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Es lo que es

DBuford

Se trata de la venta de la Corporación Pública de Gas de Grecia, en el segmento de la distribución e importación de energía. El Gobierno entabló conversaciones con el grupo Latsis para la concreción de la privatización lo más pronto posible.

Tras haber convalidado su política económica en las urnas, el Gobierno de Kyriakos Mitsotakis avanza con la privatización del suministro de gas natural y electricidad de Grecia, a partir de la Corporación Pública de Gas de Grecia (DEPA por sus siglas en griego) en el segmento comercial minorista.

El Estado griego es actualmente dueño de hasta el 65% de las acciones de DEPA a través del Fondo de desarrollo de activos de la República Helénica, y el monto restante se corresponde con la participación de la compañía Hellenic Petroleum (una empresa mayoritariamente privada).

En el año 2019, y por iniciativa del oficialismo, la corporación se dividió en tres segmentos para facilitar su reestructuración y posterior privatización: DEPA infraestructuras, los proyectos internacionales de la empresa, y finalmente DEPA comercial, vinculado a la importación y distribución de energía.

El segmento del desarrollo de infraestructuras ya fue privatizado exitosamente en diciembre de 2021, a partir de una oferta pública realizada por la firma Italgas. Para la privatización del segmento comercial minorista de la corporación, se buscará avanzar en un acuerdo con el grupo Latsis que mostró interés por participar en la operación.

La venta de esta gigantesca empresa estatal fue una de las demandas explicitadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea para la aprobación de un paquete de rescate fiscal entre 2020 y 2021.

El proceso de privatizaciones, en conjunto con el saneamiento de las finanzas públicas del Estado, permitieron una reducción sustancial sobre el stock de deuda pública en relación al PBI.

La deuda consolidada del Gobierno se redujo del 210% del PBI al 168% entre 2021 y 2023, retrocediendo así al nivel más bajo registrado desde el primer trimestre de 2013. Por otra parte, el Gobierno de Mitsotakis logró eliminar completamente el déficit fiscal primario.

Todo esto se produjo en un contexto de importantes rebajas impositivas, y un ajuste sobre las erogaciones consistente con la responsabilidad fiscal. La tasa sobre el impuesto de sociedades se redujo del 29% al 22% durante la gestión de la derecha griega, la alícuota marginal máxima sobre las Ganancias individuales cayó del 45% al 44% y los aportes patronales para las empresas se redujeron del 25% al 22,3% en el mismo periodo.

Por Luis Cinco

Parece más cómodo y seguro para los gerifaltes del castrismo escribir sobre la guerra revolucionaria de hace casi siete décadas que narrar desde el poder cómo construyeron un nuevo orden similar al comunismo soviético

De la revolución bolchevique y la maoísta quedaron pocas imágenes fílmicas y fotográficas. Pero, en cambio, abundan, desbordan los archivos, las fotos y películas de la revolución castrista.

Salvo por esa profusión de fotografías y filmaciones —en muchos casos reeditadas y retocadas para borrar personajes inconvenientes—, la historia de la revolución cubana —ahora que se les acaba el tiempo a sus protagonistas que aún viven para contarla como realmente fue— estará incompleta. Y a fuerza de tanta retórica, manipulación y silenciamiento de las voces de sus víctimas, será una historia muy mal contada.

Che Guevara consideraba que la historia de la revolución cubana debía ser escrita por los que la hicieron. De hecho, fue el primero en intentarlo. Con Pasajes de la guerra revolucionaria inició la escritura de la historia de la insurrección fidelista. Pero el relato se quedó en la toma de Santa Clara, en los días finales de diciembre de 1958.

Los castristas, lo mismo los generales de las FAR que los altos funcionarios gubernamentales que se han animado a escribir sin mucha vocación sus memorias, abundan en detalles sobre la etapa insurreccional: o sea, los dos años que duró la lucha guerrillera, pero paran en seco, como si hubieran perdido totalmente el resuello y las ganas de contar, en enero de 1959 o poco después, en los inicios del nuevo régimen.

En el caso de los militares, tanto en sus memorias publicadas por la Editorial Verde Olivo como hace una década atrás, cuando el periodista Luis Báez entrevistó a varios de ellos para el libro Secretos de generales, dan una zancada y caen en los pormenores de la batalla de Playa Girón, y otra zancada aún más larga, y refieren sus aventuras bélicas en Angola y Etiopía. Y luego dan por terminados sus relatos. Como si no sólo sus historias, sino también la de Cuba, hubiera llegado a su definitivo final. O a un largo interregno hacia sabrá Dios qué, porque ya sabemos que el paraíso comunista que una vez nos anunciaron, definitivamente ya no será.

Parece ser mucho más cómodo y seguro para los gerifaltes del castrismo escribir sobre la guerra revolucionaria de hace casi siete décadas que narrar desde el poder cómo, sin saber el oficio de gobernar, destruyeron el viejo orden y construyeron uno nuevo, similar y diferente a la vez al comunismo soviético; un orden caprichoso y antinatural que en pocos años empezó a hacer evidentes sus numerosos fiascos y fracasos hasta llegar al esperpento inmovilista que es hoy.

Los antiguos guerrilleros, una vez en el Poder, arrellanados en sus cargos de jefes militares o ministros, rodeados de privilegios, ajenos a los absurdos y los disparates o partícipes de ellos, se limitaron a obedecer sin chistar, sin hacer demasiadas preguntas y menos en voz alta, porque a la hora de mostrar absoluta fidelidad primero al Máximo Líder, y luego a su hermano que lo sustituyó, desconfiaban hasta de las paredes y las almohadas. Y ese tipo de historias que pudieron escribir, si iban en serio, resultaban demasiado peligrosas y deprimentes para contarlas en libros que quién sabe si podrían ser utilizados por “el enemigo”.

Tampoco fueron mucho más allá de los primeros años del régimen los intentos de historiar la revolución en libros como Gobierno Revolucionario. Primeros pasos, de Luis M. Buch (ministro de la Presidencia y secretario del Consejo de Ministros desde enero de 1959 hasta marzo de 1962) y Reinaldo Suárez; En marcha con Fidel, de Antonio Núñez Jiménez, y La complejidad de la rebeldía, de Oscar Puig y Reinaldo Suárez.

Fidel y Raúl Castro, que son los que más tenían que decir, nunca se animaron a escribir sus memorias. El primero, luego de jubilarse, prefirió escribir, antes que sus memorias, unas desconcertantes reflexiones para Granma y Cubadebate que firmaba como “el Compañero Fidel”. Y cómo no, él también, hizo —o más bien le hicieron los amanuenses suyos que recopilaron y organizaron la documentación utilizada— dos libros sobre la guerrilla en la Sierra Maestra.

Para escribir sus memorias, Fidel hubiera podido contar con el auxilio de las periodistas Rosa Miriam Elizalde y Katiuska Blanco, que se dedicaban a él a tiempo completo, y hasta del mismísimo Gabriel García Márquez, que se preciaba de ser su amigo. Pero no se decidió, y en vez de las memorias de Fidel Castro, hubo que conformarse con la trascripción de las 100 horas de su conversación con el periodista hispano-francés Ignacio Ramonet.

Paradójicamente, Norberto Fuentes, un desenganchado de la corte castrista que dice ser “la memoria de la memoria de Fidel Castro”, escribió en dos tomos (El paraíso de los otros y El poder absoluto e insuficiente) unas memorias apócrifas donde se apodera de su aliento y hace el cuento más parecido al Comandante que como lo hubiese hecho él mismo.

En cuanto a Raúl Castro, en su tiempo como presidente estuvo demasiado ocupado en intentar componer los enredos que le dejó su hermano con las reformas a cámara lenta, que no quiso llamar reformas sino “actualización y perfeccionamiento del modelo económico socialista”. Y después que delegó el mando (aunque siga mandando), ya nonagenario, es harto improbable que le quede tiempo ni cabeza para escribir sus memorias ni algo que lo parezca.

Este artículo fue publicado originalmente en Cubanet el 29 de agosto de 2023

Luis Emilio Bruni, profesor venezolano de la Universidad de Aalborg en Dinamarca, publicó el artículo Paradojas de las primarias en Venezuela en La Gran Aldea, donde esboza su tesis que llama «la paradoja del heredero«. Leálo íntegro a continuación

Desde el momento en que, a raíz del proceso de las primarias, los ciudadanos venezolanos comenzaron a salir del letargo, de la decepción y de la desesperanza sembrada por los diferentes ciclos de traiciones y corrupción de algunos sectores de la oposición política, han surgido una serie de polémicas que se reiteran circular y repetitivamente sin llegar nunca a conseguir una síntesis o un punto de equilibrio. En lo que sigue, voy a desglosar algunas de estas polémicas proposiciones, tratando de llevar el razonamiento a una reductio ad absurdum como método de análisis de la validez de estos enunciados.

Inicialmente me voy a apoyar en el artículo del periodista Pedro Pablo Peñaloza, publicado recientemente en este portal, ya que reúne varios de estos puntos polémicos a los que me refiero, y de los cuales surgen paradojas y contradicciones que creo que vale la pena tratar de despejar.

“Si se aceptan de antemano todas las arbitrariedades electorales, la ruta electoral en realidad no existe”

Peñaloza sostiene que el candidato que gane las primarias se garantiza una silla en la mesa donde la oposición tomará las decisiones. Este sería un espacio privilegiado, que algunos jamás han tenido, y en el que otros, aparentemente, ya tienen “la silla asegurada”. La pregunta lógica es: ¿Cómo se han ganado esa silla (en la mesa) los que están allí sentados, tranquilamente esperando que llegue el candidato ganador de las primarias, que, si por casualidad no es uno de los que ya está allí sentado de antemano, ganando las primarias obtendría paridad de voz y voto con quienes (estando allí sentados de antemano) perdieron las primarias?

O sea, se gana las primarias para aspirar a tener el mismo derecho y la misma potestad que ya tienen de antemano los perdedores de las primarias, para tomar decisiones estratégicas en la conducción de la ciudadanía que eligió al ganador.

Lo que está detrás de este paradójico enunciado se repite en muchas discusiones de muchas maneras y con múltiples corolarios. Por ejemplo, se dice que quien gane las primarias es solo un candidato y no el líder del movimiento ciudadano que enfrentará al régimen en las elecciones presidenciales de 2024. O, que el candidato ganador solo debe prestar su cuerpo, su persona y su demostrada popularidad, pero debe seguir los lineamientos, las ideas y los programas de los que no gozan de esa misma popularidad.

Este razonamiento a veces se presenta bajo el manto de una presunta voluntad de crear consensos, pero sin nunca aclarar consensos con quien y para qué. Porque una cosa son los consensos con amplios sectores de la sociedad y otra cosa es entender el consenso como la repartición de cuotas, tal y como sucedió con el caso de Monómeros, o en la repartición de los recursos internacionales durante el interinato. Se intenta justificar este argumento del “consenso” aseverando que el candidato ganador por sí solo no podrá derrotar al régimen. Pues por supuesto que no. Se necesita a toda la sociedad civil y la ciudadanía organizada, a quienes los partidos se deben por completo.

Son los partidos los que deben seguir el consenso de la ciudadanía (expresado en las primarias), y no lo contrario. En esta misma línea argumental, se oye de boca de prominentes líderes opositores el argumento de que “el candidato ganador no puede hacer lo que le dé la gana”. Por supuesto que no puede hacer lo que le dé la gana. Lo elegirán para hacer lo que dijo que iba a hacer, no para hacer lo que le dé la gana. Lo que sí es seguro es que no lo elegirán para que haga lo que le da la gana a los que perdieron. El consenso debe ser de toda la sociedad civil, incluyendo, pero sin exclusividad, a los partidos políticos que proporcionalmente la representan.

Detrás de todos estos razonamientos está la intención de evadir la crisis de representatividad que la oposición política viene arrastrando desde hace muchos años, confundiendo a la oposición política partidista, con los ciudadanos opositores y el resto de la sociedad civil.

Llegamos así al más reiterativo y polémico argumento de estos días, sin aparente esperanza de síntesis o equilibrio: el asunto de las inhabilitaciones. Parece que hay sectores que tienen dificultad en entender que las inhabilitaciones son solo una de las (literalmente) miles de arbitrariedades cometidas y por cometer por el régimen. Si comenzamos por aceptar esta arbitrariedad habremos ya demolido el sentido de eso que en la jerga política venezolana que hoy todos conocen como la acción de “cobrar”. Cobrar el triunfo en el 2024 no se puede entender como una acción que se ejecuta después de las elecciones. No se cobra después del proceso electoral. O se comienza a cobrar desde ahora y durante todo el proceso, o no se cobra. En el contexto de la lucha política venezolana “cobrar” significa no resignarse (bajo el chantaje de la violencia) a aceptar los abusos y las arbitrariedades del régimen, que incluyen violaciones de derechos humanos, violencia institucional, corrupción, instituciones secuestradas y específicamente en el ámbito electoral, fraude electrónico, registros electorales adulterados, circuitos alterados, ventajismo e intimidación. En medio de todo esto se ubican, solo como un puntico más de la lista, las inconstitucionales inhabilitaciones.          

Quienes aceptan las inhabilitaciones como obstáculo ontológicamente ineludible, deberían explicar cómo piensan sortear el resto de los obstáculos, o si pretenden no sortearlos, y en todo caso, como creen que un “heredero” podría cobrar, e incluso si habría algo que cobrar si no se sortean estos obstáculos. Y aquí regreso al artículo de Peñaloza para escudriñar mejor la paradoja del heredero. Parece que hay consenso entre los sostenedores de la tesis sucesoria que el heredero debe ser potable para el régimen, lo cual es sinónimo de “habilitado”, y para estar habilitado un candidato no puede tener probabilidades de ganar las elecciones porque si las tiene lo pueden inhabilitar. Los que sostienen la ineluctabilidad del obstáculo representado por las inhabilitaciones, y por ende endosan la tesis accesoria de la sucesión, parecen estar hipnotizados por esta paradoja, como en un estado de inatención selectiva. De allí surge también el falaz argumento, o temor, de que el candidato ganador podría retirarse de la ruta electoral, cuando de lo que se trata es de retirarse de la ruta del fraude sistémico, porque si se aceptan de antemano todas las arbitrariedades electorales arriba mencionadas, la ruta electoral en realidad no existe, por lo que el candidato no podría ni siquiera retirarse.

A parte de no tener probabilidades de ganar las elecciones presidenciales (por generar rechazo en la ciudadanía opositora), la otra característica que hace a un candidato “potable” para el régimen es que no esté dispuesto a cobrar -o sea, que no esté dispuesto a llegar hasta el final-. Llegar hasta el final quiere decir ganar y cobrar, recuperar el Estado de Derecho y la democracia. La gran mayoría de los ciudadanos venezolanos lo que quieren es que se llegue hasta el final, y en función de eso escogerán a su candidato.

¿Cómo puede un demócrata honesto y libertario negarse a llegar hasta el final?

¿Quién quiere llegar hasta la mitad?

¿Quiénes se conforman con tres cuartos?

¿Qué sentido tendría?


Luis Emilio Bruni es un reconocido experto en semiótica con experiencia en psicofisiología, semiótica bio y cognitiva, cognición mediática, tecnologías inmersivas, narrativas digitales interactivas y dinámica cultural.  Su perfil en la Universidad de Aalborg

Vía BBC Mundo

Unos cubos naranja traslucidos, bajo luces intensas, parecen un dulce. Algo así como unos ositos de goma o alguna delicia turca.

Si no fuera por las hojas verdes que sobresalen de ellos, me sentiría tentada a probarlos, como le pasa a muchos de los que visitan este laboratorio.

“A menudo tenemos que recordarles a los visitantes que no se los coman”, dice la técnica de investigación Maddalena Salvalaio.

Los cubos están hechos de hidrogel, un material con una estructura de red que contiene líquido. Se usa típicamente en dispositivos médicos y pañales. Pero aquí, en el Laboratorio de Morfogénesis de Plantas del Imperial College de Londres, Salvalaio y el científico Giovanni Sena los emplean con el propósito de cambiar el futuro de la agricultura vertical.

El ingrediente secreto de su proyecto son los conductores eléctricos que flanquean cada lado de los cubos

Su estudio parte de una creciente tendencia que comenzó hace dos décadas y que busca formas para estimular la agricultura usando electricidad en semillas, cultivos y suelos.

El tema se ha vuelto tan importante que instituciones como la Fundación Nacional de las Ciencias de EE.UU. destina millones para estudiar cómo el plasma frío puede ser usado en la agricultura, en forma de rayos que son emitidos en cuartos con temperaturas controladas.

La proliferación de nuevos proyectos resultaría muy familiar para quienes en el Siglo XIX practicaban una extraña obsesión: la electrocultura, técnica que constaba de aplicar electricidad a las plantas para que produjeran mejores flores, hojas y frutos, o incluso para librarlas de plagas, pero cuyos resultados siempre eran diversos.

Esta nueva generación de investigadores evita la palabra «electrocultura» y prefiere términos como «agricultura inteligente» o «cuarta revolución agrícola».

No obstante, el mecanismo subyacente sigue siendo el mismo, y sus defensores están de acuerdo en que luego de siglos sin resultados, emplear electricidad en las plantas finalmente puede dar frutos.

La esperanza es que estos sistemas futuristas puedan usarse para combatir la crisis alimentaria mundial, reduciendo las consecuencias ambientales de la agricultura a gran escala.

Según una estimación de 2005, a nivel mundial, los diversos componentes de la agricultura pueden contribuir a entre el 10 y el 12 % de las emisiones de gases de efecto invernadero cada año.

La producción de fertilizantes sintéticos creados por el proceso Haber-Bosch, que consume mucha energía y que revolucionó la agricultura a principios del Siglo XX, ahora representa cientos de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año.

Y la erosión del suelo por el uso no regulado de la tierra agrega aún más.

Por eso, muchos investigadores de la nueva ola de agricultura eléctrica creen que su técnica puede desempeñar un papel en la mejora de la producción de alimentos.

Plasma frío

Para aumentar el rendimiento, algunos de los científicos están volviendo a los inventos inspirados en el «electro-vegetómetro», creado por un físico francés en la década de 1780. Era una especie de pararrayos que proporcionaba electricidad atmosférica a los cultivos, y que a menudo tenía consecuencias que no eran las deseables.

En EE.UU., varias instituciones están tratando de resucitar el enfoque de los rayos artificiales.

Sin embargo, cuando hace siglos los viejos electroculturistas intentaron por primera vez aprovechar sus beneficios, sus dudosos resultados anecdóticos eran lo único que apoyaba la implementación del método. Tenían tantas posibilidades de dañar las plantas como de animarlas.

Pero desde el siglo pasado es posible aplicar estos rayos con mayor precisión.

Y se hace a través del plasma, una materia que en la naturaleza es generada por los rayos, y que es extremadamente caliente, generalmente varios millones de grados, convertida en una especie de gas ionizado. Nuevas tecnologías hacen posible que sea manejada a temperatura ambiente.

Cuando esto sucede, se le conoce como plasma frío. Su uso es «un área extremadamente activa [en la agricultura] en este momento», dice José López, profesor de la Universidad de Seton Hall, quien además fue director del programa de física de plasma en la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (NSF, en inglés).

Junto a Alexander Volkov, un bioquímico de la Universidad de Oakwood en Alabama, se encuentran entre los que han adoptado la creciente tendencia de aplicar plasma frío a semillas jóvenes en diversas formas.

En sus experimentos, Volkov observó aumentos en la cosecha del 20 al 75 %, dependiendo de la planta.

«Aumentamos la producción de repollo en un 75%. También sabía mejor». El sabor, dijo, era más dulce.

Estos científicos no están solos.

Un puñado de estudios informan sobre una variedad de beneficios que trae el plasma a los cultivos, desde ayudar a las plantas a crecer más rápido y más grandes hasta resistir mejor las plagas.

«El plasma actúa despertando la semilla, por lo que sabemos», explica López.

Cuando las semillas germinan, es cuando la nueva planta es más vulnerable a una amplia gama de factores ambientales “estresantes”. Como consecuencia, se niega a abrirse hasta que esté “feliz” con su entorno. Acelerar este proceso ha sido una práctica estándar en la agricultura durante mucho tiempo, aunque generalmente se ha logrado a través de medios químicos como los ácidos. El plasma parece hacer lo mismo, pero con mucha más eficacia.

«Perfora la pared de la semilla, y cuando plantas esa semilla, tiene una mayor capacidad para absorber agua y tierra», dice López. «Después de tratarlas por solo unos segundos, esa planta crece más rápido que las semillas no tratadas».

Incluso parece que el plasma vigoriza las plantas que ya han crecido, dice López, cuyo propio grupo en NSF usó una herramienta de precisión llamada lápiz de plasma para tratar las plantas de albahaca dulce.

Crecieron más robustas y saludables, y aumentó un 20% la masa y altura de la planta.

«Los resultados son notables», dice López.

Aunque los científicos todavía no están del todo seguros de cómo funciona, especialmente cuando se trata de la interacción entre la electricidad y plantas completas, en la actualidad tienen varias iniciativas subvencionadas por la NSF con el fin de averiguarlo.

Dudas

Esta incertidumbre explica por qué el uso de electricidad en la agricultura todavía genera escepticismo.

Hay quienes objetan que, 200 años después de que los primeros victorianos electrificaran sus plantas perennes sin éxito, aún no se sabe bien cómo interactúa la electricidad con su biología.

«Durante décadas y décadas sabemos que los campos eléctricos mejoran el crecimiento de las plantas», dice Sena, del Laboratorio de Morfogénesis de Plantas del Imperial College de Londres.

El problema es que estos datos nunca se han reproducido en su totalidad; los experimentos se realizaron en condiciones variables.

Pero para convertir la intervención eléctrica de las plantas en un método tecnológicamente sólido, es útil comprender su ciencia fundamental.

Descifrar el mecanismo molecular de la respuesta de una planta a un campo eléctrico es el quid del trabajo que lleva a cabo el grupo de Sena en el Imperial.

Entre otras cosas, se concentran en estudiar las propias señales eléctricas generadas internamente por las plantas.

Estos organismos envían innumerables señales en cada etapa de crecimiento y en cada parte de su anatomía que pueden ser medidas con diversos instrumentos.

Identificar las señales podría ayudar a los científicos a saber cuáles son las necesidades de la planta ya sea agua, el control de plagas, alimento e incluso tierra, en cada una de sus fases.

El cielo es el limite

Sin embargo, a diferencia de otras necesidades, no se puede simplemente crear más tierra. Durante mucho tiempo, la mejor respuesta a este problema ha sido la promesa de la agricultura vertical, que permitiría que los cultivos crecieran en cualquier superficie.

Solo hay un problema, dice Sena. Lo que llamamos agricultura vertical es un nombre poco apropiado. No estamos cultivando plantas verticalmente; estamos apilando verticalmente cajas estrechas de crecimiento horizontal una encima de la otra.

Eso es porque las raíces no son verticales. Las raíces obedecen la ley de la gravedad. Buscan agua y lo hacen hacia «abajo». Por eso, es muy difícil cultivar plantas con muchas raíces en el espacio. Sin gravedad, las raíces vagan por todos lados, lo que dificulta logísticamente alimentarlas adecuadamente.

¿Qué pasaría si la agricultura vertical literalmente hiciera lo que dice su nombre? ¿Qué pasaría si fuera posible cultivar frutos y árboles cuyas raíces se extendieran de forma longitudinal en lugar de hacia abajo?

Las raíces crecen hacia abajo porque el organismo vivo siente la atracción del campo gravitacional y la presencia de agua, y coordina su tejido para seguir hacia esa dirección.

No obstante, eso no es todo lo que las raíces pueden sentir. También tienen la capacidad de detectar campos eléctricos, un sentido que puede anular a los demás.

Un campo eléctrico tiene poder de veto sobre la respuesta de las raíces al campo gravitatorio.

El año pasado, Salvalaio y Sena mostraron por primera vez con detalles moleculares precisos cómo usar dosis específicas de electricidad para hacer que la planta de Arabidopsis reoriente la dirección del crecimiento de sus raíces.

En otras palabras, la hicieron crecer como ellos querían que creciera.

De ahí esos cubos de aspecto sabroso.

Salvalaio y Sena se asociaron con la Dyson School of Design Engineering de Londres para desarrollar los cubos especiales de hidrogel impresos en 3D, capaces de albergar las plantas de Arabidopsis en crecimiento, y los electrodos que guiarán el crecimiento de sus raíces hacia la posición lateral.

Las hojas de color verde brillante dejan claro que los túneles de aireación son un entorno enriquecedor. Sus raíces serpentean densamente por todas partes.

Salvalaio pretende empezar las aplicaciones de electricidad a finales de este verano. Si las cosas van bien, decir que «el cielo es el límite» sería quedarse corto.

«Ser capaz de controlar la dirección del crecimiento de las raíces significaría que podríamos cultivar árboles tanto desde el techo como desde una pared», dice Sena.

Con este nuevo avance eléctrico, incluso sería posible cultivar árboles en entornos de gravedad cero.

Podría haber árboles en la Estación Espacial Internacional o bosques en la Luna.

Vía The Epoch Times

El expresidente Donald Trump acusó el miércoles a «lunáticos de izquierda» de infundir miedo sobre las nuevas variantes de COVID-19 para justificar la reintroducción de sus políticas de bloqueo y mandato de izquierda, que incluían el uso de buzones y envíos por correo. boletas en 2020, en un intento por manipular las elecciones de 2024.

El presidente Trump hizo estas declaraciones en un vídeo publicado el 30 de agosto en Truth Social, diciendo que su mensaje debería servir como advertencia a todo «tirano» del COVID-19 que no sólo quiera «quitarnos la libertad», sino que estaría jugando en manos de quienes quieren aprovechar las restricciones de la COVID-19 para interferir en las elecciones del próximo año.

«Los lunáticos de izquierda están intentando con todas sus fuerzas restablecer los confinamientos y mandatos de COVID con todo su repentino alarmismo sobre las nuevas variantes que se avecinan», dijo el presidente Trump en el vídeo.

Recientemente, ha habido un torrente de informes en los medios sobre la circulación de una nueva variante de COVID-19, mientras que el presidente Joe Biden dijo la semana pasada que probablemente se recomendaría a todos los estadounidenses que recibieran otra dosis de refuerzo.

En su mensaje en video, el presidente Trump dijo que sus oponentes políticos están ansiosos por aprovechar la «histeria» del COVID-19 con fines políticos.

«Quieren reiniciar la histeria del COVID para poder justificar más confinamientos, más censura, más buzones ilegales, más votos por correo y billones de dólares en sobornos a sus aliados políticos de cara a las elecciones de 2024», dijo el expresidente.

Acusó que «amañaron las elecciones de 2020 y ahora están tratando de hacer lo mismo otra vez amañando las elecciones más importantes en la historia de nuestro país, las elecciones de 2024, incluso si eso significa intentar traer de vuelta el COVID». «

El presidente Trump ha sostenido que cree que le robaron la victoria en 2020, debido en parte a cambios de último minuto en las reglas electorales que eliminaron algunas barreras para las boletas por correo y, al menos en teoría, facilitaron las trampas.

Si bien el expresidente perdió casi todas sus demandas relacionadas con las elecciones, muchas fueron desestimadas no por sus méritos sino por tecnicismos como la doctrina de los laches, que básicamente dice que una impugnación legal se presentó demasiado tarde y perjudicó al acusado.

‘No cumpliremos’

Varios comentaristas conservadores han señalado el fuerte aumento de los informes mediáticos relacionados con la COVID-19 en las últimas semanas, al tiempo que señalan la amenaza de nuevas restricciones a las libertades civiles y las próximas elecciones.

El fundador de Turning Point USA, Charlie Kirk, ha afirmado que hay un complot para impulsar la «tiranía COVIDiana» y «encerrarlos nuevamente justo a tiempo para las elecciones» y facilitar el lanzamiento de una «revolución de tipo marxista».

El ex miembro del Congreso Ron Paul escribió un artículo de opinión  en LewRockwell.com diciendo que la amenaza supuestamente planteada por la nueva variante de COVID-19 se está amplificando en las plataformas de medios «justo a tiempo para la temporada electoral».

«¿Por qué regresan para otra ronda de tiranía de Covid?» El señor Paul escribió. «El miedo es un arma para hacerse con el control».

«La última vez, generaron miedo de cambiar radicalmente la forma en que votaba Estados Unidos. De repente, a todos se les enviaron boletas por correo. ¿Con qué rigor fueron revisadas? Nadie lo sabía y nadie se atrevió a preguntar. Las personas que sí preguntaron sobre las elecciones ahora enfrentan penas de cárcel. «, escribió el Sr. Paul, presumiblemente refiriéndose a algunos acusados ​​del 6 de enero.

«Quieren que nos callemos mientras lo hacen de nuevo. ¿Lo haremos?» Preguntó el señor Paul.

En su mensaje, el presidente Trump dio una respuesta contundente a esta pregunta, que ha sido expresada de una forma u otra por numerosos comentaristas conservadores.

«Ni se les ocurra», dijo el presidente Trump, dirigiendo sus comentarios a «todos los tiranos del COVID que quieran quitarnos nuestra libertad».

«Escuchen estas palabras: ¡No cumpliremos!» continuó el ex presidente. «No cerraremos nuestras escuelas, no aceptaremos sus cierres, no cumpliremos sus mandatos de uso de mascarillas y no toleraremos sus mandatos de vacunas».

Luego, el expresidente dijo que si fuera elegido presidente en 2024, utilizaría todas las autoridades disponibles para hacer retroceder los mandatos de mascarillas y vacunas, y puso como ejemplo el recorte de fondos federales a cualquier universidad o aerolínea que imponga tales mandatos.

«Fracasarán porque no dejaré que eso suceda», afirmó el expresidente.

‘Probablemente recomendado’

Los comentarios del presidente Trump se producen cuando las hospitalizaciones por COVID-19 han aumentado en todo el país y se dice que se están propagando tres nuevas variantes de la enfermedad.

Varias compañías farmacéuticas, incluidas Pfizer, Novavax y Moderna, han introducido nuevas vacunas que, según afirman, serán efectivas para proteger contra la variante de interés de COVID-19, EG.5 o Eris, aunque las vacunas no protegen contra la transmisión .

El presidente Biden dijo a los periodistas en South Lake Tahoe, California, el 25 de agosto que había solicitado más financiación para una nueva vacuna contra la COVID.

«Esta mañana firmé una propuesta que tenemos que presentar al Congreso, una solicitud de financiación adicional para una nueva vacuna, que es necesaria y funciona», dijo el presidente Biden.

«Y tentativamente, aún no decidido definitivamente, se recomienda tentativamente (es probable que se recomiende) que todos lo reciban, sin importar si lo recibieron antes», añadió.

Los funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron recientemente a los periodistas que se espera que las vacunas estén disponibles para el público a mediados de septiembre, aunque todavía están pendientes de la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

Está previsto que un comité asesor independiente de los CDC se reúna el 12 de septiembre para votar sobre las pautas recomendadas para la elegibilidad para las nuevas vacunas COVID-19.

«Recortar la producción de gas y petróleo tendría efectos en el costo de vida y podría ser peligroso»

Reducir la producción de petróleo y gas sería «peligroso e irresponsable», aseguró a la BBC el director ejecutivo del gigante energético Shell.

Wael Sawan insistió en que el mundo todavía «necesita desesperadamente petróleo y gas», ya que la transición hacia las energías renovables no está siendo lo suficientemente rápida como para reemplazarlos.

Advirtió también de que el aumento de la demanda de China y un invierno frío en Europa podrían hacer que los precios de la energía y las facturas vuelvan a subir.

Las declaraciones de Sawan han enfurecido a los científicos del clima, que están en contra de los planes de Shell para continuar con la producción de petróleo actual hasta 2030.

La profesora Emily Shuckburgh, científica climática de la Universidad de Cambridge, afirmó que empresas como Shell deberían centrarse en acelerar la transición ecológica «en lugar de tratar de sugerir que es mejor para los más vulnerables de la sociedad que se prolongue el uso de petróleo y gas».

El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo recientemente que invertir en nueva producción de petróleo y gas era una «locura económica y moral».

«Respetuosamente, no estoy de acuerdo», respondió Sawan a la BBC. Y agregó: «Lo que sería peligroso e irresponsable es cortar la producción de petróleo y gas para que el costo de vida, como vimos el año pasado, comience a dispararse de nuevo».

El mundo está inmerso en una contrarreloj para deshacerse de los combustibles fósiles en favor de alternativas más ecológicas, ya que los líderes mundiales se han comprometido a evitar que el mundo se caliente más de 1,5 °C este siglo.

El año pasado, la Comisión Europea presentó sus planes sobre cómo acelerará la Unión Europea (UE) su paso a la energía verde para terminar con la dependencia del petróleo y el gas rusos.

Pero muchos países no tienen la infraestructura necesaria para pasar a formas de energía más sostenibles.

Según Sawan, la guerra internacional de precios del gas que tuvo lugar el año pasado hizo que países más pobres como Pakistán y Bangladesh no pudieran costear las importaciones de gas natural licuado (GNL) que, en cambio, se desviaron al norte de Europa.

“Dejaron a esos países sin GNL y los niños tuvieron que trabajar y estudiar a la luz de las velas. Si vamos a tener una transición, debe ser una transición justa que no solo funcione para una parte del mundo», afirmó.

Crisis climática

Claire Fyson, codirectora de política climática en Climate Analytics, un instituto internacional de ciencia y política, aseguró a la BBC que «la idea de que es una elección entre nuestra adicción a los combustibles fósiles o trabajar a la luz de las velas es una gran tergiversación de la realidad, cuando sabemos que las energías renovables son más limpias, más baratas y mejores para la salud pública».

Reino Unido se ha comprometido a gastar US$14.800 millones en financiación climática internacional, pero según una circular vista por la BBC, este objetivo se ha convertido en un desafío debido a sacudidas económicas como las de la pandemia de covid.

Para el jefe de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, «si los gobiernos se toman en serio la crisis climática, no debería haber nuevas inversiones en petróleo, gas y carbón a partir de ahora«.

Shell tiene su sede central en Reino Unido, al que une una larga historia. Pero, según Sawan, la falta de claridad y estabilidad en la política energética y en la de impuestos hacen que Reino Unido corra el riesgo de ser menos atractivo para los inversores en comparación con otros países.

El gobierno británico aumentó los impuestos del 40 al 75% sobre las ganancias derivadas de Reino Unido hasta 2028 o hasta que los precios del petróleo y el gas caigan por debajo de ciertos umbrales durante un período prolongado, algo que la mayoría de los expertos en energía dudan que suceda.

Sawan también destacó la cálida bienvenida que la Bolsa de Valores de Nueva York le dio a la compañía en una reunión reciente de inversores, en la que expusieron sus planes para reducir costos y maximizar las ganancias.

«La acogida que tuvimos allí fue ejemplar. La bandera de Shell ondeó junto a la bandera de la Bolsa de Valores de Nueva York», dijo Sawan, quien cree que Estados Unidos apoya más a las compañías de petróleo y gas.

«Dijeron que siguen valorando a una empresa que proporciona la energía que necesitan desesperadamente. Como persona que viene del Líbano, donde estamos hambrientos de energía, eso me pareció importante».

Mudanza futura a EE.UU.

Sawan no descartó trasladar la sede y la cotización en bolsa de Shell a EE.UU. Las compañías petroleras estadounidenses exigen precios más altos por sus acciones: Exxon Mobil, por ejemplo, vale un 40% más que Shell por dólar de ganancias.

«Hay muchos que se preguntan si esa brecha de valoración solo se podría cerrar si nos mudáramos a EE. UU. El traslado de la sede no es una prioridad para los próximos tres años».

Pero, ¿y después de eso? «Nunca descartaría nada que pudiera beneficiar a la empresa y a sus accionistas. En última instancia, estoy al servicio de los accionistas», dijo.

Aunque Shell asegura que no tiene planes de mudarse a corto plazo, las declaraciones de Sawan se suman a los temores de que el mercado de valores de Londres esté perdiendo su brillo como un lugar en el que las empresas multinacionales pueden hacer dinero.

De hecho, la tecnológica Arm Holdings anunció recientemente planes para mudar su principal cotización a EE. UU.

El traslado de la empresa más valiosa de Reino Unido a EE. UU. dañaría gravemente el prestigio financiero de Gran Bretaña, y costaría puestos de trabajo en el sector de los servicios financieros.

Por David Morán Bohórquez

El litio (símbolo químico Li) es un metal ligero, suave de apariencia plateada-blanca que es altamente reactivo y se encuentra en forma natural en minerales y en pequeñas cantidades en el agua y en ciertos organismos.

Debido a esa reactividad, el litio raramente se encuentra en su forma elemental en la naturaleza. En su lugar, se encuentra más comúnmente en minerales y compuestos químicos en combinación con otros elementos.

El litio es conocido por su amplio uso en baterías recargables debido a sus propiedades electroquímicas. Las baterías de iones de litio son comunes en dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, computadoras portátiles, cámaras y vehículos eléctricos.

El carbonato de litio (Li2CO3) y el hidróxido de litio (LiOH) cumplen un papel muy importante para esta producción de baterías. Ambos pueden sustituirse entre sí, aunque el hidróxido de litio se descompone a una menor temperatura, permitiendo que la batería tenga más autonomía y vida útil respecto a las baterías de carbonato de litio. No obstante, el carbonato de litio tiene un menor costo de producción, lo que lo hace más atractivo al menos en el corto plazo (Bisley, 2021).

La preponderancia de su uso actual en baterías se debe a su alta densidad de energía y la capacidad de mantener una carga durante un período prolongado. Además, el litio también se utiliza en baterías en aplicaciones de almacenamiento de energía a gran escala, como en sistemas de energía solar y eólica para compensar la intermitencia en la generación de esas energías primarias.

Otra aplicación importante del litio es en la industria metalúrgica, donde se utiliza en la producción de aleaciones y cerámicas especiales. También se utiliza en la fabricación de vidrios y productos cerámicos, y en la industria farmacéutica se ha empleado para el tratamiento de trastornos bipolares.

El litio es un recurso natural valioso y su demanda ha aumentado considerablemente debido a la creciente necesidad de baterías recargables en la electrónica y la movilidad eléctrica

El mercado del litio.

El uso mundial de litio creció desde menos de 25 toneladas a principios del siglo pasado hasta 1.000 toneladas en 1950, para llegar a 13.000 toneladas a comienzos de los 2000. Una década más tarde, el consumo global de litio se ubicaba en más de 28.000 toneladas para principios del 2010 (Maxwell, 2015).

En el informeEl mercado de litio. Desarrollo reciente y proyecciones al 2030”, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) ya estimó que la demanda de carbonato de litio equivalente en 2021 ascendió a las 465.000 toneladas. De cara a 2030, con el cese de la producción de vehículos de gasolina y diésel que se avecina en varios mercados clave, se prevé que esta alcance los 2,1 millones de toneladas.

 “El crecimiento esperado de la demanda de litio depende fundamentalmente del crecimiento de la electromovilidad”, detalla el documento.

Producción actual y reservas

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, las minas de litio produjeron un total mundial estimado de 100.000 toneladas en 2021

Cuatro operaciones de minerales en Australia, dos operaciones de salmuera en Argentina y Chile, y dos de salmuera y una de minera operando en China representan la mayor parte de la producción mundial de litio en 2021

Además, operaciones más pequeñas en Brasil, China, Portugal, Estados Unidos y Zimbabwe también contribuyeron a la producción mundial de litio.

La seguridad del suministro de litio se ha convertido en una máxima prioridad para las empresas de tecnología en Asia, Europa y Estados Unidos.

Se continúan realizando alianzas estratégicas y empresas conjuntas entre empresas de tecnología y empresas de exploración para garantizar un suministro confiable  diversificado de litio para proveedores de baterías y fabricantes de vehículos.

Las principales fuentes de litio a base de salmuera se encuentran en Argentina, Bolivia, Chile, China y el resto del mundo. Las fuentes de litio de origen mineral se encuentran en diversas etapas de desarrollo en Australia, Austria, Brasil, Alemania, Canadá, China, Congo (Kinshasa), Chequia, España, Finlandia, Malí, Namibia, Perú, Portugal, Serbia, Estados Unidos y Zimbabwe.

Pero es ecientemente una empresa canadiense ha tenido un desarrollo tecnológico importante en la extracción de litio del agua de formación o salmuera que se encuentran en los yacimientos petroleros.

El litio negro

Lo tildé de litio negro por la cultura venezolana de llamar al petróleo oro negro. En el mundo se conoce al litio como el oro blanco

El agua producida es un subproducto que sale a la superficie durante la exploración y producción de petróleo y gas. A veces se denomina agua de formación, salmuera petrolera o agua salada. Suele ser salobre y procede de formaciones subterráneas, bien de zonas adyacentes al petróleo y al gas, o bien de la misma zona que los hidrocarburos. Esa agua contiene sales y minerales, como el silicio, magnesio, potasio y litio

Este litio de salmuera petrolera, o litio negro, o petrolitio representa una gran oportunidad para un país petrolero como Venezuela

Se ha prestado cada vez más atención a la recuperación de Li a partir del agua producida en los yacimientos petrolíferos tanto en Estados Unidos como a nivel mundial. Se han probado varias tecnologías que permiten la recuperación de Li de los yacimientos petrolíferos para proporcionar a los grandes mercados Li de fuentes más diversas.

Las salmueras de yacimientos petrolíferos en todo el mundo contienen diferentes concentraciones de Li, dependiendo de la formación geológica. Sin embargo, las aguas residuales de la producción de petróleo y gas pueden contener desde varias decenas hasta varios cientos de toneladas de Li. La cantidad total de Li potencialmente disponible para la recuperación de estas aguas residuales de producción de petróleo y gas puede ser comparable a la de algunos pequeños depósitos de Li con varios miles de toneladas de Li, como en los depósitos de pegmatita de Outovesi en Finlandia (Chagnes, A .; Swiatowska,  2015 )

Durante las últimas décadas, se ha utilizado una combinación de evaporación solar y carbonatación para producir compuestos de Li puro. Sin embargo, los estanques solares sólo pueden aplicarse a salmueras que tengan una concentración relativamente alta de Li, aproximadamente más de 500 mg/L. La evaporación también tarda aproximadamente 1 año para concentrar el Li lo suficiente como para asegurar una precipitación eficaz del carbonato de Li tras la adición de carbonato de sodio. Recientemente, se han considerado otros procesos más rápidos para recuperar concentraciones más bajas de Li, comenzando en alrededor de 100 mg/L, una concentración común en las salmueras de los yacimientos petrolíferos, como se resume en la siguiente tabla.

En Estados Unidos empresas emergentes como Anson Resources (ASX: ASN) y Mandrake Resources (ASX: MAN) han estado obteniendo nuevas licencias de exploración en áreas con un importante historial de producción de petróleo y gas con miras a producir litio negro

En Canadá la empresa Indigo Exploration Inc. (TSXV: IXI) es otro explorador emergente de salmuera de petrolera para la obtención de Li

Pero es la empresa canadiense E3 Lithium (TSXV: ETL) la que ha tomado la delantera, cuando anunció la semana pasada (23.08.2023) que que ha producido con éxito carbonato de litio a partir  de salmueras petroleras ubicadas en el área del proyecto Clearwater de E3 Lithium, producido durante las pruebas de Extracción Directa de Litio (DLE en inglés) completadas en preparación para la planta piloto.

La Extracción Directa de Litio (DLE) es una tecnología patentada por E3 Lithium que utiliza un adsorbente diseñado para ser altamente selectivo hacia los iones de litio. Reduce rápida y eficientemente grandes volúmenes de salmuera de baja calidad en un concentrado de litio de alta calidad en un solo paso, eliminando simultáneamente casi todas las impurezas. Esto produce un producto muy limpio para el desarrollo de compuestos de litio de alta pureza utilizados en baterías de iones de litio.

Las ventajas de esta tecnología son varias:

– El proceso es rápido: recupera el litio en minutos, no en meses. 

– El proceso tiene una huella de perturbación del suelo mucho menor: en el proceso de E3, el agua salina de la formación desgastada se reinyecta nuevamente en la formación. No requiere de estanques de evaporación, vertederos de desechos mineros, minas a cielo abierto ni estanques de relaves. 

– El proceso no tiene interacción con acuíferos de agua dulce

En líneas generales la planta piloto de E3 tiene esta conformación

1- Obtención de salmuera petrolera con alta concentración de Li (>75mg/L)

2- Extracción directa de Li

3- Refinación del concentrado para la obtención de carbonato de litio

La oportunidad para Venezuela

El país tiene muchos yacimientos petroleros y por la tanto cantidades enormes de salmueras petroleras o aguas de formación que contendrían a su vez enormes cantidades de litio.

Existen en la actualidad unos 14 mil pozos petroleros en producción y unos 20 mil pozos inactivos

Muchas de las aguas de formación están caracterizadas, por lo que habría que jerarquizarlas en función de las concentraciones de litio, a objeto de definir proyectos rentables.

Para que tengan una idea del potencial, el corte de agua, es decir la relación promedio de producción de agua de formación por barril de petróleo producido tiene promedio mundial que ronda los 4 barriles de agua por barril producido. 

Con una producción diaria de 750 mil barriles diarios de crudos, el país estaría obteniendo 477 millones de litros de salmuera petrolera todos los día, según el promedio mundial. Si suponemos una concentración promedio de 100 mg/L de concentración de litio en las salmueras, hablamos de un potencial teórico de 47 mil kilogramos día

El precio actual del carbonato de litio al 99,5% cif China cerró el 25 de agosto en 28.500 dólares por kilogramo (Argus)

También las aguas termales son una fuente importante de litio. Y acá tenemos varias fuentes

Ahí hay oportunidades. ¡Enormes!


David Morán Bohórquez es ingeniero industrial. Miembro de la Comisión de Energía de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela

Por Peter Jacobsen en FEE

Recuento de «La riqueza de las naciones».

Esta semana, en Pregúntale a un economista tengo una pregunta de un lector llamado Mark. Me dice,

«He trabajado con inmigrantes que se han trasladado recientemente a Estados Unidos y con trabajadores que aún viven en su país de origen y trabajan para mí a distancia.

Mi experiencia es que, por término medio, son mucho más trabajadores y cualificados (incluso en campos técnicos) que mis colegas estadounidenses. Los extranjeros trabajan duro, sin poner excusas, agradecidos por el trabajo, y aprovechan cualquier oportunidad para superarse. Los estadounidenses, en cambio, exigen salarios mucho más altos, se quejan del trabajo y hacen pocos esfuerzos por superarse.

Dado que los habitantes de muchos de estos países pobres son mejores trabajadores, ¿por qué sus países de origen son tan pobres? Por término medio, los inmigrantes crean más empresas y obtienen mejores resultados en Estados Unidos que los ciudadanos nacidos en ese país. Con todas sus habilidades y ambición, parece que sus países de origen deberían ser mucho más ricos que las ciudades estadounidenses, pero no es así. ¿Cuál es la causa de la pobreza de estos países?».

Mark plantea quizá la pregunta más importante de la historia del pensamiento económico. ¿Por qué algunos países se hacen ricos y otros siguen siendo pobres?

En 1776, el filósofo escocés Adam Smith publicó quizá la obra más influyente de la historia de la economía política: Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones.

Este libro, habitualmente conocido como «La riqueza de las naciones», trata de responder a la pregunta que plantea Mark. Desde entonces, los países ricos se han enriquecido mucho más, algunos países pobres también, pero hay un número considerable de países rezagados.

Antes de entrar en la respuesta correcta, deberíamos dedicar algún tiempo a hablar de algunas respuestas erróneas populares.

El economista Bill Easterly ha hecho un gran trabajo describiendo algunas de estas respuestas erróneas en su libro The Elusive Quest for Growth (en español, La esquiva búsqueda del crecimiento).

El argumento de Easterly en el libro es sencillo. A finales del siglo XX y en el siglo XXI, Estados Unidos y otros países han intentado impulsar el crecimiento económico en los países pobres. Estos intentos han fracasado.

Easterly analiza tres panaceas fallidas que los expertos creían que desencadenarían el desarrollo: la inversión, el control de la población y la educación. Sin embargo, antes de examinar cada una de ellas, hay que tener en cuenta el tema unificador. Los países desarrollados tienden a tener mayores niveles de inversión, menores tasas de natalidad y más educación. A partir de ahí, los expertos han intentado deducir que si estas condiciones se reproducen en los países más pobres, el desarrollo vendrá por añadidura.

Esta estrategia ha fracasado. Resulta que estos factores son más una consecuencia del crecimiento que una causa. Veamos cada una de las panaceas fallidas.

En la década de 1950, los expertos empezaron a creer que el simple hecho de disponer de máquinas y capital financiero para acometer grandes proyectos haría ricos a los países. Esta creencia, irónicamente, se basaba en el (falso) éxito de la Unión Soviética. Las cifras de producción soviéticas estaban por las nubes, y durante décadas los economistas creyeron que superarían a Estados Unidos. ¿Por qué?

La Unión Soviética se industrializaba mediante el ahorro forzoso. Al reasignar los recursos privados a grandes inversiones industriales, parecía que la URSS era capaz de impulsar la economía hacia una industrialización temprana. Resultó que este crecimiento era ilusorio, como predijo acertadamente el economista Murray Rothbard, lo que condujo al colapso de la Unión Soviética.

Pero la Unión Soviética engañó a muchos economistas en la década de 1950, por lo que el modelo de crecimiento planificado centralmente a través de la inversión despegó. La creencia era que como los países pobres estaban en situaciones tan calamitosas, los ciudadanos no tenían capacidad de ahorro. Sin ahorro no hay crecimiento. Un círculo vicioso impedía el crecimiento.

Así que los países en desarrollo podían solucionarlo aportando la inversión necesaria para que los países tuvieran un crecimiento sostenido. Esta inversión aumentaría los ingresos, lo que incrementaría el ahorro y estimularía un crecimiento natural permanente. Easterly llama a esto el enfoque del déficit de financiación.

Sin embargo, el planteamiento fracasó. Los modelos no cumplieron sus predicciones y los países pobres no se enriquecieron gracias a las inversiones lanzadas desde el aire. La razón del fracaso es la misma que señaló Rothbard en su análisis de la economía soviética. La producción es un medio para los fines del consumo. Si su producción no está vinculada de manera significativa al bienestar de los consumidores a través del conocimiento de los precios, los beneficios y las pérdidas, entonces no conducirá a ningún crecimiento sostenido.

Los planificadores centrales intentaron crear la producción por sí misma, lo que condujo a una mala asignación del capital y de los recursos naturales. La inversión por sí sola no es suficiente: hay que tener las inversiones adecuadas.

El siguiente plan natural de los expertos en desarrollo era la educación. Si no bastaba con aumentar la producción mediante el capital físico, tal vez bastara con aumentar el conocimiento o el capital humano. Easterly relata cómo la política de desarrollo de la educación dominó desde los años sesenta hasta los noventa.

Los resultados tampoco lo confirmaron. Easterly relata cómo un estudio tras otro encuentra poca o ninguna correlación entre la educación y el crecimiento económico. Un estudio muestra que a medida que se producía la explosión de la educación en los países pobres, la tasa de crecimiento de los ingresos en estos países descendía en realidad. Esto es exactamente lo contrario de lo que cabría esperar si las teorías de la educación fueran ciertas. Según otro estudio, en los países que crecen un 1% más rápido que la media, la educación sólo puede explicar el 0,06% de ese crecimiento en términos de capital humano.

Easterly señala varios otros tipos de estudios que muestran un resultado simple y consistente: la educación no crea crecimiento económico.

Quizá la peor teoría que se probó en el mundo en desarrollo fue la idea neomalthusiana de que las grandes poblaciones eran la causa de la pobreza. Una vez más, estas teorías se basaban en el poco riguroso planteamiento de intentar simplemente reproducir las condiciones de los países ricos (bajas tasas de natalidad) en los países pobres.

A pesar de lo que sugieren los pensadores antipoblación, las personas no son sólo consumidores. Los seres humanos también son productores. He escrito sobre el fracaso de las políticas demográficas en varios artículos para FEE, pero el punto clave es que la gente en la red tiende a crear más soluciones que problemas. Los seres humanos no son un lastre para el desarrollo y, en todo caso, pueden ser una de las causas del crecimiento, como argumentaba el difunto economista Julian Simon.

Las bajas tasas de natalidad en los países ricos no demuestran que sean la causa del crecimiento. Es al revés. A medida que los países se hacen más ricos, los niños tienen más probabilidades de sobrevivir. Los padres ya no tienen que «pasarse» y tener más hijos de los que desean por miedo a perder alguno. Además, a medida que los países se desarrollan tienden a alejarse de la preferencia cultural por los hijos varones, que a menudo empuja a las parejas a tener muchos hijos con la esperanza de tener un primer varón.

Agencias de desarrollo como la ONU aplaudieron las políticas coercitivas contra la población de India y China a lo largo del siglo XX. Los presidentes Lyndon Johnson y Richard Nixon abogaron por vincular la ayuda alimentaria a los países pobres a sus objetivos antipoblación. Esta persecución provocó daños significativos en el mundo en desarrollo, sin ninguna ventaja de aumento del crecimiento.

Hay otras respuestas populares que Easterly no aborda tan a fondo en La esquiva búsqueda del crecimiento. Una respuesta común es la geografía. Es cierto que los recursos, el clima y las características físicas de un país pueden influir en su futuro económico, pero hay muchos ejemplos que me hacen dudar de que éste sea el motor principal.

Por ejemplo, Estados Unidos es rico en recursos naturales y sus ciudadanos son ricos. Hong Kong, en cambio, tiene muy pocos recursos naturales, pero también un alto nivel de riqueza. Por otro lado, hay países con abundancia de recursos naturales que son pobres, y hay países con muy pocos recursos naturales que son pobres.

Así que parece que la geografía no es el destino cuando se trata de riqueza.

Entonces, si todas estas respuestas son erróneas, ¿cuál es la respuesta correcta? Volvamos a Adam Smith y echemos un vistazo a su famosa conclusión. ¿Por qué se enriquecen los países, según Smith?

«Poco más se necesita para llevar a un estado al más alto grado de opulencia desde la más baja barbarie, salvo paz, impuestos fáciles y una administración de justicia tolerable; todo lo demás se produce por el curso natural de las cosas».

Smith sostiene que la causa última del crecimiento de un país se debe a sus instituciones. En otras palabras, las normas que rigen su actividad económica diaria están en la base de los diferentes resultados de crecimiento a los que nos enfrentamos en nuestro mundo.

Otra forma de enmarcar esto es que para que la economía de un país crezca, los ciudadanos necesitan libertad económica o acceso a los derechos de propiedad privada.

Cuando las personas tienen propiedad privada, pueden utilizar, vender o alquilar sus bienes. Esto conduce a varios resultados. En primer lugar, la gente tiene un incentivo para maximizar el valor de su propiedad. Si eres propietario de una casa, quieres mantenerla en buenas condiciones porque dejar que se caiga a pedazos significa que pierdes algo de dinero. La propiedad privada incentiva la responsabilidad.

Además, cuando la gente puede vender sus bienes, se forman precios para esos bienes. Los precios reflejan el valor de un bien o servicio en relación con otras cosas e incorporan el conocimiento social sobre el bien. Cuando una plataforma petrolífera se rompe en el océano, el petróleo escasea. No hace falta que nos digan que el petróleo es más escaso para frenar nuestro consumo. El aumento del precio nos hace frenar el consumo, lo sepamos o no.

Los precios también permiten a las empresas llevar una contabilidad para determinar sus beneficios o pérdidas. Si una empresa obtiene beneficios de una venta, esto le indica que los consumidores valoraron el producto final más que el valor de los insumos utilizados para crearlo. Este proceso de transformación de insumos menos valiosos en productos más valiosos está en el centro del crecimiento económico. Parafraseando al economista Peter Boettke: sin propiedad de los diversos bienes utilizados en la producción, no puede haber mercados para ellos. Sin mercados para estos bienes, no hay precios. Sin precios, no puede haber cálculo económico.

Así pues, las instituciones económicamente libres son la causa del crecimiento económico. Los datos lo confirman. Los economistas James Gwartney y el coautor Robert Lawson fueron los pioneros del «Índice de Libertad Económica del Mundo» del Instituto Fraser. El Índice mide el grado de libertad de las economías de los distintos países y utiliza esa información para examinar la conexión entre libertad y prosperidad. Lo que encuentran encaja perfectamente con la teoría aquí expuesta. Los países económicamente libres son más ricos y sanos que los que no lo son.

El economista Peter Leeson también examina las pruebas en un artículo titulado «¿Dos hurras por el capitalismo?». ¿Su conclusión?

«Según una opinión popular que yo llamo ‘dos hurras por el capitalismo’, el efecto del capitalismo sobre el desarrollo es ambiguo y mixto. Este artículo investiga empíricamente esa opinión. Y concluyo que es errónea. Los ciudadanos de los países que se hicieron más capitalistas en el último cuarto de siglo se hicieron más ricos, más sanos, más educados y políticamente más libres. Los ciudadanos de los países que se volvieron significativamente menos capitalistas durante este periodo sufrieron un estancamiento de los ingresos, un acortamiento de la esperanza de vida, menores avances en educación y regímenes políticos cada vez más opresivos. Los datos demuestran inequívocamente la superioridad del capitalismo para el desarrollo. Los aplausos al capitalismo son bien merecidos y hay que dar tres en vez de dos».

En The Elusive Quest for Growth, Easterly tiene otra idea que merece nuestra atención sobre esta cuestión. Easterly señala que gran parte de la atención prestada por el gobierno de Estados Unidos al desarrollo a finales del siglo XX fue en realidad un intento de ganar aliados contra la Unión Soviética.

Esto resulta extremadamente irónico, teniendo en cuenta que el gobierno estadounidense estaba incorporando esencialmente una planificación central al estilo soviético para intentar lograr el crecimiento de estos países en desarrollo.

En su lugar, habría sido mejor seguir una búsqueda del crecimiento económico al estilo estadounidense. Las instituciones que permiten el crecimiento económico son el verdadero motor de la creación de riqueza. Una vez que se permite a los individuos competir y cooperar libremente, la fuerza del ingenio humano hace el resto.


Peter Jacobsen enseña economía en la Universidad de Ottawa, donde ocupa los cargos de Profesor Asistente y Profesor en el Instituto Gwartney.

Por Gisela Kozak Rovero en Letras Libres

Figura destacada de la oposición venezolana, María Corina Machado comparte algunas de sus ideas para un país en quiebra y dividido.

María Corina Machado (Caracas, 1967) encabeza las encuestas para un improbable pero no imposible proceso electoral limpio en Venezuela. La ingeniera industrial con trayectoria empresarial y pieza clave de Súmate, una organización que trabajó en pro de unas condiciones electorales fiables en la primera década de este siglo, perdió su curul de diputada al denunciar la situación de Venezuela ante la Organización de Estados Americano (OEA) y decidió fundar su propia organización, Vente Venezuela. Tiene prohibido salir del país y ha sido inhabilitada para participar como candidata a cargos de elección popular. Fuertemente atacada por la Revolución bolivariana e incómoda, incluso, para sectores opositores, María Corina Machado es una importante lideresa liberal en el escenario de la crisis de la democracia en América Latina y en el contexto de la dictadura de Nicolás Maduro.

Se te califica de ultraderecha, al estilo de Jair Bolsonaro, Nayib Bukele y Javier Milei.

Soy liberal y Vente Venezuela, la organización política que dirijo, pertenece a la Internacional Liberal. Mi meta es recuperar la democracia en un país sometido a una mafia criminal en el poder, que califica de derecha y de fascista a cualquiera que se le oponga, independientemente de su definición ideológica. En favor de la pluralidad política es indispensable una mayor seriedad en estos asuntos. Lamentablemente, la hegemonía de la izquierda (democrática o no) en centros académicos, medios de comunicación y el mundo de la cultura no ayuda a desmontar esta idea sin fundamento dentro y fuera de Venezuela.

Lo que pasa es que provengo de la burguesía, soy ingeniera industrial con trayectoria empresarial y he tenido posiciones muy firmes respecto a la índole antidemocrática y criminal de la Revolución bolivariana y a las equivocaciones del liderazgo opositor. Una investigación seria sobre mi trayectoria, valores y propuestas echaría por tierra esa idea absurda de que soy de ultraderecha. Promuevo las libertades económicas, las libertades políticas y los derechos humanos; también un Estado pequeño pero fuerte, capaz de gestionar bienes públicos como la educación y la salud, no solamente la justicia y la seguridad personal. Trabajo arduamente para que ningún ciudadano sea injustamente tratado por razones que tienen que ver con el género, la raza, la religión, la orientación sexual, la identidad de género o la preferencia política. Libres e iguales ante la ley, con políticas dirigidas a hacer efectivos los derechos si es necesario. Acepto como necesario el aborto en caso de violación, malformaciones o peligro para la salud de la madre, pero sé que es un tema candente que hay que discutir con todos los sectores en favor y en contra.

¿El cambio climático es una mentira de la izquierda?

Considero los hechos científicos que son demostrables, los hechos factuales con los que vivimos cada día. Debemos ir a procesos de transición energética con el desarrollo de una energía cada vez más limpia, acompañada de procesos de captura de carbono económicamente factibles que permitan la rentabilidad del negocio petrolero. No se pueden prohibir las fuentes más baratas de energía ni oponerse a un crecimiento económico sostenible que permita superar la pobreza. ¿Cómo podemos aprovechar todo el potencial de producción de hidrocarburos con mecanismos que protejan el ambiente? Se puede, la ciencia está trabajando duro. Las definiciones izquierda-derecha me hacen ruido como liberal y sobre todo respecto a este tema: ha sido un gobierno de izquierda el que ha impactado el ambiente más que cualquier otro en la historia de Venezuela. Por ejemplo: los lagos de Valencia y Maracaibo están contaminadísimos, se pierde gas como para surtir a una país como Colombia, y el Arco Minero, un proyecto orientado a la explotación de oro y coltán, es un desastre ambiental, por no hablar de la penetración de bandas criminales en la región.

¿Cuál es el papel de la empresa privada en tu visión de país?

Vamos a trabajar con el sector privado venezolano y extranjero en favor de una mejor vida para la población. Por ejemplo, el capital privado debe acompañar al Estado en la resolución de los graves problemas de abastecimiento de agua y electricidad. La gente está pagando de manera informal precios absurdos; llegan a pagar 18 dólares por mil litros de agua transportada en camiones cisterna. Escucho constantemente a las bases de la sociedad: no quieren regalos, quieren buenos servicios, y están dispuestos a pagarlos a empresas que compitan entre sí evitando cualquier forma de monopolio. La bolsa de comida de mala calidad y entregada de manera irregular, si es que se entrega, no significa nada para personas en la pobreza que quieren trabajar y emprender, además de buena educación y salud para sus hijos.

En mis conversaciones con sindicalistas de la zona de Guayana, tan rica en la época del florecimiento de las industrias básicas como el hierro y el aluminio, la coincidencia es unánime: prefieren trabajar en una empresa privada. Y prefieren un gobierno que garantice la seguridad en una zona en la que han crecido exponencialmente la trata de blancas, el tráfico de órganos, el asesinato, el narcotráfico y la prostitución infantil, por no hablar de la infame y antiecológica explotación del Arco Minero. Son las duras lecciones de vivir con una inflación de cinco cifras, sin servicios públicos eficientes y un desabastecimiento brutal, en el contexto de un Estado atravesado por el crimen organizado que, para colmo, desprecia a los trabajadores y ha sometido al escarnio a sectores tan importantes como el de la educación pública en todos sus niveles.

¿Vente Venezuela y Vox son familia, políticamente hablando?

No, estamos en distintos lugares del espectro político. Ciertamente, tengo amistades en Vox. Amistades no significa coincidencia absoluta; simplemente, Vox se ha pronunciado en favor de la democracia en Venezuela, a diferencia de tantas organizaciones políticas de izquierda. No tiene nada de malo establecer lazos con demócratas liberales de diverso signo, al estilo de Cayetana Álvarez de Toledo u otros líderes. Al contrario, la pluralidad es esencial e inherente al pensamiento liberal. En política, las alianzas deben ser amplias; tengo buenas relaciones con la socialdemocracia, el caso de Felipe González, y guardo un gran respeto por Ricardo Lagos; también por Michelle Bachelet, aunque haya cuestionado algunas de sus actuaciones como Alta Comisionada de los Derechos Humanos (ONU). En cuanto a Estados Unidos, he tenido contactos con demócratas y republicanos. Mientras jueguen dentro de las reglas de la democracia, bienvenidos los apoyos.

¿Aliada del trumpismo y promotora de una invasión militar a Venezuela?

Todavía se dice que yo lo que quería es que bombardearan Caracas, entre otras mentiras. No es cierto, solo insistí en que los gobiernos aliados debían cercar al gobierno de Maduro con absoluta contundencia para obligarlo a celebrar elecciones y a parar las violaciones masivas a los derechos humanos.

Promoviste La Salida, junto con Leopoldo López y Antonio Ledezma. ¿Responsable de la inmolación de estudiantes universitarios en las protestas del año 2014?

Después de las elecciones del 2013 no se vislumbraba una alternativa a la hegemonía absoluta del chavismo. Comenzaron las protestas en medio de una situación económica que se deterioraba sin remedio; fue el gobierno el que persiguió, mató y torturó a quienes se atrevieron a enfrentarse a sus designios hegemónicos, no los líderes de La Salida. Denunciamos la naturaleza absolutamente antidemocrática del régimen, lo cual molestó a sectores de la oposición empeñados en ignorar aquello de lo que ahora nadie duda. Sumisión o violencia parecieran las únicas alternativas cuando no lo son; se trata de un proceso de acumulación de fuerzas en el que la protesta pacífica es necesaria.

Te acusan de voluntarismo, de no poder llevar a cabo tus objetivos al no tener los medios para hacerlo.

Sí, lo mismo me decían cuando aseguraba que el régimen es una estructura criminal y que nosotros no íbamos a poder salir de este sistema creyendo que es un sistema democrático. También me decían radical cuando denunciaba la deriva autoritaria del gobierno; extremista cuando señalé que es una mafia criminal; y belicista porque he hablado de construir fuerzas. Yo sigo pensando exactamente lo mismo: el poder no cambiará de manos hasta que se creen los incentivos reales para que se produzcan las fracturas dentro de la coalición dominante y se terminen de alinear todos los factores interesados en una misma dirección. Lo que pasa es que cuando se dice que hay que construir fuerzas, se confunde con la promoción de la violencia. La violencia es el instrumento de los que no tienen fuerza moral y política para influir en aquellos individuos y factores que son cruciales para que se dé un cambio político, llámese cuadros del chavismo, militares o sectores interesados fuera y dentro de Venezuela.

La revolución te inhabilitó por quince años para participar como candidata en cargos de elección popular. ¿Por qué te empeñas en seguir en la carrera de las elecciones primarias?

Al día siguiente de ganar las primarias tendré la capacidad de negociar dentro y fuera de Venezuela, siguiendo la estela de las victorias que hemos obtenido. Se decía que era imposible que se celebraran unas primarias y tenemos ya una fecha, el 22 de octubre. Se decía que no podrían llevarse a cabo sin el Consejo Nacional Electoral y sí se puede, con la sociedad civil al frente. Se negaba la posibilidad de que los venezolanos residenciados en el exterior pudiesen votar y se logró. Se trata de una sucesión de luchas. Nosotros no tenemos fecha para las elecciones presidenciales del 2024 ni sabemos quiénes van a votar en esa elección, cómo se va a monitorear ni si va a haber o no haber observación electoral. Tenemos por delante meses de trabajo. No voy a renunciar a las primarias a favor de un candidato de “consenso” que le agrade al gobierno, cuyo único objetivo es el de quedarse en el poder. Cuando hablo de ir hasta el final me refiero a la disposición intelectual, física, emocional y espiritual necesaria para instaurar una democracia.

¿Antifeminista?

Claro que no, soy liberal; además, provengo de una familia de cuatro hermanas y mi madre nos crio para superar todos los obstáculos y lograr todo aquello que nos propusiéramos independientemente de nuestro género. Estudié ingeniería y recuerdo perfectamente haber recibido clases en salones con setenta y cinco alumnos, de los cuales apenas cinco éramos mujeres. He navegado siempre a contracorriente y cuando comencé mi carrera empresarial entendí que ser mujer significaba un límite, por no hablar de lo accidentada que ha sido mi carrera política, a lo largo de la que se me ha dicho en repetidas oportunidades que las bases de la sociedad venezolana jamás confiarían en una mujer como presidenta de la república, mucho menos si proviene de la burguesía. Imposible olvidarme de la desigualdad de género, sobre todo en el caso de una sociedad matricentrada como Venezuela, en la que tantas han tenido que criar solas a sus hijos con grandes dificultades. Cómo no voy a plantear estos temas como aspirante a la presidencia teniendo la plena consciencia de la desventaja que significa, por ejemplo, ser una madre adolescente pobre.

¿Es cierto que arrasarías con el chavismo de llegar al poder?

Las bases del chavismo están conmigo, tal como atestiguan las encuestas y mis giras por el país, pese a la violencia y las amenazas. Sé que en una transición hay que hacer concesiones respecto a los factores de poder en favor del bien mayor de la democracia, pero hay un límite: los crímenes de lesa humanidad y la corrupción descarada y desmedida. Cuando instauremos la democracia negociaremos con todos los interesados para garantizar no solo los derechos políticos de la población, chavistas incluidos, sino las condiciones jurídicas que atraerán las inversiones y permitirán el desarrollo de empresas de todos los tamaños y de un gran movimiento de emprendedores. En cuanto a los aliados internacionales del gobierno –Cuba, Rusia, China– no tienen solo ideología, tienen intereses; lo mismo vale para las empresas que quieren cobrar sus deudas y con las que llegaremos a acuerdos sensatos. Respecto a Estados Unidos, es un cliente insustituible para nuestro petróleo; es doloroso que Venezuela no pueda aprovechar la coyuntura energética actual a cuenta de la destrucción de Petróleos de Venezuela (PDVSA), destrucción que no tiene nada que ver con las sanciones internacionales, como quiere vender la propaganda del gobierno.

¿Por qué una persona tan racional se presenta en actos políticos como una lideresa moral que conduce una batalla espiritual contra el mal? Muy derechista, dirían algunos.

Me dejo llevar por la conexión emocional, lo cual es nuevo para mí, una mujer que preparaba minuciosamente sus intervenciones en público y que pensaba que dejarse tocar y abrazar era una maniobra populista. Ya no, es un privilegio tener una conexión profunda con la gente, la cual quiere trabajar y gobernar su propia vida, está llena de ideas y quiere recuperar a sus hijos, quienes han tenido que emigrar con todas las desventajas posibles. El mensaje central de mi campaña es reunificar a los venezolanos con sus familias y reunificar al país. Me han criticado cuando digo que militares y policías lloran en mi presencia: qué quieres que haga un hombre o una mujer al que su familia le reclama que pasan necesidades tremendas a cuenta de servir a un gobierno como el de Maduro. Me dicen derechista porque hablo de una lucha espiritual, una lucha que significa recuperar un sentido ético orientado por los valores liberales de la igualdad, la libertad y los derechos humanos. Me cuestionan por contar que la gente reza; sí, la gente reza, son evangélicos y católicos que se aferran a la fe religiosa porque no tienen más nada. En todo caso, soy una firme partidaria del Estado laico.

¿Por qué quieres ser presidenta de un país en quiebra, penetrado hasta la raíz por el crimen organizado, con un enorme sector de trabajadores del Estado en la mayor de las penurias y un sistema de pensiones destruido que ha dejado a una población mayor de cuarenta años sin jubilaciones a futuro y en el presente?

Las élites venezolanas de distinto signo ideológico, con las excepciones del caso, menosprecian a la sociedad al considerarla una simple masa que espera las migajas del Estado para subsistir, como si la única razón de sus vidas fuera el estómago. Se equivocan, lo sé porque he recorrido las zonas más pobres y deprimidas del país y hablo con gente en gran estado de necesidad que quiere una mejor vida, un mejor país, un futuro para sus hijos. Creo en el potencial de estas personas.

¿Por qué quiero ser presidenta de Venezuela? Porque es nuestro país. ~


Gisela Kozak Rovero es escritora y profesora universitaria venezolana. Su último libro es Casa Ciudad (cuentos). Reside en la Ciudad de México.

Por Omar Estacio

En la cleptocracia chavomadurista la única ley es que no hay ley. Los inhabilitados y los venezolanos tenemos la obligación de desobedecer de manera pacífica

En los cursos de Estado Mayor que se imparten en la Academia Militar de la fementida revolución antiimperialista de Venezuela, se incluye una asignatura específica para reprimir a los opositores que utilicen las herramientas de desobediencia pacífica que enseñó, hasta su muerte, el filósofo, profesor universitario y escritor Gene Sharp.

Este último, en sus libros “La política de la acción no violenta” y “De la dictadura a la democracia”, detalla 198 mecanismos de acción no violenta, contra los gobiernos despóticos. A la aplicación de las técnicas de Sharp, se les atribuyen los derrocamientos de los genocidas Ferdinand Marcos, (Filipinas,1986) y Slobodan Milósevil (la ex Yugoslavia 2000); el colapso de los países de la Europa comunista del este (1989); los alzamientos en Túnez (2011) cuyo efecto dominó desencadenó la llamada “Primavera Árabe”. ¿Verdad? ¿Mito? ¿Exageraciones sobre la efectividad de las recetas de Sharp? Vergonzoso, en cualquier caso, que en lugar de formar a sus futuros generalotes para defender Venezuela de alguna intrusión extranjera, los deformen adiestrándolos en reprimir civiles desarmados. Guapos con los débiles, correlones y asustadizos en el lance hombre a hombre. Los violentos de la Fuerza Armada «Bolivariana» (¿?) les temen a los violentos como ellos. Eso ya lo sabíamos. Basta recordar el bochornoso episodio de la tarde del supuesto dron “magnicida” en pleno centro de Caracas. Además, y por si fuese poco, a los muy «Madrinos», los asustamos los no violentos, como queda demostrado en las presentes líneas.

La desobediencia pacífica, en realidad, es casi tan vieja como la civilización misma. Aristófanes, Platón, Ettiène de la Boétie, Henry David Thoreau, León Tolstoy, Martin Luther King, John Ruskin, Mahatma Gandhi y el ya referido, Sharp, han sido, a lo largo de la Historia, algunos de sus artífices.

Oigamos el emplazamiento pacifista, de celibato temporal, lanzado hace 2,500 a todas las esposas de los soldados, de los bandos antagónicos de la Gran Guerra del Peloponeso.

Expresaba Lisístrata, personaje central de la obra de teatro con ese mismo título, de la autoría del referido Aristófanes:

“Si permaneciéramos dentro de nuestras recámaras empolvadas

y con tuniquitas de Amorgos

desnudas y paseáramos muy provocativas, con el delta bien depilado

y los varones se empalmaran y rijosos desearan cubrirnos

y nosotras no aceptáramos, sino que nos abstuviéramos hasta que haya paz

las treguas se harían rápidamente, bien lo sé».

Mucho antes de esa butifarra normativa que lleva el remoquete de Constitución Bolivariana, el derecho a la rebelión ya lo establecía el artículo 250 de nuestra Constitución de 1961. Mal pueden calificarse, en consecuencia, de terroristas o vendepatrias quienes han acudido a la resistencia no violenta o han activado los mecanismos del Derecho Internacional para reinstalar en Venezuela, un gobierno legítimo, democrático, medianamente decente, aunque sea. En todo caso si es que vamos a hablar de vendepatrias, tendríamos que comenzar por el supuesto comandante “Eterno”, que pasará a la posteridad por el dudoso honor de haberse colocado en decúbito ventral ante los castrocubanos, para que cobijaran su desbocada ambición de perpetuarse en la Presidencia. En cuanto a su sucesor, cucuteño o nacido supuestamente en El Valle, Caracas -eso es lo de menos, porque no importa donde se nace, lo que importa es dónde el traidor traiciona- el solo bochorno de haberles entregado nuestro Arco Minero a los grupos irregulares del ELN, iraníes, chinos, turcos, rusos, del Hezbollah y cuanto bicho de uña procede del extranjero, basta y sobra para sus merecidos títulos de malinche, cipayo, esquirol o cualquier otro calificativo más grueso.

Los participaciones, pese a estar supuestamente inhabilitados, de tres importantes dirigentes de la disidencia venezolana, en las llamadas elecciones primarias fijadas para el 22 de octubre, son legítimas expresiones de resistencia no violenta contra la arbitrariedad. La jurisprudencia reiterada, del sistema interamericano de tutela de derechos humanos, décadas atrás, de manera diuturna, ha establecido que los únicos que pueden imponer inhabilitaciones políticas son los jueces en lo criminal, por sentencias definitivamente firmes, y eso, como pena accesoria de una condena por la comisión de uno o varios delitos muy graves. Quiere decir que las inhabilitaciones de tres precandidatos a la Presidencia, por supuestas infracciones de carácter administrativo por un organismo que tampoco es tribunal penal, como no lo es la Contraloría General de la República, son evidentemente arbitrarias. Solo que en la cleptocracia chavomadurista la única ley es que no hay ley.

Los mismos inhabilitados y los venezolanos, en general, tenemos no solo el derecho sino, por igual, la obligación de desobedecer y seguir desobedeciendo de manera pacífica dichas inhabilitaciones, caso omiso a los ataques de la satrapía por cumplir el deber ciudadano.

@omarestacio

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