y esta vez son de base

Pero aquí es necesario detenernos en algo importantísimo. Por primera vez en la historia el régimen tiene graves conflictos internos y esta vez son de base. Con un presupuesto menor que el de Ruanda y un salario que es la mitad del cubano, nada hace gracia en las bases. Las Fuerzas Armadas pasaron de tener el cuarto presupuesto más grande de Sudamérica, a tener uno por debajo del de Trinidad y Tobago y se han marchado ocho millones o más de venezolanos y no pocos fueron en su momento chavistas. Por primera vez en la historia, no hay nadie en las bases, que no esté exigiendo un cambio interno y tarde o temprano, como en todos los países socialistas, se habrá de dar.

Frente a semejantes presiones, externas e internas, ¿por qué al régimen no les convienen las primarias opositoras? Básicamente por dos razones, la primera es obvia: obliga a desconocer de entrada la posibilidad de unas elecciones libres.

Cerca del 80% de los votos se concentra en dos figuras icónicas de la oposición (OCR consultores), María Corina Machado, con 55% de los votos, y Henrique Capriles, con 20% (Datanálisis), y ambos están inhabilitados. Eso conlleva a un problema enorme, que no es otro que faltar el respeto al voto democrático de la oposición y desoír el mandato constitucional de una consulta popular de esa envergadura. Usted con toda razón pensará: «¿Y qué puede importarle una raya más a un tigre?». Pero el asunto es que sí importa y mucho, porque obliga al régimen, desesperado por recursos y la situación interna de sus bases, a patear de entrada la mesa y de una vez a descartar las primarias de la oposición en las negociaciones por las sanciones. Los ganadores que emerjan serán la principal ficha en esas negociaciones.

Mientras que la segunda razón involucra la destrucción de muchos años de preparativos e influencia del régimen sobre sectores de la oposición. Si las encuestas dan el resultado esperado, surgirá por votación popular una nueva figura reflejada en tres liderazgos principales: el de María Corina abrumadoramente salida en hombros por votación de la oposición, seguida de Capriles quien, si bien milita en Primero Justicia, más bien se trata de un disidente del pasado modo de hacer política, y quizás una o dos figuras menores más. 

De esta forma, la comunidad internacional tendrá como referente lo que emerja de la democracia opositora y se sentará a conversar con María Corina y con Capriles. Si hipotéticamente gana Donald Trump u otro republicano, o Javier Milei en Argentina, sus contrapartes en la oposición serán esos nuevos referentes. Y eso, lo debe evitar a toda costa un régimen obligado a patear desde demasiado temprano el tablero electoral. 

El resto terminará siendo, por votación, una exigua minoría, junto a la falsa oposición que serán barridos del mapa. Y eso es lo que pretendía el régimen, primero posponer la elección para ganar tiempo, evitar a los nuevos referentes como voceros opositores y poco a poco eliminar por la vía de la inhabilitación a los que destacaran para colocar finalmente y a última hora, a la falsa oposición en la carrera electoral. Y ya nada de eso será posible.

Para mí, las primarias son las más importantes de la historia y espero, con mucha esperanza, que los dos inhabilitados concentren ese 80% de los votos y rezaré para que sean más. A partir de allí exigiré que esa mayoría contenida en los votos se una en un ejercicio de sindéresis importante y que sean las inhabilitaciones el primer y único punto de partida para conseguir las condiciones electorales mínimas. Yo, por irritar, plantearía incluso una hipotética presidencia y vicepresidencia electoral de inhabilitados de cara a las negociaciones.

No porque crea que habrá elecciones libres en 2024, sino porque releyendo la historia de absolutamente todos los socialismos, un día cualquiera amanecen los jóvenes en el muro y se percatan de que ya no hay nadie vigilando porque se han marchado y se han llevado consigo todo para venderlo. Por eso lo importante es esa sindéresis de la que hablo: alguien debe quedarse en pie y demostrar una unidad que no existe del otro lado. En fin, que alguien debe estar cuerdo para recoger los pedazos cuando todo se desplome por su propio peso. 

¿Que por qué yo voy a votar en las primarias? Básicamente por esas razones, pero, sobre todo, porque así debe ser la política contra los anti demócratas, quienes son como los vampiros. En este caso, el voto en las primarias es como un crucifijo, el ajo y el agua bendita, y solo por verlos retorcerse echando humo vale la pena votar temprano.

Por Rodolfo Izaguirre

Comencé a llamarla María y a escribir mil novecientos en números romanos (una manera que tiene Alberto Valero para nombrarla desde Varsovia) porque ella misma con sus manifestaciones públicas se ha despojado de sus orígenes, nivel social y situaciones familiares para convertirse en María, la mujer venezolana que siempre he querido conocer y sentir a mi lado. María en iluminada mayúscula es la nueva mujer que desde hace años está surgiendo en el país venezolano. Deja atrás no solo su segundo nombre y su propio apellido sino que trata denodadamente de despertar a la mujer sumisa, iletrada, abandonada a sí misma, beata ama de casa dependiente del macho alevoso y perturbador pero mostrándole un mejor destino. En su camino también está el macho que se las sabe todas. La mujer independiente, dueña de una sintaxis y de una inteligencia que estremece por su altura y por su fascinante capacidad de superar todos y cada uno de los numerosos obstáculos que el despiadado, pero asombrado y asustado régimen autoritario dispone  para detener su enérgico paso por el país.

Nada la detiene porque su decisión es «seguir hasta el final» y el autoritarismo ha terminado por comprender y aceptar que todo lo que haga para obstaculizar el empeño libertario y justiciero de María se le revierte y es como si al mismo tiempo que frena y agrede, estuviera sosteniendo la pala con la que cava su propia fosa.

Un oscuro y mediocre funcionario firma un absurdo documento que inhabilita a Mil novecientos, pero María sigue adelante y el régimen calla pero continúa ofendiéndola. La agrede, le impide desplazarse en avión y la hostiga de manera inclemente, porque además es mujer, pero los seguidores de María repelen a los toscos y primitivos agresores; la protegen y María mira a quienes la agreden y al mirarlos se dan cuenta de que ellos y quienes ordenan los abusos desconocen el honor y la dignidad.

¡María nos representa! Es una nueva visión política que busca recuperar y restablecer al desasistido país que somos, rehacerlo; esquivar la resonante pero vacía retórica política que tanto nos ha aturdido en democracia o en dictadura. Y siento que hay certeza y verdad en María porque es mujer independiente y es ahora cuando el machismo venezolano ha comenzado a reconocer a la mujer, a darle paso, a aceptar que ella es ser.

Y es lo que estamos haciendo: permitir que María siga adelante hasta el final y nos libere. Es comprensible y saludable que los candidatos que no logren el deseado éxito en las primarias apoyen decididamente al ganador contribuyendo juntos a la recuperación del país.

Sé que una votación electoral debe ser secreta, pero en este caso me hago el idiota del barrio y grito a toda hora que si mi candidata está inhabilitada voto por ella; que si no hay primarias porque el régimen, temeroso, las suprime en una maniobra que evidenciará su miedo y debilidad, también votaré por ella y con ella seguiré hasta el final.

Siempre recordaré la vez que María se enfrentó a Hugo Chávez porque mostró una salvaje pero serena valentía e implacable sentido de honor y de justicia; no le exigió que fuera varón como pidió en su momento el presidente Uribe de Colombia, ni lo mandó a callar como le exigió el rey de España, pero se le enfrentó y lo puso en su sitio. Registró para la historia la insólita imagen de la mujer que mira al macho prepotente y vulgar y le enseña honor y dignidad.

Entonces comparé a María con Antígona, el personaje dramático de Sófocles. Antígona es hija de Edipo y Yocasta que desafía la ley impuesta por su tío Creonte, rey tiránico y cruel que prohíbe honrar a Polinices, difunto hermano de Antígona, dándole sepultura; ¡su cuerpo debe permanecer insepulto!, pero Antígona a la vista de todos entierra a su hermano a costa de su propia vida. Condenada por Creonte a ser encerrada en una tumba, Antígona pone fin a su vida ahorcándose.

Antígona plantea un conflicto vigente todavía hoy: la oposición entre la ética y lo que se cree políticamente correcto; y al enfrentar al régimen militar autoritario, María está devolviéndole la vida a Antígona, liberándola, rescatándola de su injusto destino infeliz y, al mismo tiempo, nos está conduciendo hacia un nuevo y espléndido horizonte. Y yo, personalmente, la aplaudo y repito: seguiré con ella hasta el final.

¿Qué ocurrirá entonces? Ocurrirá, y vuelvo a decirlo, que todos nosotros, juntos, con María, es decir, con Mil novecientos; ¡con una persistente e inteligente mujer llamada María Corina Machado, navegaremos hacia el sol!

En los últimos meses, China y Estados Unidos han estado retomando el diálogo de alto nivel para rebajar las tensiones, con una serie de visitas de altos funcionarios a Pekín.

Una delegación de senadores estadounidenses, encabezada por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, llegó este sábado (07.10.2023) a China, en la que es la primera visita de legisladores de Estados Unidos al país asiático desde 2019, y en un momento en que ambas potencias tratan de calmar sus tensiones bilaterales.

En mayo, varios senadores de Estados Unidos, entre Schumer, anunciaron un plan para combatir la creciente influencia china en el mundo.

La iniciativa prevé limitar los flujos de inversión y de tecnología puntera hacia el gigante asiático y disuadir a Pekín de cualquier agresión contra la isla de Taiwán, que China considera una provincia rebelde.

Según la agencia de noticias Bloomberg, la delegación espera poder entrevistarse en los próximos días con el presidente chino Xi Jinping en Pekín. Al mismo tiempo, se está planteando un encuentro entre Xi y el presidente estadounidense Joe Biden.

En los últimos meses, China y Estados Unidos han estado retomando el diálogo de alto nivel, con una serie de visitas de altos funcionarios a Pekín, entre ellos el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken, que viajó en junio a China.

Sin embargo, las relaciones bilaterales siguen siendo tensaspor los diferendos comerciales, la expansión de Pekín en el mar de China Meridional, una importante vía para el tránsito de mercancía, y la disputa sobre Taiwán.

AFP, AP

Por Zack Beauchamp en VOX

Lo que está sucediendo ahora mismo en Israel casi desafía la imaginación.

De la noche a la mañana, los combatientes de Hamas lanzaron una invasión sin precedentes a través de la frontera sur de Israel con Gaza, asaltaron ciudades israelíes y mataron a soldados y civiles israelíes por igual. Se dispararon miles de cohetes contra territorio israelí y al menos 100 israelíes han muerto ; un alto funcionario de la Knesset dijo que los ataques provocaron la mayor cantidad de muertes de civiles en un solo día en toda la historia del país. Los combates en el sur de Israel continúan y hay informes de que Hamás está trayendo rehenes israelíes de regreso a Gaza. Los ataques aéreos de represalia de Israel ya han matado a casi 200 palestinos, una cifra que probablemente no hará más que crecer, como dijo el sábado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que “nuestro enemigo pagará un precio que nunca ha conocido”.

Nada parecido ha sucedido en la historia moderna del conflicto palestino-israelí; Incluso en la sangrienta Segunda Intifada de principios de la década de 2000 nunca se produjo este tipo de incursión masiva en territorio israelí. Ahora ha comenzado una guerra abierta entre Israel y Hamas, cuyas consecuencias para el conflicto y el Medio Oriente en general sólo podemos anticipar vagamente. Lo único de lo que podemos estar seguros sobre el futuro es que muchísimas personas están a punto de morir.

¿Cómo podemos empezar a pensar en una pesadilla así?

Podemos comenzar examinando las condiciones que lo hicieron posible. Aunque no podemos estar seguros de por qué Hamás decidió lanzar este ataque ahora, sí sabemos que hay una serie de condiciones de fondo, que incluyen no sólo la actual ocupación sino también los recientes estallidos del conflicto en Jerusalén y Cisjordania, una zona lejana. el gobierno israelí de derecha y las negociaciones entre Israel y Arabia Saudita sobre la normalización de las relaciones, hicieron que la situación fuera especialmente inflamable.

Y esto lleva a un segundo punto, más fundamental: el conflicto no es, como algunos han sugerido, “estable” (y probablemente nunca pueda llegar a serlo).

Mientras Israel gobierne a la población palestina, la violencia continuará y la escalada será inevitable. La única manera real de evitar que suceda este tipo de cosas es que las dos partes lleguen a una solución mutuamente aceptable que aborde las causas profundas de la violencia .

Excepto que hoy, cualquier solución parece más lejana que nunca.

Cómo Israel y Gaza llegaron al abismo

En 2005, Israel retiró unilateralmente sus tropas y colonos de la Franja de Gaza, una política llamada “retirada” que fue diseñada, en teoría, para sacar a Israel de la gestión directa del territorio poblado por palestinos. Pero en 2007, tras las tensiones con los dirigentes palestinos oficiales, la facción militante Hamás tomó el control de la franja por la fuerza. Desde entonces, las cosas han sido peores para los israelíes y (especialmente) los palestinos.

Israel impuso un estricto bloqueo a Gaza, restringiendo estrictamente el flujo de bienes y personas dentro y fuera del territorio, afianzando la ocupación militar. Hamás abrió túneles bajo el muro fronterizo para lanzar incursiones transfronterizas y disparó cohetes hacia territorio israelí. Israel bombardeaba periódicamente Gaza con ataques aéreos, a menudo dirigidos a agentes de Hamas y otros grupos militantes, pero inevitablemente golpeaba a civiles en la superpoblada Franja de Gaza.

La situación siempre tensa escaló hasta convertirse en una guerra abierta al menos cuatro veces desde la retirada antes del conflicto actual. Estos conflictos anteriores fueron horribles para los civiles (y, nuevamente, especialmente para los palestinos), pero nunca se produjo ningún tipo de combate a la escala de hoy en suelo israelí.

Por más inflamable que haya sido esta configuración, los líderes israelíes la vieron esencialmente como el mejor acuerdo disponible para ellos. Creían que podían reducir el lanzamiento de cohetes a un nivel aceptable, confiando en el sistema de defensa antimisiles Iron Dome. Las tropas israelíes y las medidas de seguridad fronteriza podrían evitar grandes incursiones transfronterizas.

Los asesinatos selectivos y las demostraciones de fuerza podrían disuadir al propio Hamás de escalar demasiado, ya que siempre serían los más afectados por el sufrimiento en una guerra verdadera. Estos ataques periódicos han sido denominados eufemísticamente “ cortar el césped ”, en referencia a la idea de que la amenaza terrorista no podía eliminarse pero sí reducirse a un nivel tolerable.

Los acontecimientos de hoy demostraron que estas suposiciones estaban muy equivocadas.

Hamás no se vio disuadido de atacar a Israel, ni la seguridad fronteriza lo detuvo. Penetró en territorio israelí por tierra, mar y aire; Una vez que sus fuerzas entraron, arrasaron el sur de Israel. Las calles de Sderot, ciudad fronteriza, son actualmente zona de guerra.

La perpetua inestabilidad del conflicto

¿Por qué todo salió tan terriblemente mal? Es demasiado pronto para dar respuestas definitivas, pero hay algunos factores importantes a considerar.

Según el propio Hamás, el ataque fue provocado por los recientes acontecimientos en torno al Monte del Templo, un lugar en Jerusalén sagrado tanto para judíos como para musulmanes. La semana pasada , colonos israelíes entraron a la mezquita de Al-Aqsa en la cima del monte y oraron, lo que Hamas calificó de “ profanación ” en una declaración sobre su ofensiva (a la que llamaron Operación Tormenta de Al-Aqsa).

Es inverosímil, por decirlo suavemente, que Hamás simplemente se haya indignado por estos acontecimientos y esté actuando en consecuencia. Este tipo de operación compleja tuvo que tardar meses en realizarse; Es casi seguro que el hecho de que comenzara un día después del 50 aniversario de la guerra de Yom Kippur, una invasión árabe sorpresa de Israel, no es una coincidencia.

Pero al mismo tiempo, la elección del casus belli por parte de Hamás nos dice algo importante.

La política palestina se define, en gran parte, por cómo responde su liderazgo a la continua ocupación de Israel, tanto su presencia física en Cisjordania como su bloqueo económicamente devastador de la Franja de Gaza. La estrategia de Hamas para superar a sus rivales, incluida la facción Fatah actualmente a cargo de Cisjordania, es canalizar la ira palestina ante su sufrimiento: ser la auténtica voz de la resistencia a Israel y la ocupación. Cuanto más enojados estén los palestinos con Israel, mayores serán los incentivos políticos de Hamás para la violencia.

Y en los últimos meses se han visto muchos atropellos, algunos incluso más significativos que los acontecimientos en Jerusalén. El actual gobierno de extrema derecha de Israel, dominado por facciones que se oponen a un acuerdo de paz con los palestinos, ha estado llevando a cabo una anexión de facto de Cisjordania . Ha hecho la vista gorda ante la violencia de los colonos contra civiles de Cisjordania, incluida una masacre en febrero en la ciudad de Huwara .

El enfoque de Israel en Cisjordania también puede haber creado una oportunidad operativa para Hamás. Según Uzi Ben Yitzhak , un general israelí retirado, el gobierno israelí ha desplegado la mayoría de las fuerzas regulares de las FDI en Cisjordania para gestionar la situación allí, dejando sólo una fuerza mínima en la frontera de Gaza. Según esta evaluación, el esfuerzo por asegurar el control israelí permanente sobre Cisjordania creó las condiciones para que un ataque sorpresa de Hamás pudiera tener éxito.

También hay preocupaciones geopolíticas en juego. Israel se encuentra actualmente en medio de una negociación mediada por Estados Unidos para normalizar las relaciones con Arabia Saudita , una importante continuación de los acuerdos del Acuerdo de Abraham alcanzados con varios países árabes durante la administración Trump . Los palestinos consideran que la normalización significa que el mundo árabe los abandona y acepta tratar a Israel como un país normal incluso cuando la ocupación se profundiza.

Hamás bien podría estar intentando torpedear el acuerdo saudita e incluso intentar deshacer los Acuerdos de Abraham existentes. De hecho, un portavoz de Hamás dijo que el ataque era “ un mensaje ” para los países árabes, llamándolos a cortar los lazos con Israel.

La creciente tensión en Jerusalén y Cisjordania, una seguridad fronteriza más débil, una situación política árabe que se vuelve cada vez más desfavorable para los palestinos: todas estas son condiciones en las que tiene más sentido estratégico que Hamás asuma un riesgo tan enorme.

Para ser claros: decir que tiene sentido estratégico que Hamás cometa atrocidades no es justificar que maten a civiles. Hay una diferencia entre explicación y justificación: el razonamiento detrás del ataque de Hamas puede ser explicable aun cuando sea moralmente indefendible.

Descubriremos más en las próximas semanas y meses sobre cuáles de estas condiciones, si es que hubo alguna, resultaron decisivas en los cálculos de Hamás. Pero son el contexto necesario para siquiera intentar empezar a darle sentido a los horribles acontecimientos de hoy.

Es imposible decir, a estas alturas, hacia dónde se dirige esta situación. Los combates en el sur de Israel continúan; la contraofensiva israelí en Gaza aún no ha comenzado realmente. Es posible que los combates atraigan a otras fuerzas, como Hezbolá en el Líbano; Se especula que estuvieron involucrados en el ataque. Esto puede empeorar, y es casi seguro que empeorará.

Pero lo que está claro en este momento es que la situación nunca podrá ser verdaderamente estable.

La propia naturaleza de la situación actual, en la que Israel gobierna a la población palestina, crea poderosos incentivos para que grupos radicales como Hamas participen en brutales actos de terrorismo. Tanto Hamás como el actual gobierno de Israel están ideológicamente inclinados hacia la violencia más que la paz, al conflicto más que a la cooperación. Sin algún tipo de cambio político radical, no hay una solución real en el horizonte.

Mientras tanto, está claro quién está sufriendo las mayores consecuencias: no los líderes extremistas de ambos lados, sino tanto los israelíes como los palestinos comunes y corrientes.

Zack Beauchamp es corresponsal senior de Vox, donde cubre ideología y desafíos a la democracia, tanto en el país como en el extranjero

Por Juliette Kayyem en The Atlantic

Los ataques de Hamás contra Israel que comenzaron esta mañana temprano, algunos de los cuales continúan, serán respondidos por Israel con fuerza . No está claro cómo se desarrollará todo esto y su impacto en la política interna y global, pero una respuesta simple puede ser suficiente por ahora: no irá bien. El Primer Ministro Benjamín Netanyahu ya advirtió a sus ciudadanos que están en guerra; se ha llamado a filas a reservistas civiles; Los videos muestran batallas manuales en las calles. El país está bloqueado, con la posibilidad de futuros ataques de Hamás en el sur y otros nuevos de Hezbolá en el norte. Un país desgarrado por divisiones internas parece estar unido contra un enemigo común. En el momento de escribir este artículo, se confirma que el número de muertos es de al menos 70 israelíes y cientos más han resultado heridos.

Un aspecto de esto requiere poco análisis, pero mucha explicación: ¿Cómo es que los amplios esfuerzos antiterroristas de Israel no lograron detectar un ataque perpetrado por tierra, mar y aire? ¿Cómo es que sus defensas fallaron tan ampliamente? Esto no fue sólo un fallo de inteligencia. Fue un fracaso en todo. 

Los comentaristas israelíes y estadounidenses ya están describiendo esto como el 11 de septiembre de Israel, pero esa comparación es una muleta: el 11 de septiembre fue, en palabras de la comisión que lo revisó, una “ falta de imaginación ” para comprender lo que podría suceder en Estados Unidos. , una nación que no había enfrentado amenazas terroristas extranjeras de magnitud significativa. Israel ha existido, todavía existe, con esa perspectiva tan imaginable como parte de su ser nacional.

Centrarse en la preparación de Israel de ninguna manera excusa los ataques de Hamas y no pretende culpar a la víctima. Algunos en las redes sociales sugieren descuidadamente que los fracasos sólo pueden explicarse como un malvado esfuerzo de Netanyahu para unificar el país yendo a la guerra. Israel ha sido atacado y hay civiles muertos. Como en cualquier nación que enfrenta semejante horror, es esencial que el gobierno determine—sin la interferencia de la política o la religión—por qué. De lo contrario, los enemigos aprovecharán este día devastador para la estrategia antiterrorista de Israel.

Los esfuerzos antiterroristas de Israel son amplios y cuentan con el apoyo de Estados Unidos. (Como miembro del cuerpo docente de la Escuela Kennedy de Harvard, he enseñado a muchos israelíes sobre seguridad nacional y planificación antiterrorista). Los israelíes se infiltran en grupos terroristas y pagan a sus miembros para obtener información de inteligencia. Destruyen la infraestructura en Gaza como medida disuasoria. Los familiares de presuntos terroristas no están prohibidos. Israel ha utilizado durante mucho tiempo el asesinato contra sus enemigos en Irán y otros lugares. La inteligencia de señales, compartida con y desde aliados e incluso países árabes, es abundante. Los bombardeos y las excursiones militares contra Hamas son parte de la misión antiterrorista de Israel.

Al parecer, nada de esto detectó, o al menos no con el tiempo suficiente, signos de un ataque. Hace apenas unos días, la frontera de Gaza parecía haberse estabilizado después de algunos disturbios, y casi 20.000 trabajadores pudieron cruzarla nuevamente.

Hoy, Hamás lanzó miles de cohetes, que debían haber sido obtenidos y escondidos. No terminó ahí. Hamás utilizó drones para atacar objetivos israelíes. Envió a sus combatientes a pie, en barco y por aire en parapentes motorizados .

Han surgido imágenes de atacantes de Hamás en las calles de ciudades israelíes aterrorizando a los ciudadanos, y cosas peores. Esto es tanto un ataque físico como performativo: Míranos, parece estar diciendo Hamás. Seguramente Hamás planeó que el ataque tuviera lugar en el día santo judío de Simjat Torá y en el 50º aniversario de la Guerra de Yom Kippur.

Pero el fracaso de la inteligencia es sólo una parte de lo que Israel tendrá que afrontar desde una perspectiva operativa en los próximos días. Una cosa es no imaginar que podría ocurrir un ataque así. Otra es no tener aparentemente la defensa en su lugar.

Israel se toma en serio su preparación para tales ataques; la mayoría de los ciudadanos están bajo servicio militar obligatorio. Prueba periódicamente sus sistemas de respuesta y evacuación. Recientemente construyó un extenso muro tecnológico —que incluye radares, cámaras y sensores— a lo largo de 65 kilómetros de la barrera de Gaza. Sus capacidades de gestión de emergencias están maduras. Aún así, en el momento de escribir este artículo, Hamás parece tener control sobre varias zonas pobladas en el sur de Israel.

Los aviones no tripulados de Hamás parecen haber penetrado en partes de Israel sin que haya informes de esfuerzos contra los aviones no tripulados. Cúpula de hierro, el famoso sistema de contraarmas de Israel, no fue rival para una campaña terrorista multifacética, similar a los ataques de Mumbai de 2008 en India.

La mayoría de los sistemas sometidos a ataques persistentes acabarán fallando. A lo largo de este siglo, Israel ha podido detener numerosos complots terroristas, algunos apoyados por Irán y otros por otros países. No podría hacerlo hoy, con un efecto espectacular. No ahora, pero pronto, Israel tendrá que lidiar con cómo, en la era moderna, se encontró con una falla de seguridad masiva de una escala no vista desde la Guerra de Yom Kippur. 

Encontrar la respuesta es la obligación de Israel consigo mismo.

Juliette Kayyem es escritora colaboradora de The Atlantic , presidenta del programa de seguridad nacional de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard y autora de The Devil Never Sleeps: Learning to Live in an Age of Disasters .

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