Morfema Press

Es lo que es

DBuford

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, celebró este domingo que la cumbre de líderes del G7 se haya comprometido en su reunión de Hirosima (Japón) a apoyar a Ucrania “todo lo que haga falta y durante el tiempo que sea necesario”.

“Hemos decidido apoyar a Ucrania todo lo que podamos y durante el tiempo que haga falta porque el pueblo ucraniano está luchando por su libertad y también están luchando por nuestros valores universales comunes y por nuestra seguridad común”, expresó el belga en un vídeo grabado al término de la cumbre tras dos días de reuniones con el Grupo de los Siete que compartió en su cuenta personal de Twitter.

El ex primer ministro belga destacó también que desde el viernes los representantes de las instituciones de la UE “han trabajando mucho para defender los valores y los intereses europeos junto con nuestros grandes amigos y socios”.

“También hemos decidido estrechar nuestros lazos con el Sur Global”, explicó Michel, para después subrayar que el club europeo tiene “retos comunes” con países como India, Brasil o Indonesia como son el cambio climático, la lucha contra la pobreza, la estabilidad, la seguridad y la paz”.

El presidente del Consejo Europeo recordó también que se desplazará ahora, junto con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Corea del Sur para mantener una “cumbre bilateral” con autoridades de este país asiático y que servirá “de nuevo” para “defender los valores e intereses europeos”, así como para “maximizar los lazos con este gran país”.

La agresión de Rusia sobre Ucrania y nuevas rondas de sanciones sobre el Kremlin fueron dos de los elementos esenciales de la agenda de una cumbre en la que finalmente participó en persona el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, cuya intervención sólo estaba prevista en un primer momento por videoconferencia.

El objetivo de las potencias del G7 era reiterar su apoyo a la integridad y la soberanía de Ucrania y conseguir que países invitados como Brasil o India se sumaran a la defensa de estos principios recogidos en la carta magna de Naciones Unidas.

Finalmente, todas las potencias emergentes participantes en la cumbre de Hirosima, incluidas India y Brasil, “apoyan el principio de soberanía” y dicen que el conflicto “debe acabar de forma pacífica”, según afirmó el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en una rueda de prensa.

Otro punto importante de la cumbre del G7 fue el papel de China tanto en la guerra de Ucrania como, de una manera más amplia, en el diseño del nuevo orden mundial que persigue Pekín.

En este sentido, el Grupo de los Siete se comprometió a actuar contra la “coerción” económica, aunque sin nombrar a China directamente, a la vez que trabajarán para reducir los riesgos que se derivan de las fuertes dependencias que tienen del gigante asiático.

EFE

La senadora colombiana por el Partido Centro Democrático María Fernanda Cabal ha denunciado las «radicales» reformas que el Gobierno de Gustavo Petro está promoviendo en el país desde que llegó al poder.

En un encuentro con periodistas organizado por Foro Madrid celebrado en la capital española, Cabal ha criticado que «no hubo claridad» en las elecciones presidenciales que auparon a Petro al poder, pero ha celebrado que la sucesión de políticas y propuestas del Pacto Histórico estén pasando factura a la popularidad del presidente entre los colombianos.

«El éxito en su vida es la anarquía. Petro no sabe erigir un país sobre bases democráticas y se está empezando a estrellar«, ha comentado la senadora.

En este sentido, ha destacado varios errores que, en su opinión, ha cometido el Ejecutivo de Petro, como la reforma de salud y la laboral, y ha calificado esta última como «una locura» que da «todo el poder» a los sindicatos de la Industria y «deja fuera» a las pequeñas y medianas empresas.

Para Cabal, el objetivo de Petro es gobernar «sin equilibrio de poderes» y, para ello, se ha enfrentado a Cortes y partidos.

Respecto a la negociación de Petro con grupos terroristas y su connivencia con el narcotráfico, la senadora de Centro Democrático ha criticado el mal llamado «Acuerdo de paz» del expresidente Juan Manuel Santos con las FARC y ha recordado que Colombia sigue siendo el primer país del mundo en producción de cocaína. «Hay 300.000 hectáreas de coca«, ha detallado en referencia a la estrategia de Petro de desacelerar la erradicación forzosa de cultivos ilícitos.

Cabal ha expresado su «esperanza» en que pueda producirse un «campanazo» en Colombia que revierta la situación y ha destacado la importancia de las elecciones regionales del próximo mes de octubre que, considera, «son determinantes», porque el Pacto Histórico «no tiene una representación relevante» para esos comicios y la oposición se encuentra más unida como consecuencia de las políticas aplicadas hasta ahora.

«En Colombia, pese a lo que quiera Petro, hay constitucionalidad. El efecto de la campana de vuelta va a ser muy fuerte», ha concluido.

Gaceta

Por María Laura Rojas en El País

Primero fue el oro, luego el caucho y después el petróleo. Ahora es importante que la transición energética y las energías renovables no repitan las dinámicas del pasado

Durante siglos, Latinoamérica ha sufrido la explotación indiscriminada de sus recursos naturales para ser exportados como materias primas que han impulsado sobre todo el desarrollo económico de países industrializados. Esta explotación, acompañada de prácticas sistemáticas de despojo de tierras, ha dejado graves consecuencias sociales, ambientales y económicas para la región. En el siglo XV, los barcos europeos llegaron en busca de oro para financiar el progreso de los colonizadores; en el siglo XIX, la fiebre del caucho esclavizó brutalmente a las comunidades indígenas de la Amazonia; y en el siglo pasado, la economía fósil replicó el modelo extractivista e hizo a muchos de nuestros países dependientes económicamente de hidrocarburos como el petróleo, y minerales como el carbón.

Pero la dependencia no termina ahí. Mientras los países productores exportaban combustibles fósiles, la mayoría volviéndose dependientes de los ingresos fiscales asociados, la economía mundial por su parte se hizo cada vez más dependiente de su uso como fuente fundamental de energía para la industria, el transporte, el consumo doméstico, y como base en la producción de plásticos y químicos. La demanda de estos productos y sus materias primas impulsa un modelo de explotación desmedida de los recursos naturales que han dejado al mundo al borde del colapso.

Cambiar este modelo económico es el principal reto que enfrentan hoy los países para limitar el aumento de la temperatura promedio global a máximo 1,5°C, y a la vez fortalecer la resiliencia de los ecosistemas y las comunidades frente a los impactos presentes y futuros de un clima cambiante. La respuesta, en buena medida, está en lograr una transición energética justa. Y para ello, Latinoamérica tiene un rol fundamental que debe jugar estratégicamente con miras a garantizar que esta transición sea planeada, justa y que traiga a la región beneficios distribuidos con base en la equidad.

Latinoamérica ya es una de las regiones más vulnerables a los efectos del cambio climático; y de allí proviene la tendencia regional de aumentar su compromiso climático en muchos de sus países. Sin este grado de ambición, sería imposible lograr las metas del Acuerdo de París y evitar perder nuestra riqueza natural por las presiones generadas por el mercado internacional. El reto como región no es menor. No podemos permitir que la historia se repita y sigamos condenados a una economía extractivista. La urgencia no puede llevarnos a tomar decisiones a la ligera y dejar vacíos que le pasen facturas más grandes a las próximas generaciones.

La mayoría de los países de América Latina tiene una participación de más del 30% de energías renovables en la matriz de energía primaria, y 60% en la matriz eléctrica. Es decir, tenemos un punto de partida más favorable que el de otras regiones para lograr una generación eléctrica basada 100% en renovables. Además, la región tiene una ubicación estratégica con condiciones climáticas favorables para generar energía a partir de fuentes como la energía eólica y la solar. Según el informe de Renovables 2022, de la Agencia Internacional de la Energía, se espera que la capacidad instalada de generación de energía renovable no convencional en Latinoamérica aumente un 45% (+130 GW) en 2027.

Pero, no es el único potencial. La región cuenta con importantes reservas de zinc, cobre, cobalto y litio, entre otros minerales estratégicos, que son necesarios para la producción de tecnologías que permitan generar, distribuir, almacenar y usar la energía proveniente de fuentes no convencionales. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía un escenario de transición, alineado con los objetivos del Acuerdo de París de cambio climático implicaría un aumento en la demanda de litio de unas 42 veces; y la de cobalto y grafito se incrementaría más de 20 veces comparadas con datos de 2020. La forma en que la región decida posicionarse ante la necesidad de estos minerales determinará el modelo económico y de desarrollo para su extracción y comercialización.

Sería un error desaprovechar el potencial que tiene la región para generar, incluso para exportar energía renovable a partir de fuentes no convencionales, pero sería una catástrofe aprovecharlo de manera no planeada y sin establecer unos límites que nos permitan proteger a nuestras comunidades, nuestra economía y nuestra biodiversidad en medio de la transición.

Ni los proyectos de energías renovables ni la extracción de minerales necesarios para la transición están exentos de impactos. Frente a la implementación de renovables, por ejemplo, en Colombia ya se presentan conflictos entre comunidades indígenas, empresas y el Gobierno por el uso y tenencia de la tierra que se necesita para el desarrollo de estos proyectos. En el caso de los minerales, varias comunidades de la región de Arequipa, en Perú, se han declarado en huelga para pedir mejores condiciones de vida en las zonas de explotación de cobre; en Chile, el agua escasea en las zonas de explotación de este metal; y en la zona conocida como triángulo del litio (ubicada entre Argentina, Chile y Bolivia) ya se están viendo los impactos de su extracción, pues para producir una tonelada métrica se requieren aproximadamente 500.000 galones de agua. Y la lista continúa.

Frente a este panorama, es imperativo que los gobiernos garanticen las más altas salvaguardas sociales y ambientales tanto en la minería, como en la generación de energía renovable. Esto incluye lineamientos y procedimientos de monitoreo y sanción para evitar el vertimiento de residuos peligrosos en fuentes hídricas; garantizar la correcta participación de las comunidades locales; atender y manejar el estrés hídrico que derive de la extracción de estos minerales; evitar o atender la generación de mayores emisiones de gases de efecto invernadero; evitar la vulneración de derechos humanos y la degradación de ecosistemas, y al mismo tiempo, desarrollar políticas de reuso y reciclaje de los minerales, solo por mencionar algunos puntos que deberían estar en las hojas de ruta y la estructura de gobernanza que se desarrolle.

Los gobiernos de Latinoamérica deben leer y entender muy bien el contexto geopolítico al momento de decidir cómo y para quién van a producir los minerales necesarios para la transición y las energías renovables, y cómo usar sus ventajas comparativas de manera estratégica, pues no pueden olvidar que su misión también es descarbonizar sus propias matrices energéticas y eléctricas. Lograr todos estos objetivos representa un reto financiero inmenso, que requiere de un papel activo y consciente de la cooperación, de los inversionistas y de una Banca Multilateral enfocada en ayudar y no en endeudar más a los países.

Nos queda definir si la aceleración de la transición energética que caracterizará este siglo, así como el futuro que tengamos como sociedad, continuará con las dinámicas del pasado, o si hemos aprendido de nuestra historia y tendremos la visión y el ejercicio de responsabilidad que nos corresponde para garantizar procesos ambientalmente sostenibles, socialmente justos y responsables, y que posibiliten una cooperación y desarrollo regional.


María Laura Rojas es directora Ejecutiva del centro de pensamiento Transforma 

Por Victor Amaya en RFI

Venezolanos migrantes abandonan Chile y Perú ante la imposibilidad de legalizar su estatus migratorio, pero enfrentan otros problemas: rutas bloqueadas para alcanzar otro destino y regresar a una Venezuela que sigue teniendo muchos problemas.

Una imagen se repite en la televisión estatal venezolana: el regreso de migrantes varados entre Chile y Perú en vuelos organizados por el gobierno de Nicolás Maduro.

En ese punto se encuentran quienes caminan para intentar entrar a Chile y quienes salen de ese país buscando otro destino, pero tampoco pueden cruzar a Perú. Sin papeles todas las puertas se cierran. La mayoría va andando como Carolina Jiménez, que emigró en 2017 en plena hiperinflación, y volvió a Venezuela en abril de 2023.

«Porque no nos quieren dar papeles. Duré dos años y medio en Chile, entramos por trocha. Y duré tres años en Perú», resume Jiménez, una de los más de 2.000 extranjeros que han dejado este año Santiago de Chile. Su esposo se quedó en Colombia, para caminar hacia Estados Unidos.

«Me vine pagando pasaje, de Santiago a Arica, pasamos la trocha. Corrimos con la suerte de pasar la trocha con las niñas, en la madrugada. La ONU me ayudó en Colombia a llegar a Cúcuta», apunta.

Helena Riera entró a Chile en 2015, con papeles. Allá pudo trabajar pero regresó en abril por motivos emocionales, y especialmente por cómo ha cambiado la percepción al respecto de los venezolanos.

«Es muy desagradable vivir en un país donde no eres bien recibido. Hay una xenofobia enorme por un aumento de la inseguridad y también por la entrada irregular de tantos venezolanos», explica a RFI.

Coincide con Doris Colmenares, que se fue a Chile huyendo de la escasez de alimentos y la delincuencia, y ahora está de nuevo en Caracas.

«Los motivos por los que nosotros nos habíamos ido a Chile ya no existían en Venezuela, por ejemplo las colas para los productos básicos o los robos a diario, eso ya no existía. Cuando yo llegué en el 2017 a Chile la gente nos amaba, mientras que ahora ya no nos quieren mucho», dice.

Venezuela no se arregló. Carolina vive de nuevo muchos de los problemas que tenía antes de emigrar: falta de servicios, alto costo de la vida y problemas económicos. Pero siente que está mejor.

«Yo sé que aquí todavía no hay calidad de vida, pero a como estaba allá que tenía un estrés, ahora me siento más tranquila», asegura.

Distinto y a la vez, igual

Helena Riera encontró un país distinto y a la vez, igual.

«Todo dolarizado, todo carísimo, y todo un desprendimiento importante en el ciudadano del Gobierno y del Estado. En mi casa, por ejemplo, no llega agua hace cuatro años», señala.

El regreso de venezolanos migrantes es por goteo. En la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas, estiman que quienes han vuelto representan apenas entre 3% y 6% de los cerca de siete millones que se han ido y se siguen yendo del país, según datos de ACNUR.

Muchos otros se van de Chile, de Perú o de Ecuador hacia Colombia, para buscar papeles o trabajo, o enfilan su ruta hacia Estados Unidos, protagonizando una segunda, tercera o cuarta migración en menos de una década.

En Bajmut no queda nada, declaró este domingo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pareciendo confirmar que la ciudad del este de Ucrania fue capturada por los rusos.

«Deben entender que no queda nada» en Bajmut, respondió Zelenski, de forma ambivalente, cuando se le preguntó en la cumbre del G7 en Japón si Rusia había capturado la ciudad o si los ucranianos seguían resistiendo.

«Hoy Bajmut sólo está en nuestros corazones», agregó.

El ejército ruso anunció el sábado la captura de la ciudad, escenario de la batalla más larga y sangrienta de la guerra de Ucrania.

Su caída sería muy simbólica para los ucranianos, que durante meses resistieron allí, ignorando el consejo de Estados Unidos de poner el foco en otros puntos del frente debido al escaso interés estratégico de Bajmut dentro de la contienda.

Zelenski, sentado junto al presidente estadounidense Joe Biden en una reunión al margen de la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, ofreció una respuesta larga y emocionada a la cuestión de Bajmut.

El presidente ucraniano sugirió que Bajmut no ha sido más que una victoria pírrica para los rusos, y enfatizó que ya no queda allí nada.

«No hay nada en ese lugar (…) sólo ruinas y muchos rusos muertos», dijo a la prensa.

Zelenski agregó que los soldados de su ejército habían hecho «un gran trabajo», y agradeció su labor.

En la misma reunión, Biden anunció la entrega de un nuevo paquete de armamento para Ucrania, que se espera lance próximamente una gran contraofensiva para intentar recuperar los territorios ocupados por Rusia en el sur y el este del país.

El paquete incluirá munición, artillería y vehículos blindados, detalló el propio Biden, que recientemente dio su visto bueno a que sus aliados entreguen próximamente a Kiev cazas F-16.

Biden dijo que «Estados Unidos sigue ayudando a Ucrania a responder, recuperarse y reconstruirse. También estamos apoyando la paz».

AFP

Por Marc Grau Grau en The Conversation

Existe una creciente visión entusiasta de la meritocracia. Aspiramos a sociedades meritocráticas, donde las personas con más talento ocupen las posiciones de más responsabilidad, permitiendo así la movilidad social. Por lo tanto, la meritocracia es un sistema clasificatorio que ordena a las personas según sus méritos, y para ello es necesario la igualdad de oportunidades en todos los campos, empezando por el acceso a la educación.

En las últimas décadas han sido mucho los defensores políticos del argumento meritocrático. Tiene sentido pensar que una sociedad meritocrática es más deseable que una aristocrática o basada en el favoritismo.

Sin embargo, es interesante escuchar también a sus críticos. Debemos recordar que el propio Michael Young, quien popularizó el concepto de meritocracia en su novela distópica El triunfo de la meritocracia 1870–2034, estaba haciendo una sátira de una sociedad futura organizada solo según la inteligencia y el mérito.

Otro de los grandes pensadores actuales que nos invita a pensar en la meritocracia de una manera crítica es Michael Sandel, profesor de filosofía política en Harvard.

¿Es justa la meritocracia?

Una primera gran crítica a la meritocracia es en términos de justicia. Según Sandel, aunque el sistema meritocrático fuera perfecto y equitativo, siempre generaría perdedores y ganadores. A la meritocracia no le importa que haya perdedores, lo que le importa es que el sistema clasificatorio sea transparente. Por lo tanto, para Sandel el proyecto meritocrático en términos de justicia es relativamente pobre.

Una segunda gran crítica es relativa al mérito de los ganadores: ¿se ganan realmente los ganadores su posición? También se podría formular a la inversa: ¿se ganan realmente los perdedores su posición?

Según Sandel, no del todo. Se olvida con demasiada frecuencia la importancia de elementos como el afecto recibido (sí, el afecto), el nivel cultural y económico de los padres y madres, los mecanismos de reproducción de los que nos hablaban hace ya 50 años los sociólogos Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron o del momento histórico que valora unos talentos y no otros. Es decir, ¿hubiese sido apreciado un jugador de baloncesto en la Edad Media?

Soberbia y frustración

Además, según Sandel, la creencia meritocrática genera dos actitudes que no mejoran una sociedad: la soberbia meritocrática (entre los ganadores), y la frustración y el resentimiento (entre los perdedores).

Tal y como indica Sandel, para alguien que se ha esforzado y se ha quedado en la cola es quizás aún más frustrante vivir en una sociedad meritocrática que vivir en una aristocrática, ya que si antes la culpa de la no–movilidad social era del sistema, ahora la culpa es suya.

La meritocracia pura pone todo el énfasis del éxito o fracaso en el individuo, generando una autoculpabilización excesiva en unos y una autosuficiencia falsa en otros. Esta autosuficiencia nos hace narcisistas, es una enemiga del cuidado del otro. En cierta manera, nos deshumaniza.

La ilusión del mérito, entendida como una excesiva atribución real del propio esfuerzo y talento realizado a lo largo de la trayectoria vital que permite estar donde estamos, queda muy bien reflejada en una encuesta del CIS realizada en 2017 y plagada de datos interesantes: “Desigualdad y movilidad social”.

Capitales cultural y económico

Al plantear mi investigación, quería entender cuál era el grado de percepción de esfuerzo y talento según el origen socioeconómico. Básicamente me pregunté: ¿las personas que han crecido en entornos socioeconómicos favorables atribuyen en mayor medida su propio esfuerzo y talento como razones para conseguir su trabajo actual que otras personas con otras realidades?

El estudio publicado en la Revista Española de Sociología, con motivo de los 50 años de la publicación de La Reproducción de Bourdieu y Passeron, realiza dos ejercicios analíticos para contestar a la pregunta, usando unos mapas visuales, a partir de una técnica muy querida por Bourdieu: el análisis de correspondencias múltiples.

El primer ejercicio analítico fue comprender la relación entre el capital cultural del participante y el capital económico de la familia del participante cuando éste tenía 16 años.

El mapa visual nos muestra una importante cercanía entre ambos elementos. Obviamente, hay excepciones, y todos conocemos estudiantes brillantes que no lo tuvieron fácil, pero el análisis nos indica que aquellos que crecieron en un ambiente económico y cultural favorable pueden gozar hoy en mayor medida de estudios superiores comparados con participantes criados en otros entornos.

Autopercepción del esfuerzo

Por otro lado, el segundo ejercicio analítico fue comprender la relación entre el capital cultural actual y la percepción del esfuerzo y talento en la obtención del último trabajo.

Los participantes con un mayor capital cultural son los que reportaron con mayor ímpetu que su último trabajo se debía a su talento y a su esfuerzo. Con los datos que disponemos no podemos saber quién se esforzó más, sino sencillamente qué grupo atribuyó un mayor peso a su esfuerzo y talento en la obtención de su puesto actual y estos fueron aquellos educados en entornos socioeconómicos altos.

“Yo lo valgo” deshumanizante

Este resultado nos obliga a pensar si tal relación es real o ilusoria. Es cierto que un mayor capital cultural puede conllevar intrínsecamente el desarrollo de capacidades y habilidades que a la vez permitan conseguir ciertos empleos.

Pero también podría ser cierta la tesis de que los participantes con un capital cultural alto, conscientes o no, valorasen en exceso, tal y como indica Sandel, su significación moral del esfuerzo por el simple hecho de ser los ganadores del sistema meritocrático. Sin embargo, este lugar no se ha ganado solo por el talento y el esfuerzo individual, sino también, como ya indicaban Bourdieu y Passeron, por el peso del contexto social, cultural y afectivo en que se ha crecido, así como por los mecanismos de reproducción presentes.

De ser esto cierto estaríamos generando una ilusión del mérito que lejos de humanizarnos podría tener el efecto contrario.


Profesor contratado doctor y vicedecano de la Facultad Ciencias de la Educación e Investigador y coordinador de la Cátedra Joaquim Molins Figueras Childcare and Family Policies, Universitat Internacional de Catalunya

Por Eduardo Gamarra y Valeriia Popova en FIU

En toda la región, las empresas chinas han sido citadas en numerosos casos de sobornos y comisiones ilegales que han enriquecido a funcionarios locales a cambio de contratos y acceso

La corrupción ha sido durante mucho tiempo un flagelo en partes de América Latina .

Tradicionalmente, se ha canalizado por rutas nacionales, con políticos locales, intereses comerciales y capos de la droga que se benefician de los sobornos y negocios poco fiables. De hecho, un informe de 2022 de Transparency International encontró que 27 de los 30 países de América Latina y el Caribe han mostrado niveles de corrupción estancados sin mejoras en los últimos años.

Pero en las últimas dos décadas, una nueva forma de corrupción se ha instalado en los países de la región, un fenómeno que llamamos “corrupción geoestratégica”.

Se caracteriza por países externos que utilizan métodos corruptos (contratos sin licitación, acuerdos financieros con información privilegiada, relaciones especiales con quienes están en el poder) para convertirse en partes interesadas en múltiples facetas de la política, la economía y la sociedad de un país. China es un maestro del arte ; los Estados Unidos, menos.

Como estudiosos de la política latinoamericana , hemos visto cómo China ha utilizado la corrupción geoestratégica para afianzarse en la región a medida que la influencia de Estados Unidos ha disminuido .

¿Qué es la corrupción geoestratégica?

La corrupción geoestratégica se basa en patrones tradicionales generalizados de clientelismo y patrocinio. En América Latina en particular, el crecimiento de las bandas de narcotraficantes desde la década de 1980 introdujo la “narcocorrupción” en la que la policía y los funcionarios locales se confabulan con las bandas organizadas, que pueden “comprar protección  contra el enjuiciamiento.

Como resultado, la policía, los gobiernos locales y los representantes electos son considerados por los organismos de control como una de las entidades políticas más corruptas de América Latina, y la región obtiene consistentemente un puntaje bajo en la calificación global anual de percepción de la corrupción .

Este patrón de corrupción ha coincidido con un período en el que EE.UU. ha desviado su atención de América Latina y se ha centrado primero en Oriente Medio y luego en Asia .

China ha llenado en gran medida el vacío. El comercio entre la región y China se disparó de 10.000 millones de dólares en bienes en 2000 a 450.000 millones de dólares en 2021 . China es ahora el principal socio comercial de América del Sur, representando hasta el 34% del comercio total en Chile, Brasil y Perú .

La expansión de China en la región está impulsada en gran medida por la búsqueda del país de recursos como el cobalto, el litio, las tierras raras, los hidrocarburos y el acceso a alimentos, que abundan en América Latina. En los últimos 20 años, China también ha realizado inversiones masivas en los sectores de infraestructura, energía y finanzas de América Latina.

Y China no es la única que ha aumentado su interés en América Latina. Las últimas dos décadas también han visto un aumento en la inversión y la influencia en la región de Rusia e Irán .

Estos países han encontrado en América Latina un terreno fértil debido en gran parte a la cultura de corrupción e instituciones débiles de la región, argumentamos. Las redes criminales locales y el desprecio de las normas democráticas sobre el terreno han facilitado que los países que se perciben como perseguidos por la corrupción se afiancen en América Latina.

Competencia global entre Estados Unidos y China

La presencia de China en la región forma parte del objetivo estratégico a largo plazo del país de desafiar la influencia de Estados Unidos en todo el mundo a través de medios económicos, militares, financieros y políticos.

Ese proceso se ha visto favorecido por las tendencias mundiales. Países como Brasil y Argentina han buscado cada vez más diversificar la relación bilateral y volverse menos dependientes del comercio estadounidense.

Mientras tanto, la agresión rusa en Ucrania aparentemente le ha dado a China más peso en la escena internacional, con Beijing posicionándose como una fuerza diplomática alternativa a Washington, especialmente para los países que se sienten no alineados con Occidente. Un ejemplo reciente se vio en marzo, cuando Honduras anunció que establecería relaciones diplomáticas con Beijing y rompería los lazos con Taiwán, un acontecimiento que, según los funcionarios taiwaneses, siguió al “ soborno” de los funcionarios hondureños .

Lo que le da a China una ventaja competitiva adicional a medida que extiende su influencia es que es capaz de evitar las restricciones que atan a muchos posibles inversionistas en Occidente, como las preocupaciones ambientales o las dudas sobre los derechos laborales y el nivel de corrupción de un país. Los organismos de control internacionales consideran que las empresas chinas se encuentran entre las menos transparentes del mundo, y los organismos de control de sobornos han notado durante mucho tiempo la renuencia de Beijing a procesar a las empresas o personas chinas acusadas de soborno en relación con contratos en el extranjero. Un estudio de 2021 encontró que el 35 % de los proyectos de la Franja y la Ruta de China en todo el mundo han estado marcados por problemas ambientales, laborales y de corrupción.

La administración estadounidense, por el contrario, está más restringida por los compromisos de fomentar el desarrollo democrático , así como la presión pública y la imagen internacional. Washington no tiene el mismo privilegio de pragmatismo diplomático que China.

Las empresas estadounidenses, por supuesto, no son impecables cuando se trata de participar en prácticas corruptas en el extranjero. Pero a diferencia de China, el gobierno de EE. UU. está sujeto a un tratado internacional que prohíbe el uso de sobornos para ganar contratos. Además, la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de EE. UU . prohíbe estrictamente a las empresas estadounidenses sobornar a funcionarios extranjeros; China no tiene tal equivalente.

Corrupción china en la región

La inversión china ha sido más fácil donde gobiernan regímenes populistas y donde el estado de derecho ha sido socavado durante mucho tiempo, como Argentina , Bolivia y Venezuela .

Por ejemplo, en Bolivia durante los 14 años del mandato del presidente Evo Morales, las empresas chinas lograron un importante punto de apoyo en sectores clave de la economía que se ha traducido en un monopolio sobre la industria del litio allí, a pesar de un fuerte movimiento anti-minero en el país. .

La corrupción geoestratégica en Argentina está firmemente arraigada a nivel local, en provincias y regiones de todo el país, los gobernadores feudales han habilitado una sofisticada red de corrupción que China aparentemente ha utilizado para invertir en todo, desde plantas nucleares y la construcción de plantas de baterías de litio hasta la construcción de un estación terrestre de seguimiento de satélites en el espacio profundo , ferrocarriles, plantas hidroeléctricas , instalaciones de investigación y tal vez incluso aviones de combate .

En Ecuador, tales proyectos incluyen una represa construida a cambio de contratos petroleros ; la planta hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, que desarrolló grietas masivas poco después de la construcción ; y el proyecto hidroeléctrico Quijos, que no logró generar los volúmenes de energía prometidos . De manera similar, los opositores al proyecto estimaron que el Gran Canal Interoceánico en Nicaragua, financiado por China, impactaría irreversiblemente el ecosistema y desplazaría a unas 120,000 personas , mientras que los activistas locales enfrentaron acoso, violencia y detención ilegal .

En Venezuela, China inició, pero nunca completó, la construcción de una línea de tren bala multimillonaria , y un acuerdo de minería de hierro no solo le permitió al país asiático comprar el mineral de hierro de Venezuela a un precio 75% por debajo del mercado, sino que también resultó ser un ejemplo de Financiamiento depredador chino, dejando a Venezuela en una deuda catastrófica de mil millones de dólares . Asimismo, en Panamá se congelaron o cancelaron concesiones portuarias y una línea de tren de alta velocidad , mientras que en China se investiga al inversionista.

En toda la región, las empresas chinas han sido citadas en numerosos casos relacionados con esquemas de soborno y coimas que han enriquecido a los funcionarios locales a cambio de contratos y acceso.

¿Qué significa para los EE.UU.?

Este uso de la corrupción geoestratégica funciona en detrimento directo de los intereses estadounidenses.

En Argentina y Bolivia, la expansión china significa que los sectores que son cruciales para el éxito de los objetivos de energía verde de EE. UU. están cada vez más bajo el control de Beijing. También socava los esfuerzos de Estados Unidos para contrarrestar la corrupción y los abusos de los derechos humanos en la región.

Y las empresas estadounidenses no pueden competir. La administración Biden ha establecido altos estándares para la inversión estadounidense en los mismos sectores en los que los chinos tienen un punto de apoyo sólido. Estos incluyen transparencia y rendición de cuentas , así como compromisos con los estándares ambientales, laborales y de derechos humanos.

El presidente Joe Biden ha declarado que el cumplimiento de estos estándares es lo que distingue a las inversiones extranjeras estadounidenses de sus competidores. Pero paraliza a las empresas estadounidenses cuando se trata de competir con China.

Mientras tanto, mientras EE. UU. busca respuestas y trata de descubrir cómo restablecer su influencia en América Latina, China está aumentando su presencia en la región de manera silenciosa y pragmática.


Eduardo Gamarra es Profesor de Política y Relaciones Internacionales, Universidad Internacional de Florida y Valeriia Popova es Profesora de Política y Relaciones Internacionales, Universidad Internacional de Florida

Por Miguel Henrique Otero en El Nacional

El 9 de mayo, Provea (Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, organización fundada en 1988) presentó su informe correspondiente al año 2022. Se trata de un trabajo al que ciudadanos de cualquier actividad deberían dedicarle algo de su tiempo. Hay que advertir que la ambición del reporte es amplia: en su recorrido hay aproximaciones a la situación en que se encuentran 14 derechos, no solo los civiles y políticos, sino también los económicos, sociales y culturales. Trae, además, un revelador documento, un estudio del economista Ronald Balza Guanipa, “El nuevo modelo económico y los derechos humanos en Venezuela, 2022”, en el que analiza, entre otros aspectos, la opacidad y ausencia de consulta en el proceso que, de forma paulatina, ley tras ley, ha ido consolidando el presidencialismo en Venezuela. En lo que sigue comentaré, de modo parcial, algunos de los indicadores que el informe señala.

Una de las virtudes del material es la recopilación de información lograda por el equipo que lo produjo: a pesar de la ausencia de estadísticas oficiales -tema al que dediqué mi artículo de la semana pasada-, Provea construye una visión panorámica del estado de las cosas en Venezuela, en materia de derechos humanos, usando y ordenando información proveniente de numerosas fuentes.

Comienzo por aquí: en el período que va del trienio 2014-2016 al trienio 2019-2021, de acuerdo con las mediciones de la FAO, el indicador de subalimentación en Venezuela se duplicó. Esto significa que al menos 6,5 millones de personas (y es probable que el número sea todavía mayor) se alimentan mal y transcurren sus días en condiciones de hambre. Entre las causas de esta terrible realidad está, por una parte, la caída de la producción agropecuaria nacional: 50%, disminución gravísima, entre 2012 y 2022. A esto hay que sumar la devastación que producen los fenómenos entrecruzados de la inflación y las prácticas especulativas de los importadores de alimentos. Este dato lo dice todo, habla del absoluto fracaso del régimen y sus políticas (estas no son palabras de Provea, sino mías): el poder adquisitivo del salario mínimo no alcanza ni siquiera al 2% -es de 1,6%- del valor de la canasta básica de consumo. Repito: 1,6% del valor de la canasta básica. En otras palabras: hambre extendida, desnutrición cada vez más peligrosa, enfermedad, debilitamiento de las capacidades personales, hundimiento del ánimo de la sociedad. Copio un párrafo del informe: “En materia nutricional, la escasa información oficial sobre 917 parroquias evaluadas deja ver que más de la mitad presentaron niveles de severidad de la desnutrición inaceptables en la población con mayor vulnerabilidad, entre ellos niños y niñas, mujeres embarazadas, madres en lactancia, adultos mayores y personas con discapacidad”.

Los datos que el informe aporta con relación al derecho a la educación constituyen otro ámbito que cabe calificar como de gran desastre. El panorama, sobre el que es simplemente imposible obtener cifras y estadísticas oficiales, es el de un conjunto de factores, actuando al mismo tiempo, que están enrumbando al país hacia una especie de colapso estructural del sistema de educación pública (esto lo afirmo yo, no Provea). No consignaré aquí ninguna cifra, pero sí los hechos en curso, enmarcados todos en una pregunta general.

¿Qué destino, qué proyección, qué posibilidades puede tener una sociedad y una nación, en la que, de forma mayoritaria y creciente, menos de dos tercios de la población en edad escolar asiste a clases; en la que se reduce el número de horas que los estudiantes de Educación Básica y Educación Media reciben clases; en la que hay indicadores de calidad que señalan gravísimas deficiencias en el aprendizaje de los instrumentos básicos del conocimiento -lengua y matemáticas-, en porcentajes superiores a 60% del alumnado; en la que la infraestructura escolar está cada día más deteriorada, donde hay escuelas que presentan riesgos reales y diversos para alumnos, docentes y trabajadores; y en la que los docentes reciben por su trabajo salarios que no es posible calificar sino con la palabra miserable?

Y debo añadir aquí otra pregunta imprescindible: ¿qué rumbo, qué expectativas, qué potencialidad puede tener una sociedad donde las fallas de los servicios públicos son recurrentes en amplias zonas del territorio -electricidad, agua, Internet-, mientras en buena parte del planeta se avanza en digitalización de los modelos educativos? ¿Qué perspectivas puede albergar una nación donde el poder soluciona los problemas propios de cualquier sistema educativo reduciendo lo que ofrece en calidad y cantidad?

Vuelvo al informe de Provea, consignando algunos hechos y cifras: destrucción de los derechos laborales; salario promedio de 6 dólares; 19,7 millones de personas viviendo en estado de pobreza multidimensional; 7,3 millones de personas han salido del país en búsqueda de oportunidades; asesinatos de dirigentes sindicales; asesinatos de líderes indígenas; migración forzada del pueblo warao hacia Brasil y Guyana; asedio y desprotección del pueblo yukpa sometido a la violencia de grupos paramilitares y narcoguerrilleros; casi 96.000 denuncias de violaciones del derecho a la salud en el sistema hospitalario; las pensiones a los jubilados se han reducido a un monto equivalente a 6 dólares mensuales; “el gobierno afirmó haber construido 3.906.257 viviendas entre 2014 y 2022; nuestros datos revelan que solo se construyeron 130.856 viviendas”; 2.203 violaciones como torturas, tratos crueles, allanamientos, amenazas y otras (68,6% más que en 2021); altísimas tasas de impunidad; 121 detenciones arbitrarias, 5 desapariciones forzadas, predominio de la persecución de dirigentes sindicales y sociales; 824 personas asesinadas por policías y militares durante el 2022.

Repito aquí lo que tanto he dicho y continuaré difundiendo: el de Maduro es un régimen cuya naturaleza consiste en la violación sistemática y masiva de todos los derechos humanos, y en la construcción de una forma de vida donde desaparece la ciudadanía y se establece una condición de súbditos del régimen: personas indefensas, sin representación ni derechos.

Vía DW

Irak deja de utilizar el dólar en transacciones y Arabia Saudita, al igual que los Emiratos Árabes Unidos, planea realizar negocios prescindiendo de la moneda estadounidense. ¿Por qué?

Durante décadas, el dólar se ha utilizado con frecuencia en el Medio Oriente, pero eso ha comenzado a cambiar. El Gobierno iraquí anunció que ya no se efectuarán negocios privados o de empresas en dólares. Las autoridades estadounidenses habían estado dificultando la entrada de dólares a ese país, al parecer porque les preocupaba que se estuviera pasando demasiado dinero de contrabando al vecino Gobierno iraní, sometido a sanciones, pero apoyado tácitamente por muchos políticos iraquíes. Esta escasez de dólares ha provocado la volatilidad del valor del dinar iraquí.

En busca de alternativas

En febrero de 2023, Irak ya había anunciado que realizaría sus negocios con China utilizando el yuan, en lugar del dólar.

También el ministro de Finanzas de Arabia Saudita dijo que su país estaba «abierto” a vender petróleo utilizando diferentes monedas, incluyendo el yuan chino. Y el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos manifestó su disposición a negociar con India en rupias.

El año pasado, Egipto anunció sus planes de emitir bonos en yuanes. Ya había emitido bonos en yenes japoneses.

Por otra parte, varios países del Medio Oriente, como Egipto, Arabia Saudita, los EAU, Argelia y Baréin, han manifestado su deseo de unirse al bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Rusia ya ha dicho que, en una próxima reunión, la agrupación debatirá la creación de un nuevo tipo de moneda para el comercio entre los miembros.

¿El fin del dólar?

¿Está en peligro el predominio del dólar?, se preguntó el New York Times. «Prepárense para un mundo multipolar en cuanto a divisas, advirtió, por su parte, el Financial Times. Y Bloomberg escribió a fines del mes pasado que «la desdolarización se está produciendo a un ritmo impresionante».

En la actualidad, los dólares estadounidenses representan alrededor del 58 por ciento de las reservas oficiales de divisas de todo el mundo, según el artículo de Bloomberg. A finales de la década de 1970, la proporción era del 85 por ciento.

Sin embargo, la mayoría de los expertos insisten en que el abandono del dólar está siendo mucho más lento de lo que sugieren los últimos titulares. Y esto es ciertamente efectivo en lo tocante al Medio Oriente.

Daniel McDowell, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Siracusa, en Nueva York, no descarta que algún día se desvanezca el predominio del dólar. Pero, por el momento, considera que mucho de lo que se dice es «simbólico y político. Cualquier cambio que veamos será marginal y lento”.

La guerra de Ucrania

Los expertos consultados por DW coinciden en que la guerra de Ucrania incide en la situación. McDowell piensa que las sanciones contra Rusiason parte significativa del debate. «Mientras más utilice Estados Unidos el dólar como arma de política exterior, más adversarios suyos traspasarán sus actividades económicas internacionales a otras monedas”, dice.

«Actualmente hay un montón de dinero ruso circulando por países del Medio Oriente y Asia”, indica por su parte Hasan Alhasan, investigador del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres. «Son, fundamentalmente, países que han decidido no sumarse a las sanciones estadounidenses o europeas”, explica.

Alhasan plantea también un segundo motivo por el que algunos países del Medio Oriente desean distanciarse del dólar: «Pienso que hay una sensación de que Estados Unidos está tratando de reescribir las reglas del mercado global del petróleo para afectar los intereses rusos, y eso representa una amenaza estratégica para Arabia Saudita”.

Maria Demertzis, docente de política económica de la Universidad Europea de Florencia, piensa, por eso, que el alejamiento del dólar continuará mientras lo hagan las sanciones. Pero estima que no ocurrirá de la noche a la mañana. Aunque algunos países quieran prescindir de esa moneda, será más difícil sustituir la infraestructura de liquidación que proporciona el sistema basado en el dólar, señala la académica.

Por Robert Hebner a través de RealClear Wire 

Hace años, asistí a una conferencia de un líder del programa de energía de China en la Universidad de Hong Kong. La importante inversión de tiempo y recursos en cada tecnología energética y el compromiso de escalar soluciones con un impacto ambiental reducido fue revelador, pero también me pareció un enfoque ineficiente.

Ahora es evidente que el mundo debe invertir en un método que incluya todo lo anterior para satisfacer nuestras necesidades energéticas con un impacto ambiental reducido.

Se prevé que la demanda mundial de energía se  duplique  debido al crecimiento de la población; más de la mitad no tiene la energía adecuada en la actualidad, lo que conduce a la pobreza y muertes prematuras.

Actualmente, la energía derivada de combustibles fósiles es la única fuente disponible a la escala requerida para hacer frente a la creciente demanda.

Incluso si los problemas geopolíticos en torno a los combustibles fósiles se eliminaran por arte de magia, la conversión natural de la energía solar en combustibles fósiles incluye el carbono. Ahora usamos energía a un ritmo que las emisiones de carbono cambian el clima, lo que también conduce a la pobreza y muertes prematuras.

Necesitamos más y mejores soluciones a una escala lo suficientemente grande como para importar.

El hidrógeno es atractivo porque promete hacer que la energía renovable intermitente esté disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana en todas partes. Además, el mercado mundial del hidrógeno supera los 150.000 millones de dólares en la actualidad, con importantes oportunidades de crecimiento en los sectores de la red y el transporte del futuro.

La creciente demanda de energía significa un crecimiento de los puestos de trabajo y de los beneficios. Pero habrá ganadores y perdedores incluso en el mercado en crecimiento.

Los gobiernos usan incentivos para apoyar toda la energía hoy. Por tanto, la integración del hidrógeno en el sistema político es complicada. Por ejemplo, el Departamento de Energía tiene el  objetivo  de desarrollar la tecnología para producir hidrógeno por $ 1 / kilogramo para fines de la década. Un kilogramo de hidrógeno tiene una energía similar a un galón de gasolina.

Sin embargo, una investigación reciente mostró que para un parque eólico en el oeste de Texas, producir y vender hidrógeno no tiene sentido económico a menos que el costo del hidrógeno sea de aproximadamente $3.50/kilogramo, debido a un crédito fiscal de producción que recompensa la electricidad generada por el viento entregada a la red eléctrica .  .

La huella de carbono del hidrógeno es alta hoy en día, pero tenemos la tecnología para producirlo con una huella de carbono más pequeña. EE. UU. está implementando un crédito fiscal escalonado para apoyar la ampliación de hidrógeno más limpio, sin importar su materia prima.

Todos perdemos si hacemos de lo perfecto enemigo de lo bueno. Menos personas sufren o mueren si crecemos de lo bueno a lo mejor, a lo mejor en lugar de sentarnos en lo bueno hasta que lo mejor sea fácilmente alcanzable.

Nuestro gobierno heredado impide establecer un mercado en el que contribuyan múltiples soluciones. El sistema que construimos asume que los diversos componentes compiten, no trabajan en equipo para satisfacer la creciente demanda de energía de una manera ambientalmente sostenible.

Contamos con nuestro gobierno para brindar la coordinación requerida. Debemos darles las herramientas y los conocimientos que necesitan para hacer bien ese trabajo para todos nosotros.

Para el hidrógeno, las perspectivas parroquiales están tratando de influir en qué materias primas de la red eléctrica son lo suficientemente limpias para recibir todos los beneficios del crédito fiscal de 45V. Esta es una situación clásica de “perfecto versus bueno”.

Certificar el hidrógeno como limpio cuando su materia prima proviene de una fuente independiente y dedicada es sencillo. Sin embargo, el hidrógeno producido en Houston, TX, utilizando energía de la red está cerca de la paridad de precios con los medios convencionales intensivos en carbono para producir hidrógeno.

Entonces, podemos tener hidrógeno más limpio rápidamente. Pero la red, si bien se vuelve cada vez más limpia, tiene una huella de carbono que varía diariamente. La mayoría de las personas prudentes dirían que, en ausencia de pruebas de un daño mayor, este enfoque debería recibir un crédito fiscal competitivo hoy y mejores créditos fiscales a medida que el hidrógeno se vuelva más limpio en el futuro.

Décadas de créditos fiscales y compensaciones han llevado a que la energía eólica y solar sean proveedores de nicho. Con su capacidad de almacenamiento masivo comercialmente maduro, el hidrógeno podría proporcionar la tecnología de punto de inflexión para aumentar los combustibles fósiles para satisfacer la creciente demanda.

Ninguna solución por sí sola puede enfrentar el desafío. Necesitamos flexibilidad para la producción, conservación y eficiencia de la energía. Prosperaremos con una cartera de colaboradores destacados, no esperando a un superhéroe energético.


Robert Hebner es el director del Centro de Electromecánica de la Universidad de Texas en Austin. 

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Scroll to Top
Scroll to Top